Partida Rol por web

De acuerdo, entonces haré lo que debo como jurado de las tartitas de los cojones. También intentaré meter baza en lo que respecta a la asociación esa de gallinas viejas. Supongo que ahora que el idiota ese come en mi mano podré hacerlo. Mañana hablaré con su madre en público a ver si consigo que me insulte y que así se enfaden Ahora debo colgar. Tengo niños a los que atender

En cuanto llego a la casa entro silenciosamente para no despertar a las fieras.

—Muy bien Mamada, cuida de la familia— se despide tu superior.

Cuando llegas a casa todas tus precauciones son inútiles, los niños están despiertos en la sala. Alan está vestido y muy arreglado. Muy bien vestido, de hecho.

—Toshiko, están cambiados y les he dado el biberón. Tendrás que darle otro en un par de horas. Gracias por quedarte con ellos. Duermen mucho, será leve. Me tengo que ir a hablar con mi superior. Tienes un cuarto preparada arriba—

No te preocupes, seguro que puedo preparar mi lista de boda tranquila Digo guiñándole un ojo Saludos a tu superior. Si descubres que son los niños, házmelo saber, porque posiblemente sean algo peligroso y tengamos que tenerlos controlados para que no se nos caiga el pelo. Por cierto, ¿Sabías que el alcalde me ha pedido matrimonio? va a ser muy muy divertido

Alan te mira con la boda abierta.

—¿Casada? ¿Con ese paleto? Espero que deis un buen banquete, será lo más placentero de ese matrimonio— te dice a modo de despedida.

Te quedas sola con los dos pequeños. Con unos pocos arrumacos, los niños se quedan dormidos. Pasan las horas y tú también te duermes. Te despiertan los lloros de los pequeños. Cuando vas a verlos a su cuarto, tienen problemas con sus ropitas, se les han quedado pequeñas.

Cariñosamente les quito la ropita y les pongo una más holgada, diciéndoles cosas bonitas.

Venga pequeñines, que mamá está aquí para quereros mucho mucho y mimaros. Vamos a ver si tenéis caquitas, os vamos a poner ropita nueva y os vamos a dar comidita rica. Me parece a mi que dentro de poco vamos a tener que pasar a leche de niños mayores, que estáis creciendo muy muy rápido y muy muy guapos

Una vez limpios y con ropas más adecuadas, les doy de comer y me pongo junto a ellos a contarles un cuento con voz pausada, para ver si se duermen o si, por el contrario, ya están creciendo y empiezan a dormir menos horas

En cuanto se sienten limpitos y con ropa más cómoda, ambos se qeudan dormiditos. Lo cierto es que son guapos, sobre todo cuando no dan el coñazo.

Cojes el comunicador, te vas a cama y no tienes novedades hasta la mañana siguiente, cuando te despierta el olor a bacon y a café recién hecho.

Bajo a la cocina, pasando antes por los niños a los que doy un besito de buenos días

Buenos días mis pequeños demonios. Os habéis portado muy bien con mami, me siento orgullosa de vosotros. si seguís así dentro de poco podréis jugar con humanos y hacer de su vida un bonito bonito infierno

Me voy a la cocina y cojo una taza de café sin azúcar.

Buenos días

Alan te saluda sonriente.

—He hecho algo de desayunar. Ayer por la noche Elisabeth dijo que fueses a la oficina en cuanto pudieses. Gracias por quedarte con las fieras— dice mientras coje un beberón y lo pone a hervir,

—Cuéntame, ¿cómo ha ido con el alcalde? ¿Tostadas?—

Cojo una tostada, y entre sorbos de café charlo con mi compañero

Se han portado genial. La ropa se les quedó pequeña a media noche, pero nada más. ¿Has averiguado que son? Supongo que serán peligrosos, pero hasta que crezcan no tendremos mucho problema. Espero.

El alcalde... bueno, el plan de enamorarlo funcionó, así que, me ha pedido matrimonio. Lo he pospuesto hasta después de la fiesta, así seré jurado en las tartas, y estaré cerca de su madre y su archienemiga. Las voy a pelear. Y queda el problema de la choni, que no se que coño hará, pero me la sopla un poco. Bueno, cielo, me voy a trabajar, que no quiero que la jefa me mate.

Me despido de alan con un besito en la mejilla, le hago unas carantoñas a las fieras, y subo a ducharme, vestirme y maquillarme, de forma más normal que últimamente. Me voy a la oficina

Cuando sales por la puerta, Alan se mete con tus pintas de choni.

—Apártate de los fuegos, llevas mucho material inflamable encima— se despide.

