La disculpa de Mary lo tomó totalmente por sorpresa, y le hizo mirarle a los ojos. Tampoco creía que aquello fuese justo. La chica estaba más que confundida, y al fin y al cabo fue él quien la besó, por mucho que había pensado que era lo que ella quería, eso no significaba que él hubiese actuado bien.
-Yo... no...- Comenzó a decir molesto por que la chica se sintiese mal.- No tienes la culpa Mary, esto es complicado... es...- Dijo buscando una palabra, pero a falta de una mejor soltó lo que le venía a la cabeza.- mierda.
Mary le dijo que habría preferido saberlo por él, pero él simplemente esperaba que nunca lo hubiese sabido, le iba a responder, pero entonces le tomó de la mano y le pidió hablar en otro sitio más privado, así que Damian se dejó guiar sin soltarle la mano.
Su mirada estaba clavada en sus manos unidas, sin prestar atención a nada de lo que les rodeaba, hasta que Mary parece encontrar un sitio que le gusta.
Después de soltar la mano de su compañera Damian despejó una mesa de escritorio y se sentó en ella.
-Tal vez debería habértelo contado Mary, de verdad que lo estaba deseando. Antes de que ocurriera esto tú eras la persona a la que le contaba todo.- Dijo sin mirarla directamente, le costaba tener aquella conversación que creía que nunca tendría, aunque le quitaba un peso de encima.- Pero no era justo para ti, te habría cargado con un peso que no merecías, no quería hacerte eso, ponerte esa responsabilidad, así que decidí cargar yo solo con ello. Lo siento si te has sentido mal...
Ya dentro de aquel despacho u oficina de SHI, Mary saborea una intimidad que ahora necesaria no puede dejarla escapar. Hay muchas cuestiones para resolver, entre ellas lo que sucede entre los dos y su vida que creía ser la única que ha tenido desde que abrió los ojos por primera vez. Todo sus preceptos, ideales, incluso aquella crianza que tanto venera por el Padre de Damián, ahora da la impresión de deshacerse bajo esta realidad que le golpea de lleno y no sabe cómo detenerla. — Lo sé, es una mierda... Siento que hay dos Mary en mi, la que está enamorada de ti y la que he sido hasta descubrir la verdad. Y por muy raro que parezca todo, de alguna extraña manera comprendo mi negación a enamorarme de alguien. ¿Cómo podría hacerlo si en teoría ya lo estoy? — pregunta un tanto confusa, perdida en todo esto.
Luego al observar que el hijo de Bruce se sienta sobre el escritorio, ella avanza detrás de él para colocarse delante y así hablar sin tocar nada, simplemente de pie allí. Por momentos lo mira a los ojos, buscando alguna explicación y como no, comparando con lo que ha vivido esta mañana más lo que ahora tiene delante. No parecen la misma persona, si bien lo otro da la impresión de ser un retazo de un instante compartido, ahora todo lo que Damián era parece no estar. Es que también aquella Mary no es la de ahora, siendo tan extraño todo.
— No importa el peso que deba cargar, sólo necesito hallar la verdad porque siento que soy una farsa Damián. La Mary que vi hoy, era otra que ni siquiera sabía que existía en mi... Era tan alegre, osada, intensa... Y ahora mismo siento que soy una maldita sombra de lo que ella fue. Pero... ¿Y si no soy esa mujer? ¿Si sólo soy esto en verdad? — Pregunta ante las palabras que Damián le ofrece. — De alguna manera confío ciegamente en ti, pese a que es un caos mi mente y no sé qué hacer por primera vez en mi vida. Estoy desarmada Damián, es la única verdad que ahora puedo sostener. — termina por decir, al bajar la mirada reflejando todo esto en sus gestos, en el matiz de su verdosa mirada.
El chico siente su sufrimiento, era precisamente de esto de lo que intentaba protegerla, pero ya no hay nada que hacer con aquello, Anna lo ha destapado todo en un intento de ¿qué? ¿ganarse la confianza del resto?
Sabe que lo que le dice es relativo, aun ni siquiera esta seguro de que sea posible que su Mary siga allí, pero aun así, cuando esta dice que una mitad está enamorada de él, algo se revuelve dentro, en cinco años nunca ha albergado la esperanza de poder volver a estar con ella, y ahora le dice ¿qué? ¿qué todavía tiene esperanza? ¿que nunca debería haberse rendido? aquello no se hace, no se da esperanza a un hombre que ya no espera nada...
