Partida Rol por web

Ella estaba deseando morir, deseaba acabar con todo ya que, si realmente estaba todo en su cabeza, si la Evelyn de sus ilusiones y pesadillas fallecia, quedaria un subconsciente vacio, nada de eso existiria, y el mundo imaginario se quebraria en pedazos brillantes, como un espejo por la rabia. Pero aquella opcion era un clavo ardiendo. Matar a alguien para restablecer el equilibrio. Matar o morir. 
¿Los demás serian reales, personas que sienten y padecen o solo productos de su imaginacion? ¿Realmente mataria algo con clavar aquella daga? O quizás deberia abrirse la garganta. No habia forma de saber que era cierto y que no, la desesperacion la habia llevado a aquel estado, y no tenia ni pastillas ni champan para aliviar la angustia y el dolor. Terminó rindiendose, de forma sumisa, tras arañar los tablones que la impedian lanzarse por la ventana y ando hacia él, tomando entre sus manos aquella daga, pensando quien se mereceria tenerla clavada. Sumisa, se sento de nuevo en la cama, con la mirada agachada. Por su cabeza unicamente pasaron dos posibles objetivos para ser eliminadas.
- Las gemelas...- lo susurró con un hilo de voz, mientras buscaba los ojos de George con una mirada de angustia y desesperacion que cada vez eran mas graves. 

Evelyn exhalo una frase apenas audible pero que fue suficiente para George. Pronto tendrían a Rosalie de vuelta y podrían regresar a casa…

El hombre se aproximo a la puerta y la abrió lentamente, apenas un poco y oteo el pasillo antes de cerrarla nuevamente. Luego respondió a su mujer susurrando, como si alguien lo pudiese oír. - ¿Las dos rubias que vagan por la casa? Casualmente una de ellas subió aquí y andaba vagando por el pasillo, hacia la última habitación. Creo que busca algo pero no sé que es… - hizo una pequeña pausa para ordenar sus pensamientos e intentar esbozar un plan – antes de subir también vi a su hermana abandonar la mansión con el niño estudiante. O sea  que esta otra anda sola y desamparada. Vamos, yo la distraeré y tu podrás completar el ritual. – luego George entreabrió la puerta esperando que su mujer le acompañase.

Ella debia completar el ritual. Eso significaba matarla. Y sin duda, eso tendria a todo el mundo encima de ella, cuando tuviera las manos manchadas de sangre. Todos la señalarian. ¿Y si aquello no valia para nada? ¿Y si solo era su subconsciente y estaba loca? Nada era creible aparte de su propio estado mental. Pero la idea de tirarse por la ventana, en comparacion con matar a una de las gemelas se disipaba poco a poco. Tomó el cuchillo en sus manos, mientras se levantaba torpemente, con el cuerpo medio dormido, aletargado. Le temblaban las manos, pero buscó la mirada de George para sentir animos.

- ¿D-Donde la viste? A la que estaba buscando algo... Pasillo...- Abrio la puerta de la habitacion, girandose hacia el exterior, observando el pasillo y tratando de recordar como habia sido el plano de la casa hasta aquella habitacion. Todo le daba vueltas, se tornaba confuso ante la idea de acabar con la vida de alguien. Pero recordaba el rostro angelical de su hija, sonriendola. Pero la imagen era sustituida por su rostro amoratado tras colgarse, con la soga al cuello. Intentando apartar todo de su cabeza, avanzó rapido, en busqueda de la joven rubia.

- ¿D-Donde la viste? A la que estaba buscando algo... Pasillo...- Abrio la puerta de la habitacion, girandose hacia el exterior, observando el pasillo y tratando de recordar como habia sido el plano de la casa hasta aquella habitacion. 

George sonrie tratando de alejar los demonios interiores y las preocupaciones de su esposa. La acompaña en silencio al oscuro pasillo que a su vez sirve de balcón para el salón y la entrada a la mansión. Una caída desde allí podría ser mortal...

- Tranquila mi amor. Todo va a salir bien, te lo prometo pero debemos ser rápidos. Hay que actuar ya mismo antes que todos regresen porque ahora la única persona es esa rubia malvada. Su hermana anda por los bosques con los demás, y quien sabe que hará con ellos. Son dos mujerzuelas. - habla por lo bajo George para que nadie mas los escuche.

Pronto los dos llegan a la ultima puerta del pasillo, ubicada poco antes de la escalera que lleva al nivel superior y más allá a las torres de la mansión.

Una pequeña ventana de forma oval permite ver el bosque lindero y nada más porque la niebla cubre todo lo demás.

- Tienes que ser muy veloz ¿Entiendes lo que digo? Ni bien entras encontrarás a la mujer de espaldas. Será algo fácil si actuás antes que ella. Yo iré detrás de tí. - susurro a Evelyn su marido mientras sujetaba el pomo de la puerta presto a abrir rápidamente para que su mujer mate a la rubia antes que reaccione.

Evelyn sabe que debe ser veloz y precisa porque de lo contrario se encontrara en una pelea que no podría salir bien.

