La imagen de Parson con una cuerda a su cuello hace que en tu rostro aparezca una macabra sonrisa. La idea de lograr tu ansiada venganza consigue que tu cuerpo reaccione de una manera que no lo había hecho antes, dadas las circunstancias. Sin embargo, esa reacción te evita preguntas no deseadas por parte de la mujer.
Una vez lograda esa erección, el resto fue fácil, Madeleine supo cómo despertar en ti ese cóctel de emociones que con la muerte de Joanne habías olvidado. A pesar de que este acto para ti ya no significase nada, sí lo significa para tu cuerpo, casi habías olvidado aquella sensación, aquella necesidad...
Tras unos momentos bastante intensos, finalmente permaneces tendido en el camastro de la mujer junto a ella.