Crupier espera pacientemente, aunque con una sonrisa burlona dibujada en su rostro, a que el resto de miembros de Radiant Dream salgan por la puerta que los llevará a la siguiente planta de la torre. Los mira apenas de reojo, y cuando todos se han marchado ya dirige su atención al secretario del Gremio.
- No es común que alguien del público quiera participar en el espectáculo. - dice con un pequeño suspiro de lo más teatral, que acaba de nuevo en una risita. - La mayoría de gente sólo quiere observar y entretenerse. Pero tú has saltado muy rápido a defender a tus compañeros. Sólo se me ocurren dos motivos para que lo hicieras. - dice, encogiéndose de hombros. - O bien eres un imprudente... o tienes un as bajo la manga.
El Crupier extiende su mano hacia Daviel, como invitándole a acercarse a él para batallar. Mofándose de él, tal vez. En la palma de su mano tiene el joker, pero éste rápidamente se consume en una pequeña llama y apenas quedan unas pocas cenizas que la brisa de las ventanas cercanas hace desaparecer.
- ¿Y bien? ¿Cuál es?
- ¿Y por qué no pueden ser ambas?
Sin dejarse caer en las provocaciones y burlas de su oponente, Daviel haría aparecer otro juego de dados mágicos sobre su mano, antes de que estos estallasen en una energía dorada que cubriría su cuerpo con un suave aura en forma de tréboles de cuatro hojas.
- Ha diferencia de ustedes los jugadores de cartas, yo no necesito una baraja trucada para ganar los juegos: todo depende de la suerte, y hoy me siento especialmente afortunado.
Motivo: Dado de la suerte [Coste anterior]
Tirada: 1d4
Resultado: 2 [2]
Motivo: Dado de la suerte
Tirada: 1d100
Dificultad: 80-
Resultado: 79 (Exito) [79]
Motivo: Dado de la suerte - Costo
Tirada: 1d4
Resultado: 1 [1]
Motivo: Dado de la suerte - Duración
Tirada: 1d4
Resultado: 2 [2]
PV: 8/8
PM: 29/32
- No me digas. - replica el Crupier con una suave risita. - En ese caso, pongamos a prueba tu suerte. ¿Te parece?
El chico gira la baraja que tenía en la mano, y con un ágil movimiento la lanza en el aire. Entonces la baraja se despliega, iluminada por un brillo verdoso, y cada una de las cartas sale despedida hasta pegarse en el suelo en un lugar diferente a las demás. El campo de batalla está ahora repleto de cartas que rodean tanto al Crupier como a Daviel...
A partir de ahora, por cada paso que des tienes un 50% de posibilidades de que una carta del suelo estalle y te haga 1d4 de daño. Como esto es narrativo, te asignaré una cantidad de pasos dependiendo de tus acciones...
El chico de los dados acabaría por asentir al reto que le proponía Crupier, viendo como desplegaba sus cartas por todo el suelo de la sala dándole la certeza de que lo mejor era no pisar ni una sola de ellas... Muy conveniente teniendo en cuenta que Daviel no necesitaba de moverse para pelear.
- Anda, y yo que estaba preocupado porque no se me ocurría nada... - en ese momento, el chico metería la mano en uno de sus bolsillos para sacar una moneda, presionándola entre su pulgar e índice para enseñarla a su rival. -. ¿Qué crees que vaya a salir: cara o cruz?
Entonces la moneda se cubriría de aquella magia dorada de Daviel, momento antes de que simplemente la acomodase para arrojarla al aire y dejarla girar. Durante pocos segundos permaneció en el aire antes de empezar a bajar aún dando vueltas, pasando justo por delante de la mano del chico que no se molestó en atraparla para de ese modo dejarla caer al suelo, donde entonces la moneda revotaría un par de veces antes de aterrizar perfectamente sobre su borde, empezando a rodar por el piso de forma natural, dirigiéndose de pura casualidad hacia Crupier para pasar a un lado de él, y a continuación rodar por encima de algunas de las cartas más cercanas que tenía.
- Gotcha.