Taconeando entre bonitas aceras y jardines muy ciudados, llegas al Ayuntamiento. La recepcionista te saluda, mucho más contenta que de costumbre, y Elisabeth te espera en su despacho.

—Toshiko, ya he escuchado tus buenas noticias. Y Kirk te ha enviado un ramo de flores— dice señalándote el ramo más feo que has visto en toda tu vida.

Miro las flores con desagrado y suspiro exasperada

Espero que al menos esto sirva para que tu tengas menos trabajo. Por cierto, cuando terminemos aquí, ¿Tu te vas o te quedas? Porque si tienes que quedarte para mantener el caos, podemos usar esto para favorecerte en el futuro. Podrías ser la próxima alcaldesa, sería bonito de ver.

juego con el ramo, viendo si trae tarjeta

Debería ir a agradecerle las flores a mi prometido... aunque tengo menos ganas de verlo que tu

Elisabeth te mira con los ojos entrecerrados.

—¿Menos trabajo? Bonita, adivina quien tiene que preparar tu boda. Kirk está emocionadísimo y convencido de que vais a ser muy felices— dice Elisabeth sacando una botella de bourbon del cajón del escritorio.

Por la puerta entra la odiosa madre de Kirk.

—Hola, tú. Quiero hablar contigo, quiero saber qué le has hehco a mi hijo. Sabía que no debíamos dejar que los chinos entrasen en la ciudad—

Oh, cielo, lo siento. No te preocupes, le diré que nos encargaremos juntas y que no se puede meter, y que te libere de un poco de trabajo en la alcaldía. Así podemos salir de aquí, ir a hacer cositas divertidas. ¿te parece bien? O si prefieres, me encargo yo sola. No quiero que sufras por mi culpa

cuando elizabeth saca la botella, cojo dos vasos.

Miro muy despacio hacia la puerta.

Disculpe por la interrupción, Doña Elizabeth, ¿Le importaría que interrumpiese un momento nuestra reunión para tratar este pequeño asunto? Le prometo que después terminaré mi trabajo con la máxima prontitud

Me levanto muy despacio, con mucha elegancia, dejando caer el pelo sobre un hombro

Puedo darle cinco minutos, señora Agnes, pero no más. que una mujer mantenga una relación con un hombre, no da derecho a que la madre de dicho hombre interrumpa su trabajo. Le pido que respete eso, esto es una oficina, no un circo. Por favor, si desea hablar conmigo, puede hacerlo en mi descanso o cuándo termine mi jornada. Ahora que está eso aclarado, puede decirme lo que desee. ¿Quiere que le traiga una taza de café?Podemos pedirle a Kirck-kun que nos deje ir a charlar tranquilamente a algún despacho vacío si desea intimidad

Pongo mi sonrisa de maiko esa de "pase lo que pase, sonríe, pon cara de ser feliz y se respetuosa"

—Claro Toshiko. Tómate todo el tiempo que necesites. No hay problema— dice la superior de Hakon con sonrisa sardónica.

Mientras caminas hacia ella, Agnes te mira con gesto serio e imperturbable.

—Oh, por favor. ¿Qué te crees, que soy una simple criada? ¡Soy la madre del alcalde y tu futura suegra al parecer. Si me da la gana de hablar contigo, hablarás conmigo y punto. Quiero saber qué le has hecho a mi hijo. Y espero que no estés embarazada— dice en tono serio.

Elisabeth se lo está pasando como ninca, regando el momento con alcohol.

La miro de arriba a abajo. Tranquila, pausada y vilmente. y de mis labios sale un susurro cruel y frío:

Lo de quedarse embarazada para pescar marido es cosa de chicas Yankies. Las mujeres de verdad no necesitamos eso. Señora, yo soy una dama. He venido a este lugar en busca de paz, y Kirck apareció. Sabe perfectamente que si lo que yo quisiese fuese un marido sin más, estaría casada con algún jugador de fútbol o con algún actor. Tengo la inteligencia, el físico y el carácter suficientes. He aguantado los caprichos de la mitad de los diseñadores de alta costura del mundo, y créame, hay que tener aplomo para ello. Usted no me asusta. Que sea la madre de un alcalde para mí significa bien poco. He tomado té con jefes de estado y he ido a fiestas con monarcas europeos, un alcalde de pueblo es bien poco para mi. Su hijo ya es bien mayorcito para tomar sus propias decisiones. Espero que sea consciente de ello. Nos vamos a casar. Posiblemente yo lleve un precioso kimono que me regalará mi madre y Kirck un traje diseñado por Galiano para la ocasión. A la boda asistirá mi querida amiga Naomi Campbell, y usted será amable con ella, porque lo más posible es que decenas de periodistas sensacionalistas acaben enterándose de mi boda y no querrá usted aparecer en publicaciones de todo el país como "La suegra racista de Tosiko Mamada", aunque a mi no me importaría nada que pasase a ser una de las mujeres más odiadas por la opinión pública.  Podemos llevarnos bien o llevarnos mal, pero yo solo tengo que sentarme frente a un periodista, invitarle a un té, hablarle de mis proyectos de crear escuelas en África y de lo difícil que es estar con el hombre al que amo porque su malvada madre intenta tirar abajo mi relación para que usted no pueda salir de casa sin que alguien la insulte. Así que, espero que sea consciente de que esto le queda demasiado grande, señora.

