Partida Rol por web

En ese momento, Teobaldo Capuleto decidió sentarse y masajearse los ojos. Una cosa era que confiaba en que Christinne Capuleto pudiera seguirle el juego, pero lo que jamás se hubiera esperado es que, de la nada, Aya Nancy apareciera para tirar por los suelos el plan que había hecho Teobaldo para protegerla.

-Sabes que me hice pasar por ti ante este "revivido" porque aún no me fiaba de él, y si casualmente aparecía yo muerto podríais confirmar que Dave Paris era uno de los asesinos-traidores que la bruja de los Montesco estaba diciendo...

-Pero bueno, a lo hecho, hecho está...

Con un leve suspiro, Teobaldo prosiguió hablando.

-Al menos seguid el "juego" en la Iglesia, que me temo que Caroline la va a volver a liar... Y que Dave Paris siga "desaparecido", que al parecer podemos desestabilizar un poco a esa mujer.

Aya abrió los ojos como plato. Se sonrojó, sentía vergüenza. Había metido la pata hasta el fondo. Así pues, fue ella quien se bebió el agua. 

 No se esperaba una recepción tan agresiva. Al ver las armas, puso las manos sobre la cabeza. 

 Tranquilos, tranquilos... no soy ningún zombie ni ningún aparecido. trató de explicarse La notícia de mi muerte fue prematura.

 Observó a su alrededor mientras iban apareciendo primero Sansón, luego Christinne y finalmente el haya todos los prisioneros.

 No tengo ni idea de por que Caroline actuó como lo hizo. Esa bruja actúa por su cuenta y me la tiene jurada, a pesar de que yo... pero eso ahora no importa. negó fuerte con la cabeza Fui estrangulado en los calabozos de Escala. Ahora sí creo en el grupo de asesinos-traidores al que os referís...

 Se acarició la garganta, allí dónde la soga lo había estrangulado.

 De hecho, según los médicos, estuve muerto... por unos minutos. Recuerdo haber estado como en un sueño... y allí ví a doña Gloria y don Fulgencio. miró muy serio a los restantes Capuletos Ellos me dieron un mensaje para vosotros.

 Cuando iba a tomar el agua que la ofrecían, el aya, aparentemente nerviosa, se la bebió de un trago.

 Dave bajó las manos y se puso en pie, mirándo a todos para asegurarse de que no iban a dispararle. Adoptó una postura relajada.

 Sólo aseguráos de no disparar al mensajero. Cuando de pronto comencé a desvanecerme, Gloria le pidió a Fulgencio que me dijese lo que "habían hablado" su experiéncia cercana a la muerte sólo le había valido para hacer de recadero, sin embargo entregaría el mensaje para no estar en deuda con ellos Me pidieron que os avisase de que siguieráis a Teobaldo. No me dijeron nada más, sólo que Christinne "se equivocaba"... ¿sabéis a qué se referían?

 Por si insistían con los detalles de su resurrección se encogió de hombros y añadió:

 Desperté en la enfermería de prisión. no acababa de entender lo que había pasado Dijeron que me había faltado poco.

Habiendo escuchado lo que Dave Paris había comentado; este decidió simplemente negar con la cabeza lo que el muchacho había llegado; él iba a confiar en Christinne Capuleto sobre todas las cosas. La muchacha lo había demostrado. Por lo que, con esto, decidió expresar sus miedos y lo que era mejor SU PLAN.

-Si las cosas se ponen feas, nuestro objetivo debe de ser Caroline Montesco -Indicó Teobaldo con seguridad- no debéis preocuparos de Benvolio Montesco, al menos no de momento; os aseguro que este morirá irremediablemente en un par de horas. De eso no tenéis que tener la menor duda.

-Mandemos a nuestras fuerzas contra Caroline Montesco, si todo sale bien; los Capuleto habremos dominado Verona Beach antes de que el sol salga.

En ese momento miró a Aya Nancy, la cual su obsesión por Benvolio no la había puesto de acuerdo con el resto de la familia en la anterior votación interna; lo que provocó que el Capitán Escala fuera asesinado por los Montesco para salvaguardar la libertad de Caroline Montesco.

