Partida Rol por web

Claro amigo, sigue-  dice el anciano bebiendo y dandose cuenta que posiblemente era buena idea hacer lo de los demas y buscar que comer- si es que en el infierno habia que hacer. Le dejo que hacer.  Creo que mis huesos deben moverse,  me ha dado hambre y posiblemente seria buena idea buscar algo para meterse en la boca.

Entre otras, soy Henry...

Me levanto, y voy al frente  con los demás, a buscar comida, no sin antes tomar todo el contenido de mi vaso.

Caminando hacia los que estan  al frente mio les digo,  no se si en un  restaurante consigamos algo, aunque no hay que descartarlo,   buscar si pueden enlatados, y lo que seria genial es encontrar un supermercado. Digo entrando  a un restaurante. No se porque de repente me importa todo esto, estoy muerto...

No sabía qué pensar. Un momento antes estaba enfrentándome a mi pasado y mis miedos en el lago y ahora estaba aquí, rodeada de extraños y sin entender por qué no había nadie más por la calle, que hace poco estaba abarrotada de gente.

Afortunadamente está Paul.

Escuché, confusa, como una de las chicas hablaba de conseguir armas y provisiones. ¿Qué se pensaba que era esto? ¿un holocausto zombie? Probablemente era una broma. O habría algún espectáculo al otro lado de la calle y por eso no había nadie aquí.

Tiene que haber una explicación.

Me apreté contra Paul. Diría que inconscientemente pero sería mentir. Sabía que no sería de gran ayuda si aquel Gremlin se proponía hacernos daño pero sólo saber que estaba ahí conmigo me reconfortaba.

Gremlin. Sofía. Sharon.

- Yo soy Laura - respondí cuando aquel tipo extraño me preguntó.

No me fiaba de ninguno de ellos, y menos con esos mensajes alarmistas de comida, medicamentos y armas. ¿Ocurría algo que ni Paul ni yo sabíamos?

- ¿Qué ocurre? - pregunté, comenzando a asustarme. - ¿Ha ocurrido algo?

- No estoy segura, Paul - respondí entre susurros, - pero tengo miedo.

Y me apreté un poco más a él.

Henry y Zerini entran  en el restaurante llamado Marisquería Buena Vista. La zona de terraza con mesas de madera y sillas confortables ocupaban buena parte del paseo debajo los arcos. Entrais al empujar la puerta. Se podía ver la suciedad acumulada por el paso del tiempo, incluso en las mesas se hallaban cubiertos y copas colocadas, junto las servilletas y manteles, con cierto color amarillento a causa del tiempo. De capacidad para unas 150 personas, se podía ver el indicador de lavabo al fondo a la derecha tras un biombo desde la entrada.

En la zona centro estaba la barra donde se divisaba la caja, la cafetera y botellas de licor colocadas en estanteria junto a bolsas pequeñas de patatas, ganchitos, etc. Al fondo a la izquierda habia dos grandes puertas abatibles que daban paso a la cocina.

Pueden ver que Camille lleva en sus manos el perchero a modo de ariete. Sin duda era algo pesado para un sola persona, e incomodo de llevar, pero ella lo sostenía segura.

Mirando a lo lejos, a casi 100 metros reconoceis que en mitad de la rambla parece haber una entrada al metro. Con el silencio total de la calle, escuchais lejanamente, y veis a un hombre parece salir de un callejon de la derecha, cruza la calle y se mete hacia la parada de metro. Por la lejania no se distinguen bien sus rasgos, pero si que es de pelo moreno.

-Muy bien Sharon busquemos una farmacia para tí... y unos calmantes para Sofía -Hago un gesto señalando que una vez más arranca impacientemente-.

Dando unos cuantos pasos y en cuanto quiero contestar a Laura su pregunta, distingo a lo lejos una figura caminando, sin pensarlo grito HEEEEEEY, TÚ EL DE ALLAAAAA!!!!, al no ver contestación  volteo y me dirijo con nueva emoción a todos: -tal vez ese tipo es de por aquí y sepa algo de esta maldita situación, vámos por él!!-.

