Partida Rol por web

Tenían razón las estrellas.

Capítulo uno: San Carlos de Bariloche - Bariloche - Río Negro. Noche 1

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07/11/2013, 02:41
Facundo Caballero

Notas de juego

No me esperaba otra cosa... Veamos que dice el "jefecito" antes de postear

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07/11/2013, 11:20
Martín Rivera

-Eh... sí... Yo sí...

Se giró con expresión desconcertada. Sacudió la cabeza y señaló con ella al interior del congelador.

-Esto me preocupa, señor Ernesto. Está todo revuelto, como si hubieran peleado ahí dentro... o hubieran... no sé yo... vení acá... y ved vos mismo...

Los ojos muy abiertos, se encogió de hombros.

-Y no hay nadie. Nadie. Ni la cocinera, Anita, ni Gabriela, la camarera...

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07/11/2013, 21:38
Alicia Montañés

Cuando veo que Ernesto se presta a abrir la puerta me levanto y mirando a Facundo - como esta gente esté enfadada por algo que hayas dicho o hecho y no nos den de comer no creo que Ernesto se ponga muy contento contigo,yo que tú iria con el por si acaso.

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07/11/2013, 21:53
Ernesto Crocce

Ernesto asomó a la cocina con poco disimulo, dado que el tener que entreabrir la puerta para ver ya se lo había quitado por completo. Sus ojos escudriñaron el interior de la estancia, que quedaba no visible hacia los que estaban en la mesa, y estos le vieron arquear las cejas. Luego, fruncir el ceño. Sus hombros habían adquirido la postura y dureza de una línea, pese a que permanecía mirando al interior sin moverse de donde estaba. Finalmente, giró hacia los demás.

Quédense acá, y estén atentos - no era una sugerencia, era una orden. Una que no admitía excepciones - Facundo, chequeá si tu celular tiene señal, y tenelo preparado.

Sin decir más, entró a la cocina y cerró la puerta a sus espaldas.

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07/11/2013, 22:00
Ernesto Crocce

Ernesto asomó a la cocina con poco disimulo, dado que el tener que entreabrir la puerta para ver ya se lo había quitado por completo. Sus ojos escudriñaron el interior de la estancia, y arqueó las cejas ante la primera visión de la sociedad de la cocina. Miró a Martín, escuchó y frunció el ceño. Sus hombros habían adquirido la postura y dureza de una línea, pese a que permanecía quieto en el marco de la puerta sin moverse de donde estaba. Finalmente, giró y habló a los que estaban en el comedor.

Quédense acá, y estén atentos - no era una sugerencia, era una orden. Una que no admitía excepciones - Facundo, chequeá si tu celular tiene señal, y tenelo preparado.

Sin decir más, entró a la cocina y cerró la puerta a sus espaldas. Una vez allí, miró a Martín y se le acercó, grave y seco. Estaba claro que para Ernesto esos pequeños detalles le remitían a recuerdos de los que jamás hablaría, pero que estaban detrás de toda su memoria y sus actos.

- Quedate tranquilo, Martín. Dejame ver - dijo, llegando a su lado, y le puso una mano enorme sobre el hombro. Apretó con fuerza - Mientras tanto, decime, ¿dónde está la otra salida de las cocinas? Tenemos que mirar ahí. Porque si alguna de ellas hubiera salido por la puerta que da al salón, la habríamos visto.

Hablaba con voz aplomada, seria, segura. Con esa misma imperturbabilidad, que no era lo mismo que indiferencia, echó una mirada al interior del congelador, escondiendo en la base de su alma un escalofrío.

Carne otra vez. La puta madre.

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07/11/2013, 22:18
Martín Rivera
Sólo para el director

Notas de juego

¿Tiene la cocina otra salida?

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08/11/2013, 02:40
Facundo Caballero

- Yo? - la mueca de Facu demostraba a las claras quie no se sentía culpable por lo que pudiera suponer la española - Que tengo que ver yo con la falta de comida? - preguntó sin ningún interes en hacerle caso a Alicia

- Y no creo que a Ernesto le interese que lo acompañe... sino lo pediría - añadió antes de escuchar las secas ordenes de su jefe. Su actitud cambió totalmente. Automáticamente, aunque sin demasiadas esperanzas, miró la pantalla de su smart-phone de ultima generación esperando que el mismo le indicara que tenía el 3G disponible, o el 2G o por lo menos las barritas que indicaban la presencia de alguna antena cercana

Mas allá de su aparente displicencia, el locutor era un experto en sobrevivir a los vaivenes de la vida. Y el tono de Ernesto fue lo suficientemente adusto como para que lo tomara en toda su consideración. Levantando el telefono sobre su cabeza elevó la mirada buscando signos de conexión en la pantalla mientras se movía por el salon... alejandose lentamente de la puerta de la cocina

Notas de juego

A que acá tampoco hay hay señal ;-)

Facu bien lejos de la puerta... por las dudas

Y ya se, desde el proximo post tambien descartamos a Ernesto. Empezamos cinco en el comedor, y quedamos solo tres

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09/11/2013, 19:35
Director

Ernesto se acerca a Martín y mira en el interior del refrigerador, un espacio donde apenas cabrían tres personas de pie. El sitio está muy revuelto, con trozos de carne congelada y algunos salmones tirados en el suelo, como si hubiera habido, una caída, una pelea... Ni rastro de sangre, en cualquier caso.

