Los últimos cinco años habían los habían llevado hacia allí. A ese departamento en Manhattan, que miraba desde un quinto piso a lo lejos, no le faltaba nada para ser un hogar "Kent". El lugar era perfecto para ustedes, amplio, acogedor y con un balcon que les permitía entrar y salir volando de su casa.
Pero la vida del hijo de un héroe no era fácil... No sin fondos. El apartamento era una herencia familiar de Kara, que les permitía vivir sin el ahogo de la renta, pero aún así necesitaban dinero. Más allá de haber crecido con Clark y Lois trabajando cientos de horas al día, los trabajos diarios les resultaban un agobiante estorbo, uno que no les permitía hacer lo que realimente deseaban: Salvar personas.
Entre trabajo, noches de patrulla y mañanas somnolientas, sus vidas transcurrían como si el tiempo estuviese detenido. Un día si y el otro también, esperando una aventura... Esperando vivir una vida digna de sus padres.
Por otro lado, Hunter y Kara habían sido criados juntos. Pero una vida aburrida podía generar algunas confusiones... sobre todo entre dos jóvenes atractivos, expectantes... y superpoderosos.
Y una mañana todo cambió.
Era una mañana tranquila en el West Side de manhattan. Luego de un desayuno en el que John los visitaba escucharon el timbre sonar.
Dejo abierta la puerta de "confusion" entre Hunter y Kara... puede tomarla uno, los dos o ninguno... No hay problemas.
Al llevar los platos al fregadero vi la caja vacía de mi cereal favorito en la basura. ¿Podré comprar otro con el último cheque? Era cierto que no pagábamos renta pero eso no nos liberaba de los costos de vivir en Manhattan y, dada mi propensión a no mantener un trabajo estable, resultaba cada día más dificil. ¿Cómo pretende John que soporte tantas horas tras un mostrador o un escritorio mientras escucho los gritos de las víctimas? Jamás había logrado entender como papá lo lograba.
Por fortuna mi hermano no había dado lata respecto a mi nuevo despido y tuvimos un desayuno agradable. Vale, tal vez no fue el desayuno más opulento pero fue bueno compartir con ellos. Estaba a punto de comentar cuanto extrañaba el pastel de manzanas de la abuela Martha cuando sonó el timbre. Miré extrañado a Kara pues normalmente no recibíamos visitas tan temprano y menos de alguien que llegase a nuestra puerta sin que le escuchásemos; instintivamente busqué con la mirada el bolso donde escondía mis brazaletes, maldiciendo internamente no llevarlos puestos.
-¡Un momento, ya voy! Antes de que alguno se levantase di un un paso en dirección a la puerta, no era la decisión más sensata considerando que no era a prueba de balas pero tampoco creía que un supervillano tendría motivos de tocar el timbre del apartamento de unos jóvenes con finanzas menguantes.
Regresar al apartamento fue un bálsamo. Tantos días fuera, aun sabiendo que era por el bien de todos, no impedía que quedara en su mente un pensamiento que cual rueda oxidada iba chirriando, todos los días. Era producto del desconocimiento del devenir de los suyos. Los había dejado solos, porque su presencia se volvía opresiva para algunos. Lo mejor era distanciarse, mas un hilo los unía sin importar la distancia, un hilo representado por la relación familiar. Como en todo lo demás entre los Kent, esa conexión era de una gran fuerza, parecía imposible de romper. Así, John tuvo esa rueda dando vueltas en su cerebro, girando sin que él pudiera detenerla. Era de pura kriptonita.
Al volver, el apartamento casi no había cambiado, tan ordenado como de costumbre, en ellos la pulcritud era una norma sagrada. Cualquier rastro orgánico en descomposición encendía la alarma de casi todos los que vivían allí, porque sus sentidos superaban casi cualquier barrera física. Aquella era la casa más limpia de todo New York.
Tras multitud de abrazos, se alegró de que Kara y Hunter le recibieran como lo que era, el hermano que tanto les quería pero que una crisis había alejado de su hogar. Bajo la ropa seguía teniendo las marcas de la pelea en la que los rayos oculares atravesaron su piel, forzándole a aceptar que el afecto entre ellos corría peligro.