A Evelyn le sudaban las manos mientras sujetaba la daga en sus manos, la apretaba. Escuchaba las palabras de su esposo, trataba de buscarle un sentido a lo que hacia. Pero su mente estaba perdida en un mar de dudas. ¿Estaba loca o cuerda? ¿Realmente estaban atrapados en un infierno, o su unico castigo era producto de la imaginacion? ¿Debia morir o matar? No tenia respuestas para nada, asi que se limito a hacer lo que podia, dejar que su cuerpo la guiara y obedecer la voz del hombre al que amó. Observó su fuerte mano aferrar el pomo de la puerta y abrirla para ella. No vio que habia dentro de la habitacion, solo se inclinó hacia adelante. 

Se movio rapida para ir al frente, pero el sonido de sus pasos no lo pudo ocultar, asi como tampoco su jadeo de miedo. Habia ido directa a la primera silueta que se le parecia a una mujer, sin siquiera fijarse si era ella. Sus manos no acertaron en el blanco, producto de la sorpresa de la muchacha que al oir a Evelyn correr hacia ella, por mero instinto se habia apartado de en medio. 
La pelinegra alzó el cuchillo hacia el frente, sosteniendolo con ambas manos, temblando de pies a cabeza. - D-debo hacerlo por Rosalie, por mi hija... Ella volverá con nosotros, ¿verdad George?...- Trató de explicarse ante la muchacha, con los ojos algo idos. Tenia el cabello algo humedo, revuelto, y las ropas que llevaba no eran las mismas, sino las que habia encontrado en el cuarto tras bañarse. Tampoco habia maquillaje cubriendo su rostro, ni esa tranquila elegancia. 

Finalmente cree ver una sombra entrar en la ultima habitación del oscuro pasillo.

Es allí... susurra Julie antes de avanzar.

Julie ingresa a la habitación en búsqueda de su hermana con una vela en la mano para iluminar todo lo que pueda. Allí dentro algo llama su atención.

Un sonido repetitivo procedente del centro de la habitación, específicamente del techo es el causante de todo. Suena como un montón de alimañas rascando el cielo raso o tal vez royendo algo en el entre techo. En definitiva no es un sonido agradable.

La habitación es un dormitorio pobremente amueblado que cuenta con una cama, un armario y además posee una ventana sin iluminación. Varias maderas bloquean la entrada de luz dejando el cuarto en oscuras.

En ese momento alguien entra en la habitación bajo la protección del roer de las alimañas y se aproxima por atrás de Julie pero la rubia actúa por instinto y se aparta de su camino pero no lo suficiente porque un cuchillo abre un corte en el costado de la gemela. La puerta que se había abierto tan rápidamente se cerro de la misma forma dejando a las dos mujeres encerradas allí.

- D-debo hacerlo por Rosalie, por mi hija... Ella volverá con nosotros, ¿verdad George?...- Trató de explicarse ante la muchacha, con los ojos algo idos. Tenia el cabello algo humedo, revuelto, y las ropas que llevaba no eran las mismas, sino las que habia encontrado en el cuarto tras bañarse. Tampoco habia maquillaje cubriendo su rostro, ni esa tranquila elegancia. 

Evelyn intenta explicar su acción pero la rubia no de da un segundo más ya que devuelve el ataque con sus puños y pies, lanzando en esta ocasión una patada a su contrincante. Julie en cambio parece muy preparada para el combate a diferencia de Evelyn.

La rubia actúa fríamente al golpear con su pie el mentón de la ama de casa que torpemente sujeta el afilado cuchillo. Luego arroja la vela al suelo para poder luchar con las dos manos.

La vela rueda un metro y medio sin apagarse aunque ahora las penumbras dominan la escena con una flama lánguida.

Evelyn soltó un grito de dolor cuando la patada prácticamente le habia torcido la cabeza a un lateral. Sollozo mientras que las lagrimas le caian por la cara. Se giró unos segundos hacia la puerta, al oir como George la habia cerrado. 
- G-george... ¿George? ¡¡Georgee!!- Gritó llamandole, viendo que realmente, todo habia sido una trampa, como el habia hecho siempre. Ella no servia, todo era sustituido por algo mas bello, por algo mejor. Se giró de nuevo a la rubia cuando esta arrojo la vela, con lagrimas en los ojos. Se estaba preparando para atacarla, por lo que no tenia ninguna otra alternativa. Alzó su daga para defenderse, la mantuvo alta y con un grito propio de alguien que se lanza a la guerra a morir, se tiró contra el cuerpo de la joven, buscando apuñalarla, aunque su pulso inexperto y sus manos temblorosas fueron incapaces de causar algun daño serio que la frenara. Evelyn queria alcanzar la muerte... Aquella era la forma mas rapida de llegar. De apagar aquellos gritos de su cabeza que le decian que estaba loca, que todo eran sus imaginaciones. Y tambien queria matar la figura de su hija rebanandole la garganta, una y otra vez. 

