Partida Rol por web

Llevas mucho tiempo buscando respuestas, muchas noches perdidas, muchos riesgos asumidos, y muchas aventuras calificables de exitosas solo desde algunas perspectivas. Y tras recorrer el mundo en busca de respuestas, ¿es posible que estas estuviesen en realidad tan cerca?

Nueva York. Considerada por algunos el centro del mundo occidental, y desde una perspectiva cultural y financiera quizá lo sea, pero la ciudad también tiene su lado tenebroso. Oscuros callejones esconden todo tipo de personajes, gentes de gran poder, algunas de ellas sin escrúpulos en utilizar sus dones para sus propios fines. Y de entre todas esas personas, hay una que ha acabado dentro de tu radar, y actualmente responde al nombre de Sylvia Nettlebaum.

Cuando leíste el nombre de casualidad en los créditos de un documental sobre mitología neoyorkina se te quedo grabado en la mente. Estabas segura de que habías oído ese nombre.

No fue sencilla revisar libros, textos y cartas en busca de referencias a la señorita Nettlebaum, de hecho fue extremadamente difícil, pero tú nunca te has dado por vencida fácilmente, y no lo ibas a hacer cuando tu instinto te decía que había una pista. Tu obcecación fue recompensada con creces.

Sylvia Nettlebaum resulto ser uno de los nombres utilizados por alguien que te era mucho mas familiar, Adria alias “la bruja”. Durante un tiempo Adria sirvió al Barón Mordo y más de una vez se enfrento al doctor Strange hasta que desapareció.

Los rumores decían que murió, que fue a otro plano y tantas otras historias sobre el final de la mujer, pero aquí esta de nuevo, en Nueva York, de vuelta a su ocupación de periodista. Demasiado bonito para ser verdad, pero sin embargo ahí esta, a tu alcance, y con ella quizá también algunas de las respuestas que buscas.

El dia cubre Nueva York con su manto de luminosidad, y una mujer, una periodista morena sale del edificio para comenzar su jornada laboral. Necesitas una oportunidad, un lugar donde acercarte a ella, y quizá, con suerte, cogerla por sorpresa.

Susan se subió la capucha de su ancha sudadera. Lo bueno de Nueva York era que podías ir vestido de la manera que fuera a la hora que fuera sin levantar sospecha. Ahora susan tenia todo el aspecto de alguien que sale a hacer footing al fresco de la noche. Se va acercando lentamente intentando no entrar en el campo de visión de Adria. Lleva en el cuello un amuleto que creo la noche anterior y que le ayuda a ocultar su presencia mágica. La sigue por las calles de Nueva York buscando el momento idóneo para acercarse a ella.

Adria avanza ahora mas rapido, y por un momento dudas si te ha visto acercarte por dificil que parezca, pero tras varios giros llegas a la conclusion de que sencillamente es cautelosa.

Tras un par de minutos caminando llega al barrio chino, entra en un callejon y desaparece tras una pequeña que habria pasado desapercibida si no la hubieses visto entrar por ella.

Se mordió el labio como siempre que ocurre algo que le preocupa. Le parecía muy peligroso seguir a Adria mas allá de aquella puerta pero no quería perder la oportunidad. Paso de largo caminando, intentando parecer indiferente pero observando atentamente los alrededores por si detectaba presencia de cámaras, o de alguien que vigilara, intentando también sentir si algún tipo de magia imbuía aquel lugar. Decidió dar una vuelta entera al edificio, para encontrar pistas sobre el lugar en donde había entrado “la bruja”.

El edificio es amplio, y dos callejones lo rodean y lo conectan con sendas calles principales. En estas, el bullicio de Chinatown cobra vida, mostrando un barrió chino sustancialmente menos glamuroso que el de Los Ángeles, pero mucho más exótico, y a estas horas, plagado de gente.

Los dos callejones están más desérticos, y tan solo son transitados por unas pocas personas cada 5 o 10 minutos. La entrada por la que accedió al edificio Adria, está situada en uno de estos callejones, y solo ahora después de rodear el edificio controlando paso a paso sus latidos, y su acelerado pulso, Susan se convence de que al menso en la fachada no parece haber nada extraño, tan solo haciéndosele evidente que la gran entrada principal al almacén y sus ventanas están cerradas. El edificio recuerda vagamente a los almacenes usados por los crew en Nueva Orleans para guardar y arreglar sus carrozas, y quizás, ocupe la misma función en este barrio, lugar célebre por sus numerosas fiestas orientales.

Susan toma el callejón y se detiene un segundo delante de la puerta, acerca su oído intentando captar algún sonido que le de pistas sobre lo que ocurre dentro del almacén ...

El ruido del tumulto en las calles se eleva por encima de lo que puedas oir dentro del almacen, si es que hay algo que se pueda oir .

¿Que hacer?... puede intentar entrar a hurtadillas pero no conoce la disposición del almacén, quizás le vean nada mas abrir la puerta. O puede simplemente llamar e intentar hablar con Adria... No quiere exponerse a un enfrentamiento, y sabe que si intenta la primera opción y algo sale mal tendrá las de perder. Así que dando un hondo suspiro levanta el puño y da varios golpes con determinación.