Motivo: Golpe de Suerte
Tirada: 1d100
Dificultad: 70-
Resultado: 11 (Exito) [11]
Motivo: [Golpe de Suerte] Potencia x3
Tirada: 1d4
Resultado: 2(+4)=6 [2]
Motivo: [Golpe de Suerte] Cadena de Acción
Tirada: 1d4
Resultado: 1(-1)=0 [1]
PV: 8/8
PM: 26/32
Dado del destino: 1 turno restante.
18 de daño por crítico.
El Crupier se encoge de hombros ante tu pregunta, y observa atentamente cómo lanzas la moneda mientras dibuja una divertida sonrisa en su rostro. La moneda rebota varias veces y empieza a rodar alrededor de Crupier, momento en el cual le haces saber que has conseguido exactamente lo que querías con su ataque. ¡Lo tienes en la palma de tu mano!
- ¿Got-qué? - pregunta Crupier, ladeando la cabeza. Las cartas por encima de las cuales ha pasado la moneda se han levantado, algunas se han apilado encima de otras, pero ninguna ha estallado en llamas, provocado ningún hechizo ni nada por el estilo. El chico está tranquilo, mirando a lado y lado mientras la moneda le rodea una y otra vez, hasta que ésta cae al suelo. Al final, Crupier la recoge y la lanza al aire con un golpe de pulgar. - Haríamos un buen dúo, tú y yo. Siempre he querido tener un bufón que amenice mis espectáculos. - dice, y cuando la moneda cae de nuevo del aire la recoge. - Es una lástima que tenga que acabar contigo. Pero eh, igual con tu suerte sobrevives y todo, ¿no? - añade, sacándote la lengua.
A continuación, el Crupier hace aparecer una nueva mano de naipes en su mano y, abriéndola en abanico, te las lanza... ¡esta vez directas a ti! Una de ellas falla, pero las otras... ¡las otras te hacen cortes de lo más profundos! ¡Duele! (*)
Motivo: Carta (1)
Tirada: 1d100
Dificultad: 75-
Resultado: 33 (Exito) [33]
Motivo: Carta (2)
Tirada: 1d100
Dificultad: 75-
Resultado: 70 (Exito) [70]
Motivo: Carta (3)
Tirada: 1d100
Dificultad: 75-
Resultado: 9 (Exito) [9]
Motivo: Carta (4)
Tirada: 1d100
Dificultad: 75-
Resultado: 1 (Exito) [1]
Motivo: Carta (5)
Tirada: 1d100
Dificultad: 75-
Resultado: 80 (Fracaso) [80]
Motivo: Carta (1) Daño
Tirada: 1d4
Resultado: 3(+1)=4 [3]
Motivo: Carta (2) Daño
Tirada: 1d4
Resultado: 1(+1)=2 [1]
Motivo: Carta (3) Daño
Tirada: 1d4
Resultado: 4(+1)=5 [4]
Motivo: Carta (4) Daño
Tirada: 1d4
Resultado: 2(+1)=3 [2]
(*) A falta de que esquives alguna de ellas. La del Crítico serían 9 de daño.
- ...¿Las cartas no iban a explotar al ser pisadas? - preguntaría Daviel viendo que su hechizo había acabado desperdiciado por las trampas de Crupier. -. ¿A quién llamas bufón, bufón? Este es solo el comienzo del amplio repertorio de hechizos en mi mano.
Pero claro, Crupier le dejó claro que no iba a hacer aquel un espectáculo más largo de lo necesario, arrojándole varias cartas de las cuales el chico recibiría la mayoría, teniendo que dar un paso hacia un lado para esquivar una especialmente peligrosa antes de mirar al suelo para percatarse de haber pisado otra de ellas. Por instantes esperó lo peor, pero por suerte no sucedió nada esa vez.
- Tsk... - aún así, los feroces cortes de las cartas que si lo alcanzaron hicieron que el chico se tomase un poco más enserio la situación. -. ¿¡Esto es todo lo que tienes, eh!? - o tal vez no.
Motivo: Carta [1 Nada | 2 explota]
Tirada: 1d2
Resultado: 1 [1]
Una vez por combate, el jugador puede escoger esquivar automáticamente un ataque.
