Damian escuchó en silencio la reproducción de la obra, así como las palabras de su hermana. Estaba conociendo una faceta totalmente diferente de su hermana, aun así no le gustaba el rumbo que tomaba la conversación. Si que sentía alguna relación entre el drama y su propia historia, pero no quería hablar de aquello.
Damian sonrió con cierto deje de tristeza y negó con la cabeza.
-Me temo hermanita que no tengo ningún plan.- Se limitó a decir mientras desviaba la mirada hacia el exterior.
Aquello en realidad le molestaba, no que se pudiera burlar o no, aquello le hubiera dado igual, aunque a veces Damian se pudiera coger enfados un poco infantiles, se le pasaban tan rápido como venían. Pero aquella esperanza que parecía contener su hermana era a la vez un regalo y un tormento. Claro que quería que su hermana ahondara en aquella luz, que fuera feliz... Pero que la dirigiera hacia él... aquello era doloroso, no quería saber nada de ningún tipo de esperanza. Así que el joven se alegró con el cambio de tema, aun así seguía un tanto tenso.
-Podemos ir cuando quieras.- Dijo dando otro trago al vino, que estaba bajando a un ritmo bastante más veloz que la lasagna que a penas había tocado.- Siempre que la ciudad nos lo permita.- Agregó con un intento de sonrisa.
Asentí, tampoco quería meter a Damian en bretes todo el tiempo. -¿Y qué opinas de la lasaña? Me enseñó a cocinarla Alfred -dije casualmente, no quería decir que lo extrañaba pero sí que lo hacía. Me metí un bocado y luego otro -¿Cuál fue el último libro que leíste? -arremetí cambiando de tema otra vez.
La comida se extendió en un silencio cómodo, Damian era una de las pocas personas con las que me sentía tan a gusto que no tenía que buscar conversación todo el tiempo. Me puse a levantar los platos y luego, cuando la maraña de pensamientos me llegó al tope dije -Solo quiero que sepas que estoy allí para lo que necesites cuando lo necesites, de la misma manera que tú lo estás para mí.
Perdón por el retraso, aquí hay receso escolar y tengo a mis hijas todo el día en casa, así que el tiempo de posteo se me escapa XD Si quieres podemos ir terminando la escena, a menos que quieras rolear algo más que haya quedado en el tintero.
La pregunta sobre la lasagna hizo que Damian se relajara un poco y sonriera nuevamente a su hermana. Este dejó de juguetear con la comida y se la llevó a la boca disfrutando del sabor del plato de su hermana.
-Está genial.- Le respondió con sinceridad.- Si sigues así pronto superarás a tu maestro.- Bromeo el chico, no dudaba en que su hermana podría hacerlo de proponerselo, pero era demasiado Wayne para conformarse con la cocina, así que no creía que le fuera a dedicar más tiempo del imprescindible.
La pregunta sobre el libro le pilló por sorpresa, había leído unos cuantos, al fin y al cabo era uno de sus principales hobbies, lo que solía hacer cuando no salvaba el mundo en mallas.- Pues a ver, me acabé el último de canción de hielo y fuego hace poco...- Vale, no era lo que solía leer, pero esa serie le había enganchado demasiado para no pasarse al libro.- También me releí el arte de la guerra. Y ahora estoy acabando cien años de soledad.
Damian se quedó pensativo, pero si, estaba bastante seguro de que esos habían sido los últimos. No estaba demasiado orgulloso de declarar su amor por un libro de fantasía, pero aun así lo compartió con su hermana, a pesar de que era un tanto receloso con sus gustos frikis. También en aquello había sido Richard quien le había ayudado a abrirse, y todo dicho sea de paso, quien le había enganchado a esas cosas.
La comida fue bastante agradable, aunque al final la chica tuvo que sacar de nuevo aquel tema, pero Damian estaba bastante más relajado, por lo que en vez de responder con tensión se permitió responder con aire bromista.
