Mundo Rojo tiene muchísimos continentes como para ser conocidos todos. El más conocido, al menos por los humanos, es el Reinado de Sailaar. Lo que sabéis de él es que es gobernado por el Rey Lionel y su hija, la princesa Amari. Ambos dan culto a la Diosa Elmenya, y la mayoría de los ciudadanos de la Ciudad y capital Sailaar siguen el mismo culto. El continente se compone de una larga extensión de llanuras y prados verdes, con zonas montañosas que delimitan su periferia hacia otras tierras desconocidas o habitadas por bestias, además de un basto océano tanto por el Este como por el Oeste. El clima suele ser húmedo y frío en las épocas de invierno, llegando a nevar casi toda la estación, y el sol abrasa durante la estación veraniega. A pesar de que Sailaar es la capital del continente con el mismo nombre, existen varias ciudades pequeñas y otros poblados por toda la extensión del reino, con sus propios alcaldes o señores para gobernar dichos lugares… además de innumerables granjas o fincas que abastecen a toda la población de dicho reino. La capital Sailaar es una ciudad imponente y amurallada en forma circular con un palacio magistral en su centro. Se dice que cuenta con magos expertos en la magia de Elmenya que protege sus muros contra malignos y bestias, además de un poderoso ejército también bendecido con la magia sagrada de la Diosa. Ninguna bestia puede atravesar sus muros sin ser abrasado por dicha magia en el intento...(editado)
Al otro lado del continente, casi rozando el mar del Este, se encontraban unas tierras antiguas y abandonadas por algún antiguo señor y que ya fueron olvidadas. Fue allí donde, hace sólo unos años, unos viajeros consiguieron el permiso del Rey Lionel para sacar adelante de nuevo ese lugar. El castillo que yacía casi en ruinas fue restaurado y se montó una curiosa Academia de Magia y Alquimia a la que llamaron Linami. Los dos fundadores, ahora con un título nobiliario, lograron poner en marcha esa escuela tras 5 años de preparación… Y ha llegado los oídos de muchísimos jóvenes que desean desarrollar su talento mágico innato, siempre y cuando se lo puedan permitir o… Quién sabe. Tal vez los directores permitan una beca a cambio de algo de interés.