Partida Rol por web

- ¡Ninguna! - responde el chico lobo alegremente, y con un aullido empieza a correr junto a Reily en dirección a Tsukikage, al mismo tiempo que el enemigo empieza a correr hacia ellos.

Reily es la primera en alcanzar a uno de los Tsukikage atacantes, y su espada corta la carne justo antes de que éste desaparezca por completo desvaneciéndose en humo. ¡No era el original! Por su lado, el chico lobo asesta una patada frontal a otro de los enemigos samurai, pero una vez más éste acaba esfumándose en forma de humo. ¡Tampoco era el Tsukikage auténtico!

No, resulta que el verdadero enemigo samurai es el tercero, el que todavía queda en pie, y éste se gira con rabia con la katana por encima de la cabeza, hacia el chico lobo. Parece que le tiene bastante rabia por haber interrumpido su duelo, porque sin mediar más palabra descarga un fuerte golpe descendente contra el enemigo. Por suerte, el chico lobo tiene grandes reflejos y consigue detener el golpe por encima de su cabeza atrapando el filo de la katana entre las palmas de sus manos.

- ¡Ggrrhjgj...! - jadea el chico, notando cómo la espada insiste en intentar descender sobre él. El impulso y la tenacidad de Tsukikage insisten en terminar su ataque, y la mirada del samurai muestra una determinación asesina. - ¡E-Eres bastante fuerte...! - admite el chico lobo, con sus rodillas empezando a flaquear. No puede soltar el filo de la katana porque caería sobre él, y no puede esquivarlo porque sabe que no le daría tiempo a esquivar el ataque. Su única oportunidad de no salir herido es resistir... y sabe que no podrá hacerlo durante mucho tiempo. - ¡Pero a ver si puedes... con esto...!

Con un gruñido de batalla, el chico lobo empieza a apretar los dientes con fuerza y abre los ojos mientras fija la mirada en su rival. Así es como Tsukikage observa muy de cerca cómo el cuerpo del chico empieza a cubrirse de aún más pelo del que ya tenía, sus músculos se agrandan, su nariz se alarga, sus orejas se vuelven puntiagudas, sus dientes más afilados, sus manos se tornan en garras, y sus piernas se hacen mucho más fuertes. De hecho, toda su musculatura se ha vuelto mucho más fuerte, incluso si está cubierta de pelo. Tan fuerte, que consigue sostener fuertemente la espada de Tsukikage, aún cuando éste empuja hacia abajo, y empieza a levantarse.

- ¡Ahora, chica de las braguitas! - aúlla Bigbad mientras sostiene la espada de Tsukikage entre sus garras. - ¡Acaba con él!

En cuánto la ilusión de Tsukikage se desvaneció bajo el filo de Hana-Akari. Reily giró todo su peso junto a su pie derecho para encarar a aquel que tenía a su lado, pero éste también desapareció, como si la ilusión jamás hubiera estado allí.

Solo quedaba uno, el real y se abalanzó sobre el chico lobo con una rabia desmedida.

- ¡CUIDADO! -la advertencia no era necesaria, el chico lobo se adelantó al golpe sosteniendo el filo entre las palmas de sus manos.

Reily se movió rápidamente para llegar a la altura de ambos. El chico parecía en apuros, ella también era capaz de verlo, era tan solo cuestión de tiempo, el poco que pudieran darle sus músculos, pero el filo acabaría cayendo sobre su cuerpo y desde esa posición el golpe sería mortal.

"¡Más rápido Rei-Rei" ya casi estaba, era como si ver a alguien en apuros hubiera infundido sus pies de una velocidad sobrehumana. Aunque su carrera se vio frenada al ver la conversión del joven en...

- ¿Bigbad? Pero... ¿cóm...? -las palabras surgieron de sus labios al mismo tiempo que su sollozo.

Se había pasado meses llevando flores a su tumba, disculpándose con él en el silencio del bosque, llorando por haber arrebatado por primera vez una vida. No podía ser cierto, debía ser otra de las ilusiones de Tsukikage, las lágrimas empañaron sus ojos, se los frotó con el dorso de la mano. Pero no... aquello era real y su vida estaba en juego, no podía seguir quieta.