Pasado un año, la tensión se había relajado, además Hunter y Kara no eran los que más le habían sufrido. Quizá al contar con poderes tan similares podían entenderse con mayor facilidad. Fue una gran sensación abrazar a ambos de nuevo. Ya cuando le dijeron que preferían ir a vivir con él, no supo qué contestar, en realidad poco podía decir porque podía ver en ellos que era una decisión bien meditada.
John había desayunado con calma, disfrutando de sabores y olores que había echado de menos. Dejaba la taza de café, notando el reconfortante sabor de la bebida. Le gustaba concentrarse en detalles nimios para abstraerse de la vorágine de ruidos que desde la calle trataban de alcanzarles. El sonido de la puerta le hizo prestar atención a Hunter, que había sido el primero en reaccionar para acercarse.
- A estas horas tiene que ser un vecino o un vendedor.
Alzó una ceja, mostrando su curiosidad por el asunto. Trató de afinar el oído, por si algún sonido regalaba algún detalle.
Tirada oculta
Motivo: percepción
Tirada: 2d10
Dificultad: 8+
Resultado: 1, 1 (Suma: 2)
He tirado percepción aunque según el superpoder nos enteramos casi de todo.
Afinador tus sentidos para escuchar al otro lado de la puerta, pero algo te distrae. Un niño en la calle da un alarido a punto de ser atropellado por un auto. Si solo tuvieras la supervelocidad de tu padre!!
Escuchas como el auto lo esquiva y suena con vehemencia su bocina. El ruido es demasiado fuerte para lo "cerca" que estabas escuchando y el sonido te aturde y te hace perder el equilibrio. Por un momento pierdes la noción del espacio y no escuchas nada más que un fuerte zumbido.
La tirada está correcta. Más allá de que suelen percibir todo, siempre tiene que estar abierta la posibilidad de pifia. En este caso fue doble pifia!
Estaba sentada y relajada, con los cascos puestos escuchando música relajante mientras leía un libro. Hacía mucho tiempo que no podía descansar, y desde mi llegada a la nueva casa pude disfrutar de esos momentos que tanto echaba de menos. El trabajo de camarera de día y los "trabajos" nocturnos me habían afectado demasiado físicamente. Los dolores de cabeza se habían incrementado, pero no quise decírselo a lis hermanos por miedo a preocuparlos y que fueran más pesados que de costumbre... .
De repente noto que Hunter me mira y alzo la vista del libro, me saco un auricular de la oreja y escucho a John. Miro hacia la puerta a la que Hunter se dirige para abrir.
Hunter abrió la puerta y, al otro lado se encontró con una imágen un tanto inesperada. Lian Harper A.K.A. Red Hood estaba allí, con su casco en mano, su chaqueta de cuero marrón y sus armas enfundadas. Al ver que John se retorcía en el suelo abrió muy grande los ojos y lo señaló.
Y a éste qué diablos le pasa? Dijo con genuina sorpresa. Quizás esto fue una mala idea... Podría volver en otro momento si lo prefieren.
La chica miró a Kara y a Hunter esperando una explicación.
Hola... supongo.
Perdón pero me he perdido.
Al ver que John se retorcía en el suelo abrió muy grande los ojos y lo señaló.
¿Esto cuándo pasó?
Lo comento aquí para que no se pierda en el off, y luego puede ser borrado sin problema para no romper el hilo narrativo.
John tuvo una pifia doble intentando supersentidos, se lo narré a él, pero él no reaccionó. Ustedes lo único que ven es a John tirado agarrándose los oídos
¿La hija de Roy? Que nuestra visitante fuese otro miembro de los "super-huérfanos" explicaba el porqué no habíamos detectado su presencia pues sólo alguien entrenado podía tener esa capacidad. Aunque el hecho de que fuese capaz de pasar desapercibida para los tres era, cuando menos, impresionante, la crisis de John distrajo mis pensamientos.
Un rápido vistazo me bastó para reconocer sus síntomas. Sobrecarga sensorial.. Durante mi juventud yo mismo había experimentado el aturdimiento y dolor producido por percibir simultáneamente muchos estímulos, y sabía de primera mano que poco podría hacer para ayudarle salvo darle espacio y tiempo.
