Partida Rol por web

Escucho el "plan", si es que puede llamarse así, que el tipo que nos atendió al principio esboza. Realmente, no me esperaba esto. Yo pensaba que iba a ser una cosa seria, con todo en regla... Y no una especie de aventura de espias a lo James Bond. ¡En qué hora dije que quería ver mundo!

Cuando ha acabado de decirlo todo, sólo puedo decir—. Bueno, no era lo que esperaba, pero supongo que me da lo mismo. No estaba aquí para hacer "publis", pero si es lo que se supone que tenemos que hacer... Haré como cuando tenía veintipocos y las hacía...

Dicho todo esto, sólo me queda añadir—. Y... ¿Cuándo nos ponemos en marcha? Porque me gustaría dar una vuelta por la ciudad. Si vamos a ir a un sitio perdido de la mano de Dios, me gustaría ir preparado.

Josep no habia abierto la boca, y mejor asi, no tenia nada bueno que decir.

No habia contestado a sus interlocutores, no habia respondido a las manos calurosas que lo saludaban y parecía sumido en un extraño mutismo.

Paparruchas.

Le enervaba que la gente se comportara como idiotas. Habia mucho que ver dentras del fino velo de la realidad, y todos hacían mas caso de el mundanal ruido de la vida moderna, dejando atrás todo lo que importaba.

Los muertos nos hablaban. A el casi a diario. Solo habia que saber escuchar.

Si en ese lugar no hay realmente algo digno de estudiarse, ni siquiera merece la pena mancharse las pantuflas.

Miro a Kike, el despampanante torero de circo que habían traido de vete tu a saber que bar de chueca¹.

Pero si vamos a ir, mejor ir ya mismo. No hemos venido a hacer turismo. Hay cosas mas importantes en este mundo. Mico petit.

Tras esto, se recostó sobre el respaldo de la silla, y volvió a su anterior mutismo, como si de nuevo no estuviera su cuerpo y su mente en el mismo lugar.

- Eh... Entiendo que no lo conozcan, pero Bariloche no es exactamente "un sitio perdido de la mano de Dios". Es una ciudad importante... No van a encontrar tanto movimiento como aquí, en la Capital, pero si mucho... despues de todo es el destino habitual de los egresados secundarios. Si algo sobra es ruido, jeje y gente de veintipocos -

- Eh... claro quizás no lo tienen tan claro. No es aquí nomas, son casi 2000 Km de distancia. En avión son solo unas horas, pero antes... Supongo que debemos prepararnos... equipo y esas cosas - continuó hablando - y quizás ir preparando nuestra cobertura - añadió mirando a Alicia

Me dejo abrazar aunque visiblemente incomoda por el cambio,intentando sonreir aunque sin lograrlo apenas.
Si tengo que hacerme pasar por actriz, no le garantizo el resultado señor Pasini, pero por supuesto que lo intentaré,por otro lado...mientras estemos aquí sigo haciendo mi trabajo,si para esta nueva situación se necesita algo especial comuniquenmelo al acabar esta reunión y me encargare de
conseguirselo si es posible.
Y señor Caballero , si fuese tan amable de darme directrices para el papel que tengo que interpretar se lo agradeceria- le digo sin ningun rastro de coqueteria en la voz.
Inmediatamente despues cojo el ordenador me lo pongo sobre las piernas y miro el comportamiento de las actrices al comienzo de su carrera...por lo pronto tengo que comprarme ropa que por supuesto saldra de producción, mi ropa es demasiado seria y formal para este trabajo.
Nada mas ponerme con ello me doy cuenta de que a lo mejor la reunión no a acabado y esto es una falta de educación, por lo que un poco avergonzada aparto el ordenador y espero .

Diego para la oreja y presta atención cuando escucha la parte de cámaras ocultas, nunca había trabajado con ellas, solo conocía la teoría de tras ellas. Luego de que Dario seguía hablando de otros temas poco a poco empezó a distraerse con otra cosa en su mente mientras dejaba que su subconsciente escuche y analice lo que sigue diciendo Dario.

Ve como Facundo cruza el brazo sobre Alicia y sonríe

-A ver

Mirando la hora en su celular/móvil.

-Sip, ya empezó la hora de la boludes

Luego de escuchar a Josep, se frota la barbilla pensante

-Sos bastante mala onda, pero practico... me caes bien

Luego de eso sonríe amistosamente como un niño

—¿Y quién habló de turismo? —digo indignado mirando a Josep. ¡Cosas bastantes más interesantes puedo hacer que ir de turismo!— Yo he hablado de estar preparados. Si esta gente tiene que hacer de actores, habrá que hacer de ellos tal cosa. Y para eso, necesitan ir vestidos como actores, andar como actores, parecer actores... ¡Y para eso hay que visitar la capital, y no otro sitio!