-Bueno, mientras tengas claro quien es el hermano mayor y por lo tanto el responsable de cuidar de las pequeñas.- Le dijo el chico revolviéndole el pelo a su hermana, para después ayudarla a recoger.- Ya friego yo, tranquila.- Añadió, al fin y al cabo ella había hecho todo.
Don't worry hermanita ^^ (yo también tardé un poco, que me he mudado de casa xD) Pues si quieres la cerramos ya, por mi está bien ^^
El paso del tiempo parece fluctuar diferente cuando apartados de las obligaciones que consigo conlleva ser superhéroe, toca mezclarse con la gente normal. Con esas personas que ajenas a lo que en el mundo sucede en realidad, rebosan la tranquilidad que trae consigo la ignorancia. Y mientras las calles se van llenando de rostros que completamente ajenos le son, Robert paseó por las calles arco al hombro, fumando desde la tranquilidad mientras acercaba el paso hasta donde había quedado con Helena.
Sin saber realmente que se encontraría en aquel quinto piso, compró una buena cantidad de cervezas, una de las cuales fue bebiendo de camino solo para quitarle agrio sabor que toda la mierda que estaban a punto de soportar, había dejado. Se detuvo entonces frente al edificio, y tras dar un largo suspiro, entró en él para después y esquivando el ascensor, subir los pisos pertinentes por las escaleras lo cual, era parte de su costumbre, por entrenamiento, por mera lógica. Llegó hasta el lugar, y contemplando el reloj, se acercó a la orilla solo para entonces, y esperando que su amiga llegase, perder la vista en el paisaje mientras su rostro se teñía de una seriedad que solo se permitía expresar, cuando estaba completamente solo.
Cuando creo que mi vida no podría ser más complicada logro de alguna manera superar mis expectativas. Muchas caras de viejos amigos toman nuevas formas, muchos rostros viejos que no están y mucho, demasiado en qué pensar... Las palabras de Tempest rondaban mi cabeza una y otra vez y la perspectiva de tenerlo como enemigo me daba escalofríos de excitación. Ni siquiera quería pensar qué me depararía en casa cuando Damian y Anna llegaran... Iban a estar enojadísimos y entendía cabalmente por qué, por otro lado no sabía si ellos algún día lograrían comprenderme a mí ni mis razones.
Pero era la hija de mis padres, al fin y al cabo, ¿qué esperaban ellos? ¿qué esperaban todos? ¿que me dejara guiar como una ovejita? Cinco años más, cinco años menos. Una realidad destruida y otra alternativa. Un amor que nunca volverá y la certidumbre de una ausencia... y ese aparato, ese maldito aparato que es capaz de trastocar todo aquello que conocemos, ¿Por qué? ¿Por qué aquí, por qué ahora?
Necesitaba un hombro amigo en este momento y solo podía pensar en Robert, que acaso por su forma de ser y por su cinismo era el único que consideraba que tenía los pies sobre la tierra en toda esta locura. Pero antes de confesarme o hablar con franqueza necesitaba también saber qué tanto del antiguo Robert estaba vivo en este, y había una sola forma de averiguarlo.
Cuando llegué a la terraza esbocé una sonrisa y pensé en cómo esta parte específica de los edificios se había forjado la historia de mis padres y la mía propia, era un imán para mí. No solo tenía ventajas estratégicas de vigilancia, eso sería reducirlo a una función utilitaria; no, la ciudad insomne, las luces lejanas describiendo patrones y esbozando constelaciones, las historias que se sucedían en sus calles, todo era música para mis oídos, descanso para mi mente.
-Dime Robert -dije en voz alta anunciando mi presencia mientras caminaba hacia él -¿Cuáles eran esas macabras conclusiones que tu cabeza estaba elaborando? -sonreí con una mezcla de autosuficiencia e intriga, aunque esperaba en mi fuero interior que la luz tenue me favoreciera no se diera cuenta de que había llorado horas antes. -Porque lograste picar mi curiosidad... Como siempre -acoté y me mordí el labio.
