Partida Rol por web

El sudor corre por tu frente, sobrepasando algunas veces las cejas nublándote la vista. Te secas con la manga del traje protector, aunque el movimiento se ve un poco entorpecido por las protecciones de kevlar que llevas. Te obligan a hacerlo por normativa, según dicen tus jefes. El caso es que a ti te da igual. ¿Una explosión de varios kilos de C4? Nada puede protegerte de ello. Quizá un escudo goa'uld...

Trasteas en el temporizador de la bomba que tienes delante. Debes soltar la placa primero y retirarla para dejar al descubierto el temporizador y el enrevesado manojo de cables que controlan el sistema del explosivo. Es delicado, porque tiene unos sensores magnéticos que si no se tratan debidamente, acelerarán el temporizador...

Veamos, veamos...

Era una bomba complicadilla pero nada a lo que no se hubiera enfrentado antes...

Alimentación... cables... vaya un condensador de enclavamiento, serán listillos...

Miró el temporizador.

Hay tiempo, vamos a cubrirnos las espaldas por si acaso...

Peló los cables de un sitio y de otro, los conectó para que el dispositivo que habían colocado no detectase lo que iba a hacer y luego cortó la conexión al explosivo. Una gota cayó por su frente pero nada malo ocurrió. Había hecho bien y el detonador no había saltado a pesar de quitarlo.

Un par de cortes con el cutter de material plástico donde estaba fijado el explosivo y lentamente lo retiró del dispositivo. En este momento le pudo la chulería y pasó la tenacilla de acero al lado de los dispositivos magnéticos, que, evidentemente se volvieron locos y mandaron señales por todo el dispositivo, pero como ya no había explosivo...

Buen toque lo del dispositivo de seguridad, pero los hago con los ojos cerrados y lo sabéis... Eso sí lo de los chismes magnéticos ha molado, demos gracias a Dios por los polímeros que se pueden afilar...

Una vez espetada la chulería se quita el casco y lanza una de sus sonrisas a la cabina donde sabe que le observan.

La verdad es que había sido muy fácil. Las bombas, por complicadas que fueran, no disponían de la tecnología necesaria para hacerlas infalibles. Ninguna. Siempre que tras una bomba hubiese alguien que la diseñase, tendría puntos débiles. Y siempre había alguien más listo que tu para desactivarlas. Ése era tu papel, ser más listo que cualquiera que pusiese una bomba.

De hecho, solo te acuerdas de una vez que las pasaste canutas. Habías recibido la instrucción básica en el Comando Stargate, y apenas conocías las bombas de los goa'uld. Y en una misión tuviste que enfrentarte a una bomba de naquadriah que tenía muy mala pinta. Si no es suficientemente complicado un sistema de sensores unido al temporizador, había que sumar un lenguaje que apenas conocías que te dificultaba entender lo que ocurría, y además la inestabilidad y volatilidad del naquadriah te ponía los pelos de punta.

El intercomunicador interrumpe estos pensamientos.

Mike, dejemoslo por hoy. Tienes visita.

Caminas por la nave hacia la zona donde esté el resto del equipo y allí ves a un tipo alto, un poco estiradillo, y con cara seria. Por sus insignias, sabes que es Teniente Coronel.

Buenos días, Sargento Wyler. ¿Podemos hablar un momento? En privado, por favor. - Mira al resto de los presentes, y te hace un gesto para que le sigas.

Sí, señor. - responde rápidamente Mike mientras hace un saludo rápido.

¿Qué he hecho ahora para mosquear a alguien como para que me manden un teniente coronel...?

Mike intentaba mantener la compostura ante la situación mientras seguía al teniente coronel a una de las salas de reuniones vacías.

Sargento, por aquí. - El teniente te señala el pasillo cuando estás a punto de abrir la puerta. - La Tierra le necesita de nuevo, y ya está preparado el helicóptero que le llevará al aeropuerto y allí un avión ya le espera para llevarle al Comando Stargate en la Montaña Cheyenne. Tiene 15 minutos para coger lo que considere imprescindible, ya conoce el protocolo.

Señor, ¿puedo saber algo acerca de lo que me espera allí?

Sargento, tengo órdenes de llevarle allí, no se me ha dicho cual será su función. No es un detalle que necesite para cumplir la orden.

Sí, señor.