Partida Rol por web

tal como me dio los pergaminos intente leerlos, intentando no activar el conjuro, si es que habia alguno de ellos. Aunque pensado que con tan poca luz no podria leerlos bien, se los volvio a guardar.

Reigan acudió raudo y veloz a cumplir con la tarea asignada por Rohar mientras Saerwen tomó los pergaminos. La elfa se dispuso a guardarlos pero la curiosidad la invitó a echarles una rápida ojeada. A pesar de la escasa iluminación su contenido no es ninguno misterio para ella, revelándose ante sus ojos las siguientes palabras mágicas: Lentitud, Retener Personas, Toque Vampírico y Bola de Fuego. Una pequeña sonrisa escapa de sus labios al leer las últimas palabras, viendo la posibilidad de realizar la idea del enano en la palma de sus manos.

El grupo se reúne dispuesto a continuar la travesía hacia el lado este de los túneles, todos excepto Rohar cada vez más agobiados por una creciente claustrofobia. El pasadizo se va estrechando progresivamente cuando la figura de un hombre completamente uniformado de negro se muestra a escasos metros y avanza hacia ellos. Reigan trata de alertar al grupo pero ya es demasiado tarde, pues a pesar de que el humano no les puede ver su oído ya les ha detectado. 

- ¿¡Quién anda ahí!? ¿¡Eres tú, Ishan!? ¡Contesta! - Grita con brusquedad, haciendo retumbar el eco de su voz entre las paredes de la cueva...

Los peores presagios de rohar se hicieron realidad mientras aquella funesta figura aparecia por el tunel.Por los sietes infiernos ya nos han descubierto. Las opciones eran pocas o luchar o morir.

Rapido acabemos con el compañeros, no titubemos susurro a sus compañeros pensando con rapidez como podrian evitar que aquel hombre diese la alarma, quien sabe cuantos enemigos podrian acudir en su ayuda.

moradin ho gee my jou krag om die stilte te dagvaar las magicas palabras de Rohar llenaron el oscuro tunel mientras solicitaba la ayuda de su dios, para que aquel combate fuese un embite mortal, un embite mortal y silencioso.

Por Moradin tenemos que acabar con este rufian en pleno silencio antes de que de la alarma penso Rohar mientras se lanzaba al combate aullando en silencio su grito de guerra.Por Moradin, por Redhammer!!!

saco el arco ya que cualquier conjuro podria resonar por las cueva y seria una estupidez gastar un pergamino de dormir con esa sola criatura.

--- Comienza el combate: Rohar, Saerwen y Reigan contra Tazak. ---

1 - Rohar: Moradin ho gee my jou krag om die stilte te dagvaar! - El enano extiende su dedo índice a la vez que un haz de luz engulle todo el sonido del túnel, deteniendo el viaje del eco de las palabras del humano. Ahora ningún ruido puede entrar ni salir del área.

2 - Reigan aprovecha el silencio absoluto y que el hombre no puede ver en la oscuridad para fundirse en las sombras.

3 - Saerwen tensa su arco y dispara, pero no consigue acertar.

4 - Tazak avanza hasta Rohar aprovechando la momentánea luz que ha causado su conjuro y desenvaina una enorme espada con semejante impulso que consigue atravesar la protección de la armadura del enano (Rohar recibe 5 puntos de daño).

5 - Rohar contesta furioso al ataque del hombre, pero la sorpresa y el dolor le impiden apuntar bien y su martillo golpea el aire.

6 - Reigan abandona su escondite y se abalanza con su daga contra la espalda de su enemigo, ejecutando un ataque furtivo a la perfección. Su víctima intenta chillar de dolor pero las palabras no salen de su boca (7x2 = Tazak recibe 14 puntos de daño).

7 - Saerwen recarga y dispara de nuevo, pero intentando no acertar a Reigan termina por tampoco acertar en su objetivo.

