Partida Rol por web

Atho se acercó lo antes posible a Juliana mientras ésta escapaba. "¿Qué son estos demonios?" se preguntaba mientras observaba estupefacto esas horribles criaturas.

-Juliana, ¿estás bien?- le preguntó mientras la sujetaba con fuerza durante un instante. -No debes hacer estas locuras tu sola- su voz parecía un reproche, pero acompañada por su mirada, estaba claro que se hallaba tremendamente preocupado, tenía miedo. Acompañó a su amiga y a la niña hacia el interior del refugio. -N..no sé quien es esta gente- dijo señalando con la cabeza a los que habían salido para cubrirlos. -Pero se nota que ya se han enfrentado a esto... sabrán que hacer-

Por un momento no le había prestado atención a la muchacha que llevaba Juliana. -¿Tú estás bien chiquilla?- "¿Quién ha sido capaz de traer niños tan pequeños a un viaje como este?".

Mousa sujeta a Sigmund mientras Mark dispara contra los enemigos que se acercan cubriéndolos mientras se le suman los disparos de los hombres de Kaeeper Tuya que esperan en la puerta. Sin embargo hay demasiados monstruos acercándose a vosotros y continuan su caza sin detenerse.

Mientras tanto Juliana y Atho entran en el refugio acompañados por uno de los hombres con mascarilla. La niña, muy asustada al principio, se tranquiliza gracias a la seguridad del refugio y a vuestras atenciones, sonriéndoos brevemente.

La niña corre hacia el grupo de supervivientes, alejándose de vosotros. Ois un gran ruido y veis que las puertas del refugio han sido cerradas y todos han entrado, sanos y salvos, a excepción de Sigmund.

Mousa dirige a este último a una gran habitación en la cual hay una cama poco cómoda en la cual lo tiende. Sigmund está mucho más herido de lo que parece, su piel está pálida y no para de sangrar.

Arggg... -gruñe por el esfuerzo -tengo que contaros algo... - se para unos segundos para respirar -antes de morir debo deciros una cosa, acercaos.

Eso, cuentanos algo, es fundamental que hables.
Compruebo la gravedad de sus heridas. Si tiene posibilidades de sobrevivir utilizo mi equipo médico para coser sus heridas y vendárselas, habiéndoselas desinfectado previamente.
Si no tiene remedio, me quedo escuchando lo que tenga que decir en postura meditabunda y mirada cansada.

Me acerco a Sigmund y miro sus heridas. Tienen mala pinta, no creo que dure mucho. Pobre desgraciado.

Te escuchamos, Sigmund. Habla despacio, mientras Mousa te cura.

Atho se resistía a separarse de Juliana, pero se fijó en el estado de Sigmund, por lo que decidió acercarse a él. "Fue quién nos gritó, avisándonos de que nos atacaban", pensaba tristemente mientras se acercaba, "si estamos todos vivos es gracias a él".

Pero justo cuando se dirigía hacia el herido se giró. -Juliana, te necesitamos- le dijo a su compañera. -Tu has trabajado en un hospital... ¿puedes hacer algo por él?- 

Por un momento desconcertada por lo que sucedía, hasta volver en si, y miro a Atho, -Eh, claro, déjenme ver que puedo hacer-

-Las heridas al parecer son muy profundas, necesito detener un poco la hemorragia primero- inmediatamente me hago de rodillas donde se encuentra Sigmund pongo mi mochila en el piso, la abro rápidamente y saco el desinfectante, antiséptico, y el estuche de vendas e hilo; pongo un poco de antiséptico en las heridas mas graves, -Sigmund necesito que muerdas esto- le doy a Sigmund un trozo de tela para que muerda con sus dientes mientras prosigo con la curación; desinfecto el cuchillo, y enciendo el mechero para calentar el cuchillo, cuando ya este bien caliente, lo pongo en la herida mas grave, y así sucesivamente para detener el flujo sanguíneo de las demás.

