Partida Rol por web

George Evans.
Lo encuentras ahora?

Johan.
Pueden hacer lo que quieran. Solo deseo saber si lo evitan o no.
Sucede que Evans entró en escena luego de tu acción.

Antes de comenzar a andar, el coronel lanza un último vistazo al hombre ahí parado, los sentimientos en Aaron son encontrados, por una parte podría ser un superviviente, por otra parte podría ser otro enemigo. Sin embargo, algo le impide dejarlo ahí sin más, no sin antes saber de que palo va.

-Caballero, le aconsejo que si quiere vivir nos acompañe, esto es extremadamente peligroso, haga lo que hagamos nosotros y no se asuste, verá cosas que ni en sus peores pesadillas.- El coronel aguarda un segundo y después continúa. -Le seré sincero, viniendo con nosotros las posibilidades de morir también son muy altas, así que como prefiera. El pueblo está hacia allá, pero dudo que consiga llegar...- El coronel le señala con un dedo la dirección en la que está el pueblo, y luego se gira y comienza a andar.

El hombre avanza con pocas energías hasta Johan, casi cayendo al suelo por momentos. Al llegar al muchacho el hombre se aferra a las ropas de él para evitar caer y mirando al suelo y luego al coronel que le hablaba. En su mirada se puede ver claramente un estado de desesperación.

- He presenciado muerte hasta donde alcanza la vista y las sombras como sangre cuando la oscuridad regresa. Es un barco maldito, igual que la isla.

Busco a mi esposa. Tiene que estar viva en algún lugar... por favor dígame que la ha visto... es una bella mujer de ojos azules, cabello negro y piel blanca como la nieve. Se llama Evelyn... -

El hombre termina con su ultimo aliento antes de caer al suelo extenuado pero todavía lucha porque vuel ve a recuperar la compostura, al menos de forma parcial.

Johan había ignorado al hombre pensando que nadie mas podía verlo y que se trataba de nuevo, producto de su imaginación, este estado se vio roto cuando se le aferró a la ropa y le hizo una petición. Evelyn... Le sonaba de haber oido ese nombre antes, podría tratarse de la mujer que no había interactuado directamente con el previamente, la mujer del pelo negro. 

Con un nudo en el corazón, Johan no estaba seguro de que decirle ¿Estaría viva? nadie la había nombrado desde hacía tiempo, la última vez el joven muchacho recordó verla fue en la mansión. 

-Si... Si la he visto señor, la última vez que la vi creo que estaba en la mansión de los dueños de este lugar, pero es poco probable que aun siga aquí...  

-Si... Si la he visto señor, la última vez que la vi creo que estaba en la mansión de los dueños de este lugar, pero es poco probable que aun siga aquí...  

 - ¿A...aquí, como que aquí? ¿De qué mansión me hablan? Luego del naufragio nade toda la noche hasta perder el conocimiento. Desperté en la playa hace un momento. ¡Por favor ayúdenme a encontrarla! Iré con ustedes si fuese necesario. – Por momentos la suplica del hombre desesperado refleja toda su angustia. Al parecer su decisión es no apartarse de Johan y a los demás.

Aaron mira de arriba abajo al hombre. -Serénese, su mujer estaba en la mansión, creo que era el lugar más seguro de esta isla y estaba bien cuando nos fuimos- El coronel piensa que cualquier cosa le ha podido pasar, como al resto, pero no viene bien desanimarlo más. Saca su cantimplora y un poco de comida y se los pasa. -Consiga fuerzas, porque las va a necesitar, no es mucho, pero andamos escaso de provisiones. Ahora sigamos, imite nuestros movimientos y no haga un ruido.

Avancemos de una vez.

Johan suspira mientras mira al hombre, parecía perdido y necesitaba ayuda. Entendía perfectamente ese sentimiento y debía hacer algo.

-Esta bien señor, creo que porque vayamos juntos no pasará nada malo, por mi está bien que se quede con nosotros si al resto le parece oportuno 

-No se preocupe por la mansión-dijo James con tono tranquilo intentando si no tranquilizar, al menos conseguir que el hombre no se excitase más-Ella ya no está allí, pero estoy seguro de que nos la encontraremos allí donde vamos. En la prisión estatal. Vamos, venga con nosotros ¿Se encuentra bien?¿Puede andar?

Y entonces George sin mucha opción decidió acompañar a los cuatro hombres en su viaje a la prisión estatal de Bar Harbor con la esperanza de hallar nuevamente a su mujer. Tenia la posibilidad de ir por su cuenta a la mansión pero considerando los peligros advertidos por el grupo la única opción era ir detrás de ellos. Respondió de manera afirmativa a todas las preguntas y se preparó para lo que vendría.

Por ende el esposo de Evelyn reunió todas sus fuerzas y los acompañó por la costa que de a poco ganaba altura por sus acantilados escarpados y abruptas grietas hacia el feroz océano.

En la distancia el bosque siempre les acompañaba, con sus sombras y figuras errantes que por alguna razón no salían de la cobertura verde. Quizás por temor a la furia del dios del mar.

Y tras varias horas, el horizonte comenzaba a mostrar las ruinas que el mapa indicaba...

Desde la llegada a la playa Harry se mantuvo en silencio. Tanta muerte y desolación... La linea entre la locura y la cordura cada vez era más fina. Que hacían ellos en ese barco? Por qué esa mujer se parecía tanto a su mujer? El maldito coche que los arrollo y se dio a la fuga...ese sedan negro con el 47 en su matricula...porque fue así como sucedió...no? Fueron arrollados? O fue...otra cosa la que paso?

Al detective le recorrió un escalofrió por el cuerpo. Su mundo se desmoronaba como un castillo de naipes. En silencio, siguió al resto de la comitiva hacia la prisión...