Partida Rol por web

Subes aprisa tratando de ver en que cuarto se mete la mujer. Al llegar arriba ya no la ves, pero ves como la puerta del fondo a mano izquierda se cierra. Supones que habrá entrado allí. Miras la llave que te ha dado Henry, cuelga de una chapa redonda algo oxidada donde puedes ver claramente el número de tu habitación: la número 3. El pasillo es alargado, dejando a mano izquierda y derecha varias puertas que dan a las distintas habitaciones.

Me dirijo silenciosamente a la puerta que acaba de cerrarse, de camino saco un billete de 20$ lo arrugo bastante haciendo de el casi una bola y lo tiro en algun rincon oscuro cerca de las cuatro ultimas puertas y me coloco semi agachado, en la puerta que se cerro, intentando escuchar lo que pasa dentro, si tubiera una cerradura por donde poder mirar, miro, sino, solo escucho, todo esto atento de que no venga nadie del piso inferior, o salga de otra habitación, de ser asi, disimularia todo lo posible, como el que esta buscando algo que se le ha caido.

La cerradura de la habitación es demasiado pequeña, a pesar de tus esfuerzos por intentar ver através de ella no hay manera.

Al intentar sin exito mirar a traves de la cerradura, giro un poco la cabeza intentando agudizar el oido, aun asi, sigo preparado para una posible interrupción de alguien del piso inferior o incluso de alguna de las puertas del piso actual.

Subes al piso superior encontrándote con un pasillo alargado, dejando a mano izquierda y derecha varias puertas que dan a las distintas habitaciones, unas numeradas, otras no. Al fondo en el pasillo te encuentras al hombre que subió poco antes que tú agachado cerca de una de las puertas del fondo.

No consigues escuchar nada tras la puerta, vas a colocarte mejor a ver si hay más suerte pero Evans sube al piso superior encontrándote en el suelo cerca de la puerta.

Me percato de la llegada de alguien al piso superior, pero no le doy mas importancia y sigo con lo mio.... -¿donde habra caido ese maldito billete de veinte?- sigo mirando por el suelo hasta que por fin doy con el en una oscura esquina del pasillo... -¡¡aaahh!! ya te encontre, vas ha ser cambiado por una botella de whisky, condenado- cojo el billete y vuelvo a guardarlo en mi bolsillo, pero esta vez saco la llave de la habitación antes para que no vuelva a caerseme.

Acto seguido me dirijo a mi habitación a disfrutar de ese merecido baño caliente, no sin antes doblar la aleta de mi sombrero hacia abajo con la mano, en un gesto caballeroso de saludo hacia el recien llegado.

Walter hace un gesto de asentimiento con la cabeza al saludo. Se dirige sin prisa a su puerta mientras saca la llave del bolsillo. La introduce en la cerradura y, con suavidad, abre la puerta. Echa un último vistazo a la habitación del otro y se interna en la suya. La puerta se cierra y se escucha de nuevo el cerrojo cerrarse.

Ya a solas en la habitación, Walter arroja al suelo la bolsa con las escasas pertenencias que porta. Se afloja la funda del revólver y lo deja sobre la cama. Se sienta en el somier, que se queja con un crujido, y enciende un cigarro. Observa con los ojos entrecerrados las volutas de humo esfumarse ante su rostr, mientras pensativo reflexiona sobre el día que ya termina. Sin duda, la primero persona en quien debería centrarse es en la camarera. Quizás no sepa nada de quién es Parson...o quizás se trate del primer rastro fuerte que deba seguir. Tampoco parece el único en interesarse por ese asesino. a lo mejor podía contar con aliados involuntarios, aunque preferiría seguir solo.

Sea como fuere, todas esas cuestiones pueden esperar al día siguiente. Se levanta con un nuevo crujido del somier. Arranca un jirón de la sábana y envuelve con ella un vaso. Lo estrella on violencia en el suelo. Coge la culata del revólver y hace añicos los añicos. Después, toma un puñado de ellos y los espolvorea con generosidad justo en el umbral de la habitación. Vuelve a la cama, se echa en ella y se cubre los ojos con el sombrero, la mano derecha asiendo fuertemente el revólver.

El hombre no parece haberle dado importancia a verte por los suelos, simplemente con un gesto te saluda y se mete en su cuarto. Ves como entra en la habitación número 6. Tras eso, haces un último intento por escuchar tras la puerta de la mujer, cuando ya te das por vencido y te diriges a tu habitación la puerta se abre apareciendo Madeleine tras ella. A faltado muy poco para que te pillara escuchando tras la puerta, muy poco, aún así mantienes el tipo como si nada...

Hago otro gesto caballeresco con el sombrero para saludar a la Dama y entro a tomar mi baño, una vez este limpio y descansado vuelvo a bajar al saloon