Uso esto con la Carta (4) para no palmarla en el primer turno. Ya lo haré en el segundo.
PV: 4/8
Armadura: 19/30
PM: 26/32
- Pisadas, sí. Ni más ni menos. - ríe Crupier, tapándose la boca con la mano enguantada. - Tu truquito con la moneda difícilmente puede traducirse en una pisada, me temo. Mala suerte. - dice, encogiéndose de hombros antes de lanzar su ataque.
... Del cual aciertan varias cartas, aunque Daviel consigue esquivar la más letal de todas ellas aún teniendo que pisar una de las que están en el suelo. Por suerte para él, no explota ni hace nada raro.
- Supongo que ahí es donde fue tu suerte. - comenta el chico al ver el pie de Daviel sobre el naipe, y ladeando la cabeza. - En cambio, tu salud... ¿a dónde se fue? ¿Has tenido un combate antes que este o algo así? ¿O es que... eres así de débil?
De repente, el Crupier da un salto de gran altura, dando una pequeña voltereta en el aire y aterrizando... justo frente a Daviel. A una distancia incómodamente corta. El Crupier se le queda mirando, sonriendo.
- Ah, ahora entiendo. Eso es lo que ha pasado. - dice, ensanchando su sonrisa. - No sólo tu actitud es de bufón. También ese es tu papel. Por eso te han dejado atrás tus compañeros, ¿no es así? Tiene sentido... nadie sacrifica su carta más fuerte tan temprano en la partida. - dice, dejando escapar una risita bastante desagradable. - Daviel Second. El segundón de Radiant Dream. El príncipe sin castillo que se volvió el bufón de un Gremio de poca monta... - dice, lanzando una, o puede que dos, barajas de cartas al aire. Y mientras éstas caen a un ritmo más lento de lo normal, el Crupier alza la mano y toma una de ellas. Se trata del Joker. - ¿Y bien? ¿He acertado? ¡¿Es ésta tu carta?!
El chico pregunta eso en voz de grito... antes de plantar el naipe en la frente de Daviel. La carta empieza a brillar y a calentarse.
- ¡Así no funcionan las trampas explosivas! - se quejaría el chico ante el evidente hecho de que la magia era suficiente excusa para justificar que una trampa como esa solo se activase con cosas específicas. -. ¡Tsk...!
Las heridas provocadas por las cartas empezarían a sangrar a través de los cortes, mientras el chico solo suspiraba por haber evitado la peor y no haber acabado volando por la que tuvo que pisar para evitarla, antes de volver su mirada hacia Crupier sin entender del todo de lo que hablaba, al menos hasta que lo tuvo delante de él.
Generalmente había corrido por reflejo, pero su cuerpo se encontraba paralizado no solo por la presencia de más cartas explosivas por el suelo, sino por las palabras directas que el jugador le lanzaba mientras sus miradas se cruzaban.
¿O es que... eres así de débil?
¡Nunca lograrás nada si le dejas todo a tus sirvientes!
Por eso te han dejado atrás tus compañeros, ¿no es así?
¿Por qué el señorito Daviel no puede ser más como su hermano?
El príncipe sin castillo que se volvió el bufón de un Gremio de poca monta...
¡Largo de aquí, enano!
Las voces resonaban en su cabeza mientras el chico se perdía en el trance de sus malos recuerdos, incapaz de apartar la mano de Crupier cuando fue a ponerle la carta en la frente para acabar de una vez por todas con él.
No hay un destino escrito para nadie, Daviel: y si alguna vez es así, siempre está en tu poder decidir como sucederá.
- ¡Calla...te! - sin pensarlo dos veces, el chico acabaría lanzándose sobre crupier tirando en el proceso sus dados, aferrándose a sus hombros antes de tomar impulso y lanzarle un fuerte cabezazo que uniese sus frentes. El dolor de ambos cráneos chocando era brutal, sobre todo para Daviel quién de por si no tenía mucha resistencia y fue al primero que le empezó a sangrar la cabeza, pero ahora que estaba sujetando a Crupier tenía la carta justo donde quería: entre ambos. -. Yo tengo mucha experiencia sobreviviendo a mis propios hechizos... ¿Quieres apostar que tan bien se te da a ti...?