*como todavía estoy encontrándole el tono al PJ voy a alternar entre primera y tercera persona en la escritura, a menos que te moleste alguna de las dos, solo tienes que decirlo :-)
Aunque perdido en sus propias cavilaciones se encontraba, donde su mirada siempre oscurecida en color, perdida se hallaba en el horizonte, la seriedad de su rostro se terminó por desvanecer cuando ante las palabras de Helena, una sonrisa terminó por aflorar entre sus labios. - Me alegra saber que no he perdido mi toque con respecto a ello. - Fue lo que, con aquel tono grave de voz, respondió sólo para después, darse la vuelta, y clavar su mirada, en esos ojos que de una u otra manera, tan bien conocía. Se conocían hace años, desde prácticamente una vida entera, pero aunque sabía que esa Helena que tenía delante provenía de otro lugar, por más que lo intentase, no dejaba de ser su Lena, por muy confuso que eso pudiese llegar a ser.
- Pero ya que quieres saber, entre mis ideas a pasado que quieras matarnos a todos y convertirte en una supervillana, que te hayas cansado de tus hermanos cuestión por la cual no te culparía y nos has mandado a todos de paseo, ya sabes, cosas normales... - Respondió entre sonrisas y tras dar una última calada a su cigarro, el mismo que apagó en el suelo al ser arrojado, simplemente se limitó a mirarla durante unos segundos más, mientras sonreía. Robert jamás había servido para ponerse sentimental, ese tipo de cosas simplemente no iban con su personalidad, pero no podía negarse a sí mismo que se alegraba de poder compartir junto a ella, un instante que al menos para él, era necesario.
Y por ello, sin acercarse un solo paso, se limitó a abrir sus brazos a esperas de ese abrazo que durante tanto tiempo, se había congelado en el tiempo cuando se trataba de a quien quería como a una hermana.
Perdón por la tardanza, ayer tuve día de locos. Y no te preocupes, tu ve buscando la manera que te quede más cómoda al escribir.
Dejé salir una carcajada que se perdió en los sonidos arremolinados de la ciudad allá abajo y alcé una ceja divertida -Estuve tentada de ser una villana no voy a mentirte -dije sonriendo con una mezcla de ironía y sinceridad que me resultó abrumadora hasta a mí misma, dejé que mi mirada recorriera la ciudad una vez más y luego la llevé hasta mi amigo y sus ojos oscuros que tanto me gustaban, esos ojos que escondían tantos secretos y emociones.
Hice una ligera mueca y un microsegundo pasó entre que me ofreciera un abrazo, me cuestionara si en verdad debía aceptarlo y ya estar entre sus brazos. Se sentía tan cálido que dolía y tenía un regusto de sentirme en casa que me hizo estremecerme ligeramente. -Te extrañé, Robert -deslicé sin más con indefinidas dosis de culpa y alivio. Me dejé estar entre sus brazos e hice el impulso de apartarme casi inmediatamente cuando la confusión comenzó a escalar por mis extremidades, pero luego me lo pensé mejor y usé esa ligera separación solo para apretarme más contra él antes de dejarlo ir. Que le dieran a Mary, en estos segundos era para mí.
Las palabras de Tempest volvieron a mi mente con más fuerza y tuve el impulso de preguntarle... Tenía que saber... Sin embargo, me reservé la pregunta para más tarde. Alcé los dedos desde su hombro y quise tocarle el rostro pero no me atreví, sentí la necesidad imperiosa de alejarme. Me pregunté si él sabría lo que esta Helena pensaba de él, lo que sentía. A veces todo era demasiado confuso, y otras diáfano como una mañana de primavera; me mantuve a un paso de él. -No me he cansado ni de mis hermanos ni de nadie, es solo que debo seguir mi propio camino también -sostuve, dándole pie a que me hiciera las preguntas que deseara, aunque agregué -Pero dile a tu novia que la próxima vez que me agravie a mí o mencione la memoria de mi padre en público le voy a romper la cara... -y lo dije mortalmente seria, como solo un Wayne puede hacerlo.
