Partida Rol por web

Suena el intercomunicador. Es un mensaje general procedente del puente.

-Aquí el...Primer Oficial, ¡Alerta, Alerta.... Roja!, tenemos...tenemos.... un ente alienígena en la nave, se...se.. encuentra en el puente y está en el cuerpo de....de....cof, cof... la oficial Simon Ellie de la Valiant. Ha habido una explosión en el puente. Envíen....cof...un equipo de seguridad y...y...médico. El ente es capaz de control mental, y es muy....muy peli...peligroso. Proc...cedan con cautela y.....¡disparen sin dudar!

Sirril escucho a la doctora y a la capitana, ambas parecían algo desconfiadas lo cual entraba dentro de lo normal teniendo en cuenta la situación y lo que habían pasado pero por otro lado la falta de opciones acabo con sus reticencias.

Tenemos dos problemas que resolver, el primero es llegar hasta Simon y el segundo enfrentarnos a ella. Respecto al primero estoy pensando alguna alternativa que todavía debo madurar pero respecto al segundo... El vulcano se quedo pensativo por unos instantes Sin duda Simón contará con varios subditos dominados que nos cerraran el paso o usará de escudos, pero estoy seguro que en cuanto nos vea intentara controlarme. Sin duda sería lo más lógico ya que si como dicen que me esta buscando es porque necesita algo de mi o porque soy el único telépata. Su capacidad telepática es muy superior a la mía por lo que será necesario ponerselo dificil, estoy pensando algunas alternativas, pero si por esos aparadores guarda algún tipo de droga de combate que pueda aumentar mi concentración puede ser un comienzo.

El vulcano parecía pensativo como si a la vez de hablar con la doctora y la capitana su mente estuviera calculando posibilidades y probabilidades de éxito de varias alternativas. Sirril se acerco a la capitana poniendo sus manos sobre su frente.

Ahora intente concentrarse en sus recuerdos, en los que pensó y sintió mientras Simon le poseía... déjeme conocer a nuestro oponente.

Mediante el arte secreto y milenario Sirril descubre que la habilidad extraordinaria de Simón no es otra cosa que poder telepático en bruto de una entidad usurpadora de cuerpos.

No es un recuerdo formal, tan solo una intuición que puede ser captada por otro telepata, en este caso Sirril.

La criatura perdió su cuerpo en los Pozos de la desesperación y antes de su muerte física transfirió su mente al cuerpo de la comandante Ellie. De ese modo pudo sobrevivir hasta ser rescatado por Jankowsky y los otros.

Este ser doblega voluntades por su dominio mental. Nada más que eso.

Cristina trató de relajarse para permitir que los pensamientos relacionados con Simon fueran lo primero y... único que Sirril captase. Al principio no pudo evitar ponerse nerviosa, su mente era un ordenado laberinto, pero laberinto al fin y al cabo de recuerdos, pensamientos, sentimientos e imágenes donde la tensión generada por aquella misión de locos había contribuido a que dicho laberinto crease nuevos caminos en respuesta a los delirantes giros que aquella historia estaba tomando, se trataba de una mente en constante ebullición movida por la necesidad de adaptarse y dar con la solución adecuada de la manera más rápida posible, abierta a los cambios pero enraizada fuertemente a sus inicios como persona, sus creencias, educación y valores.

La mente de la capitana se fundió rápidamente con la del vulcano, la voluntad de la humana no era otra que la de ayudar con todo lo que estaba a su alcance para liberar la nave y salvar el máximo número posible de vidas, el dolor por las perdidas que estaba sufriendo en la Excalibur estaba presente en todos y cada uno de sus pensamiento, así como su impotencia y su malestar consigo mismo por no poder hacer más. Por dicha razón De Alba rememoró de manera instantánea lo que Sirril quería a pesar de la verguenza que le causaba mostrarle el momento en que su voluntad no fue lo suficientemente fuerte para repeler el control de Simon.

Sirril se encontró mirando por los ojos de Cristina, ella/él estaban a las puertas de la enfermería junto a los dos MACOS y a la doctora Walker, discutiendo con Silky sobre la conveniencia de tener las armas en aturdir y el deseo de la capitana de no herir ni tomar decisiones precipitadas sobre el señor Sirril, el enfado de Cristina con Silky era grande, entonces apareció Ellie sin escolta dirigiéndose hacia ellos. La española sintió una presión intensa en su cabeza que la oprimió sin misericordia, asfixionándola hasta hacerle perder el conocimiento y despertar encerrada en una cárcel dentro de su propia mente... y ver como si de un espectador se tratase lo que ocurría, era una sensación terriblemente desagradable, donde era consciente de que su cuerpo había dejado de pertencerle. Con una terrible angustía observó desde su cárcel como Simon ordenaba la aniquilación a los dos MACOS de todo el personal de la enfermería, la ira y la frutración eran enormes pero su desgarro no fue suficiente para conseguír liberarse, ni siquiera podía gritar.