Motivo: [Dado del destino] Elemento
Tirada: 1d10
Resultado: 6 [6]
Motivo: [Dado del destino] Coste
Tirada: 1d10
Resultado: 9 [9]
Motivo: [Dado del destino] Potencia
Tirada: 1d20
Resultado: 14 [14]
Motivo: [Dado del destino] Rango
Tirada: 1d6
Resultado: 5 [5]
Motivo: [Dado del destino] Precision
Tirada: 1d100
Resultado: 15 [15]
Motivo: Esquivar
Tirada: 1d100
Dificultad: 45-
Resultado: 73 (Fracaso) [73]
El Crupier lanza una risa burlona viendo cómo los ojos de Daviel se abren mucho al notar el naipe explosivo plantado en su frente. El recepcionista de Radiant Dream da un desesperado paso atrás para intentar escapar de su destino, pero antes de llegar a plantar el pie en el suelo ve por el rabillo del ojo el suelo lleno de naipes explosivos detrás de él. No tiene escapatoria, va a huir del naipe de su cabeza y va a caer en una trampa de minas explosivas. Y eso es precisamente lo que el Crupier quiere.
Probablemente el enemigo no esperaba que Daviel consiguiera detener su pie y lo plantara de nuevo en el lugar que ocupaba segundos antes, justo frente a él. Y seguro que no esperaba que el mago más desafortunado de Radiant Dream lo agarrase por los hombros y le diera un contundente golpe de cabeza, frente contra frente, que seguramente le doliera más a él mismo que al enemigo que intentaba combatir.
- ¡¡Interesante!! - ríe el Crupier, mientras la carta se calienta entre las frentes de ambos. Incluso alza las manos y las coloca en los hombros de Daviel, presionando su frente contra la de él mientras le lanza una mirada desafiante y con un tinte de locura. - ¡¡Acepto el reto, bufón!! ¡¡Veamos cuál es tu jugada!!
¡Boom!
La explosión finalmente sucede, y ambos contrincantes notan que su visión se torna nublada y su consciencia se desvanece levemente cuando el naipe estalla. Los dos salen despedidos hacia atrás, y aturdidos como están acaban cayendo sobre el suelo lleno de naipes explosivos. Los naipes sobre los que caen empiezan a estallar, y mandan sus cuerpos de un lado a otro, haciendo que caigan sobre otros naipes explosivos, los cuales explotan de nuevo y repiten el proceso. Esto sucede varias veces seguidas...
Y, entre las explosiones de los naipes del suelo, se escuchan risas. Porque esto no les pasa a ambos, sino sólo a uno de los dos: el pobre Daviel, quien recibe una explosión tras otra y al final acaba tendido en el suelo boca abajo básicamente inconsciente. El Crupier sigue tendido en el suelo, él boca arriba, con una mano tapándose la cara y riéndose a carcajada limpia. Los naipes sobre los que ha caído, de hecho los naipes que él toca... no estallan.
- Ya te dije que es importante es tener un as en la manga... ¿verdad, bufón? - dice, riendo y alzándose con dificultad. Sonríe, pero tiene la frente quemada y su parche está medio chamuscado. Su sombrero ha caído al suelo, y un hilo de sangre cae sobre el párpado de su ojo sano. - No se puede ganar una partida con unas cartas como las tuyas. Debiste retirarte cuando las apuestas eran bajas...
El Crupier camina hacia el cuerpo boca abajo de Daviel, y le da un par de palmadas en la pared. Después recupera su sombrero chamuscado del suelo y se lo coloca, para después darse la vuelta e ir hacia las escaleras que suben al siguiente piso.
- Una lástima, al final resulta que ibas de farol. - suspira divertido, y empieza a caminar hacia la salida. Cojea ligeramente, se debe haber hecho daño al caer. - Hasta nunca, bufón sin suerte.
... ... ...
... ...
...
