Partida Rol por web

1 de Marzo de 1922.

Como cada mañana llegas a primera hora en la línea 12 del metro a la oficina del sheriff, situada en la esquina entre el Dorado y la avenida Weber justo en frente de la oficina atwood printing.

Como siempre, el sheriff Waxter está leyendo el periódico sentado detrás de su mesa mientras toma su enorme taza llena hasta de café americano recién hecho.

Buenos días Roger. -te dice en cuanto entras.

Ring, ring, ring

Una llamada perturba su lectura y el Sheriff deja el periodico sobre la mesa donde alcanzas a leer varios titulares.

Egipto obtiene por fin la independencia.

Tras meses de lucha, los gobiernos británico y Egipcio han llegado por fín a un principio de acuerdo por el que la colonia....

Cena de gala en honor del alcalde.

Ayer se celebró una cena ofrecida al alcalde por los miembros de la asociación la puerta y la llave con la presencia de los más importantes representantes de......

Nosferatu llega a Stockton.

Tras semanas de espera, la escalofriante película de FW Murnau llega a los cines de Stockton, con  Max Schreck en el papel de......

Los ajustes de cuentas entre bandas de rivales llegan a la bahía de San Francisco.

Primero Ciudad Vallejo, luego San Francisco y más recientemente Oakland ya son varias ciudades de la bahía las que han sufrido estos espantosos crímenes...

Aquel miércoles era como cualquier otro en la vida de Roger. Se había levantado temprano, como siempre, bebió su café negro, sin azúcar, como siempre, tomó el metro a la misma hora, puntual como siempre. Hoy tendría que enviar esa carta a su madre, seguramente ya estaría preocupándose al no tener noticias suyas, pese a que le había enviado otra hacía 2 semanas, pero así eran las madres.

Cuando entró al edificio saludó cortés a todos los que se cruzaron en su camino. Al llegar a la oficina del sheriff se detuvo y saludó con un movimiento de cabeza a su jefe mientras tomaba el teléfono.

Inmediatamente le llamó la atención el titular que hablaba de ajustes de cuentas entre bandas. Su ojo profesional se puso a analizar las repercusiones inmediatas de la noticia. Era posible que aquellos disturbios lleguen a Stockton, o que de las localidades vecinas pidan refuerzos, no era nada extraño cuando había casos difíciles. Ya averiguaría de que "espantosos crímenes" se trataba. Sin embargo, aguardó de pie que Waxter termine de hablar para ver de que se ocuparía hoy, ya que el día anterior había terminado de llenar los papeles del asunto de la licorería.

No............No, nosotros no hemos sufrido ningún ajuste..................No................. Por supuesto que no ... ............... En nuestra población no hay crimen organizado señor fiscal general................... No, esa gente trabaja y no se mete en líos, por lo menos no en mi ciudad................... Completamente seguro fiscal general................. Sí, que tenga un buen día usted también. Adiós, adiós.

Luego cuelga el teléfono algo asqueado.- Era el fiscal Hudson.- Te dice.- Está obsesionado con los ajustes entre bandas. Como si pensase que puede ocurrir uno aquí en Stockton.- Niega con la cabeza.- Hijo. La gente de aquí son buena gente. Personas temerosas de Dios, no unos vulgares mafiosos como los de New York. Pero por mucho que estos días me he cansado de repetírselo el fiscal no parece dispuesto a creerme.

¿Terminaste el informe de la licorería? - pregunta tras desahogarse.

- Si jefe -contesta rápido Roger-, desmantelada y todo en manos de legales ahora, entregué el informe a Rosie ayer a última hora. 

El ayudante del sheriff cambia los pies de posición, aunque manteniendo sus manos en la espalda, respetuoso pero inquieto.

- Disculpe que me entrometa, sheriff, pero tal vez deberíamos mover algún contacto aquí y allí para ver que todo esté en orden. Ya sabe, eso de prevenir antes que curar...         No quiero meterme en lo que no es asunto mio -se apresura a aclarar, remarcando el respeto que el hombre sabe que le profesa el muchacho-, es sólo una sugerencia, señor.

¡Bah! No creo que haga falta.- Te dice con un gesto de la mano.- Aquí no tenemos crimen organizado, pero si te apetece indagar un poco. La mañana se presenta bastante tranquila después de cerrar el asunto...

Ring, ring

El teléfono vuelve a sonar interrumpiendo al Sheriff. ..el asunto de la licorería.

¿Diga? Si... Ya veo. ¿Seguro? Si. En seguida mando un agente.

En cuanto cuelga vuelve a hablarte.- Se acabó la mañana tranquila. ¿Sabes dónde está el restaurante fiesta mexicana? Ese donde sirven el cubo de cangrejos. En el cruce de South El Dorado con la sexta.

Un niño dice haber visto un muerto justo en el descampado de enfrente. No será nada, pero acércate a ver.