¿qué demonios haces con eso niña?- digo al ver a Camille con esa cosa... que chica tan extraña es esta.
 

"Qué discreto" pensó Sofía cuando el tipo aquel empezó a gritar. Ella había visto la figura, pero no sabía si dar voces era lo mejor. El desconocido podría huir y le perderían le vista, o bien había querido que le vieran y le siguieran, lo que tampoco le hacía demasiada gracia, sobretodo porque parecía que había bajado al metro. Sofía no quería meterse bajo tierra, en un lugar cerrado y oscuro. No, no quería y no iba a ir, el pelón podía hacer lo que se le pusiera en los cojones, ella no iba a impedírselo.

-¡Qué raros son todos! - pienso al rascarme la barbilla sorprendido por el lenguaje mundano del calvo y la actitud paranoide de la rubia. (Sofia)
Había de todo aquí, incluso una persona enferma ya que ha pedido medicamentos. -¿Qué diantres hago con esta gente? - me pregunto dedicándole una mirada a Laura llena de vacío y sosiego.

Sin dejar de caminar, acaricio la mejilla de mi novia para luego darle un cálido beso en los labios, sin soltarla de mi bajo ninguna excusa.
- Entremos a la tienda y busquemos provisiones. - le digo a Laura mientras pensaba que podemos hacer de ahora en más.

¿Buscar provisiones? Se estará refiriendo a comprarlas, ¿no?

La verdad era que la paranoia colectiva estaba comenzando a afectarme. Como broma estaba muy bien pero ya no hacía gracia. Lamentablemente algo en mi interior me decía que no era una broma.

Miré de malos modos a aquel tipo raro cuando pegó un grito. Odiaba los ruidos fuertes y aún más los sustos.

Por suerte el beso de Paul llegó justo a tiempo para calmarme los nervios y darme la seguridad que necesitaba en aquel momento. Asentí y me dejé llevar, sin pensar muy bien en lo que íbamos a hacer a continuación.

Veo que mi propuesta es mal recibida, por un lado Sofía me mira con cara de "ve tú si quieres" y la pareja hace algo que me altera:

-¡¡Caramba hermano, no es hora del romance!!-, me dirijo a Paul cuando termina de hablar y con mi mano señalando a la figura que acaba de desaparecer.  con voz molesta me dirijo al grupo: -pfff, pués yo voy a investigar!!-

Empiezo a correr hacia la entrada del metro.

-Bueno, tal vez están tan tranquilos porque su vida no está en juego,- reflexiono al momento de correr nuevamente,  durante el camino reviso dentro de mi chaleco en la gran bolsa interior la funda de "espantasuegras" y antes de entrar al metro desenfundo mi cuchillo militar -En las ciudades está prohibido portar armas blancas como ésta, pero al menos un maldito cerdo(policía) me podría decir donde diablos estoy-

Zerini había seguido al viejo hasta donde estaban las muchachas y uno de los hombres que había oído presentarse. 

En verdad no tenía ninguna intención en congeniar amistad pero había oído algo de provisiones y el mareo causado por la luz le había dado hambre así que en cuanto entraron a la marisquería no pudo evitar que le sonaran las tripas aunque visto el panorama de suciedad y abandono se preguntó cómo estaría la comida.

Sin fijarse en el resto de gente, Zerini se puso a buscar algo que le calmara el hambre.

- Bien, yo comprobaré si los grifos de los lavabos y la cocina tienen aún agua. También buscaré botellas, aunque sean vacías...

Henry y Zerini entran en la marisquería con el resto de compañeros, así viendo la situación se ponen junto a Emilio a buscar comida. Henry examina las bolsas de aperitivos y estas se encuentran cerradas en buen estado. La fecha de caducidad marca abril del 2015.