Vio como la doctora que si había conseguido resistir el ataque le arrebató el arma y trató de disparar sin éxito a Simon, quien tras esquivar con pasmosa facilidad el tiro, desintegro el arma con su poder y ordenó a De Alba acabar con la doctora mientras esta se dirgía al puente con Jan y Silky, con la intención de tomar la nave gracias a los códigos obtenidos de De Alba, para ir a la Tierra para reproducirse.

La siguiente escena, la voluntad de Cristina parecía ir menguando bajo la axfisiante presión de Simon, era como si la pantalla desde donde asistía a los acontecimientos se fuese haciendo borrosa, recordó haber golpeado a la doctora y como esta al devolverle el golpe la hizo reaccionar. Entonces la capitana indiganda con el alian y consigo misma aferró los barrotes con las manos y comenzó a forzarlos, el dolor era intenso, tanto que parecía que iba a volverse loca y cuanto más se resistía, más dolía... pero ella persistió, entonces gritó, más y más fuerte, hasta que su voz y su cuerpo le obedecieron y abrió los ojos y vió a Walker y supo que lo había conseguido.

Los recuerdos se proyectaban ante los ojos de Sirill, al principio inconexos imágenes interpuestas que enseguida tomaron forma y sentido. El vulcano pudo ver lo sucedido en la enfermería y pudo sentir el profundo pesar que atormentaba a la capitana, presa de su propio cuerpo obligada a presenciar la realidad de la peor de sus pesadillas.

Allí estaba Simon, como si de un circo de titeres se tratara mientras manejaba a los presentes a su antojo... aun estaba presente su marca telepática en los recuerdos de la capitana sin duda muy fuertes pero encerrados en un cuerpo humano que sangraba y sudaba igual que los demás.

Sirril levanto las manos para no alargar el revivido sufrimiento de la capitana, pensativo durante unos segundos donde ataba los distintos asuntos y cálculos que su cerebro parecía procesar de forma simultánea.

Ese ser es extraordinario, su poder telepático es muy grande pero sigue estando limitado por las capacidades físicas y mentales de un cuerpo humano. No puedo enfrentarme a ella directamente pero si aprovechamos ese punto débil podríamos intentar igualar la balanza.

El vulcano se acerco a una de las consolas de control.

Si manipulamos el sistema de ventilación en la cubierta del puente bajando el nivel de oxigeno a mínimos pero suficientes para perservar la vida su cuerpo sufrira principio de hipoxia, dolor de cabeza, incapacidad de concentrarse... sin duda eso mermaría su capacidad telepatica y quizá pueda tener una oportunidad de bloquearla mientras ustedes la incapacitan. Debemos ser rápidos, debo bloquear su mente pues si se ve vulnerable podría trasvasarse a otro cuerpo como ya ha hecho otras veces.

Tras teclear unos comandos la consola muestra una red de los conductos de ventilación de la nave.

Podemos usar estos mismos conductos para salir de la cubierta E y llegar al puente.

Una breve mueca de disgusto cruzó el rostro de Diane cuando escuchó por el intercomunicador al Primer Oficial pidiendo la asistencia de un médico, cuando eran sus subordinados médicos los que más atenciones requerían. Con los labios fruncidos y sin poder evitar tamborilear con los dedos sobre sus brazos cruzados a causa del nerviosismo, esperó pacientemente a que el vulcaniano terminara de realizar la fusión mental. No deseaba interrumpirles sin importar el tiempo que tardaran, sabiendo que precipitarse no les llevaría a ningún lado... y, para qué negarlo, como doctora y científica no podía negar que se encontraba interesada en el proceso, aunque aquel no fuera ni el momento ni el lugar.

No dejó de admirarse, sin embargo, de lo rápido que el señor Sirril fue capaz de hacerse cargo no solo del contenido de la mente de de Alba (cabía suponerlo, al menos), sino de toda la situación y de desarrollar un plan de ataque. Parecía que no todas sus buenas cualidades habían quedado abandonadas en B-Sygnus, después de todo. -Si mi memoria no me falla, y creo que es lo único que no me está dando problemas en estos momentos, ha dicho que nos encontramos viajando por el interior de un agujero de gusano.- Se vio obligada a señalar, a pesar de todo -Limitar la cantidad de oxígeno limitaría igualmente las capacidades del resto de la tripulación del puente y, dadas las circunstancias en que nos encontramos, eso podría llevar a la Excalibur, que no es como si se encontrara en perfectas condiciones, a una situación crítica. ¿Está seguro de que correr ese riesgo es la única manera?

