Partida Rol por web

A las once de la mañana del dieciséis de Septiembre dos coches abandonan la afueras de Nueva York rumbo al norte. 

Reno conduce un Chevrolet Malibú. Junto a él Esguince le va guiando, pidiéndole que tenga cuidado de no parar nunca el motor para que aguante el puente que ha hecho al coche robado. 
En el asiento de atrás va Jacob y a su lado, medio tumbado y algo febril por la pérdida de sangre va el ángel Nelkhael

Detrás, en un Nissan, van Luther y Sigrid de copiloto y en el asiento de atrás Eva, Kwanda y Diamond en medio. Han programado la dirección en el móvil que les dio Esguince y se dirigen siguiendo al coche, tras haberse todos intercambiado los móviles

Eso sí, cada coche irá aparte. Lo que pase en cada uno sólo está abierto para los integrantes de ese coche. Ya os pondréis al día. ;)

Los coches continúan por la autopista durante hora y media sin que haya ninguna dificultad añadida salvo la propia habilidad de los conductores. Incluso lastimados y distraídos no deberían tener problema alguno en llegar a la primera salida. 

Así es y finalmente el coche de Reno, indicado por Esguince hace señas a Luther para que hagan una parada. Significará luego tener que volver a hacer el puente en los coches y correr el riesgo de ser vistos con más gente, pero cuando ven donde paran todos se animan. 

Es un centro comercial justo en la entrada sur del Parque Nacional de Adirondack

Esguince sale del coche, aunque le sigue costando caminar. Da su tarjeta de crédito a Luther, pero este rehusa cogerla y enseña la suya propia. Sin ganas de discutir se lo tiende a Sigrid. 

- Escuchad. Entrad en la tienda de ropa, tienen todo lo que se puede necesitar para estar en la montaña. Aunque sea verano, allí necesitaréis al menos una chaqueta o un anorak fino. Comprad una muda cómoda, algunos no tenéis ropa siquiera en estos momentos. A Nelkhael compradle ropa ancha, tal vez una sudadera donde meter sus alas si también traéis algunos tirantes elásticos para doblegarlas. Y luego comprar otra muda para la montaña. No escatiméis en gastos pero recordad que no estamos de compras. En una hora os quiero a todos en la zona del restaurante. Dejad antes las compras en los coches y Nel y yo os acompañaremos entonces, ya con las ropas adecuadas. Nos pegaremos un buen almuerzo todos. 
Si alguien pregunta, sois un grupo de estudiantes que venís unos días al parque. A nadie le extrañará en estas fechas. 
 

Y justo cuando todos se agrupan para salir dice

- Y recordad, ojos bien abiertos, el peligro no ha pasado. Y temo que ya no lo vaya a hacer nunca mientras viváis. 

Tras escuchar las respuestas de Eva permanezco callado, pensando. Todo esto es demasiado nuevo como para aceptarlo sin más, a pesar de haberlo vivido. Todo aún es demasiado reciente, como despertarse después de una pesadilla particularmente horrenda, que siempre persiste la sensación.

Bajo del coche y me dirijo a la tienda, esperando a Diamond -No te separes de mí, ¿vale?, luego buscaremos algún lugar para comprar comida, porque lo cierto es que tengo tanta hambre que estoy empezando a ver a Brandon 2 con otros ojos- sonrío a la niña, para darle a entender que es una broma. Espero a que los demás se pongan en marcha y echo a caminar con ellos.

-Entonces....¿Eva?, si, Los Correctores fueron esos soldados que nos atacaron, ¿no?, pues a mi parecer esa panda de hijos de puta también son malos, atacaron sin piedad y a matar, incluso con Diamond delante

Frunzo el entrecejo, medio pensativo medio enfadado. Entro en la tienda de ropa y curioseo un poco, buscando ropa práctica en principio, luego elegante.

Me ha hecho gracia que vengamos aquí. Incluso en este lugar de maravillosa naturaleza, incluso huyendo para salvar el pellejo, hay tiempo y lugar para un centro comercial, para seguir alimentando el sueño americano. Hay que joderse con este país, pienso al principio. En la tienda no me entretengo mucho: cojo lo que nos ha dicho Esguince, además de unas botas, unas zapatillas cómodas y tres pares de calcetines (sigo descalzo desde que el timbre me sacó de la ducha).

Sin embargo, la última frase de Esguince le quita la gracia a todo: esto ya lo he vivido en Sierra Leona, sentir a cada momento el miedo de que pudiera ser el último. Yo no vine a Estados Unidos para esto, para continuar con la persecución y la muerte. Bueno, al menos aquí no piensan que esté maldito... y, ¡ey, tengo poderes!. No, no pienso resignarme al miedo.

- Oid -digo a todos-, necesito echarme agua, así que voy al baño. Si alguien más quiere ir sería genial, sobretodo si ese alguien ya no lleva Silenciador. Si no, nos vemos en el coche.

Por el camino al baño voy extremadamente atento por si veo algo raro.

- Si, claro, Luther, dos grupos de malos y dos de buenos. Nunca me referi a Los Correctores como la panda de "Sensacion de vivir"-. Joder, alguno se ha debido de quedar atontado con tanta explosion y tanto malo...

