Partida Rol por web

—¡Ja!—exclamó de nuevo Bai Hu con satisfacción al esquivar los ataques.

El félido lanzó dos nuevos y potentes ataques, sin embargo mientras que uno de ellos si alcanzó a la enorme fortuna el otro fue como si la atravesara sin efecto. ¿Era a eso a lo que se refería Donang?

—¿Pero qué...?

Bai Hu ataca y acierta los dos ataques. Uno de ellos falla debido a que hay un 50% de posibilidades de fallar. Con el otro le hace 6 puntos de daño.

—Ya te lo había dicho—le dijo Donang—. ¡No te confíes!

El tortúguido se concentró y lanzó un potente puñetazo frontal que bien podría haber partido una piedra. Sin embargo atravesó el cuerpo de la fortuna sin alcanzarla.

—¿Ves?—preguntó consternado.

Donang ataca, acierta pero falla por el porcentaje de fallo.

—¡Deja de quejarte y sigue pegando!—se quejó Ogra mientras lanzaba un par de patadas al enemigo.

Ogra ataca y acierta. Le hace 9 puntos de daño.

—Ese aguijón debe de tener algún tipo de veneno—le dijo Rikitsiki a Bomei—. Quiang y Chang cayeron al suelo después de ser alcanzados.

La nezumi lanzó una nueva estocada contra la fortuna, pero una vez más para su consternación, erró el ataque.

Rikitsiki ataca y falla.

¡Es el turno de Bomei!

Ojo, la fortuna tiene alcance, lo cual significa que amenaza no sólo las casillas a su alrededor, sino también una hilera más (como la que está Chang) si te mueves más de cinco pies para acercarte para poder atacarla

Mapa del combate.

Con la información que iba a recogiendo de lo que iban diciendo sus compañeros, Bomei interpretó que lo mejor sería atacar antes de poder llegar hasta Quiang e intentar sanar sus heridas. No sabía si podría hacer lo mismo con el veneno,  pero haría lo que estuviera en su mano.

Por eso, con un ágil movimiento,  la monje intentó esquivar los ataques de la criatura al tiempo que se preparaba para propinarle una sucesión de golpes secos y giratorios con las palmas abiertas de sus manos.

Los ataques de Bomei alcanzaron a la enorme fortuna, pero chocaron en su gruesa piel. Ésta a su vez contraatacó dando golpes a izquierda y derecha. Uno de los garrazos alcanzó a Donang, provocándole un feo corte. Entonces, de su piel empezó a brotar una especia de bruma que no tardó en rodear a los Shangu-Shouhu.

Fortuna le hace un ataque de oportunidad a Bomei. Acierta y le provoca 8 puntos de daño.
Fortuna hace un ataque completo. Acierta uno de sus ataques y alcanza a Donang haciéndole 5 puntos de daño.
Fortuna emite una niebla como acción gratuita obteniendo cobertura (+2 a la CA).

—¿Qué más cosas puede hacer este bicho?—se quejó Bai Hu mientras lanzaba dos palmadas frontales que no alcanzaron a la fortuna.

Bai Hu ataca y acierta uno de los dos ataques. Uno de ellos falla debido a que hay un 50% de posibilidades de fallar.

—Bai Hu por favor, es una fortuna que ha sido por la misma sombra que a La Zhong—le reprendió el tortúguido mientras se concentraba para descargar otro de sus contundentes puñetazos—. Merece un respeto.

Donang ataca y acierta su ataque. Le hace 6 puntos de daño.

—¿Queréis callaros y pegar?—gritó furiosa Ogra mientras saltaba girando sobre si misma y le propinaba una patada descendente a la fortuna.

Ogra ataca y acierta uno de los dos ataques. Le hace 11 puntos de daño.

Rikitsiki lanzó la espada al aire y dio un salto para darle una patada a la fortuna. Sin embargo, no era más que un amago. La nezumi agarró con su cola la espada y lanzó con ella una estocada. El filo se hundió en el cuerpo de la fortuna pero no hubo resistencia, había caída en su ilusión.

Rikitsiki ataca y falla por el 50%

¡Es el turno de Bomei!

Mapa del combate.