Hice una seña a la recién llegada para invitarle a entrar. -Tranquila, ya se le pasará. De nada servía susurrar pues hasta la respiración era como taladros en los oídos. -Por favor, deja las armas sobre la mesa de la entrada. Luego me acerqué a mi hermano, atento para detenerlo (o al menos intentarlo) si comenzaba a destruir su alrededor.
Una niña había gritado allí abajo, atrayendo súbitamente la atención de John. Lo peor fue después, cuando el coche frenó en unos pocos metros, produciendo un sonido intenso debido a la impulsiva frenada que le aturdió. Lo peor fue que su sentido del equilibrio desapareció entonces, machacado por la invasión sonora que venía de la calle. Sin poderlo evitar había tropezado.
- Que me aspen, me ha cogido por sorpresa, ha sido como un trueno estallando a mi lado.
Comentó mientras se enderezaba, al menos se escuchaba a la niña, quien se había logrado salvar. Notó que Hunter estaba ahí a su lado, por lo que apretó con suavidad su brazo en un gesto amistoso. Mirando ahora hacia la puerta pudo ver que Lian Harper estaba en la puerta, claramente había venido a hablar con los Kent. John se acercó, colocándose cerca de ella.
- Lian, bienvenida.
Pudo advertir que nadie la esperaba, así que quizás había un motivo importante para su presencia. La curiosidad de Steel se encendió, sabedor de que aquello debía de tener un significado.
- Te preparamos un café en un momento. Siéntate y hablamos.
Ya están los dados haciendo de las suyas.
Me levanto rápidamente dejando los cascos y el libro en el sofá al ver que mi hermano caía tapándose los oídos, pero solo había sido un momento. Me acerco a la entrada e inspecciono con la mirada a John cerciorándome de que se encuentra bien. Después miro a Lian, -Bienvenida-, añado por mi parte después de que lo hiciera John. Hago un gesto con la mano hacia el interior de la casa invitándola a entrar.
Lian miró extrañada a Hunter, luego a John que estaba levantándose y por último a Kara. La muchacha pasó y se volvió a Hunter nuevamente.
Eso sería inútil. Respondió a la solicitud de Hunter. Luego levantó las manos a los costados de su cabeza y las armas aparecieron en ellas, como por arte de magia. Evidentemente tenía algún tipo de poder de convocación. Bueno, entonces... Si no están indispuestos, vengo a hablarles de una oferta laboral.
Red Hood se acercó a la ventana y miró a los edificios del entorno. Linda vista por cierto.
Por sus sentidos superiores, pudieron reconocer que la chica no estaba apreciando la arquitectura, tampoco el paisaje. Estaba evaluando los posibles puntos de ataque y previendo formas de protegerse y rutas de escape en caso de que fuesen tomados de imprevisto. Su corazón no se sceleraba, por lo que probablemente se tratase más de un ejercicio mental involuntario que de una sospecha.
-¡Wao! No pude evitar exclamar de asombro al ver como las armas aparecían en la manos de Lian. -Eso es asombroso... ¿Es algún tipo de magia? Agregué con cierto recelo. A papá no le gustaba la magia..
Mis cejas subieron al escuchar el motivo de su visita he intercambié miradas con los otros miembros de la familia Kent; una oferta laboral de su parte sólo podía significar diversión y problemas, una combinación que me gustaba mucho más de lo que era sensato. Caminé a la cocina y recogí mi bolso, luego lo coloqué sobre el mesón y me senté allí en actitud relajada. -¿Qué propones? Espero que no tenga que ver con bienes raíces.
Cuando por fin estaba empezando a sentir tranquilidad y menos dolores de cabeza salía a relucir la palabra "trabajo" respiro respiro profundamente mirando por la ventana, al igual que había hecho Lian. Escucho a Hunter preguntarle por la propuesta y me quedo en silencio, observándola con atención. En mi interior, por mucho que deseara descansar, había algo que me llamaba a volver a las calles, pero esta visita me tenía pinta de que sería un asunto demasiado serio, no parecía que fuesen a contratarnos para ayudar a cruzar la calle a las viejecitas.