8 - El hombre malherido ya no tiene luz con la que orientarse y a ciegas intenta rebanarle el cuello al halfling que le acaba de apuñalar, pero falla en el intento.

9 - Ahora Rohar apunta mejor y con toda su ira descarga el martillo contra la cabeza del bruto humano. El golpe es tan sonoro que, si no hubiera sido por su conjuro de silencio, el porrazo se hubiese escuchado en todo el túnel. El hombre lucha por mantenerse en pié. (Tazak recibe 5 puntos de daño).

10 - Reigan extrae la daga del cuerpo del tosco sólo para insertarla de nuevo en la herida ya abierta y retorcerla en su interior. La sangre mana del costado del humano que está sufriendo un dolor insoportable (6x2 = Tazak recibe 12 puntos de daño).

11 - Saerwen decide que a la tercera va la vencida y apunta con semejante certeza que impacta de lleno en el pecho del humano. Por desgracia, su uniforme tiene bajo sí una protección acolchada que la flecha casi no consigue atravesar (Tazak recibe 1 punto de daño).

12 - Tazak no consigue reunir el valor necesario para seguir combatiendo y, consciente de la profundidad de sus heridas, intenta huir.

13 - Rohar trata de asestar un martillazo final, pero su objetivo se está moviendo y se le escapa.

14 - Reigan imita al enano, pero su daga sólo consigue cortar las sombras.

15 - Saerwen es la última esperanza del grupo. El humano ya está consiguiendo alejarse pero la flecha de la elfa se lo impide, clavándose en su gemelo y obligándole a caer contra el suelo.

16 - Tazak ha perdido demasiada sangre y los numerosos golpes que ha recibido terminan por arrebatarle el conocimiento. A los pocos segundos su cuerpo cesa de respirar con el mismo silencio sepulcral con el que cayó.

--- Conclusión: El grupo ha vencido a Tazak sin haberle permitido pedir ayuda. Rohar herido leve, el resto ilesos. ---

Rohar palideció por momento mientras veía como su enemigo marchaba alejándose por el oscuro pasillo en busca de refuerzos Será nuestra perdición . Gritos mudos de panico salian de su boca mientras desesperado observaba como su martillo hendía el aire incapaz de alcanzarle, el ataque desesperado de Raegis tampoco logró frenar la huida del enemigo, y cuando la figura ya desaparecida en la penumbra, sintió un zumbido en el aire, una flecha que pasó por encima de sus cabezas y certeramente se hundió en la pierna de su enemigo. Silenciosos gritos de júbilo del enano llenaron la cueva mientra palmeaba a la elfa, el peligro por momento había pasado.

El corte de la espada aun sangraba y el dolor devolvió a la realidad a Rohar, aun quedaba mucho por explorar en aquella cueva infestada de peligros que solo los dioses conocían. Aun así no era nada peligroso y con la ayuda de la curación de su dios, la herida pronto sanaria.

Hizo gestos con las manos a sus compañeros para arrastrar y registrar el cuerpo caído, Será mejor alejar el cadáver del pasillo y luego seguir por el mismo pasillo, aunque seguramente haya más enemigos, tenemos el factor sorpresa, deberíamos continuar por el mismo pasillo, en la cueva donde estaban los barriles habrá que discutirlo.

Tras registrar el cadáver del hombre y no encontrar nada de utilidad, la compañía avanzó dentro de la agonizante necesidad frustrada de expresar toda la adrenalina que acumularon durante el combate. Reigan movía los labios pero ningún sonido se abría paso entre ellos, mientras trataba de averiguar preocupado la profundidad de la herida que había recibido Rohan. Este trató de no darle importancia e intentó canalizar las energías de Moradin para conjurar un hechizo curativo. Lamentablemente, su deidad tampoco pudo oírle debido a la burbuja mágica en la cual se encontraba.

