—Cálmate La Zong, necesitamos saber qué está ocurriendo. ¿Quién era ese ser iluminado?
—Ese ser... esa luz...—entonces la fortuna se interrumpió a si misma—. No no lo sé. Un mal recorre el Bosque de las Fortunas. Nos acecha, nos corrompe y nos hace sucumbir a la oscuridad. Alertado por el mismo, vine hacia la torre buscando la ayuda de Randkai, pero fui víctima del mismo antes de poder llegar. ¡El valle está en grave peligro! ¡Si ese mal corrompe a Daiwang Bailu será imparable!
La Zong hizo una pausa y cuando volvió a hablar lo hizo más calmado.
—La luz fue clara. En vosotros descansa el destino del valle. ¡Seguidme! ¡No tenemos tiempo que perder!
Rikititski parpadeó. Dejó caer el arma que hizo un estruendo metálico al golpetear repetidas veces contra el suelo. Una discreta lágrima salió discreta de su ojo. Había observado lo que ella nunca sería ni llegaría a ser y la sobrecogió profundamente. Necesitaba calmarse... Se arrodilló, reguló su respiración, encendió una varilla de incienso, y su olor le ayudó a que todo se moviera más lento. Y así, puesta de rodillas, pidió a fortunas y espíritus por qué salvaran y sanaran a todos los heridos y por que les dieran fuerzas para la difícil misión que les había sido encomendada.
Fortunas y espíritus, que el aire lleve mi ruego, que el viento arrastre mí petición. Que el agua limpie mí espíritu y el fuego consuma mis dudas. Que la tierra nos entregue su fuerza. Poderoso es el enemigo y escasas nuestras fuerzas. Pero un sólo golpe certero matará a mí enemigo más poderoso. Guiad nuestra mano. Guiad nuestra arma. Espíritus y fortunas. Oíd mí ruego, permitirnos luchar un día más, ver un nuevo amanecer.
Tras lo que sin decir palabra. Dejó una ofrenda en el altar, se levantó, recogió su arma y se dispuso a seguir a la fortuna.
—¡WHAAAAAAAAAAAAAAAAAGH!
Con un poderoso rugido Ogra se levantó de un salto, con los puños alzados y en guardia miró en todas direcciones, confusa pero lista para la acción.
—¡¿Donde esta?! —dijo después de no ver lo que buscaba—. ¡¿Donde ha ido el tipejo centelleante?!
Si era cierto y no tenían tiempo que perder lo mejor era ponerse en marcha. Se acerco a sus compañeros que parecían más confusos y afectados para palmear suavemente sus espaldas y dedicarles una ligera sonrisa. - Vamos...es tiempo de ponerse en marcha...recoge tus cosas y marchemos...
Miro a Ogra mientras el hacia lo mismo que su compañera acercándose al Altar para hacer un ruego silencioso antes de mirar a La Zong, esperando las instrucciones necesarias para avanzar. - ¿Dónde deberíamos ir?
Bomei miró a Qiang Huo un poco extrañada ante su pregunta, estiró una mano señalando a La Zong y añadió:
- Pues al Bosque de las Fortunas.
Y tras ello, empezó a dirigir sus pasos hacia las escaleras.
El destino estaba claro. La figura luminosa, la perfección, les había marcado un rumbo. El bosque de las fortunas era su siguiente destino. Ese era el lugar por el que el mal que acechaba al valle y que se había materializado en los ataques recibidos tanto en las villas como en Baohu-Yousai parecía hacerse fuerte. Y a juzgar por las alarmadas palabras de La Zong, donde podría dar el golpe final.
Randkai no estaba, así que era tarea de ellos defender el valle. Eran los Shangu-Shouhu, la segunda línea de defensa de Tiangulong.
El grupo continúa aquí.