Partida Rol por web

Tenían razón las estrellas.

Capítulo uno: San Carlos de Bariloche - Bariloche - Río Negro. Noche 1

Cargando editor
01/10/2013, 18:58
Director

Tal cual se ha decidido, os dirigís de nuevo al comedor, mientras Facundo comprueba que las rayas de la cobertura van y vienen a capricho, lo que hace sospechar que hacer una llamada desde el celular, si bien no imposible, sería un ejercicio de posición y oportunidad.

Entráis en el comedor, donde os espera la mesa puesta y un agradable silencio. La camarera no está allí, pero se escucha el ruido de una puerta en la cocina, señal de que estarán preparando la cena.

Cargando editor
02/10/2013, 03:41
Facundo Caballero

- Malas noticias con el celu - comenta el locutor tras observar los erráticos movimientos de las lineas de cobertura - No creo que podamos confiar demasiado en ellos -

Tras pensarlo un momento mira a Alicia y comenta con sorna - Ten cuidado si vas a pasear de noche sola... ó con el orangután... - comenta en obvia referencia al cámara - No tendrás COMO pedir auxilio si quiere hacer lo que el dice que le gusta hacer a sus... eh... amigas - completa con su lengua venenosa

- Estarás más segura con nosotros. Ernesto es un verdadero caballero - agrega intentando evitar que el editor lo ponga en su lugar - Ojalá yo supieramos mantener la calma como el lo hace ante los desplantes de ese bueno-para-nada -

Notas de juego

De la boca de Facu: Siempre azucar!

Cargando editor
03/10/2013, 01:25
Ernesto Crocce

Ernesto había pasado al interior, sí, pero habiendo mirado un par de veces sobre su hombro como si mentalmente se arrepintiese de haber dejado ir a los otros tres solos. Muy a pesar de la rabia de la que todavía se advertían trazas en la dureza de sus ojos. Pueblo de mierda, esto sólo puede traer problemas. Cuando menos lo esperemos... El malhumor se advertía en su silencio inhóspito cuando llegaron al comedor, el que mantuvo frente al comentario de la cobertura tan aleatoria. Qué se podía esperar, de las redes de mierda de Argentina y sobre todo, de este lugar perdido en la puta montaña. Pero se acentuó cuando Facundo siguió hablando, usando la lengua alternativamente para atacar como para chupar como un campeón.

Facundo, no te voy a decir lo que tenés que pensar u opinar. Pero sí te voy a recordar que ya estás un poco grandecito para ser tan desubicado - la cara de Ernesto era una piedra, una que demostraba que le importaba poco que hubiese un ajeno al equipo presente. Facundo ya lo había involucrado - Lo que tengas que decirle a Diego, se lo decís a la cara, y lo que tengas que arreglar con él, lo arreglás cara a cara. Espero no tener que volver a oírte descalificando así a tus compañeros, o verte haciendo algo que lo implique, o voy a tener que tomar medidas.

Y cagar a trompadas a tu viejo, si lo tuviste, por no saber ponerte en tu lugar cuando debía.

Permaneció unos segundos con la mirada fija en el locutor, esperando ver que entendiera las palabras. Después, miró a Alicia.

La verdad, la idea de salir a la noche a rondar por la estancia no es una buena idea. Incluso de mano de alguien que la conozca, como él - Ernesto giró hacia Martín - Aunque quizás te pidamos que nos acompañes en algún momento a hacer algún plano de exteriores, si hay algún lugarcito que de noche valga la pena. ¿Nos sentamos? - invitó, con un gesto que no imponía.

No pudo evitar una mirada a la ventana más próxima. La puta madre, no debí dejar que se fueran.

Contame, Martín, ¿cuánto tiempo llevás acá?

Notas de juego

El término "amigazo" creo que se le aplica absolutamente XD

Cargando editor
03/10/2013, 13:46
Martín Rivera

Intentaba guardar la compostura mientras los envites y las puñaladas vestidas de seda se cruzaban en el aire. Poco a poco empezaba a tomar conciencia de quién era quién en aquel bizarro grupito. Y se maravillaba de que estuvieran trabajando juntos, voluntariamente al menos. O quizá no, quizá no lo había entendido, y aquello no era más que otra cara del mundo empresarial, y de voluntariedad nada de nada.

