Bai Hu abrió los ojos y dio una bocanada de aire.
—Gracias—regruñó mientras se ponía bocabajo—. Ninguna tontería, no.
El félido se impulso con brazos y piernas hacia arriba. La fortuna intentó golpearle con una de sus extremidades, pero bloqueó el golpe con el brazo izquierda mientras le impactaba con un gancho a la criatura.
Y pareció que ese golpe fue suficiente. La fortuna comenzó a moverse erráticamente a un lado y a otro, hasta que comenzó a implosionar hacia dentro para después convertirse en un haz de luz vertical de color verde.
Muerta o no, había conseguido salir adelante.
Bai Hu se levanta, provoca AdO pero la fortuna falla.
Bai Hu ataca a la fortuna y le hace 4 puntos de daño. La fortuna desaparece. Fin del combate.
Motivo: Fortuna - AdO
Tirada: 1d20
Resultado: 2(+4)=6 [2]
Motivo: Bai Hu - Ataque
Tirada: 1d20
Resultado: 17(+2)=19 [17]
Motivo: Bai Hu - Daño
Tirada: 1d6
Resultado: 1(+3)=4 [1]
Lamentándose por no poder obtener ningún tipo de muestra de la fortuna. Bomei abrió aún más su capa de viaje dejando a la vista un amplio cinturón que contenía numerosos viales. Hecho mano de uno de estos y se lo tendió a su compañero.
- Toma, con esto te sentirás aún mejor. Si necesitas algún tipo de intervención o te duele especialmente algo, ahora es el momento de decirlo, pues le echaré un vistazo. Si no, debemos continuar.
Miró de repente a su muñeca derecha y añadió:
- Aunque antes deberíamos desenredar un poco esta cuerda.
Le hace entrega de una poción de curar heridas leves.
Bai Hu levantó la mano rechazando el ofrecimiento de Bomei.
—No estoy tan mal preparado—bromeó mientras sacaba una poción. Aunque con tanta sangre en su blanco pelaje no quedó muy bien.
El félido se tomó la poción y la mayoría de sus heridas comenzaron a cerrarse. Después se miró con desagrado las manchas de sangre.
—Rayos necesito limpiarme. ¿Tú estás bien?
Sin vacilar, Bomei asintió con la cabeza y encogiendo su brazo, volvió a guardar la poción junto al resto de pociones de su cinturón. Si Bai Hu estaba bien provisto y no necesitaba su atención, aquel era un bien preciado que debía de guardar para un próximo paciente.
- Estoy perfectamente, apenas consiguió rozarme –respondió la Shangu-Shouhu sin querer resultar pretenciosa, aunque con la respuesta que había dado, quizás su compañero lo tomase como tal. Por eso para romper el hielo, y mientras continuaba desenredando por completo la cuerda, Bomei sugirió con cierta inquietud aun por la situación de su acompañante.:
- ¿Quieres que continuemos?
Bai Hu sacó bollos de su mochila y esbozando una sonrisa despreocupada le ofreció uno a Bomei.
—Sí. Quietos no vamos a encontrar a los demás.
Los dos monjes continuaron caminando por el Bosque de las Fortunas, sólo que si antes iban en guardia, ahora iban con el doble de cautela (aunque Bai Hu engullía sin parar). No podían exponerse a un nuevo ataque. La luz volvía a ser la normal de un día. ¿Cuánto tiempo llevarían allí realmente?
Entonces algo llamó la atención de la pareja de Shangu-Shouhus. A lo lejos vieron una mesa baja y a dos personas sentadas en el suelo a ambos extremos de ella. Parecía que estaban tomando té. Pero al acercarse descubrieron que todo era todavía más raro. Las dos personas que estaban sentadas... eran ellos dos.
—Sí, fracasamos en el Long Jimbiao. Tanto tiempo de entrenamiento, tanto esfuerzo... Bueno, imagino que no se vivirá mal como Shangu-Shouhu, ¿no te parece?
Bomei (?) se quedó en silencio ante la pregunta de Bai Hu (?).
—¿Crees que podíamos haber ganado?
—¡Jajajajajajaja!—rompió a reír—. ¿Importa acaso?
Todo lo que estaba viendo estaba propiciando en Bomei numerosos pensamientos que ebullían uno tras otro: ¿Qué o quiénes eran? Fuesen lo que fuesen, ¿Acaso tenían sus aspectos porque sabían que estaban observándolos? ¿Puede que no se hubiesen percatado de su presencia?
Había algo que la Shangu-Shouhu tenía claro y es que, si esos dobles estaban allí, seguramente no fueran muy amistosos. Por eso mediante susurros se dirigió a Bai Hu a quien Bomei al ver su rostro tuvo que reconocer que, si no fuese por su máscara, compartiría la misma cara de estupefacción.
- ¿Atacamos o quieres dialogar con… “nosotros”?
—Esto es diferente. La fortuna que nos atacó era como La Zong cuando la encontramos pero esto... No sé si atacarles es buena idea.
—Claro que importa—respondió la doble de Bomei—. ¿Tantos años entrenando para esto?
El doble de Bai Hu dio un sorbo a su té y se quedó en silenció un rato mirando a su interlocutora.
—¿Desde cuando eres tan habladora?
—Desde el momento en el que tu empiezas a preocuparte por detalles sin importancia.
—No vas a parar, ¿eh?—respondió el otro Bai Hu con resignación— Quizás lo mejor sea preguntárselo a ellos.
—Puede que tengas razón—replicó y entonces se dirigió a los auténticos Bomei y Bai Hu—. ¿Qué pensáis? ¿Podíais haber ganado el Long Jimbiao? ¿O el resultado estaba decidido de antemano?
Que les hablasen no le pilló de improvisto, era una de las posibilidades que barajaba. Así que, ya que estos les habían hecho una pregunta, solo quedaba darles una respuesta. Y aunque en un principio se le pasó por la cabeza que según su respuesta quizás esta traería diferentes consecuencias, Bomei decidió responder con la mayor franqueza posible.
- Claro que podríamos haber ganado, fuimos instruidos para ello. Randkai aquel día fue mejor que el resto, nada más.
—¿Estás segura Bomei?—dijo entonces el auténtico Bai Hu— ¿No tuviste la sensación de que no conseguías avanzar
—Interesante—dijo la falsa Bomei—. Así que a veces si te fijas en esos detalles. ¿Pero sí no podíamos ganar la prueba? ¿Qué sentido tiene.