Quiere abrazarla, pero puede que aquello la incomode o la moleste, no quiere que se sienta peor, solo que tampoco se le ocurre como hacer que sonría, aquella sonrisa que podría iluminar un sistema planetario entero.
-Ey.- Le dice finalmente con una leve caricia en la mejilla acabando en la barbilla y aprovechando aquel gesto para hacer que levante la mirada.- Igual no tienes que elegir entre una y otra, igual simplemente eres las dos. No te voy a decir que tu identidad, esa con la que has vivido hasta ahora sea falsa, no es justo, una no es más real que la otra. Pero en la mansión, cuando te vi divertirte, pasarlo bien, eso también era real. Pero no tienes que elegir...- Dijo Damian, aunque ni él mismo sabía a donde quería llegar.- No soy científico, no se como funcionó aquel aparato, solo se que por algún motivo a mi me dejó casi igual, quizás fuera por el destino de Damian aquí, no lo se...- Se quedó pensativo durante unos instantes.- Y bueno, no tienes que sentir nada por mi, en mi mundo... bueno... estábamos juntos, eras lo más importante de mi vida...- Entonces se dio cuenta del error y enseguida lo corrigió.- Eres lo más importante de mi vida... Pero eso no quiere decir que estemos juntos. Nadie te va a presionar Mary, solo quiero que seas feliz... de verdad...
No sabía que más decir, y sentía que si seguí por ahí iba a acabar llorando como si fuera Richard, y él era Damian Wayne, él no lloraba.
-Tú eres tú, y nadie más... igual acabas por entender que una Mary no es tan diferente de la otra.
Esas palabras alivian el pesar de Mary que siempre se transforma en furia, en impulsos que terminan por arrasar con todo para que nada quede allí y así quedar en paz. Pero desarmada como se encuentra, aquella mano que a su perilla va la obliga a suspirar mientras que por un breve instante cierra los ojos para sentir el roce de otra forma, sin censura, sin agobios mentales. Hasta que finalmente esa verdosa mirada surge para encontrarse con la Damián cuando las palabras se cuelan en sus oídos sin más.
— Me divertí contigo, hasta que la confusión reinó en mi. — responde sincera, siempre ha sido así, ella no suele guardarse lo que siente y muchas veces fue el estandarte de su fortaleza, el arrollar con su verdad. Pero lejos de ser aquella chica que es capaz de golpear un muro y hacerlo temblar, ahora se siente vulnerable ante la exposición de su interior, de aquellos sentimientos que fluyen como si nada mientras aquel hombre continúa hablando. — Quisiera ser aquella Mary al completo, sonreía más... — interrumpe para cortar el hierro ante esa frase que duele cuando afirma que no necesariamente tiene que sentir algo por él, está perfecto dejarla en libertad pero la cuestión es que ella no sabe si en verdad la quiere.
Y mientras su mano se alza para acariciar el rostro de Damián desde una dulzura que no se compara a la Mary actual, se pierde en esa mirada, tanto que es capaz de olvidarse del tiempo. — Lo arruinas. — agrega sonriendo, ya al negar con la cabeza cuando Damián se pone con él que si, que no. Y mientras acorta las distancias para apoyar su frente junto a la de su par, suspira nuevamente al intentar relajar la tensión del cuerpo que ahora la doblega bastante. — Anoche tuve un sueño, necesito que me digas si es real... Estábamos juntos, corriendo por los tejados, yo no podía volar al parecer pero hacíamos una vigilancia. — cuenta con los ojos cerrados, su frente pegada a la de Damián.
— Buscaba coquetearte, ja. Tú me paras e intentas centrarme, hasta que descubrimos a unos ladrones que intentan asaltar una joyería. Vamos a atraparlos, surge un enfrentamiento... Uno me dispara y me tira al suelo mal, tenía el traje no me había herido pero en tí despierta el frenesí. Algo se nubla y comienzas a darle una paliza al que me disparó, hasta que yo te detengo con la misma llave que me has enseñado y después... sobre el tejado... lo que ya sabes. — cuenta con el afán de buscar en la memoria de Damián una dosis de realidad, para ella sucedió, pero necesita chequearlo.
Se permitió una sonrisa sincera, le gustaba escuchar aquello de sus labios, que se había divertido, tampoco es que tuviera dudas sobre aquello, pero una cosa era saberlo, y otra escucharlo de sus labios.