- Pues serías una villana magnífica. - Respondió desde esa sinceridad que tan propia en él, no borraba la sonrisa que siempre tan plagada de silencios, escondía mundos detrás, y manteniendo en ella su mirada, sin intención de por cortesía o educación apartarla, terminó por perderse en ese azul y verde mar de sus ojos. Pero aunque esa mueca no le pasó inadvertida, la sonrisa del vietnamita se amplió cuando tras pocos segundos, ya la tenía entre sus brazos después de tanto tiempo pasado, y por lo mismo, y bajo una dulzura que solo por momentos inherente era en él, dejó sobre el cabello de Helena, un beso. - Yo también te extrañe. - Reconoció sin intención de ocultar lo que era una completa verdad. Y es que si bien sabía que no eran pocos los temas de los que tenían que hablar, más aún cuando tan envueltos de seriedad se veían, prefirió mantener el momento para forjar un nuevo recuerdo entre los dos.
Y aunque aquel primer intento de alejamiento por su parte, le tomó con cierta sorpresa, al ver que no se movía de ahí, mantuvo los brazos en torno a su cuerpo desde un aire que desenfadado, también mostraba cierto halo protector. - Sabes tan bien como yo que tomes el camino que tomes, siempre te llevará al mismo lugar Lena, estamos destinados a seguir un legado que aunque no es nuestro, nos pertenece queramos o no. - Comentó, y es que si bien sabía que mucho había tras las palabras de su amiga, tampoco pensaba callar lo que en sí mismo, era una obviedad. Más con las palabras que siguieron, no pudo suprimir la carcajada que distendida escapó de entre sus labios, a sabiendas de que aquello y por ambas partes, siempre habían comentarios similares. - En cuanto tenga novia se lo digo, de momento solo follaamiga con derecho a regañarnos mutuamente, pero como supongo que te refieres a Mary, ya veo que os llevaréis maravillosamente. - Apuntó divertido al poner los ojos en blanco, y es que si bien conocía perfectamente esa expresión, la situación como tal, no podía serle más divertida probablemente, porque él mismo no tenía nada que ver. - Pero si quieres luego el digo que venga y os intentáis matar directamente. - Le ofreció siempre, desinteresadamente.
Pero aunque le agradaba el tenerla cerca como hasta entonces, Robert dejó un beso sobre su frente y tras soltarla, se sentó sobre el borde de aquella cornisa y así, manejar los pensamientos y emociones que para entonces, surgían. - ¿Quieres una? - Preguntó mientras sacaba un par de cervezas de la bolsa y tras hacerle un gesto para que se sentase a su lado, preguntar. - ¿Qué queda en ti de la Helena que conocí... De la Helena de este mundo? - Preguntó directamente para después, agregar. - Anna nos ha contado lo del dispositivo creado por Bruce, y que vosotros como tal, no sois los de esta tierra...
- Sabes tan bien como yo que tomes el camino que tomes, siempre te llevará al mismo lugar Lena, estamos destinados a seguir un legado que aunque no es nuestro, nos pertenece queramos o no. -
Esas palabras me golpearon más duro de lo que me hubiera imaginado, me aparté para mirarlo y parpadeé suavemente -Somos el legado -recalqué, y era cierto: más allá de lo que nuestros padres eran y representaban nosotros éramos su fruto y estábamos llamados a seguir su misión, podíamos aceptarlo o no, pero el llamado existía, estaba en nuestra sangre.