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09/11/2013, 19:36
Director

Notas de juego

En efecto, otras dos salidas. Una es un pasillo que da a una sala donde se almacena alimento no perecedero, como leche, cereal, latas de conservas, etc y auna salida posterior para recibir los pedidos que se acerquen desde Bariloche y entrarlos a la cocina sin pasar por el comedor. La otra puerta da a una salita donde se preparan las facturas del restaurante y se guardan informes de entrada y salida de pedidos. Ese despacho no tiene salida.

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09/11/2013, 19:41
Martín Rivera

Aún sumido en la extrañeza Martín afirma.

-Sí... sí claro. Hay... hay una salida trasera... para recibir los pedidos de alimentos que vienen de Bariloche, y que no haya que pasarlos por el comedor. Y luego hay un cuartito... un despacho, pero sin salida al exterior.

Se giró hacia cada una de las dos puertas que acababa de nombrar. Y echó a andar hacia una de ellas, la del despacho, que abrió sin esperar la respuesta de Ernesto, mirando dentro. Mientras andaba comentó:

-Lo que me parece raro es que esté todo revuelto en el congelador. Y que si las mujeres se han ido, no hayan dicho nada, entendés? Eso no es normal.

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09/11/2013, 20:14
Ernesto Crocce

Las cejas de Ernesto formaban una única línea poblada, casi horizontal, en el medio de su rostro. Parado en la línea del refrigerador, echó una mirada abarcadora por todas partes. La sangre le punzaba, le dolía, le hervía, aunque su exterior sólo expresaba una seriedad austera. El cuadro que observaba, el pequeño caos como cicatriz en lo cotidiano, le resultaba conocido. Demasiado conocido para mantener la calma, y retener los recuerdos. Sus labios se volvieron la misma línea que sus cejas.

La puta madre, a estas minas se las llevaron. O una se llevó a la otra.

Claro que entiendo. Eso no es normal - dijo, con un tono que a pesar de todo estaba desprovisto de alarma. Era puro pragmatismo - Pero quizás se asustaron por algo que ya no está acá y salieron corriendo por esa puerta que decís. ¿Ves algo raro allá?

Se aseguró que la puerta del refrigerador estuviera trabada, para que no se cerrase, y entró a mirar más cerca, a buscar algún rastro que les permitiera poner nombre a lo sucedido. Porque para Ernesto, cuyos ojos a espaldas de Martín ardían, estaba muy claro.

La puta madre.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tiro Percepción y Registrar para ver si encuentro algo, que nos permita intentar reconstruir qué pudo pasar ahí adentro, con el revoltijo y los signos de pelea, caída y presencia de quizás una tercer persona o un hombre desconocido ahí.

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10/11/2013, 10:46
Martín Rivera

Con la cabeza metida en el despacho Martín escuchaba a Ernesto, él mismo ocupado en encontrar algún cabo que atar, alguna pista de lo que hubiera podido suceder. El muchacho no estaba asustado, sino intrigado.

-¿Asustarse por algo, y salir corriendo...? ¿De algo que ya no está? No sé... ¿Querés decir un intruso? ¿Un ladrón? ¿O una alimaña...?

Notas de juego

Martín inspeccioanrá el despacho y luego el almacén y a puerta posterior. Todo con orden y calma. Para Martín lo raro de la situación no comporta nada más, no como a Ernesto. Nota algo raro en su voz, pero no sabe a qué atenerse.

Como Veni, tiradas necesarias, las que veas.

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19/11/2013, 18:27
Director

Al menos en el comedor la recepción sí parece buena, lo cual ya es un alivio de por sí. Desde acá habéis escuchado a Martí y Ernesto intercambiar algunas palabras que no entendísteisy luego, el silencio durante más de treinta largos segundos. Al menos.

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19/11/2013, 18:29
Director

A solas en la nevera, Ernesto rebusca y no haya signos de lucha en el sentido de sangre o rastros de golpes fuertes. Más pareciera, quizá como dispuesto de esa manera a propósito. Entonces, nota que una esquiana del interior del habitáculo está más oscura. ¿Un insecto? Se acerca un poco a mirar. Un poco más cerca. Se aupa en un estante y ya puede ver lo que hay clavado en esa esquina, en una posición desde la que domina toda la nevera.

La recontraputa.

Es una cámara de video. Una microcámara apuntanda de tal forma que puede registrar a todo el que entra o sale del lugar.