-Espero que confiéis en mi. -Indicó con brevedad- Esta será mi última apuesta... por la familia.

Entonces miró al nuevo, a Dave Paris.

-Dile a tu padre que también envíe gente por Caroline Montesco; o envía tu a la tuya.

La situación en la Iglesia se había saldado con la muerte de Sanson y de Aya Nancy; y que pese a que en sus venas no corría la sangre Capuleto, sus corazones latían en el mismo tono que cualquiera con el apellido Capuleto detrás de su nombre. Y pese a que Teobaldo estaba contento y agradecido por haber sobrevivido; también se encontraba triste por la muerte de ambos.

-Esta noche mataremos a la Bruja de los Montesco, no más resurrecciones, no más envenenamientos. -Indicó con convicción y odio en sus palabras- Mañana mataremos a Benvolio Montesco y todo habrá terminado. La familia Montesco desaparecida en los anales de la Historia y Verona Beach libre al fin de su presencia.

-Christinne, Gregorio... ¿Estáis conmigo?. ¡Acabemos con los Montesco!.

Teobaldo no iba a perder el tiempo tratando de mandar a los efectivos de la familia a matar al incompetente del cura; tampoco iba siquiera a molestarse con Mercucio Della, pues al final lo único que les importaba a los Capuleto era acabar con todos los Montesco, así vengarían a Julieta, Fulgencio, Gloria, Sanson y Aya.

-Dave Paris -Dijo dando unos cuantos pasos hacia el hombre- Confío en que seas lo suficientemente inteligente para posicionarte con el bando ganador. Junto a los Capuleto, nada te pasará. Y ya ves que la bruja de los Montesco -y probablemente los Montesco en grupo- te quieren muerto. No tienes más opción, usa tus contactos y ayúdanos a terminar con esta guerra... ¡ELIMINEMOS A CAROLINE MONTESCO!.

Cada vez todo iba a peor. Gregorio miraba las noticias rígido junto a Teobaldo, que se mantenía pensativo.

"Nos están eliminando poco a poco, Teobaldo. Antes teníamos ventaja, pero la hemos perdido. La victoria de los Montesco está más cercana que nunca... y encima hay más gente a parte de ellos que nos quieren muertos."

Dejo de mirar la television y miro fijamente al principe de los gatos.

"Esto va a acabar mal y sé que irremediablemente voy a morir, pero al menos lo haré llevándome al último cabronazo de los Montesco. Puedo acabar con Benvolio, incluso si me cuesta la vida. Pero es probable que te quedes solo a merced de otras potencias. Me uní a los Capuleto por dinero para mi familia, sí... pero también porque sois personas honorables y sé que mantenéis vuestros acuerdos firmemente. Si te parece, ayudame a encontrarlo y yo haré el resto."

Teobaldo estaba acabado, o al menos esa era la apariencia que mostraba, arrodillado ante la cama -ahora vacía- de Christinne Capuleto; su muerte le había dolido más que cualquier otra, incluso que la doble muerte de Fulgencio y Gloria. ¿Ese era el fin que le esperaría a él y a los Capuleto?. No... No podía serlo... Tenía que ser fuerte.

-Gregorio -Comentó con un quiebro en su voz- La muerte de Sansón y Aya Nancy nos ha puesto en este quebradero de cabeza, pero... hay algo que he aprendido de esas dos pérdidas... Y es que, aún estando en desventaja, al final, podemos ganar si tenemos la suerte de tener a Dios de nuestro lado...

Secándose las lágrimas Teobaldo se giró a Gregorio y le ofreció la mano, una mano delicada de un hombre que nunca hubo trabajado en su vida, pero una mano firme de alguien que no tenía la menor duda de cómo actuar en este tipo de situaciones.

-Hemos de iniciar otro tiroteo, uno final... Uno en donde Benvolio tenga que aparecer sí o sí, uno en donde pueda estar confiado en que tiene la ventaja. Uno en donde sus amigos traidores, como Mercucio Della o quien sea el traidor de turno, puedan acudir y ahí... La familia Capuleto demostrará que tiene garras y colmillos.