El caso es que a Martín se la traía muy floja que se mataran entre ellos, pero lo que tenía claro es que debía ponerles las cosas fáciles. Ése sí era su trabajo, y no pensaba perderlo por culpa de rivalidades u hombrías de terceros.

De modo que calló durante el trayecto, abriendo la puerta a Alicia, y después, ya frente a la mesa dispuesta para siete, apartó una de las sillas a la sugerencia de Ernesto, mirándola a ella como una muda invitación para que tomara asiento. Y se dispuso a responder a éste, quedándose en pie, sin ocupar ningún asiento, esperando que sí lo hicieran los demás.

-Recién me contrataron en la Hacienda esta temporada, señor, no llevo acá más de un par de meses. Por eso no puede decirse que sea un entendido en el lugar. Me encargo un poco de todo lo que sea mantenimiento básico, ya sabés. Pero estaré encantado de ayudarles en lo que precisen. Y acompañarles cuando filmen, o cuando busquen lugares pintorescos para el spot.

Sonreía, Ernesto le caía bien. Era un tipo serio, el jefe, pero accesible y biencarado. Lo que no podía decirse de Facu, tan... resbaladizo.

Se mantuvo en pie, sin decidirse a ir a las cocinas. Olía bien, la cena debería estar esperándole allí, claro. No se engañaba, no era más que un empleado, y ellos los clientes. No se iría a cenar hasta que ellos se sentaran, se dieran por satisfechos con las respuestas a sus preguntas, y quisieran ser servidos...

Cargando editor
08/10/2013, 16:57
Alicia Montañés

Hago como si no hubiese escuchado la reprimenda a Facundo pero hago un gesto de asentimiento a Ernesto cuando me dice que no debo salir de noche ,y cuando Martin me corre la silla para que me siente lo hago con soltura- Muchas gracias, me estais cuidando de mas , como me acostumbre vais a ver...- y sonriendo - !que bien huele como esté todo tan bueno como huele voy a salir de aquí rodando.

Cargando editor
09/10/2013, 01:45
Facundo Caballero

Facundo, con la gracia que le ha brindado su inmensa practica, obvió la reprimenda de Ernesto con soltura - Entendido - murmuró en voz baja, para dar a entender que el mensaje había sido recibido... aunque probablemente jamás sería puesto en práctica

Con su habitual habilidad para desentenderse de aquellos "detalles" que le molestaban Facundo eligió una silla y decidió, solo por un momento, evitar zaherir, también a Martín "Es tan educadito" se planteó para sus adentros "sería tan facil hacerle pisar el palito. Pero no es el momento. Ni a él ni a la gallega... Aunque si me la sigue dejando picando... En fin, mejor no. Por lo menos no por ahora"

Aguantándose las ganas de hacer alguna "observación" pertinente, optó por seguirle la corriente a los demás. Lo cierto es que el olor era realmente agradable y la comida prometía ser deliciosa - Bueno, será cuestión de comer mientras nos organizamos... perdón, mientras Ernesto decide cuales serán nuestros próximos pasos. Yo estoy disponible para cuando haga falta - expresó con tranquilidad mientras miraba hacia la cocina esperando que alguien les trajera los platos

Cargando editor
13/10/2013, 19:01
Director

Comienza Facundo con algunos detalles menores, como una comprobación del listado de equipo y una escaleta muy general preparada sobre una servilleta. Pero el tiempo pasa y, es raro, la cena no llega. De hecho, ningún sonido después de aquel primero de la puerta ha llegado de la cocina desde que os sentásteis.

Cargando editor
13/10/2013, 21:08
Martín Rivera

-Con permiso... Voy a ver.