Entonces el enano hizo un par de gestos para continuar en la dirección que estaban siguiendo, a lo cual todos afirmaron. Caminaron durante un par de minutos y alcanzaron a visualizar el fondo del pasadizo, prácticamente vacío a excepción de una robusta y alargada caja colocada a desdén en una esquina de la pared de piedra. Justo en ese punto habían caminado unos treinta metros, momento en el cual la influencia del hechizo de Rohar cesó de obrar en ellos. Cuando volvieron a ser conscientes de sus pisadas y de su propia respiración, los tres suspiraron aliviados y aprovecharon para hacer un pequeño parón que Reigan utilizó para examinar la zona.

Amigos míos, parece que por fin llegamos al final de esta horrible pesadilla. Aunque después de todo las cosas no nos han ido tan mal, lo único que nos queda por conocer de esta cueva es esa dichosa caja... Después podremos decidir qué hacer con la pólvora de esta gentuza. - Reigan trataba de ocultar las ganas que tenía de volver a la superficie, pero no lo hacía nada bien. 

Esa caja de ahí... - Dijo señalando con la cabeza. - Me parece sospechosa. No creo que haya sido colocada por casualidad. Debo admitiros que yo nunca he sido un buen trampero... Lo mío es el estilo sigiloso y escurridizo pero no se me dan nada bien los mecanismos ni ningún tipo de manualidad. - Admitió sin ninguna vergüenza. - Dicho esto, os comento que le he dado un vistazo rápido a sus alrededores y no he detectado nada fuera de lo usual. Podría dedicarle un examen más riguroso si quisiera estar seguro, pero eso me llevaría más tiempo y podría ponernos en peligro y... ¡Bueno! ¡Lo cierto es que yo tengo pocas ganas de seguir aquí abajo encerrado! ¿Para qué mentiros? Estoy deseando volver a respirar aire puro...

Por lo que si alguno de vosotros se atreve a ponerle la mano encima a ese contenedor, adelante. - Prosiguió cuando recuperó la calma. - ¡Pero no seré yo!

Rohar sonrió abiertamente, una sonrisa clara y franca que se distinguía a través de su velluda barba, Tranquilo Maese Reigan dejarme a mi con paso tranquilo se dirigió hasta el centro de la sala, y susurrando palabras magicas entono su canto de ayuda a Moradin O moradin ukuhlakanipha kwakho Guien me me izingibe revala kanye izimfihlo kule ndawo, su mirada se paseo atentamente por la habitacion esperando que con la ayuda de su dios se le desvelasen las posibles trampas que pudiera haber.

En lo mas profundo de su mente aun se debatia que hacer con aquellos barriles de polvora, pero algo dentro de el percibia que no todo el peligro habia pasado aun.

El presentimiento de Rohar había sido bien acertado. En cuanto el enano pronunció las palabras de auxilio a Moradin, su mirada se dirigió automáticamente hacia una pequeña rendija que se abría paso entre las rocas de la pared. Antes ni se había fijado en ese detalle, pero ahora le era demasiado obvio. El peligro no estaba en la caja, sino frente a ella.

Rohar le hizo una seña a Reigan quien rápidamente se puso manos a la obra. Con sumo cuidado desmontó las piedras que estaban colocadas como tapadera para descubrir el dispositivo bajo ellas: Un resorte mecánico que dispararía una flecha goteando veneno a quien quiera que se aproximase a la caja. Por suerte el mecanismo era de confección burda y sencilla y hasta un patoso como Reigan era capaz de desactivarlo sin problemas. Cuando concluyó la tarea, Rohar procedió a abrir la caja con tranquilidad.

La caja se abrió por si sola, como si la madera se apartase ante el tacto de Rohar. A su vez, un brillo reluciente emanó de su interior y cegó momentáneamente los ojos del enano. Cuando pudo observar mejor, tuvo que frotarse de nuevo los ojos para asegurarse de que no estaba soñando. 