—¿Y por qué me molesto en discutir con este... Este ser? —pienso mientras me vuelvo a recostar en mi sillón— Si dudo mucho que sea una persona... Como para entender lo que dice alguien con tanta clase como yo...

—Al menos parece que el Señor Caballero sabe de lo que hablo. Menos mal que parece que sí que hay gente competente en este equipo... —musito mientras sigo recostado tras las palabras de Facundo.

Como plan estaba bien, en realidad. Ernesto no tenía nada que decir y por eso, mientras Darío desenrollaba palabras como quien deja caer una persiana americana, se mantuvo en silencio y en su lugar observando ocasionalmente a los demás. Después, siguió en silencio, porque realmente no sabía con qué quedarse. Si con la elocuente chupada de medias de Facundo, el divismo de Kike, o con el ladrido de Josep. Frente a este, particularmente, tenía una sensación dual. Sos más centrado pero te falta mucho para llenar los zapatos de Frantisek, gallego, así que mejor que bajes los humos. No quiero terminar sacándote hecho un cubito del Nahuel Huapi.

Le dio una punzada al hombro, y Ernesto frunció las cejas. La puta madre, a Frantisek lo tuve que sacar de una pileta.

Miró a la mujer, que había mostrado una descollante diligencia, y le sonrió con simpatía, como si quisiera decirle que todo estaba bien.

- Diego - dijo Ernesto, mirando al aludido - Hacenos un favor y reservá tu inteligencia para señalar cosas que nos vayan a servir para este trabajo. Por ejemplo, se me ocurre, pensá el mejor lugar para ponerles a Facundo y a Alicia unos micrófonos ocultos. Ah - agregó, antes que el camarófrago pudiera decir algo, como si quisiera prevenir determinada respuesta - Nos lo contás después, ahora mejor ajustamos los detalles.

Dirigió su atención a Alicia, luego a Kike, y a Facundo, antes de volver a la mujer.

- Señorita Montañés, no creo que necesite directrices. Si en la promoción se ve que el hotel dejó satisfecha a una mujer que exige perfección y que sabe lo que quiere, va a andar perfecto. Y dudo que le vaya a ser difícil mostrar eso a la cámara - dijo el productor, con el tono de quien no halaga, sino asevera una realidad favorable - El señor Gómez, eh, Kike se va a encargar como bien dijo de hacerte ver y parecer como una mujer del target de este hotel. ¿Cree que un día de recorrida por Capital o máximo dos le alcanzaría? - preguntó Ernesto, mirando al vestuarista - Es un lapso prudencial para que el señor Gallofré no se vuelva loco perdiendo su tiempo en trivialidades.

Miró a Diego, después a Camestres, y finalmente a Darío.

- Porque me imagino que todo el equipo técnico que describiste para que maneje y use Diego ya lo tienen preparado y listo para viajar, ¿no?

Miro al tal Ernesto, para contestarle—. Dos días estaría bien, aunque supongo que sobrará tiempo... —Mientras digo esto, hago una pausa para mirar de arriba a abajo a los "afortunados", y enumerar mentalmente qué hacer con ellos.

Tras la pausa, añado—. Sí, supongo que si partiésemos a la noche, dentro de un par de días, podría hacerlos pasar por actores, gente de la jet set o cualquier otra cosa que hiciese falta. Sí, no creo que pueda necesitar más de eso... ¡Aunque otros para lo mismo puede que necesitasen años!

Dicho esto, vuelvo a recostarme en mi asiento. Todavía estoy a tiempo de que me sorprendan con alguna que otra barbaridad.

-Muy bien, veo que se van entendiendo. ¿Supongo que puedo dejarles hacer ya a partir de este punto? ¿Sabrán organizarse? Seguro que sí. Les dejé las maletas en la sala de reunines pequeña. Ténganme informado.-

Pasini se pone en pie y tras saludar de nuevo, sólo espera a escuchar si hay más dudas antes de marcharse...