Emilio junto con Zerini entran a la cocina, donde se ve vacía, limpia con polvo, pero de tiempo sin usarse. El grifo del fregaplatos contiene agua, la cual echa un chorro, pero se escucha el aire por dentro la tubería, y el agua a los pocos segundos se va cortando. En la nevera aunque conectada, da signos de funcionar, pues no está enfriando nada. En su interior hay un par de botellas medio llenas de agua, junto a carne, pescado y otros alimentos pasados. El solo abrir deja ir un tufo putrefacto. En el almacén contiguo a la cocina, Zerini ve cierta cantidad de latas de frutas en conserva (piñas, melocotón), junto con otras de atún. La disposicion de objetos y utensilios estan en su sitio, sin haberse tocado.

        Al notar el peso del perchero Camille supo que con mucho trabajo podría cargarlo, pero que seguramente le sería muy complicado usarlo sola en caso de necesitarlo realmente, de manera que solamente tomo un par de los cuchillos de las mesas y le respondió al gruñón de Henry un tanto molesta por reconocer que tal vez tenía razón en cuestionarla:

        " Solamente medía el peso del perchero para saber si podía improvisarlo como un ariete para abrir puertas cerradas o una arma para defendernos en caso de ser tomados por sorpresa, pero parece complejo de maniobrarlo yo sola señor, será mejor ayudar a los chicos en la cocina "     

         Entonces la chica ingresó a la cocina después de soltar el perchero después de Emilio y Zerini y ya en el interior supuso que el lugar llevaba cierto tiempo abandonado, busca algunas bolsas de basura limpiara para ir recopilando en ellas las botellas de agua, las latas con atún y frutas en conserva, trato de ubicar mandiles o ropa de los cocineros que ponerse y cambio los cuchillos que había tomado de las mesas por alguno(s) que encontrase en la cocina mientras que les decía a los demás allí reunidos:

         " No se donde estamos ni que ha pasado aquí, pero esto parece llevar cierto tiempo abandonado y creo que sería bueno prepararnos para sobrevivir con lo que encontremos y defendernos mientras que encontramos ayuda y sabemos bien que es lo que pasa "    

Escuchen todos, todo lo que sea empacaquetado y que este en buen estado tomarlo, los enlatados son una buena idea. Al parecer aquí no hay nadie, o por alguna razon se fueron...

Tomo las papatas fritas y  un poco confundido miro al rededor,  algo hiede a podrido

Yo soy viejo,  y ahora ¿porque estoy aquí?, debo estar muerto, pero siento hambre..

Me acerco a la despensa para ver si hay granos secos (judias, maiz, garbanzos, lentejas o guisantes)

Demonios... murmuro... estoy en el infierno y me toca buscar comida...Joder

Henry entra en la cocina para ir al almacén donde estaba Zerini observando las latas de conserva. La verdura que encuentra en congelador de arcón para su conservación está toda podrida dado que no está encendido. El momento de abrirlo notas una pestilencia, que estaba contenida. Aunque al local le llega algo de electricidad, son pocas las bombillas que se mantienen encendidas y dan luz para moveros por el interior.

Camille se armó con dos cuchillos y dejo el perchero por su dificil manejo. Sin duda un par de cuchillos sería mas util. Como todos entro en la cocina para buscar comida. Su interés era localizar algo de ropa principalmente, aunque el cuchillo jamonero era mas aterrador, que no de cubierto. Debajo del fregaplatos, abrio la puerta pequeña del mueble y encontro un pequeño rollo de bolsas de basura. Quedarían unas 5, y eran de cubo pequeño. En el almacén se pudo encontrar una bata blanca algo manchada de comida, ya muy seca. La usaban algunos cocineros para no mancharse mientras manipulaban pescado.

Ante la presencia de aquel chico que entró al metro a lo lejos, El Gremlin y Sharon deciden seguirlo para averiguar la situacion en la que estais. Así el grupo se vuelve a disgregar otra vez. Los dos a paso acelerado empiezan a subir la rambla para que no escape. Paul y Laura deciden ir a la tienda de enfrente para buscar informacion, y quizas de paso algo de comida. Sofía se mantenía en el centro quedandose sola por momentos, pero se va con la pareja hacia la tienda.