Partida Rol por web

Thormok parece resistir con una gran fuerza de voluntad el conjuro de Saul al tiempo que torpemente intenta golpear a Asenoc que, al estar esperando el golpe, lo esquiva con gran precisión. El golpe impacta en la pared, creando una muesca en la misma piedra debido a la potencia del impacto.

Aedoc flota sobre el aire y retrocede por el tunel.

Aedoc comenzaba a retirarse para buscar un lugar mejor donde combatir, a Saul no le parecía que pudiera ser muy útil pero las palabras del lugroki le hacían sospechar que sería mejor si vigilaban aquella convergencia de túneles, mientras se retiraba volando comenzó a concentrarse en su siguiente hechizo.

El duelo entre Thormok y Asenoc parecía en tablas. El monstruo era incapaz de alcanzar al ágil monje pero este apenas tenía tiempo para nada más que intentar defenderse. Si la bestia se daba cuenta de eso por encima de su ansia de sangre e ignoraba al Guardia del Fénix, ibais a tener un problema muy grande.

Mientras os retiráis por el túnel para luchar en la sala principal, las alertas de Aedoc os informan de que otro enemigo avanza por el mismo, apenas le da tiempo a avisaros cuando, tras un recodo, aparece una impresionante figura empuñando un mandoble en una sola mano.

Este mutado pero no es un Lugroki. No tardáis en daros cuenta, por su indumentaria y por la espada, de que se trata de Yuri.  Su gran volumen ocupa todo el pasillo. No vais a poder pasar por ahí. Apreciáis en su mirada un intento de resistirse pero sus movimientos indican sin lugar a dudas que el ansia de sangre tiene el control.

Escuchaba decenas o centenares de gritos de dolor y sufrimiento en mi interior. Mis recuerdos me ayudaban a imaginar las cosas que ahora mismo estarían pasando en Wentworth... no era consciente ya del tiempo que pasaba... seguramente ya seria tarde... 

Pero la mano generadora de toda esa oscuridad estaba a mi alcance, en el fondo este era mi trabajo... no siempre se puede estar antes, pero yo me dedicaba a limpiar el mundo, aunque llegase después de la tragedia... luz que irrumpe y destroza la oscuridad... La sangre me recordaba mi función... Todos merecían la muerte, pero solo uno había demostrado ser un monstruo... 

Mi enemigo es mas lento, pequeño y flojo... sus capacidades mágicas me superan, pero mis posibilidades de interrumpirle son altas... 
 

Aedoc retrocedió gritando.

Rápido, llevémosle hasta el lugroki. Que luchen ellos y sólo tengamos que ayudarle a distancia. 

Percibes que Yuri, en su forma de mutante, te observa con odio mientras se aproxima a ti.

Debemos teletransportarnos. No hay otra. Yury nos atacará uno a uno. 

Dijo mientras se alejaba lo más posible. Lo siguiente sería intentar la teletransportación. 

La inesperada amenaza que suponía Yuri cambiaba por completo la perspectiva con la que Saul veía su futuro, sin embargo no podía seguir el consejo de Aedoc, Asenoc estaba muy lejos y demasiado cercano al enemigo como para poder llevarlo con ellos, y aunque el cazador de monstruos ganara contra el lugroki luego se quedaría solo ante la horda que infestaba las cavernas.

Al momento se le ocurrió una idea, desencadenando su poder mágico hizo brotar una densa bruma desde su posición, cubriendo el pasillo y la sala donde estaban combatiendo el monje y la bestia, tras lo cual voló hasta quedar pegado al techo, si no hacía ruido pasaría totalmente desapercibido, además incluso si llegaban a detectarlo estaría en una posición ventajosa, ya que sus sentidos no estaban limitados por la niebla y en una posición elevada, con suerte lo único que podría percibir Yuri sería el sonido del combate y lo conduciría hasta él.