-En el peor de los casos, morirá Benvolio y los Montescos estarán acabados... y en el mejor morirán todos los Traidores que se dignen a aparecer... No tenemos otra opción si no queremos ser asesinados durante la noche como nuestra Familia. Y cuento contigo para que estés a mi lado y seas el brazo ejecutor.

Tragando saliva, habló nuevamente.

-No me fío de Dave Paris... voy a desarmarlo y darte su arma. Si la policía registran las balas, que al menos el "muerto" recaiga sobre él.

Y a no ser que Dave Paris se hubo quedado a dormir en el lugar, las puertas de la Mansión Capuleto estaban abiertas para él; quizás una decisión inteligente o quizás una mala percepción por parte de los Capuleto; sea como sea, el hecho de tenerlo de su lado era algo positivo aún a pesar de todo.

-Dave Paris -Indicó con solemnidad el Capuleto- Dame tu arma. En caso de que te niegues, Gregorio tendrá que cachearte y si te haces el listo quizás esta vez sí que mueras.

Podía tratar de suavizarlo todo lo que quisiera, pero el caso era el mismo; no iba a permitir que alguien no-Capuleto andara armado por su casa, o incluso, alrededor de los dos únicos Capuletos que aún permanecían con vida tras toda aquella masacre que se había montado.

-Iremos a la Iglesia, daré un mensaje importante a Benvolio, y tras eso iremos a Verona Beach a finalizar el asunto. Estás invitado a venir con nosotros si así lo deseas; aunque con otro vehículo. Esto va a ser el final de todo, para bien o para mal, seremos los Capuleto quienes dictaremos cuando esto termina.

En caso de que Dave diera el arma, se la entregaría a Gregorio para que este la pudiera guardar en su cinturón.

 Dave alzo las manos.

 Adelante, ambos estaremos más tranquilos cuando Sansón me haya cacheado. le indicó No llevo armas encima. Tampoco sé utilizarlas.

 Si el registro a su cuerpo revelaba un arma, él sería el primer sorprendido. Al fin y al cabo, ya le había pasado con la poción.

 Lamento mucho vuestras pérdidas... aunque no fueran propiamente familiares de sangre. él sabía bien lo que costaba encontrar buenos colaboradores en estos tiempos y perder a dos de aquel modo... una tragedia Por supuesto que os acompañaré. Estoy totalmente con vosotros. Los Montesco me han perdido como amigo para siempre comportándose como lo han hecho.

 El había intentado poner paz entre ambas famílias. Sólo eso. Y sin embargo, lo habían cazado como un perro y parece ser que incluso dado muerte. O intentado, al menos.

-Es Gregorio -Se abstuvo a decir "Gilipollas" a Dave Paris por su buena predisposición a ser cacheado pero poco le faltó para soltar un improperio- Y gracias por la colaboración; como comprenderá las cosas están demasiado... tensas.

Con un poco de mala ostia revisé a Paris exhaustivamente. No llevaba nada.

"Entonces ya estamos tardando. Cuando estes listo, haz el encuentro. Yo ya me he preparado."

Teobaldo volvió andando a la Mansión Capuleto; pues lo había perdido todo, su familia, sus amigos, todo... era un hombre destrozado por el devenir del destino; en aquella silenciosa y gigantesca mansión; lo cual lo volvía a él un hombre cada vez más y más pequeño de lo que antaño fue, en aquellos tiempos junto a Christinne y Julieta; al lado de Gregorio y de Sanson, bajo el ala protectora y amorosa de Doña Gloria y Don Fulgencio... y Aya Nancy estaba por ahí, no le había dado demasiada atención, pero bueno, supongo que ella cuenta o algo así...

-Don Fulgencio, Doña Gloria... Julieta -Comentaba melancólico mientras observaba el cuadro familiar en donde estas tres figuras se alzaban por encima de Teobaldo- Lo he logrado... Los montesco han muerto... los asesinos que han planificado vuestras muertes, Benvolio y Dave han muerto... pero... ¿A qué costo?.