"¡VAMOS! ¡Muévete!" gritaron todas las miniReily entre lágrimas y sonrisas nerviosas.

- Eh... sí... -dubitativa ¿había contestado a Bigbad o a las miniReily?-, sí -algo más despierta-. Voy -al fin parece que ha espabilado.

Con la respiración acelerada Reily levantó a Hana-Akari y se lanzó contra Tsukikage dispuesta a poner fin a este encuentro de la manera que fuera. El filo de su katana parecía que iba a descender contra el cuerpo de su enemigo, esta vez el real, pero en el último segundo, decidió que su golpe sería ascendente, dirigido a sus brazos. Ejerció presión hacia arriba dispuesta a liberar a Bigbad de aquella espada de Damocles que se cernía sobre su vida.

- Estás tonto... -sollozó al tiempo que emitía un gruñido por el esfuerzo- ...muy tonto. Y no... no me llames chica de las braguitas.

Se sonrojó ligeramente, dejando ver durante unos segundos el atisbo de chica tímida, aunque no por ello liberó la presión. Iba a hacerle ceder o acabaría con ambos brazos.

- ¡Pero son tu característica más destacable! - ríe Bigbad aún con los dientes apretados, al último comentario de Reily. - ¡Blancas y rosadas! ¡Las recuerdo como si hubiera sido ayer!

A Tsukikage, en cambio, no parece que le esté haciendo demasiada gracia la conversación. Sigue apretando con fuerza su katana en dirección a la cabeza de Bigbad, mientras éste sujeta con sus garras el filo de la espada para evitar básicamente ser atravesado. Y aunque podría parecer que el lobo-hombre tiene la ventaja física en este aspecto... parece que en realidad están bastante igualados. Bigbad será un lobo, pero la auténtica bestia es Tsukikage, capaz de luchar con tal fuerza después de todos los golpes que ha recibido.

Así que Reily decide que de o Tsukikage deja a Bigbad en paz por las buenas, o lo hará por las malas. Con un tajo ascendente dirigido a los brazos del samurai negro Reily consigue que Tsukikage de un salto hacia atrás en el último momento, apartándose de la trayectoria del filo rosado de Reily para no quedarse sin brazos.

Esto hace que Bigbad quede libre de nuevo para luchar, y tras un aullido el lobo-hombre se lanza hacia adelante para intentar asestarle un zarpazo tras otro con sus enormes garras peludas. Por suerte para el samurai los movimientos del lobo son caóticos y fuertes, pero bastante predecibles dentro de lo que cabe, y con unos golpes de katana bien dado en el momento justo consigue bloquearlos uno tras otro.

Eso sí, luchar contra dos rivales al mismo tiempo ya es algo mucho más complicado, incluso para Tsukikage. Animada por Bigbad Reily también se lanza a atacar al miembro de Bloody Moon con su katana, y entre ella y Bigbad los dos acosan a Tsukikage a ataques por todas partes y se niegan a darle ni un solo momento de respiro. E increíblemente el samurai, a pesar de jadear suavemente del esfuerzo y estar completamente a la defensiva, bloquea todos y cada uno de sus golpes.

... Hasta que su espalda choca contra la pared que tiene detrás, siendo que sus dos rivales lo han acorralado. Y por su actitud en el momento en que sucede, girando su cara para ver la pared... está claro que no se había dado cuenta. El samurai tiene entonces un momento de reflexión, en el que suelta un suspiro y baja su arma lentamente.

- ... Así que así es como termina. He perdido. - declara, y abre los brazos en cruz tras envainar su katana. - Acabad conmigo, os habéis ganado ese derecho. De lo contrario, volveré a...

- Anda y calla. - dice Bigbad de repente, y en lugar de acabar con la vida de Tsukikage con un tajo a su cuello o a su estómago... le propina un buen golpe en la cabeza con su puño, haciendo que el samurai rebote en la pared y provocando que caiga totalmente inconsciente al suelo. El lobo se lo queda mirando, cruzándose de brazos. - No hace falta tanto dramatismo, la chica de las braguitas no te iba a matar. - le dice al inconsciente Tsukikage. - Créeme, lo sé. Yo estuve en la misma situación hace un tiempo.

