Cuando el infierno proviene del sitio menos pensado…
Nuestro enemigo más atroz, el único que puede derrotarnos, vive en nuestro interior. Lo demás, lo que nos amenaza desde fuera, es sólo eso, una amenaza que nos acosa y tortura, pero que no tiene sobre nosotros más poder que aquél que queramos darle. Incluso la muerte, cuando se le ve venir, puede ser poca cosa si es que tenemos la capacidad de enfrentarla desde la aceptación y la serenidad; esto, lejos de ser algo extraordinario, sucede todos los días en muchos lugares del mundo. Muchos moribundos se convierten en verdaderos maestros de vida, pero los peores son aquellos que mueren para vivir y viven para el remordimiento.
El infierno es rojo y late en el pecho de los pecadores…
El camarote no cesa de bambolearse con el batir de las olas. El olor a sal se cuela por el ojo de buey del camarote y la luz de la luna inunda la estancia. Era un viaje idílico, uno de esos para olvidar los pesares de la guerra y lavar los malos recuerdos que atormentan durante la madrugada.
Aaron finalmente había conciliado el sueño tras muchas horas de insomnio. No fue fácil pero las pastillas y el alcohol siempre logran su cometido al ganar la batalla. El único precio eran las pocas horas restantes antes del amanecer pero antes de eso el ex coronel lucharía otra vez.
Tal vez era un sueño, tal vez no lo era pero los sonidos podía reconocerlos adonde quiera que fuera. Michalson escucho el cerrojo de un rifle accionarse, listo para disparar. También atisbó una pistola amartillarse junto al golpear de los cargadores contra la bayoneta.
Eran sonidos característicos de una emboscada, ¿pero desde el pasillo de un barco?. Tan solo del otro lado de la puerta y un par de segundos lo distanciaban de algo terrible. ¿Que podría ser? ¿Ladrones tal vez?
Aaron escuchó sobre ex soldados que habían perdido la cabeza al creer que todavía seguían en combate. Muchos asesinatos a sangre fría de familias enteras. Tal vez Aaron no era el único militar a bordo.
Pero hoy no sucedería nada malo. Aaron sabia como defenderse...
Esto es una pequeña escena de introducción. Luego de aquí irás a la escena general. ;)
Algún imbécil quería matarle, pero si los japos no lo habían conseguido en 4 años, Aaron no se iba a dejar matar ahora.
Mete la mano debajo de la almohada y saca su pistola semiautomática modelo: colt M1991A1, ya cargada.
Rueda su orondo cuerpo hasta el borde de la cama y clava la rodilla derecha en el suelo, parapetándose después, haciéndose una bola a un lado de la cama. Hace esto sin apenas ruido, aún así suelta un ronquido desde lo mas hondo de su garganta, intentando hacer creer a los que estaban fuera, que simplemente se había dado media vuelta en la cama y seguía dormido.
Usando el colchón para apoyar el codo izquierdo y así conseguir mayor estabilidad y no cansarme, apunto a la puerta, el primero que se asome va jodido...
La cerradura es forzada de manera muy silenciosa de modo que la música de la cubierta oculta el leve chasquido metálico. Acto seguido la puerta se abre apenas, dejando el espacio necesario para que el incursor arroje sobre la cama un objeto del tamaño de un puño. El chisme explosivo por un extremo echa algo de humo. Eso parece ser pólvora quemándose.
Desde la penumbra del pasillo el silencio aguarda la detonación de la granada…
Tirada oculta
Motivo: granada
Tirada: 3d10
Resultado: 4, 1, 9 (Suma: 14)
Por una decima de segundos mis ojos se abren y mi pulso se dispara.
Una persona mas novata, o con menos control, o con menos experiencia en barcos que Aaron, seguramente hubiese perdido unos valiosisimos instantes intentado tirar la cama para cubrirse con el colchon y la madera que la sostiene.
Pero despues de cuatro años viviendo en barcos sabes que las camas se atornillan al suelo para que no se muevan cuando haya tormentas y no provoquen el caos y heridos.
Tambien es una suerte que los camarotes sean tan pequeños, todo esta a dos pasos, asi que ni corto ni perezoso, me incorporo y cojo la granada, llevo una cuenta mental, aunque no haria falta porque esta tiene mecha y se ve cuando va a estallar, espero un segundo, y cuando ya esta a punto de estallar la devuelvo por el hueco de la puerta, que cierro de una patada. Me pongo en posicion, en un lado de la pared, para volver a abrir la puerta y ver si queda alguien vivo despues de la inminente explosion
Escrito desde el movil
Me pongo en posicion, en un lado de la pared, para volver a abrir la puerta y ver si queda alguien vivo despues de la inminente explosion
La granada regresa por donde había venido y la puerta es cerrada para contener la explosión que nunca llega. El silencio predomina en la escena hasta que extrañado por la ausencia de sonido, Aaron abre lentamente la puerta apuntando al exterior con su pistola semi automática.