La joven se dedicó a hacer gala de sus habilidades especiales, como ya sabían Lian era una excelente tiradora que podía acabar con un grupo de delincuentes y seguramente lo hacía de vez en cuando. La oferta, entonces, se debía de referir a algo más grande, que no pudiera manejar por sí sola.
John se había echado su propio café, iba a necesitar otra taza para recuperarse. Miró a la ventana, no se había fijado en el paisaje apenas, en las vistas de la ciudad, pues eran algo común para él. Pasaba casi todo el día sobrevolando los edificios, para poder aterrizar donde hiciera falta, para eso tenía el superoído y la supervisión. Su hermana y él podían dedicarse a eso durante largas horas. Se fijó en ella, en Kara, se la veía muy bien, el tiempo no la había cambiado mucho. Hunter también era el mismo, y por lo que estaba escuchando, podrían acabar en una nueva misión de su pequeño superequipo.
- De acuerdo Lian, explícate.
Por la forma en la que miraba todo, le parecía que quería refugiarse con ellos porque la estaban siguiendo. Se preguntó si se trataría de eso y de ahí que sus ojos se fueran fijando en los detalles de fuera y de dentro. Lo que sí estaba claro era que tenía algún problema, que iba a necesitar de su ayuda.
"Si está en peligro lo correcto es echarle una mano." Que era lo que le diría su padre, pues su ideología era sencilla. Durante mucho tiempo pensó que además de fácil era lo mejor, luego fue aprendiendo las sutiles consecuencias incluso de las buenas acciones.
No lo sé... magia... superpoderes... básicamente sirven para lo mismo, no? Dijo la chica levantando los hombros. Pero además de eso puedo hacer algo más. Guarden el pensamiento porque volveremos a ello.
La chica tomó un cubo y lo lanzó contra una ventana, el cubo se pegó y de él brotó un haz de luz que generó un enorme espacio holográfico. En él giraban como orbitando caras de personas. En el centro, el logo de la organización Superhero Inc. que conocían de sobra... el legado de sus padres.
RedHood tomó su propia cara y la acercó con su mano derecha luego, con su mano izquierda, pareció alejar todo lo demás.
No sé si lo saben o no, pero hace tiempo que trabajo para Superhero Inc.. Cubren los costos de alojamiento, comida, etc. y luego pagan a los héroes por misión o metas específicas. Me enviaron a reclutarlos para la organización y formar una unidad. Estoy bajo el mando de Arthur. Lian resopló enojada y ustedes supieron, por la cara del atlante al rededor de la que giraba la de Lian, que se trataba de Arthur Curry Jr. A.K.A. Tempest. Así que estoy aquí invitandolos a recibir dinero por el trabajo que ya están haciendo y unirse a una organización que les permita desarrollar todo su potencial.
El holograma se apagó y la chica lo convocó a su mano.
Para unirse, necesitaré que se vistan y cumplan con una misión. Una prueba de ingreso, podría decirse.
Se volvió a John.
Y no, SuperHipster... no se trata de salvar Instagram, bajar un gatito llamado Sigmund de un árbol o evitar que muera una plantación de quinoa orgánica.
Sonrió un tanto maliciosamente al hacerle un poco de bulling a Steel.
Recuerdan que les dije que tenía una habilidad más? preguntó. Bueno, en 3 minutos un avión con decenas de pasajeros que ha sido secuestrado por la organización terrorista SSH pasará por el espacio aéreo de Manhattan. Después del 9/11 hay protocolos estrictos, por lo que si no lo salvan ustedes, será derribado antes de que impacte con algún edificio. Tienen 2 minutos y 50 segundos para cambiarse y alcanzarlo. Chop Chop. Que yo no vuelo...
La bomba que acababa de lanzarles solo se comparaba con el peso de tener que responder si o si. Sabían que los métodos de Lian solían ser poco ortodoxos, pero esto parecía un tanto extremo.
Al carajo todo... hora de ponerse las mallas y salvar vidas!
Pasen a la escena del avión.