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19/11/2013, 22:26
Director

Nadie en el despacho ni en el almacén, que están tranquilos y sin señal de lucha o problemas. Así, llegas hasta la puerta trasera y la abres, observando el exterior ya oscuro. Nadie. Más raro aún, los coches de ambas están ahí fuera. Pero, espera, ¿qué es eso? En el bosque, a medio kilómetro, aunque es difícil saberlo con esta oscuridad, se ven dos linternas moverse entre los árboles.

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20/11/2013, 01:51
Facundo Caballero

Sorprendido de que su aparato tuviera cobertura, Facu sonrió satisfecho y esperó a que Ernesto volviera para poder informarle. Sin embargo, más allá de un lejano murmullo que supuso sería conversación se impuso el silencio durante segundos y más segundos.

Finalmente la ansiedad lo superó. Acercándose a la puerta de la cocina la abrió sin dudar y parado bajo el marco de la misma, mistras la sostenía abierta, echó un rápido vistazo buscando a su jefe y hablando incluso antes de encontrarlo - Ernesto, parece que ahora SI hay señal... espero que dure -

Notas de juego

30 segundos... demasiado, debería salir corriendo, pero sino no tiene gracia, así que vamos hacia la cocina. Abro y hablo con la puerta abierta, mientras miro, listo para salir por piernas en cuanto haga falta

Por ahora no lo agrego a Ernesto como destinatario, ya lo harás tu, o trascribirás mi "mensaje"

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20/11/2013, 18:39
Martín Rivera

-¡Ernesto! ¡Vení!

La voz llega del fondo del despacho en el que Martín finalmente ha acabado por entrar. No suena asustado, sino profundamente intrigado. Y parece que ha abierto la puerta trasera, y está ahora asomado a la oscuridad de la noche.

-Acá no hay nadie, pero los autos están aparcados fuera, como si ellas no hubiesen salido. Pero, ¡veo luces! ¡Linternas! ¡en el bosque!

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20/11/2013, 19:09
Ernesto Crocce
Sólo para el director

El descubrimiento de la cámara dejó a Ernesto a medio camino entre la calma y el recuerdo.

Pedazos de hijos de puta.

Pero sabía que aquello no, no era la celda de nadie, no era un ojo morboso destinado a visualizar como un gran hermano el cumplimiento de la tortura, era sólo un recaudo para evitar el faltante de mercadería que era muy fácil perder. El pensar que esa grabación podría explicar lo sucedido, que hasta ahora se le antojaba casi escenificado, le hizo suspirar. Sólo tenían que intentar acceder a las cintas o al archivo de esa grabación, aunque estaba la oportunidad de que en realidad fuera sólo una cámara muerta, o con un circuito en vivo que no dejase nada asentado. O tenían que llegar a ese archivo antes que alguien lo manipulase. Lo que no lograba entender, y le escocía, era que aquel lugar parecía una puesta en escena.

Pero, ¿para qué? ¿Será parte de la mierda esta de los fantasmas? Si es así, este tipo es un pelotudo.

La voz de Martín lo sacó de sus pensamientos, pero lo catapultó a un escalofrío. Un pinchazo en el hombro, un desgarro en el pecho, y un miedo añejo, profundo, doloroso de persecución en el alma.

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20/11/2013, 19:17
Ernesto Crocce

¿Qué pasa? - se escucha a Ernesto, primero, y un golpe de metal seguido de un insulto.

Luego, pasos. Definitivamente, está yendo hacia el lugar indicado.

- ¿Linternas? ¿En el bosque? - repite, aún en camino, para cerciorarse. Su tono es amargo, seco. Mierda de pueblos, mierda de campos - ¿Hay alguna posibilidad de que alguien que se haya puesto a caminar por las callecitas de acá haya dado la vuelta y llegado hasta ese lugar? Porque podrían ser Diego y Josep. Te acordás, tenían linternas y se fueron a caminar por la finca.

Lo cual, a juzgar por la cara de Ernesto, ahora no le gustaba un carajo. Su ceño fruncido le daba tanta seriedad a su rostro que no parecía poder contenerla en el cuerpo.

Vamos a ver si tenemos suerte - agregó, sacando el celular y marcando el número de Diego - Mientras tanto, acabo de ver que la heladera tiene una cámara. ¿A dónde va lo que la cámara graba? O dónde creés que podría ir. Porque si vemos ese video, vamos a saber qué pasó. Hasta ahora lo que vi me parece algo... - Ernesto hizo una pausa, con el celular en la oreja. Miró a Martín - ... armado. Y no entiendo una, si me lo permitís, mierda.

Notas de juego

Celular = móvil.

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20/11/2013, 20:29
Martín Rivera

-Er... ¿esos dos...? Podría ser, claro...

Notas de juego

Jacobo, ¿qué sabe Martín de esa cámara?