- Bien... entonces tenemos un plan! - asevera Facundo antes de que Pasini salga del cuarto - Y no te preocupés... - le comenta a Alicia bajando el tono - es como dice Ernesto. Solo hay que demostrarle a la cámara que uno sabe lo que quiere -

Sin embargo sus prioridades están clares y, antes que con la asistente, a Facu le interesa quedar bien con quien realmente tiene las riendas del grupo - Ernesto. Quizás pueda ayudar a nuestros visitantes a ubicarse en la Capital. Quizás acompañarlos al hotel para que dejen sus bártulos y llevarlos a donde necesiten. Supongo que necesitaremos algo de ropa y conozco un par de lugares que ofrecen material de calidad -

Bajando el tono de voz, pero no lo suficiente acota - Y prefiero asegurarme que lo que me tenga que poner tenga un mínimo de estilo. Tengo una imagen que mantener -

El viejo no tenía muchas más ganas de hablar, así que se puso en pie y se acerco a la puerta, esperando a que alguno de aquellos jóvenes descerebrados le abrieran la puerta.

No le interesaba hacer amigos, al menos no de este mundo. Había pasado por alto los saludos, las miradas, y los comentarios que iban dirigidos a él.

Solo le interesaba ver el otro lado, y para eso aun tenía que aguantar muchas tonterías y otro largo viaje. Pero si era por descubrir la verdad que estaba ahí fuera, en ese caso merecía la pena.

Mientras esperaba a que los demás decidieran ponerse en marcha, se aliso la ropa, y se entremetió bien la camisa por dentro del pantalón. Odiaba sentir que la ropa se le salía por fuera.

- Andá, Darío. Andá tranquilo - se limitó a decir Ernesto, con un gesto indescifrable.

Dios, andate de una vez.

El productor esperó a ver a Pasini marcharse, mientras prestaba atención a Facundo y a lo que el locutor estaba diciendo. Era sensato, pero Ernesto no era ningún tarado, y sabía perfectamente por dónde iban los tiros. Sin embargo, antes de que pudiera responder, observó al paranormal del grupo ponerse de pie y hacer algo, a su mirada, extraordinariamente ridículo: pararse al lado de la puerta como si no supiera abrirla, y acto seguido, empezar a meterse la camisa en el pantalón. Se lo quedó mirando largamente, preguntándose si el catalán ese no sería una mezcla de Frantisek y Camestres. El solo pensamiento le sobrecargó los nervios.

- Todos nosotros, menos Diego y Camestres, podemos ocuparnos de ver que los recién llegados se acomoden. Así descansa el que quiere - o hace fuera a saber uno qué, en el caso de Josep - y sale a buscar cosas el que no. Diego, Camestres - dijo, mirando a los aludidos - Pasini no nos dijo nada sobre la disponibilidad de los equipos. Quiero que averigüen sobre ella y vos, Diego, que revises todo, pruebes lo que quieras y pidas lo que te haga falta. ¿De acuerdo?

Lo único que faltaba era estar en el culo del mundo y que faltase la batería de una cámara.

- Nosotros podemos ponernos en marcha - dijo, observando al resto - Vamos al hotel, vemos que esté todo en orden, y de ahí ustedes  - Ernesto se dirigía a Facundo, Kike y Alicia - salen a comprar lo que les parezca. La señorita Montañés, si mal no nos informaron, es la que ahora maneja el presupuesto. Estoy seguro que sabrá hacerlo rendir - finalizó, mirando a la mujer. El mensaje era claro. Si ella iba a llevar la billetera, Ernesto esperaba que supiera limitar los gastos.

El productor miró al paranormal todavía al lado de la puerta, parado como una estaca. Se adelantó y la abrió, para darle paso.

Dios, espero que no sea un boludo.

- Entonces, vamos, en marcha. Pedimos una camioneta de la productora o un par de taxis.

Encajo con una sonrisa de agradecimiento las palabras del señor Croccey.
Espero a mis compañeros en esta campaña de compras ,no gastaré mas que lo indispensable , ya que aunque los trajes para el anuncio tienen que ser de lo mejor, estoy segura de que habra tiendas especializadas en factory o de segunda mano que nos hagan el apaño.
Por otra parte una actriz en ciernes no necesita ropa de las mejores marcas, solo estar a la moda.

Juntos, salís al pasillo y a la sala indicada por Darío donde encontráis las maletas de los visitantes españoles. Allí mismo acordáis daros un día entero ambos grupos para encargaros de revisar el material los unos y acercaros al hotel y buscar guardarropa los otros. Mañana por la mañana os veréis todos de nuevo para desayunar en la cafetería del Hotel Gran Boulevard, no muy alejado de las oficinas de Contacto y seguir con los planes, más descansados los viajeros y con material para planificarse mejor.

El grupo que irá de compras sale a la calle y un sol benéfico pero turbio de polución os recibe y os muestra a todos pero en especial a los españoles, la gloria urbanita y especial de Buenos Aires, no tan distinta a un Barcelona o Madrid como pudiera uno esperarse, pero llena de pequeñas diferencias que lo marcan todo.