Sintió el golpe de la fortuna como si de un latigazo se tratase. La criatura le había alcanzado con tanta fuerza que noto como se cimbreaba su cabeza. ¿Le habría provocado alguna lesión cervical?

Ya tendría tiempo para pensar en ello más adelante,  ahora lo importante era acabar con aquella fortuna así  como asistir a la criatura que se encontraba tras de ella y atender posteriormente a los heridos. Quizás si pudiesen asistir antes a aquella criatura, ella podría echarles una mano para deshacerse de la fortuna... pero era demasiado suponer.

Bomei nuevamente se colocó en posición de ataque y esta vez intento propinarle dos rápidas patadas giratorias.

El golpe de Bomei fue el que la fortuna tenebrosa necesitó para liberarse. Al igual que la otra fortuna a la que se habían enfrentado Bai Hu y ella, está comenzó a implosionar para luego convertirse en un haz de luz amarillento. Y con la caída de la fortuna, las sombras que intentaban aprisionar a la criatura albina, también desaparecieron.

—Lo... lo hemos conseguido, ¿no?—preguntó un dubitativo Donang.

—Eso parece—confirmó Rikitsiki.

—Así es—dijo con una imponente y regia voz la criatura albina mientras se acercaba a ellos—. Seguramente hayáis oído hablar de mí. Soy Daiwang Bailu, el rey del Bosque.

—¿El rey?—repitió Bai Hu mirando a sus compañeros— ¡Oh rayos!—exclamó al tiempo que hincaba la rodilla.

Al igual que Bai Hu, Bomei inclinó la rodilla, pero rápidamente volvió a erguirse al mismo tiempo que decía. 

- Me alegro de que estéis a salvo majestad, Pero si me permitís,  tengo pacientes que atender.

Aunque había intentado respetar el protocolo, no había tiempo que perder. Rápidamente sacó una poción y dirigió sus pasos hasta donde se encontraba Quiang para poder estabilizarlo. Luego, vería si podía hacer algo con respecto al veneno.

No hizo falta que Bomei hiciera nada porque Quiang y Chang se levantaron mientras los demás se inclinaban también ante Daiwang Bailu. Chang fue la primera que reaccionó al reconocer al Rey del Bosque y se inclinó, obligando a Qiang Huo a hacer lo mismo.

—No será necesario—le respondió la fortuna albina a Bomei—. Estoy profundamente orgulloso por lo que habéis hecho. Vuestros actos...

Entonces algo extraño comenzó a ocurrir. La voz de Daiwang Bailu comenzó a apagarse y el mismo a perder color. No su piel que era blanca, pero sus cuernos dorados se tornaron en un gris mate. A su alrededor, el bosque de bambú también perdió todo el verde. Y Chang también. Sólo los seis Shangu-Shouhu permanecían normales.

—Las estrellas habían decidido eones atrás nuestro encuentro salvadores—dijo una voz a su espalda—. A lo largo de los siglos las piezas han ido cayendo una a una hasta acabar en este momento y lugar. Ha llegado vuestro momento. Ha llegado la hora de que liberéis a Tiangulong.

Tras ellos había una mujer ataviada con una larga túnica negra. Tenía la piel blanca (lo poco que se la podía escuchar) y una corona acabada en agujas. La mayor parte de su rostro estaba cubierto con un velo también negro. ¿Quién era esa mujer cuyo poder sin duda ninguneaba al del Rey del Bosque?

La imagen  y las palabras de aquella mujer estremecieron a Bomei. En su cabeza los pensamientos comenzaron a sucederse en tromba, como si se tratase de un aguacero.

Ni siquiera miró al resto de sus compañeros, pues toda su atención iba dirigida a aquella mujer. Pero ya que ninguno de ellos había articulado palabra alguna, intuyó que se encontraban tan perplejos y estupefactos como se encontraba ella ahora mismo.

 Finalmente,  movida por su afán por encontrar respuestas, Bomei preguntó con cierta cautela y respeto.

- Disculpeme pero ¿Quién es usted? ¿Y a qué y de quién se refiere con eso de que es la hora de liberar Tiangulong? 

Bomei parecía saber de quién tenían que liberarla, no habían hecho sino luchar contra esos seres desde un breve período de tiempo hasta ese instante. Pero necesitaba que alguien los identificara y arrojase luz sobre su naturaleza.