Del otro lado de la puerta el pasillo se ha transformado en la antesala de la Estigia, albergando a todos los caídos en batalla por culpa de Michalson, tanto enemigos como anteriores subordinados.
Todos contemplan a Aaron con resignación y odio por estar muertos y el no.
Lentamente se abalanzan sobre la puerta...
Tu llevas la autoridad narrativa ahora.
Me quedo totalmente en shock. !¿Que demonios es esto?! Esto solo puede ser una pesadilla, !No puede ser otra cosa! !¿Pero como salgo de aquí!?
Mientras, mis antiguos amigos y enemigos se van acercando. A mis subordinados no puedo dispararles, ellos me cubrieron las espaldas, me siguieron en la batalla, lucharon y sangraron conmigo... pero están recorriendo un camino que yo no he recorrido aún.
Les llamo por sus rangos, sus motes sus nombres...
-Basta hermanos. La batalla ha terminado. Es hora de descansar, me uniré a vosotros pero hoy no, hoy no...-
Me vuelvo a los japoneses, esperando sentir una oleada de odio hacia ellos, pero no noto nada más que compasión, empiezo a comprender el código de honor de un samurai, recién leído el "Hagakure", conozco su total oscuridad.
-El deber ha terminado, habéis caído con honor, abandonad el plano de la matanza y volver con vuestros antepasados.-
Si es necesario uso "lider nato" para intentar que esto haga efecto
Existen cosas peores que la muerte, cosas que transcienden la efímera existencia y se prolongan por siempre, por la eternidad y que no permiten escapatoria alguna.
El infierno es la repetición...
Compañeros caídos y enemigos abatidos. Todos por igual les une un oscuro propósito: El rencor por perder sus vidas bajo la culpa del coronel.
Estar muerto, ser un espectro y odiar a los vivos no era nada en comparación a lo que le sucedería a continuación al regordete coronel. Ellos lo sabían pero su asesino silencioso no, ya que para Aaron siempre sería un suceso nuevo e irrepetible.
El destino de todos ellos era la venganza en forma de tormento y dolor y aquí era el único sitio donde podían causar semejante mal porque el reino de los vivos les estaba negado. A ellos les correspondía el purgatorio, pero no volverían con las manos vacías…
Actuando al unisonó se abalanzaron sobre Aaron, intentando derribar su puerta e irrumpir en su habitación para hacer justicia con sus manos ásperas y resecas, con sus extremidades transformadas en garras y sus dientes afilados.
Si antes lamentaban no volver a ver a sus seres queridos ahora solo tenían espacio para el odio… y Aaron pudo verlo en aquellos ojos fantasmales.
Claro. Seria más o menos así: Líder nato + habla dando ordenes + el dado central vs 16.
Las palabras parecen no hacer efecto, y yo empiezo a ponerme nervioso, mi pulso ha marcado un nuevo récord.
Miro la pistola, luego los zomies, estoy jodido, ni siquiera hay balas para todos...
Motivo: liderar
Dificultad: 16
Habilidad: 5+5
Tirada: 1 1 3
Total: 1 +5 +5 = 11 Fracaso
nananananana (batman) pifiaaaaaaaa xD y me comieron los zombies antes de comenzar la partida...
La muerte es un sufrimiento interminable, es eterno e inalterable que tan solo puede ser mermado por la vida y eso significa acosar a los vivos. En este caso el acoso se transforma en venganza contra el causante de sus muertes.
Sus ojos vacios de la chispa de la vida y sus garras necesitan saborear y probar por una vez maz la calidez de la carne y la sangre. Ni siquiera las palabras del coronel son suficientes para alterar su destino.
Por decenas los espectros entran en la habitación de Aaron. Pasan por encima de los muebles, arrancando la puerta a tirones y también por la ventana hasta llegar a él.
Su arma es inútil ante tanta cantidad porque además no se puede matar algo que ya no esta vivo. Los disparos se pierden entre la multitud ávida de venganza.
El coronel sufre una muerte bastante rápida pero sus últimos segundos quedaran grabados en su alma porque es desgarrado y devorado sin demora.