Su camino continuó hasta el comedor en donde vio la silla del patriarca de la familia y donde el NO se sentó, sino en la silla de su lado en aquel comedor vacío y fantasmal. Pues cuanto más cerca uno se encuentra de la luz, más grande es la sombra que este proyecta y los peligros que de ella pueden salir.

-Primero fue Julieta, luego fuisteis vosotros... luego perdí a Sansón y a Aya... después a Christinne y ahora a Gregorio... ¿El coste tenía que ser tan elevado?. Dios, al menos devuélveme a uno de ellos; el que tu quieras... bueno, a Aya Nancy no, que no la conocía de tanto... pero de los demás... a quien quieras...

Después de la presión en mi rostro que me impedía respirar llegó una luz cegadora y los vi. A mi familia, a los que no esperaba volver a ver en mucho, mucho tiempo. Eché a correr hacia ellos, pero apenas me dio tiempo de dar un par de pasos antes de que una luz cegadora me envolviese...

Trastabillo y me siento en lo primero que encuentro, cogiendo todo el aire que me cabe en los pulmones. Me atraganto con mi propia respiración, y mis dedos recorren en lo que estoy apoyada. Creo que es la mesa del comedor en las que tantas veces he cenado con mi familia. Sigo respirando atropelladamente y levanto la cabeza, para fijar los ojos en mi primo.

-No te vas a creer lo que me ha pasado...- Digo con un hilo de voz mientras trago saliva.- Esa zorra Montesco también ha vuelto.

Cuando se refería "Dios trae a alguien de vuelta", no esperaba que fuera una acción de orden inmediata; de hecho podía continuar pidiendo por eso uno o dos días más, que no era plan de meterle prisas al Altísimo; pero al ver con sus propios ojos a Christinne Capuleto, sana y salva delante de él, los ojos de Teobaldo se llenaron de lágrimas y saltó por encima de la mesa del comedor a abrazarla.

-¡No me importa! -Exclamó cortándola- ¡Lo importante es que estás aquí!.

Aún iba a tardar un par de segundos que pasaron a minutos para que este se tranquilizara definitivamente. Se secara las lágrimas y pudiera explicar a su único miembro de sangre presente la situación que estaba ocurriendo en estos momentos con los de "este lado".

-Gregorio y yo nos hemos encargado de Benvolio y de Dave... Al parecer esos dos eran miembros del grupo "traidor" que estaba orquestando la caída definitiva de ambas familias. Tal y como Aya Nancy había indicado, me he encargado del problema... por todos...

Primero las buenas noticias, luego las malas...

-Pero Gregorio... murió...

Y luego las peores...

-¿Caroline ha vuelto?. Eso no es bueno... Ahora solo somos dos, y ella tiene a Mercucio de su lado, y muy probablemente al cura... ¿Sabes algo más del otro lado?. ¿Los progenitores han dicho algo? ¿Julieta?.

¡QUIERO ACABAR CON TODOS LOS MONTESCO Y LOS TRAIDORES DE UNA VEZ POR TODAS!

Era el momento de confabular, quizás era el último momento de hacerlo en todo aquel juego de la vida y de la muerte en la que ambos se encontraban. La familia Capuleto era la que desde el principio parecía tener la batuta de mando y la que, por medio de sus acciones había hecho más por Verona Beach que cualquier otra familia. Desde eliminar a los traidores confirmados a instaurar la paz... pero la guerra aún no había terminado.

-Tenemos que buscar un plan para eliminar tanto a Caroline Montesco como a Mercucio Della. Es más que probable que el Padre Lorenzo no nos apoye en caso de sugerirle ir en contra de la mujer Montesco; pero si le convencemos de ir contra Mercucio Della nos libraremos para siempre del que nos ha estado matando.

-Si Caroline Montesco es lista, convencerá a Mercucio Della de trabajar con ella. Y ambas fuerzas son más que peligrosas... pues no solo pueden matar a uno de nosotros, sino a ambos...

