Partida Rol por web

- ¡Me ire cuando yo decida irme!.- Espeto intentando localizarle por el sonido de su voz.- Pero si tantas ganas tienes de terminar con esto dejate ver y yo te ayudo.

Apunto frente a mi como había practicado con Aleixandre, tratando de no cagarla esta vez...

En cuanto Berit acaba sus palabras, varias cosas suceden rápidamente. Durante un instante Nora se dobla de dolor, por un golpe en el vientre producido por el Malkovian.

El ser al que atacais empieza a aparecerse de forma intermitenta, como si no pudiese mantener si invisibilidad mucho más tiempo. Nora, moviéndose ahora tan rápido como su compañera, apunta con el arma hacia el frente, impactando al chico en el centro del pecho.

Un gemido escapa de los labios del vampiro, que apoya una rodilla en el suelo dolorido.

-¡ SEREIS PUTAS !- resuena en el bosque.

Cuando lleges al infierno dile a Lucifer que me guarde una habitacion con vistas.- Digo lanzando mi garra contra el. Deseo que todo esto termine pronto pero en el fondo, una parte de mi esta disfrutando enormemente.

El Malkovian está arridillado, de espaldas a tí, justo en frente a Nora.

La bala le ha atravesado el pecho y ha pasado cerca tuya, pero has tenido suerte... esta vez.

Voy a lanzar mi garra a ver logro atravesarle el corazon y terminar rapido con esto.

Berit se sitúa detrás del chico y, con un certero golpe, atraviesa el torso del vampiro, llevándose el corazón con ella. La cara de horror del Malkovian es indescriptible. Un grito de horror os atraviesa mientras su cuerpo se deshace en polvo. Al cabo de unos segundos, lo único que atestigua si existencia es un corazón reseco en el centro de la garra de Berit.

La lucha ha acabado tan rápido como ha empezado, y las dos estais bien.

Guardo las ceniza de su corazon en el bolsillo de mi pantalon. Sin decir palabra me encamino hacia el coche. Acabo de matar a una persona, se supone que tendria que sentir algo y no siento nada. Ni pena, ni remordimiento, ni alegria... nada. Un frio inmenso en mi gelido corazon y posiblemente un poco de envidia pues para el la pesadilla a terminado...

Aún apunto al frente asimilando lo que acabo de hacer, tras unos segundos y tras ver como Berit termina definitivamente con él, bajo mi arma lentamente. Sin mediar palabra con mi compañera me dirijo al coche y lo pongo en marcha. No creí que fuese a ser tan fácil, tampoco me creía capaz de hacer las cosas así tan rádidamente sin apenas dudar ni un segundo... Pero ya estaba. Misión cumplida. Todo ha acabado... ¿o no? Ahora solo quiero volver a casa y salir de allí

El monte queda en silencio en cuanto todo acaba. Llegais al coche, acompañadas sólo por el ruido de vuestras pisadas. La noche sólo acaba de empezar, y ha sido dura. Arrancais en silencio, imbuidas en vuestros pensamientos. Las calles se suceden las unas a las otras sin que escucheis nada más que el ruido del motor.

Llegais al pazo casi sin daros cuenta.Extrañamente, hay muchas luces encendidas dentro.

En cuanto escuchan dentro el ruído del coche, la puerta se abre bruscamente. Vuestros sires salen rápidamente, buscándoos con la mirada.

Aparco en la entrada, apagando el motor dejando las llaves puestas y el arma en la guantera donde la había cogido. Me bajo del coche y me dirijo hacia Xisela.

Salgo del coche a desgana, si fuera por mi hubiera seguido horas dando vueltas por entre las calles.

No puedo mirar a Uileand a la cara, ni a ningun otro. Saco la pistola del la parte trasera de mi pantalon y se la entrego con la mano todavia manchada de sangre...de la sangre de un pobre niño loco.- Esta hecho.- digo entregandosela antes de sacar un puñado de cenizas de mis vaqueros que tambien le dejo caer en la mano.- Aqui tienes la prueba y ahora si no te importa, me voy a mi casa.

Uileand recoge la pistola y las cenizas con cara seria.

-Ocúpate tú de esto.- dice entregándoselas a Xisela. Justo después sale caminando detrás de Berit, con aire cansado y las manos en los bolsillos.

-Recuerda lo que te he dicho.- dice Xisela mientras se va. Uileand no contesta, se limita a seguir.