Las bestias transformadas parecían ser capaces de ver a través de invisibilidad y otros sistemas de ocultación. Mas tarde, Yuri os informaria de que, en ese estado, era capaz de ver las emanaciones de calor de los cuerpos.

No os queda mas remedio que escapar, no sois rival para dos criaturas de esas características. Saul, Aedoc y Ganzo se teletransportan a Wentworth mientras Asenoc juega al ratón y al gato con los dos Lugrokis. Incapaces de superar la movilidad del monje, lo persiguen a través de las cuevas y del bosque durante horas, ansiosos por destrozar su carne y huesos. Pasadas seis horas, el efecto del fluido parece perder su fuerza y Yuri empieza a retomar el control de su cuerpo. Ambos vuelven a su forma normal, exhaustos y al borde de la muerte. El Lugroki no consigue escapar, agotado como esta, las panteras voladoras caen sobre el y lo destrozan.

En Wentworth las cosas no van mejor. Os teleportais a vuestra fortaleza desde la cual podéis ver como algunas casas del pueblo arden y como algunas de esas criaturas están destruyéndolo todo. Hay focos de resistencia que intentan atraer a las criaturas hasta las partes mas alejadas de la población que intenta reunirse para escapar. Selene parece estar coordinando la evacuación del pueblo en dirección a vuestra fortaleza.

Bajáis a ayudar y, tras varias horas y un grandisimo numero de bajas, conseguís eliminar a las criaturas gracias a Ganzo, que se da cuenta de como un soldado se transforma tras beber agua de su cantimplora. Saul y Aedoc se asoman al pozo del pueblo para ver horrorizados que ha sido contaminado con la sangre de la dama torturada, la cual no aparece por ninguna parte.

Tras contener nuevas infecciones, es cuestión de tiempo que acabéis con los aldeanos que han sido infectados. Mas tarde sabréis que el efecto es temporal. Selene ha hecho pruebas con la muestra que le dejasteis y os informa de lo siguiente.

El fluido es sangre, infectada con un virus mágicamente modificado por el mismo tipo de magia que usaba su padre. De hecho, sus estudios mágicos sobre la procedencia de la sangre le indican que es de su familia, probablemente una hermana de la que desconocía su existencia.

Al día siguiente aparecen Yuri y Asenoc. Entre todos, ayudais a reconstruir el pueblo. Saul proporciona un nuevo pozo al pueblo y utiliza sus poderes magicos para sellar por completo el actual e impedir que el agua corrupta se filtre a traves de la tierra.

Casi una cuarta parte del pueblo ha fallecido. Sobretodo hombres y mujeres de la milicia.

Pasadas unas semanas, recibís un pergamino de un mensajero. El pergamino dice así...

Gracias por vuestro rescate, oh! valientes caballeros de armadura dorada. Espero que os gustase mi regalo. Volveremos a vernos. Pronto, espero.

La nota esta escrita con sangre, la misma sangre infectada que ya conocéis.

En efecto... la dama torturada era vuestra enemiga. Familia de Selene, probablemente su hermana, criada con su padre. Suponéis que desea venganza. Después de todo habéis matado a su padre. Parte de su plan podía haber sido atacar vuestro pueblo con una gran fuerza de Lugrokis mutantes. O quizás su plan fue desde el principio haceros creer eso y engañaros para utilizar vuestro bondadoso corazón contra vosotros. Podía haber utilizado a los Lugrokis para esta función, dándoles a cambio la sangre que los hacia superiores.

Existen muchas posibilidades y teorías que dan vueltas en vuestra mente. Pero una idea esta por encima de todas las demás. Os han engañado, os han vencido, pero la guerra no ha terminado. La guerra no termina hasta que el ultimo de vuestros enemigos ha sido derrotado. La guerra no termina hasta que deis caza a esa mujer y le hagáis pagar por cada una de las vidas que se ha llevado.

Y por todos los dioses que así sera. Porque vosotros tenéis... Sangre de Reyes.