Se sintió mal al escuchar a Mary decir que querría ser la otra versión, la suya, él lo había deseado tanto, pero eso no era justo para ella. Que quisiera recuperarla no quería decir que quisiera "matar" a esta otra, era demasiado complicado...
Lo arruinaba... y tanto, a veces comenzaba a hablar y parecía no saber cuando callarse, sobretodo con ella, era curioso lo frío y calculador que podía resultar en las misiones, pero como Mary lo desmontaba por completo.
Y entonces los nervios llegan, cuando con aquel gesto tan sencillo y tan intimo, sus frentes entran en contacto, primero la mira, pero finalmente cierra los ojos y simplemente la escucha... la siente...
Se le hizo raro, no era él quien contaba la historia, sino ella, una que no debería conocer, un tanto agridulce, pues había perdido el control y se había dejado llevar por la rabia, esa rabia que ella le ayudaba a controlar.
-¿Re...recuerdas eso...?- Preguntó Damian sin acabar de comprenderlo mientras separaba sus frentes para mirarla a los ojos.- O sea, lo has soñado pero...- No podía ser.- Sobre el tejado...- Dijo con una risita y un suspiro, claro que se acordaba.- Siempre fuiste mi ancla, me ayudaste a ser quien soy hoy, a que la rabia no me llevara... No me puedo creer que hayas soñado con eso... En nuestro...-Dijo casi olvidando que no era su Mary, aunque enseguida lo recordó.- En mi mundo no teníamos poderes, no existían metahumanos, por eso no podías volar.- Le aclaró el chico, hablar de algo menos intenso como aquello le ayudaba un poco a centrarse.
Estaba contento y a la vez enfadado, sin duda perplejo, pero era como si toda la realidad de aquel mundo se estuviese riendo de él, casi esperaba que en cualquier momento se descubriera una cámara y le dijeran que todo había sido una broma.
Bebé, no importa. Ya lo sabía. Solo que no quería que te sintieses invadida. Estaba esperando que confiases en mí como para contarme. Pero lo supe desde el día en que llegaste aquí. Pude notar el cambio. Pero ese no es el asunto ahora. Ya lo hablaremos luego, te parece? Dijo Oracle. Y hermano... veremos todo lo relacionado con Themyscera en cuanto terminemos con el artefacto.
Arthur había estado escuchando atentamente y asintió a las palabras de Robert.
Bien, no más sermones entonces. Dijo el líder de la SHI. Sé que tienen habilidades. Y confío en ustedes. Es hora de probarlas en acción.
El atlante abrió mucho los ojos ante las palabras de Anna.
Bruce creó un dispositivo de destrucción masiva que asesinó a los metahumanos? Preguntó incrédulo. Mierda. Mierda... De qué universo distópico vienen chicos?
Luego se volteó hacia Sarah.
Encuéntrame una explicación a eso, antes de que me explote el cerebro... No entiendo cómo Batman puede haber elegido un precio tan alto para pagar.
Sarah comenzó a teclear en su dispositivo móvil y luego de unos minutos algo apareció en pantalla.
Bien. Todo esto son puras especulaciones. Por lo que deben tomarlo así. Hace un tiempo que vengo explorando una hipótesis sobre el origen del dispositivo. Comenzó. Atlantes y Amazonas comparten un tronco común ancestral en la mitología griega. Se supone que Poseidón está vinculado de alguna forma a la historia atlante y que distintos dioses griegos lo estuvieron a la historia amazona.
Sarah marcó en el mapa las ubicaciones de Atenas, la Atlantis y Themyscera.
Creo que todos están familiarizados con el concepto de la caja de Pandora, así que voy a saltearme la mitología para llegar a lo medular. Una caja que guardaba los peores males del planeta y que no debía abrirse. La chica la abrió y se desató el caos...
Una caja apareció en pantalla que simuló lo que ella explicaba.
Pero en el origen, alguien debió crearla y encerrar allí esos males. Que tal si esos males no son plagas y guerras. Hambrunas y muerte... Qué tal si esa caja se creó para batir a los dioses. Encerrar allí sus habilidades. Si eso fuese cierto, entonces los dioses podrían haberse hecho con ella y encerrar a las habilidades de sus ofensores. Habilidades que se esparcieron por el mundo entre sus descendientes cuando la caja se abrió.
Sarah se frotó la sien.