Alcé una ceja y lo miré inquisitiva -¿"Follaamiga"? -repetí con una sonrisa sardónica haciéndome la que no comprendía, suponía que cada uno buscaba aquello que le diera más seguridad, a Robert evidentemente se la daba no definir sentimientos, y no lo culpaba. Aunque estaba segura que en cuanto supiera qué sentía por Mary no se lo negaría, quise decirle que regañar era una facultad de novia pero tampoco quería discutir con él por esas nimiedades -Está bien, no soy celosa -deslicé coqueta dándole una mirada de lado de esas que me había enseñado mi madre mientras hacía un gesto circular con la mano, y me reí -No le digas nada, ya tendré mi oportunidad -aduje con seriedad en los ojos pero sin perder la sonrisa.
Me senté a su lado y acepté la cerveza. En ese momento Robert hizo LA pregunta. Maldije a Anna y su bocota, aunque hubiera pagado por ver la cara de Tempest en ese momento... Abrí la cerveza mientras ordenaba mis pensamientos y lo miré directamente a los ojos -Sinceramente, no lo sé, un 50% posiblemente -no podía mentirle. Suspiré largamente antes de proseguir, era una sensación liberadora poder hablar abiertamente sobre esto, pero también sumamente dolorosa -Al parecer nuestros recuerdos, aunque diferentes, lograron unirse bien -me sentía extraña hablando así de mí misma -Y la relación con nuestros seres queridos no difería tanto en los aspectos básicos -mi mirada recorrió su rostro -Aunque tú, tú eras completamente diferente físicamente, te parecías más a tu padre -deslicé una sonrisa divertida presintiendo lo desagradable que eso le resultaría a Robert -La verdad es que me caes mejor tú... quiero decir, esta versión -me sinceré, "Y a esta Helena también le caías mejor..."; dudé en continuar -Tu otro yo murió junto a Mary y a Richard en un ataque conjunto antes de que fuéramos trasladados a esta realidad -confesé y observé sus reacciones, "Y yo estaba enamorada de John Grayson, o creía estarlo".
Ladeé la cabeza y entrecerré los ojos -En la otra realidad tenía 5 años más que ahora, estoy un poco harta de que todo el mundo me trate como a una niña, pero lo entiendo... Lo parezco -enfaticé. -¿Qué diferencias ves tú en mí? -lo interpelé a mi vez.
Con la mirada perdida por momentos en esa ciudad que desde su normalidad, tan ajena era a la realidad que le circunda, a esa que oculta en la oscuridad de los callejones, de las fortalezas que bajo tierra se solían alzar, les obligaba a seguir un camino que, sin poderlo elegir, tampoco se podía evadir, los labios de Robert siguieron curvados en aquella tranquila sonrisa que tan propia le era, cuando ciertos pensamientos comenzaban a aflorar. - Somos lo único que queda. - Apuntó desde aquella vehemencia que en parte, una tan unida con la resignación, y es que si bien Robert siempre había intentado alejarse del camino del héroe, de una forma u otra siempre la terminaba transitando.
Pero mientras bebía un largo sorbo de cerveza, la pregunta de Helena hizo que una ligera y divertida risita escapase de los labios del arquero mientras volvía la mirada para verla. - Ya sabes, cuando dos amigos follan de manera constante en el tiempo. - Le explicó aprovechándose de los mismos gestos que Helena ponía. Pero ante esos mismos gestos que tan bien conocía, una fuerte y distendida carcajada escapó de entre sus labios, disfrutando del momento. - ¿Practicando miraditas para tu próxima víctima? - Le preguntó enarcando una ceja, para después y mientras negaba con la cabeza, agregar. - Sabes que soy inmune a las miradas felinas, pero quiero conocer a mi próximo cuñado para darle el beneplácito, e investigarle ya que estamos. - Le comentó guiñándole un ojo puesto que, conociéndose desde hacía tantos años, y siendo para Robert como la hermana que siempre había querido tener, probablemente era de los pocos a los que les era imposible caer en los encantos de Huntress, no cuando sus sentimientos hacía ella siempre habían sido tan marcados en la misma dirección.- Pero no celosa, en ese caso de Olivia, pero sigues siendo mi hermana favorita. - Apuntó con sinceridad cuando aunque adoraba a Olivia con el alma, no era diferente cuando se trataba de Helena. - Una Wayne contra una Grayson... Tiene que ser donde se puedan hacer apuestas que yo eso no me lo pierdo. - Respondió entre risas aunque sabía a la perfección, por la determinación de su mirada, que Helena no iba precisamente de farol.