Tras eso Bigbad suelta una risotada, y mientras lo hace y con el paso de los segundos vuelve a convertirse en el chico con rasgos lobunos de antes.

- Entonces he molado, ¿no? - pregunta después a Reily. - Seguro que te ha sorprendido mi entrada. Habría llegado antes, pero he tenido que recoger al niño...

Y con un gesto de su cabeza, Bigbad señala a Daviel, que se encuentra inconsciente y con las ropas bastante chamuscadas, sentado junto a la entrada de la habitación.

Reily dio un respingo cuando Bigbad golpeó la cabeza de Tsukikage, debía admitir que no se lo esperaba, pero justo cuando lo vio desplomarte inconciente en el suelo, toda la tensión y los nervios se transformaron en una risa sincera y cristalina que fue incapaz de controlar. Reily cayó de rodillas al suelo, agotada y sangrando por innumerables heridas, pero sonriendo y secándose las lágrimas todavía con el dorso de las manos.

El kimono, aquel único que por primera vez en la historia de las espadachinas del cerezo había sido invocado, se deshizo en una lenta lluvia de pétalos, dejándola con sus ropas intactas (_{todo lo bueno es efímero, su desnudez también}).

Bigbad tenía razón, de haber tenido que matarlo, no sabía si habría sido capaz, de hecho se asustó cuando consiguió asestarle aquel golpe tan fuerte.

Finalmente, cuando la risa cede y Bigbad vuelve a ser un chico lobuno, la espadachina se incorporó y sin más se abrazó efusivamente al chico lobo. 

- Gracias -le susurró apretándole firmemente. Aunque no sabía si se las daba por la ayuda recibida o porque siguiera vivo.

Acababa de quitarse una tremenda losa de la espalda. Y se dio cuenta de que se había dejado lo poco que ganaba en Radiant Dream en comprar flores para una tumba vacía; eso la hizo volver a reír y se separó de él.

- Me alegra que estés vivo. Tienes que contarme lo que ocurrió y por qué conoces a mi maestro -eso la confundía en cierta manera-. Pero después, ahora vamos a ayudar al resto.

Reily se acercó hasta donde estaba Daviel y acuclillándose junto a él le apartó con cariño el pelo de la frente.

- Ha sido muy valiente enano. Bigbad, ¿podrías llevarle tú? No sé si mis piernas lo aguantarían ahora mismo.

Pues le temblaban por las múltiples heridas y hematomas que surcaban su cuerpo.

Hecho esto ascenderían rápidamente hasta el siguiente piso.

Ante el abrazo de Reily la reacción de Bigbad es sonreír como un bobo, quizás demasiado, y devolverle el abrazo hasta que la pelirosa se separa de él. El chico lobo asiente a lo de dejar la charla para después y de momento centrarse en ayudar a los demás, así que cuando ella lo menciona Bigbad se carga al inconsciente Daviel a la espalda con facilidad, de un solo movimiento.

- ¡Venga, vamos para arriba! - dice el chico lobo con mucho ánimo.

Un ánimo que lamentablemente no dura mucho ni para él ni para la espadachina del cerezo, ya que en la siguiente planta de la torre se encuentran con un paisaje bastante preocupante. La sala es básicamente igual a las anteriores en su forma básica, pero hay un montón de piedras y rocas partidas por todas partes, marcas de quemaduras en el suelo y dos personas tiradas cerca la una de la otra, sin moverse. Una es un niño desconocido, pero la otra es Lily.

A Lily la acompañan los dos diablillos rosas que el grupo conoció en Onsen Island, así que aunque en un primer momento Bigbad se dispone a atacarlos Reily los reconoce y le detiene. Los diablillos se acercan corriendo a Reily con cara de preocupación y la llevan hasta Lily, la cual está... totalmente inconsciente, probablemente del esfuerzo, pero sin duda con vida. El otro chico...

- Deberíamos seguir. - dice Bigbad después de cargar con Lily a su espalda junto con Daviel. Parece que tiene bastante fuerza, incluso en su forma semihumana. - Esta gente parece peligrosa.

Así que con dos miembros de Radiant Dream inconscientes cargados por un acompañante inesperado, Reily sigue adelante...