Vamos... es solo una hipótesis alocada. Pero qué tal si... se supone que lo único que queda dentro de la caja es la esperanza. Pero qué tal si no se refiere a un sentimiento sino a una protección. Y qué tal si esos agresores no eran de este vecindario.
La chica alejó el mapa y mostró el planeta.
Quizás... solo quizás... Bruce encontró como emularlo. Y si el source wall de su dimensión se rompió, Bruce escogió abrir la caja de Pandora para proteger al planeta de la destrucción total... aunque debió sacrificar a los descendientes de esos visitantes originales en el proceso.
Oracle apagó la pantalla y se echó hacia atrás con los brazos cruzados detrás de su nuca, mientras ponía los pies sobre la mesa.
Sé que puede sonar como una tontería... Pero es la mejor explicación que se me ocurre por el momento.
La chica hizo silencio, esperando a que alguien se riese de ella con sorna.
De alguna manera siente que la situación la está llevando ella de su mano y en verdad no sabe qué hacer, en parte le gustaría sacar fuera al Damián que ella vio y parece extrañar, pero por el otro lado esta maldita dualidad le patea demasiado en contra como para ir más allá cuando no tiene nada claro. No obstante unas ganas enormes de sacudirlo lideran en su interior con el fin de hacerlo reaccionar de alguna manera para que le devuelva lo que cree haber perdido. No sólo ella está perdido, él también lo está y la situación se torna más desconcertante.
Y gracias a esa cercanía que ambos mantienen durante los minutos que ha durado, la fuerzan a hallar una calma que durante años creyó perder y sin saber cómo ni porqué, allí la tiene sólo con apoyar su frente con la de Damián. Pero esto cambia cuando las palabras surgen de su parte y ante la sorpresa de ella recordar aquello, alza una ceja un tanto pensativa. — ¿Tan dominante eras conmigo? — pregunta directamente, sin pelos en la lengua cuando su misma sinceridad es el bastión a la hora de soltar lo que piensa o quiere saber.
— Lo viví durante un sueño, pero desperté con ello... Si en un tejado, éramos simplemente nosotros Damián. — agrega al detener su verdosa mirada en los ojos azules de aquel hombre. — ¿Qué ha pasado ahora con nosotros? — vuelve a la carga mientras escucha todo aquello, está claro que era el apoyo del hijo de Wayne y en parte siente que lo sigue siendo. Luego asiente con respecto a lo de no volar, comprendiendo la razón. — Ahora sí... — responde pendiente de cada gesto que manifiesta Damián. — ¿Qué sientes? ¿Qué anhelas hacer? Dímelo, es momento de decir todo y hacer lo que sea necesario... — termina por decir cuando al mantener fija su mirada en la de su par, busca esas respuestas en alguien que parece turbado también.
Seguía bastante confuso, nunca se había esperado hablar de aquello con Mary, se sentía demasiado vulnerable, y a la vez sentía que cada palabra suya, cada aspiración podía hacerle daño a la joven, se mantenía en un frágil filo de navaja del que podía caerse en cualquier momento. Pero tampoco se sentía con fuerzas de mentir, no ahora que la chica había descubierto tanto, ¿ahora que sentido tendría mentir?
-No podía permitir que nadie te hiciera daño...- Dijo algo avergonzado.- Aquella parte oscura salía de mi interior. Intentaba ser más como Richard, pero no siempre es fácil. Y verte en peligro me hacía...- Dijo callándose unos instantes, no, no era algo del pasado, no era algo de lo que pudiera olvidarse.- Me hace perder el control.
No estaba orgulloso de aquello, de perder el control, claro que tampoco se avergonzaría de castigar a alguien que le hiciese daño a Mary, era un poco como estar entre la espada y la pared, en una situación imposible.
Entonces preguntó aquello ¿Qué les había pasado?
-Lo que nos pasó es que de repente a penas recordabas nada de mi. ¿Se suponía que debía presentarme en tu casa y explicarte este cuento? ¿qué eramos pareja aunque no me recordases? ¿qué te quería?- Damian estaba bastante frustrado, pues aquello era precisamente lo que había querido hacer un millón de veces.- Pero soltarte todo aquello no habría sido justo, así que... No se Mary...