Eso fue simplemente lo que tuvo que decir Martín antes de irse a la cocina. Era el único miembro del servicio presente, y, por tanto, era su responsabilidad que todo estuviera a punto. Al parecer no lo estaba. ¿Quizá las dos mujeres se habrían marchado a Bariloche sin decir nada? Era extraño, porque cuando habían entrado al comedor, el aroma de comida era intenso, y a Martín le había parecido escuchar el sonido de una puerta en la cocina.

¿Era así, o realmente sólo se lo había parecido...?

A paso vivo se perdió tras las puertas batientes del fondo del comedor.

 

Cargando editor
13/10/2013, 22:26
Facundo Caballero

- Mucho lujo, pero parece que no saben ni servir una comida - murmura Facundo con su habitual "buena onda" mientras elije el último panecillo de la panera, sin preguntarle a ninguno de los presentes si quiere compartirlo

Tras cortarlo al medio y untarlo con la salsa picante que acompañaba a la panera se recuesta en la silla mientras observa con curiosidad, pero sin animo de entrometerse como Martín va a cumplir sus tareas - Espero que no tarde mucho, realmente estoy con hambre - comenta al pasar mientras mastica el pan untado

Notas de juego

El principio del fin...

Cargando editor
18/10/2013, 14:39
Ernesto Crocce

Ernesto miró por un momento al techo. Desde lo que había pasado en España, en vez de atenuarse, a Facundo se le habían agudizado todas sus aristas, lo cual hacía que cada vez fuera más difícil trabajar con él... y cada vez más obvia, frontal y casi ridícula su hipocresía. Siempre se lo perdoné, porque hay que separar al artista de su obra, y como locutor es uno de los mejores que traté. Después de toda la mierda de España, le había tenido una paciencia casi infinita sabiendo lo que le había pasado, las cosas que debería haber experimentado, la locura, el horror. Pero no aprendió un carajo. Al contrario, sobrevivir a eso lo puso peor de lo que ya estaba. Y a Ernesto, como sobreviviente que era, habían pocas cosas que odiara más que una persona que de algún modo creyera o actuara como si que haber sobrevivido a algo diese algún tipo de altura moral o altura por encima de otros.

Lamentablemente, de esos había muchos. Y Facundo, que no se daba cuenta, se había transformado en uno de ellos.

Sí, Martín, no hay problema - dijo, volviendo los ojos hacia el otro. Había decidido ignorar a Facundo, para no tener que enojarse - La organización de lo que hagamos va a tener que esperar un poco. Lo primero es evaluar el terreno y ver con qué nos encontramos - lo cual era el paso obvio, y apenas acababan de empezar - Además, hay información del lugar que todavía no tenemos, o que apenas empezamos a poner en común - agregó, mirando a Alicia, a Kike, y finalmente, a Facundo.

Hacete el gallito, pendejo. No tenés ni idea de sobre qué estás parado. Ojalá me hubieras dejado hablar.

- La falta de comida se nota, pero lo que más se nota es el silencio... No debería haber tanto silencio - Ernesto empezó a fruncir las cejas. Giró hacia las cocinas, levantando la voz - ¿Está todo bien, Martín?

Cargando editor
22/10/2013, 16:25
Alicia Montañés

Cuando Ernesto levanta la voz para llamar a Martin un escalofrio recorre mi nuca , cambio incomoda de postura y me envaro un poco esperando contestación.

Cargando editor
23/10/2013, 01:39
Facundo Caballero

Facu miró a Ernesto sorprendido por la falta de reacción de este "Estoy aprendiendo" se planteó para sus adentros antes de escuchar la pregunta

"Y que va a pasar, seguro la cocinera se fue al baño o algo así" razónó mientras esperaba la respuesta de Martín. Acodándose en la mesa se estiró los musculos para relajarlos y espero a ver como este volvía con la comida "y espero no tarde demasiado. Ernesto dirá lo que quiera, pero yo estoy con hambre"

Notas de juego

Ay, ay, ay... lastima que Facu no lee los pensamientos, sino te preguntaría de que es lo que no hablaste ;-)

Cargando editor
24/10/2013, 15:42
Director

Notas de juego

Perdonad el ritmo. Seguid hablndo entre vosotros si queréis, pero poned a Martín fuera de la conversación desde ahora, please.