Evelyn atacó con todo su espíritu a la mujer que parecía dominar el arte del combate sin armas. Bloqueo sin dificultades la finta del cuchillo desviando con una mano el angulo del ataque para luego golpear el pecho de Evelyn con la palma de la mano. El impacto dejo sin aire a Eve, que retrocedió un par de pasos hasta dar su espalda con la puerta.

Allí Julie sujetó la mano que aferra el cuchillo y con su otro brazo presionó sobre el cuello de Evelyn. La presión era tal que impedía el paso del aire y le dificultaba respirar. Toda la habitación giraba sin control pero una sobra detrás de las dos se regocijaba por el nuevo pecado que se gestaba...

Estaba acorralada y George no habia respondido a su llamada de auxilio. Estaba sola. Tenia los ojos llenos de lagrimas de la rabia y la desesperacion, por haber caido de nuevo en un engaño de su amante. Boqueo en cuanto su cuello fue presionado y una de sus manos retenida, precisamente, la del arma. No queria que lo usara contra ella, pero apenas sentia los dedos, con la mano floja, incapaz de sostener el arma. Quizá no fuera la forma mas limpia de defenderse, o la mas honorable, pero guiada por la desesperación, llevó la mano libre a la cara de la rubia, tratando de agarrarla del cabello y arañarla, apartarla de la forma que pudiera ser. Buscó la carne con las uñas, buscó sus ojos con los dedos, y buscó el oro de su pelo con el puño. Pero todo cuanto hacia, parecía resultarle inutil, poco a poco iba a caer y a desvanecerse en la oscuridad. 

Una oscuridad que las estaba envolviendo, como la sombra creada por algo mayor que ambas. Llegó a notar movimiento tras la joven, pero no tenia voz para alertarla. 

Evelyn deja todo su esfuerzo en el forcejeo pero es en vano. La presión sobre su cuello es cada vez peor y el aire ya no llega a sus pulmones. Toda esperanza es disuelta como una voluta de humo de cigarro hasta que la sombra se acerca lo suficiente para tomar forma ante los moribundos ojos de la dama de cabellos negros.

Por un instante ella creyó que la ayuda finalmente había acudido. Que tal vez George se encontraba allí para ayudar... pero no.

En los tres mundos existe un orden para todo y no son otros mas que los verdugos del Otro Mundo quienes aplican el castigo a los habitantes del purgatorio. En este caso las dos personas que se encuentran en la habitación fueron agraciadas con una segunda oportunidad, algo que ningún mortal posee. Una oportunidad de redimir sus grandes pecados pero en vano porque cometen una y otra vez lo mismo y en ocasiones algo mucho peor porque el pensamiento y el subconsciente cobra vida y actuá como juez y ejecutor.

El gran verdugo del Otro Mundo, Pirámide Roja o también llamado Cabeza de Pirámide es quien se halla en la nefasta habitación. Ha sido atraído por el ansia de sangre de Evelyn y por el ultimo pecado de Julie en el Ascensor. El asesino infernal reclama el tributo por los actos cometidos y la paga es con sangre...

Evelyn intenta hablar pero la presión en su cuello apenas le permite emitir un lastimoso gemido ahogado antes que algo enorme y metálico surque el aire en dirección a ellas.

Con apenas un movimiento de sus poderosos brazos Cabeza de pirámide lanza una estocada de su enorme cuchilla en dirección a las mujeres que todavía se encontraban forcejeando. La hoja atraviesa ropa, carne y hueso de las dos mujeres hasta golpear la pared... para entonces ya era demasiado tarde para ellas. Todo sucedió muy rápido cuando la hoja giró de forma trasversal saliendo en angulo horizontal casi partiendo en dos a las mujeres.

Entonces la habitación se llenó de sangre, vísceras y muerte. La pequeña vela se apagó segundos después sepultando en oscuridad todo lo ocurrido...

La apariencia de Pyramid Head es la de un hombre grande y fornido. Lleva un casco, que siempre oculta su rostro, y se le ve blandiendo un gran cuchillo o una lanza. Lleva una bata, como un traje blanco sin mangas, y lo que parecen ser unos guantes de látex con los dedos fusionados. Sin embargo, inspeccionándolo bien, se puede observar que los dedos no son del todo una malla porque sus pulgares son independientes, aunque sus otros cuatro dedos apenas se distinguen por el hecho de que nunca se separan, sugiriendo un estado fundido. Su casco en forma de pirámide parece ser un trozo de metal oxidado injertado en su cabeza, con un solo agujero perforado en él. Un tentáculo o lengua con forma de serpiente puede salir de este agujero y empalar a una criatura con la que haya lidiado.

_{Daño letal 19}

¿Acaso la muerte en el Purgatorio es el fin? Nadie lo sabe y solo aquellos con la voluntad suficiente podrán superar su destino.

¿Acaso la muerte en el Purgatorio es el fin? Nadie lo sabe y solo aquellos con la voluntad suficiente podrán superar su destino.