Y al final llegó aquella pregunta, la más fácil, la más difícil, pero había llegado el momento de saltar al vacío como había antes esperando a que lo recogiera. Aun así no le fue fácil, el chico la miró, miró aquellos hermosos ojos en los que podía perderse sin miedo alguno, guardó silencio durante unos segundos en los que cansado de mentir solo quería liberar la verdad, como poco se quitaría aquel peso de encima, aunque dudaba que Mary no conociese ya la respuesta.
-¿De verdad no lo sabes?- Le preguntó con media sonrisa, pero sin dejar de mirarle a los ojos.- Yo siempre te voy a querer Mary, pase lo que pase.- Le dijo permitiendose finalmente un suspiro para después sonreirle con un aire entre pícaro y tímido, algo que solo ella podía producirle.- Lo único que quiero ahora mismo es besarte...- Entonces se vio obligado a desviar la mirada hacia suelo mientras se rascaba la sien con un dedo. No es que sintiera vergüenza, era demasiado mayor para aquello, y de hecho toda aquella charla le estaba haciendo sentir muy cursi, y él no era así para nada, pero Mary siempre sabía descolocarlo, y aquella situación, dudaba que nadie estuviese listo para algo así.
Omitiendo por completo el primer comentario de Anna, donde ya la manía por hacer callar a los demás, comenzaba a tornarse sumamente agotador, Robert desde aquella seriedad que absoluta le era, se limitó a asentir a las palabras de su hermana, obviando por completo su falta de profesionalidad, más aún, en un momento como aquel. Y por ello, prestando toda su atención a las explicaciones que Wayne tenía que ofrecer, el vietnamita simplemente cerró durante unos segundos los ojos, intentando concentrar toda la ira que comenzaba a acumular en algo que al menos para sí mismo, fuese productivo. Sin importar la barata excusa que pudiesen poner, el patriarca de los Wayne la había cagado de sobremanera, y aunque para nadie debía ser desconocida la soberbia de los héroes de antaño, donde su propio padre no carecía de ello en lo absoluto, esta vez, se habían coronado.
Pero tras asentir a las palabras de Tempest, y escuchar con suma atención a lo que Sarah tenía para decir, Robert miró su teléfono donde los mensajes tanto de Helena como de Mary se comenzaban a acumular. - Y yo que me esperaba malas noticias... - Murmuró para sí y después, agregó. - Entonces y que yo me entere bien, tenemos que encontrar la caja robada de esta tierra pero ¿Qué pasó con la que robasteis vosotros? - Le preguntó a los presentes, pero sobretodo a Anna, y es que si bien la presencia de los Wayne y el mensaje de Mary habrían significado la mayor incógnita de todo aquello, estando todo claro gracias a las explicaciones de Wayne, ya solo quedaba lo más sencillo por hacer, encontrar la puta cajita. - Dices que Luthor intentó detenerlo ¿Sabemos el por qué, o donde está ahora para hacerle una visita de cortesía? - Preguntó.
Aquello era una misión de caza, ni más ni menos que ello, y por lo mismo, entre más información pudiesen tener, mucho mejor. Así que mientras esperaba las respuestas que creía relevantes, respondió tanto a Grayson como a Wayne a los mensajes recibidos, ya que quizás entre ellas dos, pudiesen ofrecer más respuestas, que preguntas como tal, él mismo tuviese para hacer en ese momento.
Sin llegar a comprender el motivo de tanta tristeza o desazón por parte de Damián, cuando ella misma le está ofreciendo un poco de luz en este asunto al decirle que hay una gran posibilidad de ser la persona que viene echando tanto de menos y había creído perdida, que en parte la desconcierta y la deja completamente desarmada a merced de una situación en la que no puede arrastrar al otro para que espabile, para que vea la realidad tal cual es. Si bien aquel hombre es dueño de una personalidad que pudo haber enamorado a Mary en un solo parpadeo, ahora mismo ve en él un ligero atisbo de lo que fue y al parecer jamás será. ¿Por qué?
Y de esta forma, ya con esos sentimientos guardados en el interior de su corazón donde no existe alguien más que pueda acceder, se permite centrar su verdosa mirada en aquellos ojos que como mares en plena revolución y movimiento, necesitan la quietud necesaria para poder volver a comenzar, a ser lo que era o algo mejor. — De esa parte oscura creo haberme enamorado, ahora estás muy vulnerable. Tú no eras así. — susurra desde la cercanía, en parte desconcertada por estar diciendo aquello que siente ya que es otro el Damián que ha visto y sigue sin hallarlo ahí mismo. Curiosa paradoja porque el hijo de Bruce no encuentra a su Mary en ella misma, pero la morena tampoco lo logra con él siendo una horrible cruzada de caminos que en parte alimentan una incertidumbre que termina por darle esa dosis de preocupación.