No tenían tiempo como para ponerse a discutir, así que no pensaba oponerse a aquella táctica si era realmente necesaria; simplemente, quería asegurarse de que el Oficial Científico sabía lo que estaba haciendo y el riesgo que corrían. Tras comprobar nuevamente su pháser y prometerse a sí misma que aquella vez no fallaría, añadió -¿Se encuentra bien, capitana? Ya es la segunda vez que penetran en su mente en menos de un par de horas; espero que eso no haya debilitado las defensas de su voluntad: no puede permitirse volver a caer bajo el influjo de esa criatura.

-...entre otras cosas, porque si pelear contra usted a puñetazo limpio ya es complicado, no quiero ni pensar lo que podría hacerme con un pháser.- Completó en privado en su mente. Sabía que sus habilidades marciales dejaban mucho que desear: después de todo, ella era una médico. ¿En qué momento de lucidez se le ocurrió a su padre que ella debía alistarse en una nave espacial?

La situación ya es crítica me temo, si sumamos una avería y disminuimos el oxígeno lo suficiente les obligaremos a salir de la seguridad del puente abriendo las puertas y ese será nuestra oportunidad, estaremos esperando con respiradores de los equipos antiincendios. Si todo falla y la nave se precipita contra una de las paredes del agujero al menos ese ser no llegara a la tierra

Sirril miro a la capitana pues suya era la última palabra

Cristina volvió en sí cuando Sirril deshizo el contacto con ella. Al hacerlo sufrió un ligero mareo pero se repuso con rapidez. Fue como volver a despertar de una pesadilla y lo cierto es que no le había resultado agradable por lo que suponía para ella que volvieran a urgar en su cabeza, pero había tenido que hacerlo y confiaba en que el vulcano supiera sacarle partido.

- Comprendo los riesgos...- dijo cuando el oficial científico le comunicó el plan a seguir- Me encuentro bien, gracias señora Walker- le dijo sonriendo levemente- lo que más me duele es el orgullo, a mi tampoco me gusta que accedan a mi mente... y para ser ser exactos esta ha sido la tercera vez. En la nave enemiga me pusieron un implante para convertirme en títere, sólo que no llegaron a accionarlo y el señor Ollander me lo estirpó a tiempo...- aquel recuerdo le resultaba sumamente desagradable- Bien...- añadió volviendo al tema principal- aunque no me guste del todo, en realidad no tenemos muchas más opciones. Lo peor que puede pasar es que muramos todos pero al menos la nave no llegaría a la Tierra, con lo que evitaríamos que esa cosa cumpliera con su objetivo...- se rascó la perilla- Vamos- resolvió dando el visto bueno al plan del vulcano asegurandose de que la pistola phaser estaba en aturdir y poniéndose en marcha, no tenían tiempo que perder.

Con pistolas en mano los tres oficiales se dirigen a toda prisa hacia el puente utilizando los tubos de mantenimiento. El único problema para abandonar la cubierta E es desbloquear los seguros hidráulicos de las escotillas de mantenimiento hacia la cubierta A, donde se encuentra el puente.

Uno de los últimos recuerdos residuales que escaparon a la negación de Cristina es sobre su padre. Don Álvaro De Alba.

Según Cristina su padre tiene todas las cualidades de un Vulcano. Ausente de emociones, severo, calculador, inteligente, orgulloso y con una mirada penetrante y fría, que hizo que en más de alguna ocasión que la pequeña Cristina le temiera y fuera incapaz de sostenerle la mirada. Físicamente se trata de un hombre bien parecido, delgado y fuerte, se cuida bastante y goza de reputación, además de ser el jefe de la casa de Alba en España, está ligado a la Universidad. Por lo que cuando Cristina se rebeló en contra de su progenitor se produjo un hito en el seno de su familia, que como consecuencia ha derivado en que padre e hija no se hablen. Lo que provoca cierto dolor en esta última, pues a pesar de lo que siempre ha tratado de negarse, es su padre y lo quiere.

Don Alvaro de Alba

Debido a lo complicado que el Duque, se explica como el almirante Kane se convirtió en el padre que a ella le hubiera gustado tener.

El plan estaba en marcha y el tiempo apremiaba, los oficiales llegaron hasta la separación de las cubiertas por los conductos de ventilación. Ninguno de los oficiales eran mecánicos especialistas pero el vulcano tenía la formación suficiente para la mayoría de labores rutinarias por lo que sin dudar de dispuso a trabajar en los seguros hidráulicos.

Conocía bien la mayoría de protocolos de la nave por lo que el acceso pronto quedo libre