-Resiste, ¿sigues conmigo Sigmund?, no te preocupes, ya falta poco- ahora acabo de limpiar las heridas con el antiséptico, y prosigo a suturar las heridas ahora que se ha detenido la hemorragia.

Tanto Atho como Juliana tratan de curar a Sigmund mientras algunos de los miembros del grupo comienzan a reunirse en la habitación, observando la labor médica de ambos en silencio.

Cuando ya están a punto de terminar de desinfectar las heridas se percatan que en la mayoría de ellas la infección resiste a los medicamentos mientras que la herida del cuello se está infectando con rapidez.

Sigmund tose y escupe sangre y flemas, su piel está cada vez más palida y su cuerpo está comenzando a tiritar de forma involuntaria y a tener pequeñas convulsiones.

Los mordiscos han alcanzado alguna vena o arteria principal -os explica uno de los hombres con máscara de gas -no le queda mucho de vida, su sangre se está infectando y muriendo a una velocidad increible. Deberíais pegarle un tiro y acabar con su sufrimiento -aconseja el hombre -de todos modos tendremos que darle un tiro en la cabeza para que no lo puedan revivir o quemarlo -concluye.

Chicos...- dice Sigmund soltando sangre por la boca -hacedle caso, voy a morir -tose de forma desenfrenada, manchando la cama de sangre - tengo que deciros... -comienza a hablar esforzándose -pertenezco a una asociación contraria a la AMG, me infiltré en el barco para investigar el nuevo continente, al igual que vosotros, aunque tal vez no haya sido buena idea -bromea tratando de sonreir y parecer tranquilo, aunque su compostura se rompe por nuevos ataques de tos - la AMG sabía todo, se suponía que debía haber un barco esperándonos cerca de donde nos atacó el gusano monstruoso. La bestia debió hundirlo antes de que llegaramos.

Toma aire durante varios segundos tratando de acumular fuerzas para continuar.

Había al menos un topo en el barco, uno que les fue informando de todo - os revela Sigmund - tras el ataque del barco recibió sus últimas órdenes "Matalos a todos" -comienza a coger aire para seguir hablando pero su cuerpo comienza a convulsionarse, de su boca emerge espuma y sus ojos miran a la nada.

Todos observais conmocionados como vuestro compañero pierde sus última fuerzas pero antes de dejar este mundo logra articular -uno de vosotros es un asesino.

En la habitación todos observais como Sigmund fallece y un silencio espectral se adueña de la habitación debido a sus últimas revelaciones.

Dentro de la estancia se encontran los siguientes supervivientes, junto a vosotros cuatro:

- Kaaper Tuya.

- Layla Sabagh.

- Akako Inove.

- Cosmo Tatsis.

- Carol Steinner.

- Yegor Semionov.

- Otis Vranjes

Bueno, sea cierto o no... no podemos enfrentarnos entre nosotros ahora mismo. Sea quien sea el topo caerá por su propio peso.
Echo un vistazo al sitio en el que estamos y a los hombres que vivían aquí antes.
¿Qué coño eran esas cosas?

Me apoyo en la pared para descansar un poco.

No tengo ni idea, pero los de aquí - señalo al hombre de la máscara- parece que sí saben bastante de ellos.

¿Son mutantes, infectados por alguna plaga?

"Esto es increible" pensaba Atho, asombrado por la declaración de Sigmund. -Si el gusano no hubiese estado allí... habríamos muerto todos...- susurró intentando analizar la situación con calma.

"¿Quién puede ser el traidor?" pensaba mientras se acercaba a Juliana inconscientemente. "Este lugar es mucho más peligroso de lo que se nos había dicho..."

Mousa distrajo su atención preguntando por que eran aquellos monstruos que nos atacaron. -Parece algún tipo de mutación... creo- contestó mientras que Mark indicaba que los que estaban en aquel lugar debían saber mucho más que ellos. De modo que Atho se quedó en silencio, esperando que alguno de los habitantes de la zona explicase que estaba pasando.