— ¿Sabes qué es lo justo? — pregunta la medio Tamariana y prosigue. — Que dejes de llorar por lo perdido, que te des cuenta de algo muy importante aquí y es que puedo ser esa misma por la quien lloras... Entonces... ¿Para qué todo esto? ¿Para qué este miedo a que sufra? — vuelve a la carga y niega con la cabeza. — De necesitar, te necesito como eres en verdad, no este hombre deshecho por la situación. Has pasado por todo Wayne, por las peores situaciones que jamás en tu vida has pretendido y siempre... Siempre, eras quien sabía lo que tenía que hacer, hacia dónde ir... Y ahora, eso no está... Vives en la pérdida, pero me tienes aquí. — afirma de una forma sincera, mesurada, pero con esa dosis de realidad que golpea igual de fuerte.
— Si lo necesitas, ve a buscarlo... No esperes más. Suelta el dolor, hazte de ti con la fuerza necesaria para sacar lo mejor de ti. No más llanto, no más debilidad... Ese no eres tú. — termina por decir plagada de una determinación que en ella está presente, es la única manera, al menos para que Damián abra sus ojos y salga de sí mismo. De su propia agonía interior, y tras alejarse lo justo, le da la espalda para que sea Wayne quien tome las decisiones.
No acaba de comprender lo que le pide, ¿qué libere a la bestia?, a ese Damian que tanto a trabajado por ocultar para ser más como Richard... Le duele que insinúe que no es así de verdad, ¿se ha convertido en una especia de niña cursi? La verdad es que ya no sabe como es ni como se supone que debería ser. Pero también le molesta que la chica le diga aquellas cosas. No sabe si lo está juzgando o picando, aunque en algo tiene razón, duda demasiado, duda de todo, lleva cinco largos años dudando de cada decisión, dudando de si mismo, dudando de su padre, dudando de todo, solo el modelo de Richard se mantenía estable.
Mary se aleja un poco dándole la espalda, y le ha dicho algo que le ha afectado especialmente, una sola palabra. Su gesto se torna bastante más serio, algo enfadado.
-Yo no soy débil.- Le protesta, tiene la sensación de que ha caído en su trampa.
En vez de liberar a la Mary de su mundo en esta, le da la sensación de que ella esta despertando algo dentro de él, algo que no es bueno, ni para él, ni para ella, ni para nadie, la parte que Richard y Mary tanto se habían esforzado en domar, y que irónicamente otra Mary parecía querer despertar.
El chico se baja de la mesa harto de que lo juzgue, parece que nada de lo que haga le parezca bien, así que hace lo que tiene ganas de hacer desde hace rato, lo que no debería, y menos cuando hasta hace pocos minutos les estaban dando una misión, pero no le importa.
Damian coge del brazo a Mary y la voltea para quedarse frente a frente.
-Ya basta.- Le dice serio.
Y entonces Damian la besa.
Anna suspiró con alivio luego de las palabras de Olivia y asintió con la cabeza.
“Eres una chica lista. Luego hablamos.”
Arthur se horrorizó ante el relato de Anna y por el mundo del que provenían. Ella le frunció el ceño.
“Oye, la hamburguesería de la diecinueve y la sexta avenida no existe en este universo, así que en lo que a mi concierne, esta es la distopía.”
Se quedó pensativa un momento.
“Puedes pensar lo que quieras de mi padre, pero no puedo creer que también Blue Beetle y Mr. Terrific se hubiesen vuelto genocidas de un momento para el otro. Estoy segura de que las muertes tuvieron que ser daño colateral imprevisto. El objetivo debía ser otro.”
Robert les preguntó que había ocurrido con la caja que ellos habían activado. Ella negó con la cabeza.
“No tenemos la menor idea. Quizás se haya quedado en el otro universo o le haya pasado algo parecido a lo que nos ocurrió a nosotros y se fusionó con su versión de este mundo.”
Luego Robert preguntó sobre el paradero de Lex Luthor y sugirió hacerle una visita.
Anna adoptó un gesto de duda.
“Ni idea, pero si la Oracle de este mundo,” Hizo un gesto con la cabeza en dirección a Sarah, “sabe tanto sobre el aparato, no es imposible que ocurra lo mismo con el Luthor local. No es mala idea averiguar qué puede saber.”