Aunque el destino esta cerca, a menos de dos millas, andando te costará casi media hora, así que decides coger el vehículo oficial del aparcamiento para dirigirte al cruce entre south el dorado con la sexta, lo que te permite llegar en cinco minutos.

Aunque tienes tiempo de sobra para hacerte bastantes preguntas ¿Estará el chico en lo cierto o se habrá inventado esa historia para evitar ir hoy a la escuela? Si no se lo ha inventado, ¿Estará relacionado con los ajustes de cuentas de los que habla el periódico?

Aparcas el vehículo oficial en el parking del restaurante mexicano, que se encuentra vacío en estos momentos, y bajas de él. Aparentemente no hay rastro ni del niño ni de nadie por los alrededores ni tampoco de ningún muerto en el descampado que hay enfrente, pero estás demasiado lejos como para poderlo asegurar al cien por cien.

Roger iba haciendo suposiciones sobre que era lo que se iba a encontrar. Un muerto podía significar muchas cosas. Una de ellas era la posibilidad de hacer justicia, sin dudas, pero otra a la que Roger no daba la espalda, era la posibilidad de resolver un homicidio. No era lo mismo atrapar a un ladronzuelo de tres al cuarto que resolver un caso de asesinato. Aquello era lo que pondría tinta de la buena en su expediente.

Cuando llegó al lugar parecía desolado. Esperaba que el chico supiese inglés porque todo lo que podía decir el agente en español era "buenos días", y ni siquiera sabía que demonios significaba. 

Se acercó hasta la puerta, observando a uno y otro lado para discernir si había alguna noticia del chico, del muerto o de cualquier otra persona en los alrededores. Si no veía a nadie, procedería a tocar la puerta.

Miraste a tu alrededor buscando alguien a quien preguntar pero no había absolutamente nadie. La zona estaba desierta. Te acercaste a la puerta del restaurante, la puerta estaba cerrada pero tocaste dos fuertes golpes con tus nudillos.

Adelante.- escuchas en un idioma que no entiendes aunque por la entonación sabes que es español.

Nunca habías estado allí, pero era como otros muchos restaurantes de comida mejicana que estaban floreciendo en aquella parte de la ciudad, lleno de mesas de madera y bancos corridos en los que servirían fajitas y burritos.

Un hombre que parece un camarero te mira preguntándose cuáles son tus intenciones y pregunta desde detrás de la barra.- ¿Qué se le ofrece?.- Aunque esta vez lo hace en inglés, su acento es tan fuerte que apenas llegas a entender media frase.

Roger observó extrañado la falta de curiosos. ¿Donde estaban todos? ¿Quien había llamado a la oficina del sheriff? Cada segundo se hacía mas concreta la posibilidad de que todo fuera una travesura. 

Sin embargo el protocolo indicaba que no debía darse por vencido. Después de todo, si había sido un asesinato premeditado, el asesino tal vez no deseaba que se le diera mucha publicidad a su "obra".

El mejicano (raro sería que fuera de otra nacionalidad, hablando en español y en un restaurante mejicano, aunque todo podía ser) no parecía estar muy conmocionado por ningún deceso, pero Roger necesitaba llegar al fondo del asunto. "Adelante" sonaba como un nombre, aunque el agente no estaba muy seguro. Afortunadamente, al ver su perplejidad, el hombre habló en un forzado inglés.

- Buenos días, buen hombre -saludó con corrección. Soy el agente Morris, de la oficina del sheriff, y vengo a investigar una denuncia. ¿Sabe algo de un cuerpo que han encontrado en el descampado de aquí enfrente? ¿Un niño, tal vez?

Yo no sé nada de ningún muerto.- Por su tono de voz y porque tu no has hablado de ningún muerto piensas que miente.- Tengo los papeles de inmigración completamente en regla agente.

Hará cosa de diez minutos entró un chico solicitando una cabina pública, le indiqué se arrimará dos cuadras más al centro donde hay una.

No lo había visto nunca.- añade sin que le preguntes.
 

- Escuchame, "Adelante" *, yo no hablé de muertos y no te pregunté si conocías al chico.

Roger hace un silencio de unos segundos, tratando de provocarle incomodidad. Aquel tipo sabía algo.

- ¿Sabes cual es la pena de encubrimiento? De 3 a 6 años. Y eso si tienes un buen abogado, porque si el fiscal Johnson tiene un mal día comienza a acumular cargos como ladrillos. Y creeme, los he visto convertirse en rascacielos, el hombre es un artista cuando se ensaña con alguien que entorpece su investigación, es como un perro de presa.

Nuevamente deja pasar un par de segundos, mirando alrededor, y gesticula como quien ha recordado algo.