Cargando editor
24/10/2013, 15:43
Director

Entras en la cocina y te la encuentras vacía. Bueno, no del todo. No están ni la cocinera ni la camarera, pero sí que hay una olla puesta a calentar y varios platos listos para ser recalentados según lo que pidieran los clientes. Aun así, lo lógico sería que la camarera los sirviera, al menos.

Entonces ves que se han dejado también abierta la puerta del congelador.

Cargando editor
24/10/2013, 16:35
Martín Rivera
Sólo para el director

-¿Anita...? ¿Gabriela...? ¿Es que están jugando al Piedra Libre...? ¿Dónde se han metido?

El ver la cena preparada para ser recalentada si convenía quitó a Martín parte de la sensación de extrañeza. Pero sólo en parte, porque al ver la puerta del congelador abierta, sumado al silencio, le entró una molesta sensación de desasosiego.

Se dirigió allí, para asomar la cabeza y ver por qué estaba abierta la heladera.

-¿Me escuchan...?

Cargando editor
03/11/2013, 14:42
Ernesto Crocce

La respuesta no llegó nunca. Ernesto sintió, a la vez, un acceso de rabia por los modales de una juventud descarriada, y una punzada de agitación por lo inesperado de lo que sucedía. Estos pueblos de mierda, ¡sólo traen problemas! Le acechó un inicio de nerviosismo estúpido que no se gastó en intentar aguantar. Ya no tenía nervios para hacerse cargo ni de sus propias alucinaciones. Debía contrarrestarlas.

- Prefiero pensar que no me escuchó. A ver qué pasa ahí adentro - dijo, dejando la servilleta de su regazo en la mesa, y poniéndose de pie -, o no vamos a comer nunca más. ¿Martín?

Caminó hacia las puertas de la cocina, buscando con los ojos como echar ojeada a su interior. Cualquier resquicio, tanto como una ventana o entornando levemente una de las hojas, le serviría.

¿Está todo bien, Martín? - llamó de nuevo, esta vez más cerca.

Puto pueblo de mierda. Lo único que me faltaba, no poder ni tomarme esto en paz.

Notas de juego

Estaba esperando a ver si Martín respondía. Veo que no... Sigamos.

Cargando editor
03/11/2013, 17:14
Facundo Caballero

Facundo tomó los cubiertos y los acomodó una y otra vez alrededor de su plato mientras observaba a Ernesto acercándose a la puerta "Lo único que nos falta es que no haya comida hecha y debamos cocinar nosotros" se planteó a si mismo sin amagar levantarse "Si es por mi solo comeremos sandwiches"

Notas de juego

Esperemos a ver que pasa con Ernesto antes de salir corriendo para el otro lado ;-)

Cargando editor
06/11/2013, 18:39
Director

Abres la nevera del todo y te encuentras el espacio, donde apenas carían tres personas de pie, my revuelto, con cosas tiradas en el suelo, como si hubiera habido, no sabes, una caída, una pelea... Pero de tus compañeras, ni rastro. Entonces, escuchas una voz proveniente del comedor, crees que es la del jefe de los reporteros.

¿Martín? ¿Está todo bien, Martín?

Entonces la puerta de la cocina se abre un poco y asoma la cara de Ernesto.

Cargando editor
06/11/2013, 18:42
Director

Ernesto, tras un examen rápido, no ve más forma de mirar dentro de la cocina que abrir la puerta batiente siquiera un poco y mirar dentro. Lo que ve tiene la cualidad de inquietarle...

Notas de juego

... y se lo vamos a contar solo a él. :P

Cargando editor
06/11/2013, 18:43
Director

La cocina está vacía. Bueno, no del todo. No ves ni a la cocinera ni a la camarera, pero sí que hay una olla puesta a calentar y varios platos listos para ser recalentados según lo que pidieran los clientes. Aun así, lo lógico sería que la camarera los sirviera, al menos. Entonces ves que la puerta del congelador está abierta y que Martín está allí, mirando al interior y se vuelve a mirarte al escucharte abrir la puerta.