Partida Rol por web

Me parece bien, creo que cuando pregunté esa es la equivalencia que me disteis. Además siempre podemos sencillamente negarnos a preparar el objeto en ese momento.

Entonces la cosa quedaría así:

-Vis para los mundanos: NO. Recibirán una asignación monetaria. Esto abre dos opciones:
a) recibir un reparto a nivel monetario similar al de los magos con las fuentes de vis, pero con las fuentes de ingresos.
b) asignación de 10 libras de plata al año, como si fuera un sueldo por ejercer el cargo correspondiente (y si no hubiera suficiente dinero por no haber ingresos netos, pues se retiraría de la Tesorería mundana o se dejarían a deber).

-Reparto de vis: gana la opción de redistribución variable.

-Cargos: OK. El cargo de Princeps llevará ligado un juramento en el que se indicará que actuará siempre en el mejor interés de la Alianza, por encima de cualquier otro, propio o ajeno al ocupante del cargo.

Abundando en el tema de la asignación o no de vis a los consors: me gustaba la idea por “forzar” a la Alianza a crearles objetos mágicos. Eso les haría más útiles (y con mayores posibilidades de victoria en las Aventuras) a la par que más influyentes y fieles (nadie más les puede suministrar objetos mágicos).

Por otro lado, con este sistema los objetos mágicos están más controlados (mientras no se saquee la Tesorería arcana, que, por cierto, tenía ya arcón con cerradura, ¿no?) y cabría la posibilidad de que los compañeros “compren” objetos con sus ganancias, saneando la economía de la Alianza. Sir Grègoire, ¿te apetece algún objeto? ¿un mapa mágico, tal vez? xD Coñas a parte, con la nueva asignación de dinero a los cargos mundanos, nuestro noble (si sigue en el cargo) prácticamente duplicaría sus beneficios netos originales, bien podría dedicar parte de éstos para la compra de objetos mágicos. Luego ya se vería cómo se resolvería el tema, dado que la Alianza no estaría obligada a dicha creación de objetos, por interesante que pudiera resultar.

También habrá algún momento en el que el Concilium decida simplemente que hay que conviene fabricar algún objeto mágico para ayudarnos en una Aventura, pero ahí no se cobraría al consors implicado, sino que se cogería el vis de la Tesorería arcana y un mago dedicaría una estación (o varias) a la creación de dicho objeto, que luego, eso sí, sería de propiedad de la Alianza. Creo que esa era la idea que teníais en mente, ¿no?

Por cierto, una cosa que no se había planteado: cargos vitalicios. ¿Qué os parece que el Bellator, por ejemplo, se ganara el cargo vitalicio si consiguiera un gran hito, como participar activamente en la derrota de Larzac?. ¿Qué os parece?

Bancarrota: Tenax, confías en el buen hacer de los miembros de la Alianza. Esto es cierto hoy, con nuestros magos bienintencionados, pero la idea es crear unos estatutos a prueba de miembros enemistados, malintencionados y/o despistados. Y en mayor número. ¿O no piensas tener fillius? ¿No te gustaría que alguno de ellos siguiera tu legado en Stricta Vallis?

-Princeps: de nuevo la idea es dotar el cargo de los poderes necesarios para evitar futuros problemas, no actuales.

- Tras pensarlo... creo que tal como se conciben los cargos podría interferir en mis obligaciones como abad. Como todos sabéis mi obligación es ocuparme de la fe y espiritualidad de todos los habitantes de la alianza. Si no he entendido mal el cargo de autócrata y las normas establecidas podrían suponer que no pudiera ejercer tales actividades. ¿Cómo podemos solventar mi deseo de ayudar y ser parte de la alianza con el respeto a mis obligaciones como abad? ¿sería posible dejar fuera de estas normas mis obligaciones como abad y que, respecto a las mismas, se admita mi autonomía?

Tenax se postula a Princeps, jurando primar a la Alianza por encima de su Casa.

En referencia a los objetos mágicos, lo que sí que se podría hacer es que fueran de la Alianza, por lo que si los mundanos los necesitan (los soldados para defenderla, Dolça para negociar o lo que fuera), los podrían pedir prestados al Tesorero Arcano y tras su uso devolverlos. De esta manera los Magos no estarían dando objetos mágicos a mundanos (no muy bien visto por la Orden) sino que estos objetos serían propiedad de la Alianza aunque los mundanos los podrían utilizar.