Tirada oculta
Motivo: PV Restante
Tirada: 1d4
Resultado: 2 [2]
PV Daviel: 0/8
PV Crupier: 10/??
Ya se lo veía venir: un verdadero jugador de cartas siempre tenía el mazo a su favor, y cuando se hablaba de cartas mágicas no podía ser lo contrario. La explosión de la carta sobre su rostro fue suficiente para dejarlo fuera de combate, desorientado mientras su cuerpo volaba de un lado a otro de la sala por las trampas. Al final, acabaría como poco más que un cuerpo al borde de la muerte sobre el suelo.
¿Había fallado? ¿Tan débil era realmente? Crupier pudo carcajearse y burlase todo lo que quiso mientras Daviel era incapaz de escuchar, al igual que era incapaz de siquiera moverse o responder a sus declaraciones. Todo apuntaba a que el mercenario de Bloody Moon tendría vía libre de escape, al menos hasta que los dados terminaron de rodar por el suelo...
6 - 9 - 14 - 5 - 15
Los cinco dados desprendieron un brillo mágico segundos antes de juntarse en el suelo a los pies de Crupier, tiñéndose entonces de un tono sombrío del cual emanaría un vórtice de sombras que se extendería varios metros, atrapando al mercenario.
- E-Eso es por A-Arlene...
Las sombras se extendieron como una cúpula en un radio de cuatro metros, atrapando a Crupier en una completa oscuridad que como agujero negro comprimiría todo el espacio en su interior hasta alcanzar el tamaño de uno de sus dados, y entonces...
¡Boom!
La explosión provocada por magia de oscuridad pura impactaría sobre todo el cuerpo de Crupier tras haberlo aplastado. Desde su posición, Daviel sonreiría al escuchar el cuerpo del jugador caer al suelo.
- G-Gotcha...
El sonido de los zapatos de Crupier caminando, prácticamente arrastrando una pierna hacia la siguiente sala, camufla el leve sonido de los dados chocando de Daviel cayendo y chocando contra el suelo. Por eso el enemigo casi no se da cuenta cuando éstos, imbuidos de la magia del recepcionista de Radiant Dream, empiezan a brillar y se convierten en apenas líneas de luz que se combinan en el aire para crear una cúpula mágica y sombría.
Crupier mira a lado y lado intentando entender lo que pasa, incluso lleva su mano a su bolsillo para extraer una nueva baraja de naipes, pero no llega a tiempo. La explosión mágica creada por Daviel, la cual en muchas otras ocasiones ha dañado a su propio creador, acierta esta vez en el blanco y golpea con fuerza al enemigo. Éste suelta un grito que queda ahogado por la falta de aire a su alrededor en el momento del estallido mágico, y se eleva por los aires durante unos segundos hasta caer desplomado al frente.
¿Completamente derrotado? No, no del todo. El Crupier alza un brazo, luego otro, y apoya las palmas de las manos en el suelo para levantarse poco a poco, clavando una rodilla también para impulsarse. Su cuerpo tiembla, pero...
- No está mal... bufón... - gruñe el Crupier apenas con un hilo de voz, con una levísima sonrisa en sus labios. - Volvamos a jugar... alguna otra vez. - concluye... antes de desplomarse en el suelo, completamente inconsciente.
Daviel es consciente de que ha ganado la batalla durante apenas unos segundos, aquellos en los que permanece consciente antes de que las heridas que ha recibido acaben dejándolo KO a él también...
Pasan unos minutos desde que los dos luchadores quedan inconscientes en el suelo. Todo está en silencio, hasta que se escuchan unos pasos en los alrededores. Una lástima que no haya nadie para escucharlos.
- Tsk. - el recién llegado chasquea su lengua mientras sus pasos resuenan por la sala vacía y medio quemada. - Siempre igual. - comenta con algo de desdén, pasando de largo de Crupier y agachándose al lado de Daviel. - Éste no es no lugar para echarse a dormir, chico de las braguitas.
Y como piensa así, el recién llegado se echa a Daviel al hombro después de alzarlo con ambos brazos, y empieza a caminar de nuevo...
DAVIEL VS CRUPIER
- FIN