Un hermoso martillo de guerra y dos preciosas espadas, una ancha y otra larga, se desvelaron ante él envueltas en un aura luminosa. Todas las armas se encontraban en un estado de perfecta e impoluta limpieza, sin un sólo trazo de oxido en sus filos a pesar de la invasora suciedad y humedad que asolaba la cueva. Instintivamente, Rohar tomó el martillo y lo blandió en el aire. El material era de primerísima calidad, su potencia era devastadora y para rematar la faena el equilibrio del arma era perfecto. Todo parecía indicar que el enano acababa de descubrir a un nuevo amigo...

El enano sonreia de oreja a oreja mientras enarbolaba el precioso martillo en alto por encima de su cabea, por unnos momentos estuvo tentado de golpearlo con fuerza contra su escudo y dejar que el grito de guerra del clan resonase por los pasadizos de aquella cueva, como tantas veces habia oido contar a los ancianos del clan, pero descarto la idea siendo consciente de los peligros que podia encerrarse en aquella cueva.

Con un gesto amable ofrecio las otras dos armas a sus compañeros, la elfa y aquel halfling, tomad cada uno una de estas armas, es lo justo, utilizarlas o venderlas, lo dejo en vuestras manos.

Bien continuemos explorando los tuneles que llevan a la salida, con suerte solo encontraremos el enemigo de la puerta y quizas se rinda. Amigos hemos tenido suerte hasta ahora, ojala que moradin nos guie y terminemos asi nuestra aventura.

Vamos Reigan y que vuestro animo no se turbe por estar bajo tierra, no os pasara nada al lado de un enano del clan redhammer bromeo con una sonrisa mientras encaraban la salida de la camara hacia el pasillo.

Los compañeros de Rohar aceptaron de buen grado su amabilidad, no sin quedar gratamente sorprendidos. Aquellas armas poseían sin duda un valor excepcional y el enano acababa de demostrar su enorme valía, no sólo como compañero de armas sino también como amigo.

Llevado a cabo el reparto el grupo se dirigió hacia el túnel de salida, evitando conectar con la peligrosa sala que albergaba los barriles de pólvora. Pasado el cruce de los pasadizos, los tres aventureros visualizaron la luz danzante que procedía de la llama de la antorcha colocada en la entrada. Reigan agarró con firmeza su daga y Rohar apretó el mango de su martillo nuevo, preparado para estrenarlo en cualquier instante.

Por ser el más corpulento (y también el más valiente) de los tres, Rohar encabezó la marcha con paso lento pero firme. No obstante, no encontró nada de lo que esperaba encontrarse. De hecho, no encontró nada. Sorprendentemente, la entrada a la cueva estaba vacía, y el guardia que recordaban vigilándola ya no estaba allí. ¿Cuál podría ser el motivo de su ausencia?

Los tres compañeros corrían por el túnel amparados por la oscuridad del túnel, la adrenalina previa del combate empezaba a correr por sus venas, cuando de repente.

Arghhh donde se ha metido esa maldita rata Rohar maldecía por haber podido blandir su martillo, estaba seguro que alli tenia que haber un enemigo.

Sus ojos buscaban por todos los rincones a la posible amenaza. mientras su mente se esforzaba por encontrar una solución a aquel misterio.

Tiene que haber huido en busca de ayuda, maldita rata cobarde, así moradin le queme en los fuegos de sus fraguas se giró hacia la gruta apresuradamente.

Vamos tenemos que hacer explotar esos barriles, no podemos permitir que caigan en manos de esas calaveras de nuevo exhortó a sus dos compañeros mientras caminaba hacia el interior de la gruta maldiciendo en murmullos ininteligibles, esta claro que al enano le hubiese gustado llevarse esos barriles con el.

Malditos bastardos esos barriles habrian sido una gran ayuda en defensa del puerto, tenemos que apresurarnos y llevar al prisionero con nosotros para interrogarlo, que moradin me ayude en este dia, lo voy a necesitar