En referencia a la Bancarrota, posiblemente la Alianza debería convertir el oro fabricado en inversiones que aseguren unos ingresos anuales para pagar a los mundanos y asegurarnos de que no sea necesario un

Dado que 10 libras de plata son una cantidad muy elevada, yo impondría que los cargos requiran de un mínimo de 1 estación al año dedicada a la Alianza, o perder la asignación de ese año.

-Mi buen abad, sin ánimo de forzarle a nada, esta Alianza necesita de su buen hacer para organizarlo y que no caiga en un ineficiente caos. Sabéis que es cierto. y no es menos cierto que a vos y sólo a vos corresponde el cuidado de la abadía de Navacelles, con todo lo que ello implica. Estos estatutos, habréis visto, son inclusivos, no excluyentes, de tal manera que miembros tan dispares como nosotros -los magos- o vos podamos colaborar para conseguir algo mayor que todos. ¡Por supuesto que gozaréis de completa autonomía en los asuntos de la abadía y vuestras tareas y ocupaciones como pastor de las almas de esta comunidad! Sólo os pedimos que al menos mientra no consigamos un digno sustituto para vuestra labor como autócrata, dediquéis algo de tiempo a la Alianza. no quedará sin "premio" esta dedicación, y estoy seguro que daréis buen uso de lo obtenido gracias a vuestros servicios. Tal vez en forma de un lecho que restaure mágicamente las heridas o males de vuestros feligreses, o tal vez en forma de algunos dineros que puedan comprar los alimentos necesarios para que nadie pase hambre en esta comunidad. Coincidiréis que la perspectiva de colaborar es áltamente positiva, ¿verdad?

Orrin había dicho bastantes verdades y se había callado otras tantas, menos positivas: que habían perdido a Dolça y que sin ella se hacía difícil mantener los recursos económicos de la Alianza, o conseguir nuevos, haciéndose muy necesario el tener autosuficiencia y control en los gastos... y para eso hacía falta la colaboración del abad.

También era conveniente que, por mero roce, el religioso se acostumbrase a los excéntricos magos de la Alianza, cosa que no sucedería si éste se obcecaba en mantenerse aislado de ellos, tratando sólo con mundanos del valle.

- Si tengo la promesa de vuesas mercedes que tales actividades no impedirán en ningún caso que pueda ejercer mis obligaciones como abad, que en tales actividades gozaré de autonomía... no pongo pegas. Ya dije que ayudaría, y lo haré. Me encargaré de tales menesteres para ayudar a mis buenos amigos magos.

-No serán impedimento vuestras actividades, buen abad. Y seguro que de esta relación salen cosas magníficas, ya veréis -dijo optimista el mago enano.

Lo dijo y lo sentía con el corazón. Siempre había envidiado las grandes bibliotecas de los monasterios irlandeses, sus grandes libros iluminados con grandes letras capitulares. Gentes sencillas que hacían obras magníficas. Sí, eso era algo que le merecía respeto, como Phillipe, un hombre entero, piadoso y de buen hacer. Tenía casi menos confianza en sus propias acciones que en las suyas, lo que eran las cosas...

     -- Salve sodalis, he leido nuestros estatutos y me surgen un par de dudas sobre nuestro proceder en ciertos asuntos, el primero es sencillo, como debe actuar un miembro de la alianza si estando realizando un trabajo para el engrandecimiento de nuestra alianza es recompensado, dicha recompensa pasaria a manos de la alianza o quedaria como propiedad de dicho miembro de la alianza.

   -- Y otro tema importante desde mi punto de vista, si un miembro de la alianza causa consciente o inconscientemente algun daño a otro miembro o propiedad dela alianza, como tratariamos el asunto... 

     -- En cuanto al reparto de los peones, considero que estamos haciendo lo correcto, excepto por un pequeño matiz creo que antes de repartir los peones deberiamos hacer que la alianza tubiese una cantidad de ellos en reserva dado que en algunos momentos necesitaremos hacer uso de ellos inmediatamente sin poder esperar a que llege el momento de poder intercambiarlos con otra alianza.

