-¿Cómo podemos saber si lo que dice es verdad o son delirios provocados por el coma? ¿hay realmente posibilidades de reanimar a esta gente?. -

Aprovechando que la comandante de la Valiant se dirigía hacia la salida de la celda-prisión, Diane murmura sus ideas sobre la situación, siempre tratando que no ser escuchada por la mujer lunática.

No sé hasta qué punto esa mujer nos va a ayudar y a partir de qué momento representará un peligro para nosotros. – Soltando un leve soplido ella vuelve a explicar su conclusión – Aquí no puedo hacer nada. Ni por ella ni por los demás. Debemos salir de aquí. Escucho sus ideas comandante. -  y la paciencia de Walker también llega a su fin. 

-Ellie, ¿sabes como salir de aquí?. Tenemos a otro grupo en el puente de mando y un par de lanzaderas que podrían llevarnos a una nave de clase NX en órbita. Pero este lugar parece un laberinto. Explique mejor qué le sucedió a estas personas y como es que usted ha despertado.

¿Salir? ¡Ja Ja Ja! ¡Por supuesto! ¿Es que me veo muy mal? – responde histéricamente la oficial Simon entre risa y llanto. Al instante la mujer acomoda su uniforme, intentando que sea presentable.

¿Una Nx? Perfecto. Salgamos de aquí y vamos a por tu nave. Luego reduciremos este planeta miserable a cenizas. Perfecto…Perfecto... – agrega sin pensar demasiado sus respuestas, por muy disparatadas que sean.

¿Qué les sucedió? – Pregunta para regresar y volver a patear a los comatosos – Estos bastardos no son mi tripulación. Mis compañeros fueron transformados en galletas y zumo de manzana. – y tras responder a Jan, la mujer vuelve a patear a otro, acusando a los prisioneros - ¡Asesinos! - 

El guardián no me quita ojo, y cada vez pone más bravucón. Mi mano ya toca la culata de mi pistola fáser...

La jugarreta del timonel dio resultado, al punto de poder tomar su pistola phaser y actuar antes que su oponente pudiese percatarse. Otro asunto, aparte de terminar la pelea sin comenzarla, es la voz de Sirril. ¿Cómo es posible que el Vulcano pueda hacer cosas como esa?

Si todo sale bien Johnny tendrá tiempo para investigar y preguntar.

- Señor Sirril, vamos a ponernos a trabajar de inmediato... el tiempo apremia, comenzaremos con el ataque a la nave, luego deberá desacivar el rayo, transportarse y pondremos en práctica las maniobras evasivas necesarias para evitar el impacto.

Ni siquiera el sumo sacerdote llega a entender la complejidad de la pirámide creada por sus ancestros, milenios atrás. La sucesión de generaciones dentro de la pirámide ocasionó la degradación de conocimiento para dar lugar a simples habitantes ignotos de su entorno, los cuales acabaron alabando al corazón de la pirámide como una especie de deidad. Y así fue como la historia oficial transmuto en una leyenda religiosa.

No fue otra civilización más que la propia, que había alcanzado la capacidad de viajar a otros mundos sin necesidad de una nave estelar. Solo que la guerra y la ambición los consumió, dejando un arca para los privilegiados de la alta sociedad.

Ellos, sin saberlo, condenaron a su descendencia a la decadencia intelectual; la cual ahora actúa como una tribu en cuna de oro.

Ahora Sirril entiende todo al fusionar su mente con el Sistema, el cual se integra más y más en cada segundo con el Vulcano al ser mas compactible que el sumo sacerdote que entiende por divinidad sin comprender una decima parte todo.

La conclusión lógica del oficial científico es su permanencia con el Sistema ante la posibilidad de muerte al romper la fusión.

Tal vez su clon pueda continuar su legado, si es transportado a la Excalibur y reanimado pronto, porque en caso contrario la capsula dejará de funcionar al perder su conexión con el sistema y el soporte vital caducará al instante.

“La necesidad de muchos pesa sobre la necesidad de pocos”…

El vulcano parecía totalmente absorto por su conexión mental, su cuerpo tan solo respondía a los estimulos en su sistema nervioso y sin que Sirril fuera siquiera consciente.

La información se abría camino directamente a su mente, la historia de siglos y generaciones de era revelada mientras intentaba comunicarse con la Excalibur... por un instante los temblores pararon en un momento de paz un oasis en mitad de la tempestad, su voz por fin sonaba serena y firme.

Aleksandra, no puedo verte con mis ojos pero puedo sentir tu presencia. Empiezo a comprender, a ser consciente de que llega el fin, vinimos por una razón y casi hemos cumplido nuestra misión, tan solo resta poner a salvo a la tripulación... no importa el sacrificio de unos pocos por el bien de muchos... has demostrado ser muy competente y capaz y tus habilidades serán necesarias en la Excalibur, ha sido un honor trabajar y sufrir a tu lado... no nos volveremos a ver al menos no con estos ojos...