Posiblemente estaría muy orgullosa de lo que acaba de suceder si la situación fuese todo lo contrario, si bien lo que estaba haciendo Mary allí mismo era un acto muy noble al tirar al vacío a Damián para que su verdadera personalidad surja y el mundo pueda ser mejor, la realidad de la Tamariana es otra muy distinta cuando su camino está surcado por otra situación, otro nombre al que pronunciar.
Por esa razón en medio de tanta vorágine, de tantas emociones que desbordan para querer liberarse, ella debe ser sincera con él y de esta forma, quizás zanjar lo que no debe estar más pendiente. Podrá tener sus visiones, el rememorar una vida que posiblemente fue la suya, pero su presente que inescrutable por excelencia, le ofrece otra cara de la moneda, una que es incapaz de negar.
Gracias a ello, los labios de Damián nunca se unen a los de Mary porque la mano libre de la morena se coloca en su pecho para detener el avance. No hay beso, pero si hay una mirada que dice muchas cosas que ahora no puede callar. - En el otro mundo, posiblemente te he amado y quizás teníamos un futuro prometedor juntos. Pero no puedo jugar más a esto, quise ayudarte para que seas el Damián que este mundo necesita… Solo que yo tengo mi historia con Robert, sin definir, pero es una historia al fin que debo formalizar porque así lo deseo. No quiero ilusionarte, no forjar falsas esperanzas ante una realidad que a los dos nos ataña. Lo siento Damián. - - confiesa un tanto movilizada, era la primera vez que le daba voz a su corazón.
- Espero que podamos ser profesionales en esto, saber cómo manejarnos en la misión y no mezclar lo que ya no se puede. Ahora tengo que irme, comprendo ligeramente lo que ha sucedido aunque sigo sin certezas de mi pasado. - agrega con los ojos un tanto brillosos por las lágrimas que anhelan salir. - Contactame para comenzar con esto, ahora tengo que respirar un poco de aire. Nos vemos. - termina por decir a modo de despedida, ya zanjado todo de una vez por todas. Ahora tocaba lo más difícil, hacerle frente a su decisión y hablar con aquel hombre que ha conquistado su corazón.
Damian no acaba de entender lo que ha ocurrido, siente que la chica le ha empujado en una dirección totalmente solo para apartarse y dejarlo caer al vacío, se podría decir que de una forma bastante cruel, si, sin duda no es su Mary, y se siente mal por haberlo dudado en algún momento. El muchacho da un paso atrás un tato confuso sin dejar de mirarla a la cara, pero enseguida su rostro se endurece, no debería haberse hecho ilusiones, ha sido un imbécil.
-No te preocupes Mary.- Se limita a contestarle, quizás un poco más seco de la cuenta.- Tenemos cosas más importantes de las que ocuparnos que de esto.
No acaba de comprender esa relación que parece tener con el arquero, más aun cuando había creído que la tenía con el chico de acero, pero tampoco importa demasiado, solo tiene que centrarse en un asunto, recuperar aquel cacharro y averiguar como usarlo.
-Claro, estaremos en contacto.- Le dice encogiéndose de hombros.
La verdad es que no tiene ni la menor idea de cuando se van a poner en marcha. Pero a él también le vendrá bien un paseo por el lugar, con un poco de suerte podrá olvidarse de todo aquello y descubrir donde diablos se ha metido su hermana.
Connor hasta el momento se ha enfocado en escuchar detenidamente toda la información que han entregado cada uno de los presentes en aquel salón sin emitir palabra alguna. Lamentablemente todo esto resulta una suerte de equivalente a chino mandarín respecto a la descripción del dispositivo que están buscando y hasta el momento quien acaba de proponer un plan de realizar una visita a Luthor es su hermano Robert.
-Sería un paso para investigar lo que ocurre con aquel objeto Robert-.
Asintiendo afirmativamente a la propuesta realizada aun de hombros cruzados hasta escuchar el intercambio de palabras entre Arthur y Anna Wayne respecto a la moralidad de los fundadores de la Liga. Cosa que lo lleva a guardar silencio dado que no se siente en posición de emitir juicios respecto al pasado, cosa que a su gusto puede llevar a perder la perspectiva del asunto que están tratando todos en ese momento.
La simple idea de asimilar esto ya causa un puto dolor de cabeza.