   -- Quiero decir, por ejemplo, todos los años debemos lanzar nuestro Aegis y es posible que estemos sin peonesde Vim o en su defecto Rego y algo mas doloroso para todos si sucede, dios no lo quiera, quiza uno de nosotros o nuestros aliados sea herido y se precisen una serie de peones de Corpus para usar sobre esta persona " La mano curativa del quirurjano"

─Salve, Silvanus, me alegra que hayas mostrado este interés sobre los Estatutos de la Alianza ─dijo Orrin, el encargado de mantener los estatutos lo más al día posible, con buena redacción y coherentes con todo lo que se había ido aportando a los mismos por sus miembros─ Respecto a vuestra primera pregunta, creo que dicho punto, el de las recompensas durante el desarrollo de estaciones de servicio para la Alianza, no se ha discutido previamente. Mi parecer es que quien consiga beneficios durante una de esas estaciones, debería donar la mitad a la Alianza (redondeando hacia arriba) y quedarse con la otra mitad. Es decir, si consiguiera 5 peones, donaría 3 y se quedaría 2.

No era una mala reflexión: con este reparto se premiaba el buen desarrollo de actividades a favor de la Alianza a la vez que lograba que los magos no se tomaran la estación como de engrandecimiento personal. Y de paso se reforzaba un poco más la propia Alianza, que desde el punto de vista de su bibliotecario debía ser protegida y "mimada" para que creciera fuerte y les pudiera ayudar y proteger a todos.

─Por cuanto decís de los daños, el propio Código de Hermes ya estipula qué se puede y no hacer, pero en aras de concretar, yo diría que son dos asuntos diferentes. Los daños a bienes de la Alianza deberían ser cuantificados y cualificados por el resto de miembros, disponiéndose la sanción apropiada, que siempre debería ajustarse a los daños ocasionados y algo más para motivar un comportamiento más correcto o menos inapropiado en subsiguientes ocasiones. En este caso la intencionalidad o falta de ella deberían ser las mayores directrices a la hora de juzgar el castigo. En cuanto a los daños a otros miembros de la Alianza, de nuevo habría que hacer una distinción: por un lado estarían los magos herméticos y allegados, y por otro estarían los mundanos. Para magos y consortis con cargo, deberíamos aplicar el Código, es decir, la muerte se pena con muerte, los daños se castigan en función de cuánto tiempo aparta de sus estudios al afectado. Los mundanos, por contra, aunque deben ser protegidos por el bien de la Alianza, no gozan de la protección del Código, así que yo optaría por una multa, más cuantiosa cuanto mayor fuera la importancia del afectado. Incluso plantearía un resarcimiento por parte de la familia, si es que la tiene...

Un tema delicado el de los daños y un gran fallo no haber pensado en ello hasta entonces, aunque la verdad es que el buen hacer de los miembros fundadores no hacía pensar en que ese tipo de cosas fueran a suceder, ni pronto ni tarde.

─Ah, el reparto de vis. Sí, está claro que hemos establecido un sistema justo de reparto, de eso no cabe duda, pero tenéis razón, maese Silvanus, en que deberíamos conseguir que nuestra Alianza dispusiera de reservas de vis para poder afrontar los contratiempos. No obstante, más allá del Aegis, esta es una Alianza primavera, en sus inicios, y nuestras fuentes no son tantas como nos gustaría, no ha habido tiempo para tener una reserva digna, es cierto, pero a este ritmo en unos cuantos años... En cualquier caso, más que un tema de estatutos, creo que este tema sería más apropiado tratarlo en un concilio. Os invito a que hagáis la propuesta, en los términos que más os plazcan, como que prescindamos unos años del cobro en vis para generar algún ahorro, sustituyéndolo por dinero. Como mejor os parezca, de verdad.

Una invitación sugerente e interesante a partes iguales. Si algo tenía en estos momentos la Alianza era precisamente oro, así que repartírselo no sería ningún disparate. Aunque las cuentas del reparto se hacían, por estatutos, en base a lo recaudado cada año, bien se podría hacer una excepción y retirar algunos dineros de la Alianza para sustituir el pago en vis por pago monetario. Una equivalencia válida podrían ser 5 ó 10 libras de plata por cada peón que hubiera de ser cobrado. En ese caso estaríamos hablando de... vaya, entre 60 y 120 libras. Unos buenos dineros, ciertamente.