Pero aunque la conversación rondaba siempre desde aquella distendida personalidad que Robert, prefería proyectar con tal de dejar su cara más seria solo para él, la respuesta de Helena, hizo que esa sonrisa tan propia se desvaneciese por unos largos minutos. Agradecía al sinceridad, pero no por ello era más fácil de encajar todo eso, y por lo mismo, dejando de lado las bromas, y las sonrisas de lado, fue aquel lado mucho más maduro, el que exponía todo lo que vivido en el transcurso de su vida, el que florecía, oscureciendo un poco más su mirada. - Me alegra saber que queda algo de la Helena que conocí, y tendré que esforzarme por conocer a la que acaba de llegar. - Asintió, y es que por mucho que en su completud no fuese la misma Helena Wayne que había conocía, no pretendía dejar la amistad tirada por aquella razón, no cuando era tan importante para él. Pero ante las palabras que siguieron, los labios del arquero volvieron a curvarse en una sonrisa que aunque sin llegar a ser completa, mezclaba una cantidad incluso irrisoria de sentimientos, de emociones que para ese preciso instante, cuando ya tan caótico era todo dentro de él, no era capaz de definir. - Si el otro Robert se parecía más a Oliver, tengo que admitir que me gusto más en esta tierra. - Reconoció para después, guiñarle un ojo. - Claro que te caigo mejor yo, que mi otro yo... Joder que confusa es esta mierda cuando se está sobrio, quiero decir, por lo poco que sé del otro Robert Queen, también me gusto más como soy aquí. Aunque tendré que conocer a esta nueva Helena antes de dar una opinión, aunque de momento, es bastante favorable.
- Sarah me contó lo de la muerte de ese Robert, y de la relación que tenían, también de su muerte, y sigue resultando bastante confuso para asimilar. - Reconoció, aunque no fue menor la sorpresa al saber los nombres de quienes junto a él, a ese él que hasta entonces desconocía, habían muerto. Pero aunque durante unos segundos se perdió en su pensamientos, mientras sacaba un cigarro para ofrecerle otro a Helena, sus palabras con respecto a su edad, alivianan en gran medida en ambiente, aunque sabía que no había sido aquella su intención. - ¿Pero no es que las mujeres siempre os quitáis años? Pues tu tienes la excusa perfecta. - Comentó divertido, para después y tras dar un sorbo a su cerveza, agregar. - Con la Helena de este mundo hacía tiempo que no nos veíamos, la misma vida supongo, así que no sabría definir demasiadas diferencias, aunque admito, que lo de ayer me dejó completamente sorprendido. Sabes que te adoro Lena, pero ayer si que no parecías tú, tan perdida en ti misma, tan lenta en tu reaccionar... Parecías por momento fuera de lugar incluso a la hora de apremiar las acciones de Anna, aunque ahora comprendo el por qué. - Le dijo desde todo el cariño que tenía hacia ella, pero cubierto de esa sinceridad que se negaba a perder, no podía callar lo que creía necesario que ella supiese, siendo él quien le dijese las cosas a sabiendas de que Huntress entendería que nunca sería para joder, sino que realmente preocupado cuando la mujer que había visto el día anterior no se parecía en lo absoluto a quien él conocía, a quien se encontraba para entonces a su lado.
- ¿Qué pasó Lena? En el otro mundo... Tu hermana nos dio explicaciones tan confusas que realmente me quedé igual, y necesito explicaciones, más ahora que nos envían a hablar con Amazonas y Pececitos para recuperar el artefacto que les han robado.