La voz del vulcano ceso en cuanto volvió a concentrarse en una nueva orden, Sirril se centró en cada una de las personas de la pirámide, sintiendo cada una de las almas para con solo pensarlo transportar a los humanos a la Excalibur.

Una vez la tripulación estaba a salvo, Sirril desactivó el rayo tractor con solo pensarlo.

Capitulo 2 - Aquel extraño mundo, y el fin de la inocencia

“La necesidad de muchos pesa sobre la de pocos”

Proverbio Vulcano.

Una misión imposible de rescate transformada en una trampa mortal, enemigos del futuro, sacrificios impensados y daño más allá de lo imaginable.  Jamás una tripulación fue llevada a tal extremo, empujada más allá de sus límites físicos y mentales.

La condena de muerte ejecutada sobre la Excalibur y su contrincante sin igual contaban los minutos para convertirse en fragmentos al colisionar contra el planeta a causa de la abrumadora tecnología de una civilización olvidada. Un rayo tractor de poder increíble jalaba toda nave que caía en sus redes automatizadas.

Y así fue que un grupo bajo a tierra sacrificando posibilidades, perdiendo compañeros y amigos por igual; para finalmente dar con la salvación de su nave y del resto de sus camaradas.

Pero toda acción tiene una reacción y un precio a pagar. Eso fue lo primero y lo último que el oficial científico pensó al utilizar la tecnología de la pirámide para el favor de la nave terrestre, para salvar a todos y al futuro de la Tierra.

Solo con su pensamiento, conectado irreversiblemente al sistema de la pirámide, envío a todos sus compañeros en el planeta de regreso a la Excalibur mediante el poderoso transportador. La tecnología de la pirámide incluso logro transportar el personal sobre la superficie y las dos lanzaderas hacia la bahía de la NX. Los demás simplemente aparecieron en la enfermería para sorpresa de la Auxiliar Blake, que cumple funciones de doctora a cargo hasta el regreso de Walker.

Quien acompañaba a Sirril, la oficial de comunicaciones Aleksandra Kuznetzov, fue la única oyente de la despedida del Vulcano antes de que la compuerta de la sala de mando de la pirámide fuera destruida para dar paso a una oleada de guardias guiados por el alto mandatario. Un segundo después ella fue transportada al puente de mando de la Excalibur.

Diane Walker y Eduard Jankowsky se materializaron en la enfermería, junto a los rescatados de la Valiant. Por otro lado el valiente timonel se encontraba en un duelo a muerte con uno de los alienígenas en el instante de ser transportado al puente de mando de la NX. Aquel transporte posiblemente salvó su vida.

Aparte de la tripulación enviada a la Excalibur, Sirril envió una persona más a la enfermería, directamente a una bio cama por la urgencia de muerte del transportado. Segundos después Sirril fue abordado por los guardias y eliminado sin misericordia…

Ahora la Excalibur, en plena trayectoria de colisión, encendió sus motores de impulso con intención de levantar el morro y evitar el accidente contra la elevada cordillera. Mientras los motores de empuje excedían el cien por ciento hasta casi reventar, las baterías de phasers de la NX escupían muerte sobre la sorprendida nave del futuro.

El oficial científico no sería la última baja antes que el día acabase, pero su sacrificio había salvado muchas vidas.

Veloz como mi sobrenombre, agarro mi pistola fáser y disparo sobre el guardia, dejándolo aturdido.

- ¡Buff, ya era hora! Me empezaba a aburrir con su palabrería.

Enfundo de nuevo mi arma y me acerco al pozo curativo, para recoger su agua curativa, aun con la advertencia recibida. Por el momento ese líquido puede ayudar a toda esa gente a despertar, y es lo que voy a intentar hacer.

Una vez rellenada la vasija, vuelvo hacía el lugar donde están el oficial MACO y la doctora.

- No, espera..no, tiene que haber...-Fui negando con la cabeza a medida que escuchaba la voz de Sirril, ese alegato que sonaba a funesta despedida. ¡No podía permitirlo!.

- ¡Calla, no sigas hablando! ¡No te dejaré!. Me engañaba a mi misma ante la evidencia de que estábamos sentenciados, era así desde el momento que tomamos la decisión de bajar hasta esa sala. Era un viaje sin retorno...

Me acerqué ahí donde su cuerpo se había fusionado con la maquina y de poder hacerlo tomaría su mano con la mia. Estaba temblando y mi voz sonaba entrecortada.

 - Yo...me alegro de... haber conocido a tan brillante y valiente oficial científico... aunque me hubiera gustado conocer mas de la gran persona que eres Sirril. Te...- Mis últimas palabras se interrumpieron en cuanto la puerta cedió irrumpiendo por ella guardias. Fue volverme y la sala se desvaneció ante mi. En ese momento no comprendía que era yo quien desaparecía transportada.