Me doy la vuelta y me acerco a Elizabeth

Ahora, si me disculpa, tengo cosas que hacer. Si no quiere más tonterías, le sugiero que vaya a tomarse una tila, parece usted bastante alterada

—Serás... las mujeres decentes no se quedan embarazadas. Yo no necesité de ello, ni ninguna de las mujeres decentes de este pueblo. Para algo somos un rebaño sin ovejas perdidas. Y no me hables de tu carrera de modelo, si te fuese tan bien, no estarías aquí. Seguro que te echaron. No me das miedo. Si salgo en las publicaciones Sarah Palin y Dios me apoyarán, no necesito nada más. No te preocupes, ambas tenemos cosa que hacer. Tú preparar una boda y yo asegurarme de que no se celebra— dice mientras sale por la puerta con gesto orgulloso.

Elisabeth sube la botella brindando por ti.

Sonrío a Elizabeth de forma cariñosa. y le digo en vos muy baja (no vaya a estar la bruja escuchando tras la puerta)

Creo que sería divertido tener a algún fotógrafo por aquí. voy a llamar a alguna revista de cotilleos, que algo bueno tengo que sacar de esta tapadera tan ñoña. Por otra parte, es hora de llorarle a mi prometido por lo mala que es su mamá. También le voy a pedir que te libere un poco de trabajo, que eres mi mejor amiga en el pueblo y te necesito, ¿te parece bien? Así tu curras menos, y nosotras podemos maquinar más

sirvo un poco de bebida en el vaso y miro el líquido antes de añadir

La recepcionista estaba muy contenta hoy, luego voy a intentar sonsacarle, a las mujeres contentas les gusta cotillear. Bueno, querida, voy con mi prometido

meto los dedos en la bebida y dejo caer una gota de bourbon en cada uno, para que se pongan a llorar, una ve echo su efecto, salgo del despacho y voy caminando lentamente hasta el despacho del alcalde. Hago sonar dos veces la puerta antes de abrir

Señor alcalde, disculpe la interrupción, en cuanto tenga un segundo me gustaría comentarle una cosa, si no es mucho problema

Mis ojos lacrimosos se fijan en el rostro de mi prometido como un corderito desamparado miraría a lisa simpson

—Pásalo bien. Y haz el favor de comentarle lo de la organización de vuestra boda. Ya tengo bastante trabajo— dice despidiéndose de ti con una sonrisa.

Tienes la impresión de que empieas a caerle realmente bien a la superior de Hakon. O eso, o finge muy bien.

En cuanto entras por la puerta y Kirk te ve con cara triste y «lágrimas» en las mejillas corra hacia ti cuál patético enamorado que eso.

—Toshiko, mi querida Toshiko. ¿Qué ha pasado? Dímelo y yo lo arreglaré para ti— dice mientras te abraza, apretando su cuerpo contra el tuyo más de lo que te gustaría.

Le devuelvo el abrazo, pestañeando con los ojos irritados por el efecto del alcohol sobre ellos para que salgan más lágrimas. Le abrazo fuerte, hipando mucho

Oh, mi amor, ¿Cómo podremos estar juntos si todo está en nuestra contra? Yo puedo resistir que me ataquen, estoy acostumbrada a ello, puedo resistir, pero ¿Y si te lastiman a ti? No podría soportarlo, no podría verte sufrir. Se que estás muy unido a tu madre, y ella no quiere que nos casemos... no puedo enemistarte con ella, no soy capaz, si ella no me quiere, sé que no podemos estar juntos, se que no podrías amarme si ella me odia

Estallo a llorar más llamativamente, abrazándole muy fuerte, sujetando su cabeza contra mi hombro, acariciando su pelo, y dejando que mis pechos se aplasten contra el suyo