- Oh, y me alegro de que tengas los papales en regla, siempre es bueno saberlo. También espero que toda tu familia los tenga. Y tus amigos. ¿Quien sabe que podría sucederte si estuvieras en conocimiento de un delito y lo encubrieras, no? Pff, pero no me hagas caso, sólo es conversación amistosa...    Oye, ¿seguro que no sabes nada extraño que haya sucedido por aquí?

No queremos problemas.- Contesta atropelladamente a tus amenazas.- Somos gente honrada y tenemos todos los papeles en regla.- Repite como si fuese un mantra fuertemente aprendido.- No queremos problemas.

Alfredo Sanches, el chico de los Sanches, descubrió algunos negros muertos en el descampado de acá enfrente. Entró asustado y conmocionado. Le envié derechito a su casa con su abuela. Dios no debería permitir que un niño viera esas cosas.- Se santigua y besa una imagen que cuelga de una cadena de oro que descansa sobre su cuello.

Mandé llamarles justo después. No queremos problemas con la ley.

- No tendrás ningún problema, Adelante, no te preocupes -responde Roger con calma. Nunca había sido su intención denunciarlo, pero necesitaba la información. Ahora, voy a necesitar la dirección donde ubicar al pequeño antes de marcharme.

Luego de obtener la dirección iría directamente al descampado. Maldición, el tal Adelante había dicho "negros", en plural. Esto se ponía feo. Sonaba como esos ajustes entre bandas de los que habían hablado mas temprano con el sheriff Waxter. No iba a caerle nada bien la información a su jefe, pero antes tenía que obtener mas información. Esperaba que los muertos sean "sólo" dos. Una masacre traería mas atención de la necesaria, y no se podía trabajar así, en medio de un circo mediático. Había que contener la situación, y para eso primero se dirigiría al descampado y luego iría a ver al chico.

El camarero respira algo aliviado al enterarse que no habrá denuncias por encubrimiento ni llamada a inmigración.

Los Sanches viven en la calle San Joaquin. Antes de llegar a la octava, pero no sé el número. Puedo hacerlo llamar si lo desea.

Decides que es mejor que venga el chico al restaurante que tenerte que desplazar hasta casa de sus padres para interrogarlo, y así se lo pides al camarero justo antes de salir.

Cruzas la calle para llegar al descampado y los ves. Lamentablemente son más de dos los cuerpos que se amontonan en mitad del descampado. Te preguntas por qué no hay cientos de mirones alrededor, estás en mitad del barrio hispano y todos los muertos son negros, la mayoría de los habitantes del vecindario saben que no les comviene saber absolutamente nada de lo que ha podido pasar allí.

Poco a poco, paso a paso, te acercas hasta los cadáveres, cuando estás ya menos de cuatro metros ya puedes contar su número son seis los muertos en aquel descampado, cuatro hombres y dos mujeres todos de raza negra, desde donde te encuentras todavía no eres capaz de saber cómo han muerto.

En ese momento te preguntas si ha llegado la hora de pedir refuerzos o vas en busca de la información que intuyes te pedirá el sheriff.

Roger camina con cuidado por el descampado. Mientras se va acercando observa a su alrededor a cada paso para no perderse ninguna pista que haya podido dejar el, o mas probablemente los, asesinos. 

Al llegar cerca del lugar hace intenta divisar desde donde está si hay alguien que pueda estar mirando, algún transeúnte o un auto aparcado. Mientras tanto se plantea si pedir refuerzos o no, pero no parece que haya ningún apuro, salvo que alguno de aquellos hombres pudiera estar con vida, aunque no lo parecen. A Roger le habían enseñado en la academia que existen estados que se asemejan muchísimo a la muerte, pero no lo son, por lo que había que analizar la situación con cuidado.

Seis fiambres, mierda. Y todos negros. Esto podría ser del clan, aunque no veo cruces en llamas. Bueno, tal vez han hecho algún "trabajillo" en la carne de los pobres diablos. O claro, podrían ser estos famosos ajustes de cuentas. En fin, habrá que verlo, vamos Roger, ármate de coraje y adelante.

Finalmente decide acercarse hasta ahí, para tener un mejor panorama de la escena del crimen. 

Al acercarte compruebas con horror que todos han sido degollados, un fino corte recorre sus gargantas dejando la traquea al descubierto y que todos tienen un extraño símbolo grabado con un cuchillo a la altura del externon, no sabes si fue hecho antes o después de que los matarán, aunque intuyes que el informe del forense te sacará de dudas.

De lo que estás completamente seguro es de que no murieron en este descampado, pues ni una sola gota de sangre manchá el suelo que pisas, y este tipo de muerte conlleva un gran desangramiento.

Las tripas se te revuelven mientras miras con detenimiento aquellos cadáveres en busca de alguna pista pero no encuentras nada hasta que miras al último de los hombres. Lo reconoces, tenía una peluquería en la zona norte de la ciudad, la semana pasada presenció un robo en mitad de la calle que tú investigaste y colaboró como testigo.