La cara de Teobaldo se había nublado por un instante. Todo dependía de lo que aquel Hombre de Dios estuviera dispuesto de hacer. Si los tres concordaban y confiaban entre ellos podían no solo eliminar a Mercucio Della antes que este fuera una amenaza, sino aún tener la ventaja para acabar con Caroline Montesco.

-Votemos por Mercucio Della, convenceremos al Padre Lorenzo de ello... dejaremos sin sus apoyos a Caroline Montesco.

Aprieto con fuerza entre mis brazos a mi primo durante un momento y luego lo suelto, dándole tiempo a que se recomponga. Niego con la cabeza cuando me pregunta por nuestra familia del otro lado.

-Empecé a correr hacia ellos pero algo me trajo de vuelta, no pude hablarles...

Escucho en silencio a mi primo, y al final asiento.

-Lo que hay que hacer es provocar la duda en el corazón del padre. Hacerle ver que Caroline no es una buena mujer y que Mercucio es un asesino. Es un hombre de Dios, no podrá consentirlo...

Teobaldo asiente al plan de Christinne, pues pese a que el "Príncipe de los Gatos" fuera listo, sin lugar a dudas, Christinne iba dos pasos por delante de él; pues era evidente que el objetivo final era eliminar a la asesina de su prima; poner por fin punto y final a la existencia de los Montesco.

-Primero eliminaremos a Mercucio con la ayuda del Padre y luego eliminaremos a Caroline; terminando por una vez por todas con esa bruja zombie que no sabe morirse... ¿Tan difícil le resulta no descansar en paz que tiene que volver día sí y día también?.

La voz de Teobaldo tornó a impotencia con su última pregunta. Ellos habían sido los causantes del asesinato de Caroline; por lo que los traidores y asesinos habían sido quienes se habían encargado de eliminar a Christinne; ante los ojos de Teobaldo, ella era más inocente que la Virgen María, libre y pura de todo pecado.

Cuando la noche cayó sobre Verona Beach, Teobaldo Capuleto se quedó sentado en el Salón de la Mansión con pistola en mano a la espera de lo que fuera a ocurrir. Eran los últimos momentos que quizás podía permanecer en la mansión; si es que Mercucio Della lograba sobrevivir a los sicarios que le enviaron, lo más probable es que viniera al lugar... y si este hubo pactado con Caroline Montesco y el Padre Lorenzo también estuviera en el tintero... Incluso podría ser el fin de los Capuelto. Estos pensamientos no dejaban dormir a Teobaldo y lo mantenían en vela.

Después de dar medio millón de vueltas en la cama y de comprobar que soy totalmente incapaz de dormir bajo las escaleras en pijama y con un libro.

Al ver a Teobaldo allí me quedo parada un segundo y luego sigo andando hacia el amplio sofá, cogiendo una de las mantas que reposan en el respaldo de camino.

-Pues por lo visto hoy acampamos en el salón.- Comento mientras me tapo con la manta y abro el libro con calma, buscando una tranquilidad que no siento. Por lo menos ahora me siento un poco más protegida, con Teobaldo y su pistola a mi lado. Aunque parezco estar atenta al libro en realidad estoy prestando atención a todos los sonidos de la casa, esperando un ataque...

Era evidente que la preocupación de Teobaldo no solo era propia de él, sino que Christinne también parecía compartir su miedo por la oleada de asesinatos que hubiera por el lugar; pues a estas alturas de todo, parecía que a no ser que resucitara alguien, una situación bastante compleja y complicada para todos.

-Mañana por la mañana -Comenzó a contar, dudando si hablar o no- Pase lo que pase... Caroline Montesco debe desaparecer. Si Mercucio resultó ser el traidor final, como si no; hemos de terminar esto antes de que haya la posibilidad de que salgan de la nada más Montescos. Si muero, usa mi arma para acabar con Caroline, no dejes que el Padre Lorenzo se entrometa que probablemente apoye a los Montesco como ha venido haciendo hasta ahora.

Sus palabras eran determinadas. No iba a detenerse por nada del mundo con tal de conseguir ese objetivo. La muerte de Caroline -y a la espera de que fuera la vencida- tenía que ocurrir sí o sí; si querían librarse de esa familia de una vez por todas y para siempre.