El tiempo transucurre y nadie abre. Una de las muchas posibilidades que asoman en tu cabeza, es el hecho de que el almacen sea demasiado grande y el tumulto callejero demasiado ruidoso, como para que alguien oiga algo si esta lejos de eso entrada.

Bien...ya lo había intentado por las buenas. No le quedaba otra opción. Gira el pomo, y la puerta se abre con un leve Click... dentro todo esta levemente iluminado por la luz de la calle que se cuela por las ventanas (por que es de noche... pero afuera los grandes almacenes mantienen encendidos sus carteles luminosos). Susan se cuela dentro, lo mas sigilosamente posible aprovechando las sombras cercanas a la puerta intenta pasar desapercibida y busca dentro del almacén cualquier indicio que delate la presencia de Adria.

El almacén esta polvoriento, y como si de una película de artes marciales se tratara, lleno de mascaras, marionetas y distinto atrezo. Los pasillos que forman estos objetos, son la cobertura ideal para moverse de manera furtiva, o lo sería si no esperasen tu presencia.

Cuando te has internado un poco, escuchas algo silbando el aire a gran velocidad, y pronto notas algo que te agarra el brazo y te hace caer al suelo. Miras con desconcierto que parece tratarse de un extraño brazalete, lleno de luces y circuitos, que bien podría haber salido de una película fu turista.

En una pasarela superior de madera, mientras te levantas, ves 5 figuras vestidas de paisano, dos de ellas empuñan sendos fusiles de asalto , otra parece empuñar el extraño artilugio con el que te han disparado el brazalete, y la figura central es una imponente mujer, atractiva y con el gesto burlón.

-Señorita Carter, esta usted detenida por llevar a cabo actividades meta humanas, ese brazalete le impedirá tele transportarse, y si se lo quita estallara.- Dice con una sonrisa en su boca.- Pronto estará rodeada, así que por favor, resista se.- Dice la mujer con sorna, mientras a tu alrededor comienzas a escuchar pasos acercarse.

Instintivamente susan se llevo la mano al brazalete... pero la retiro con cautela al escuchar todo aquello de que podía explotar si intentaba quitárselo. La estaban rodeando y de un momento a otro estarían sobre ella. Se puso de pie y miro desafiante a la mujer que le hablaba.

-¿Detenida? ... ¿que sois, policías?

Era Evidente que la habían investigado, sabían su apellido y por lo menos una de sus habilidades. Por un segundo se pregunto si todo esto no tenia que ver con von Doom.

La mujer sonrió ante el comentario de Susan, y negó con la cabeza.- Para nada niña.- Dice pese a tener pocos años más que tu.- Soy del ejercito de los estados unidos, capitana Linda Rogers, asuntos meta humanos, ahora se buena, y no te resistas.- Puntualiza haciendo un gesto con la mano a sus hombres, hombres a los que aun no ves, pero que intuyes prácticamente sobre ti.

Susan sintió como se aceleraban los latidos de su corazón. Tenia que salir de allí cuanto antes, no podía dejarse capturar por esa gente... todos sabían el trato que el gobierno le daba a los meta humanos, incluso a los que, como ella, no había hacho daño a nadie. Miro una vez mas la pasarela donde estaba colocada la Capitán Rogers y sus hombres y una idea se le cruzo por la cabeza. Levanto su mano y murmuro.

-"Mover Objeto" <Aun no tiene nombre -_->

Y casi sin ver el resultado de su accion salto hacia uno de los pasillos que se creaban entre los objetos decorativos diseminados por el almacén, intentando escabullirse.

La pasarela se quebo ante la voluntad de Susan, y con un estruendoso ruido, que solo puede hacer la madera trabajada hace décadas, la pasarela cede, y los que en ella reposaban se precipitan contra el suelo, casi cuatro metros por debajo de ellos. Los soldados caen en posturas insospechadas, sobre atrezo o sobre el duro suelo, quedando fuera de combate seriamente perjudicados, pero un segundo antes de perder la de vista, Susan puede ver a la capitana Rogers, girar en el aire para caer de pie, y mantener el equilibrio sin flexionar las rodillas pese a la altura de la caída.

-Ja, eso no me lo esperaba.- La escuchas reír tras de ti.- Atrapad la.-Grita finalmente a sus hombres.

Los soldados respondieron a la orden de manera automática, y pronto todo alrededor de Susan se convirtió en una nube de plomo silbante, y de extraños artilugios destrozados.

Los soldados lo descargaron todo sobre Susan, e incluso esta, pudo ver como la mujer que dirigía el equipo, saltaba toda la distancia que las separaba a ambas, y con una poderosa patada la lanzaba por los aires un par de metros.

Para sorpresa de todos, una película de energía dorada aparecía para recibir cada golpe en lugar de la joven, evitándole casi todo el daño, y tan solo dejando le un dolor de cabeza que le duraría horas.

Al escuchar los disparos, como acto reflejo, Susan se cubrió la cabeza con los brazos, y cerro los ojos con fuerza esperando sentir el punzante dolor de las balas atravesando su piel; sintió apenas el impacto pero no había mas dolor... Gracias al cielo el amuleto funcionaba!!. Miro a su alrededor y casi sin pensarlo, como si su mente pasara a otro estado concentro toda su energía en el centro de su cuerpo y la libero con una fuerte explosión a la vez que un grito desgarrador brotaba de su garganta.