La verdad es que irme de compras me parece lo menos adecuado y lo mas absurdo que hacer en una situacion asi. Tengo demasiadas cosas en la cabeza como para irme a probar modelitos de montana. Dudo si seguir detras del ricachon aleman o de la rubia con la tarjeta de credito pero, la verdad, es que me apertece estar sola un rato y ordenar mis ideas. 

Entro en la tienda y me pongo a merodear entre la seccion de anoraks y cazadoras...

MODO AUTOMÁTICO

La chica nueva no me gusta y mira a Brandon 2 como si fuera el culpable de todas sus gorduras. Trato de mantenerme cerca de Sigrid y comprarme alguna cosa chula, como un gorro con orejeras de piel, botas de agua, una chaqueta para Brandon 2 y otras muchas cosas imprescindibles, pero como en seguida me aburro dejo a Sigrid comprándome todo eso y pagando y me voy a los baños a ver por dónde se echa el agua el Kwanda. 

MODO AUTOMÁTICO

Sigrid trata de complacer todas las peticiones, comprar ropa, poner de su parte... Hay heridos y tiene que estar animada aunque le parece surrealista que esté a punto de irse de excursión con una panda de desconocidos. Compro también las cosas para Nelkhael. E incluso trato de comprar algo para Esguince. También un par de bolsas de viaje para meter todo. Voy detrás de mis compañeros preguntando si ya tienen sus cosas, ordenando todo para la fila de pagar, etc...

Nelkhael y Esguince se vistieron dentro del coche cuando, casi una hora y media después, los chicos aparecieron con las compras, en aquel mall al pie de las montañas, a la entrada del Parque Nacional de los Adirondack. 

El ángel, (o malakita, cómo le llamaron) seguía herido pero su resistencia parece sobrehumana. Nadie se esperaría que alguien después de un tiro en la espalda pudiera caminar erguido, enfundado en una sudadera con capucha. 

Kwanda apareció duchado tras utilizar un servicio de duchas por dólares. No la disfrutó demasiado pensando en aquello de que iban a estar en peligro siempre... tampoco hacía tanto que había puesto su delicada piel en remojo... A veces llegaba a obsesionarse. Pero allí, en aquellos baños, por primera vez había visto la extraña enfermedad de su piel de una manera diferente. ¿Sería su cuerpo escamado y agrietado una consecuencia de su poder? ¿Cuánto tendría que compensarle entonces su don para que aquellos años hubiesen merecido la pena? También se palpó el hombro. Sería aprensión, pero ahora sí que notaba algo... Además, era de las pocas zonas de su tronco que no tenía escamas. ¿tendría algo que ver? 

Cuando salió, Diamond estaba allí. Se tapó aún más con la toalla reciclable, como si la niña tuviera rayos X. O a lo mejor era su perro quien los tenía. Ella sólo sonrió y si sintió miedo o asco por su cuerpo escamado, lo disimuló muy bien. 

Sigrid se mantuvo cerca de Jacob comprando. El chico parecía hacerse un lío cuando tenía que manejar varia información a la vez. Luther y Reno iban más por libre y apenas intercambiaban palabras. Luther parecía querer distinguirse con ropa de marca y cara, con el pretexto de que él la pagaba. Al final parecía un modelo de la colección "otoño en la montaña". Reno optó por una chaqueta y camisas gordas. Y se ofreció a cargar las dos bolsas de viaje llenas de ropa nueva. 

Eva también pululaba por allí. A ratos se la veía tensa y distraída, otras trataba de congeniar un poco con los demás y sacaba su lado más alegre y frívolo. Al final compró un par de cosas también, aunque Sigrid juraría que había estado tentada de mangarlas en algún momento. 

Tras cambiarse, dejar las cosas en el coche y todos juntos almorzar allí, los ánimos volvieron al grupo y hasta intercambiaron alguna broma. 

Después, volvieron a los coches. Diamond quería ir en el otro coche y casi sin preguntar se instaló al lado de Jacob, quien hizo una tentativa de irse él al otro coche abortada por los ruegos de la niña y los ladridos de su perro. 

Sigrid, en el otro coche, pidió a Luther que pusiera algo de música. Eran las dos de la tarde cuando los dos coches llegaron a la entrada del Parque. Allí unos guardias les pidieron información. Esguince les había avisado por móvil que estuvieran tranquilos y no tendrían problema alguno. Así fue. 

La comitiva entró en en Parque. Esguince avisó a Reno "Aún queda una hora y media hasta llegar a nuestra meta. Ya no vamos por autopista y vamos a la zona más alejada del Parque, a la zona protegida. Voy a dormir un poco... Si alguien pregunta enséñale mi tarjeta y nos dejarán pasar"

Diamond cogió la mano de Jacob cuando cruzaron cerca del lago. Jamás había visto colores tan bonitos en los árboles. Parecía un bosque de fuego. 
Hasta Reno tuvo que hacer un comentario positivo sobre la belleza del lugar. Eva hizo fotos con su móvil y Kwanda sintió la necesidad de sacar medio cuerpo fuera del auto al pasar e inspirar profundamente el aire puro de aquellas montañas ancestrales. 

Los coches siguen atravesando durante más de una hora bellos pasajes. Hasta que la tranquilidad y la belleza del lugar dejan de ser un motivo de alegría para convertirse en un contraste más con el infierno que acaban de pasar. Las carreteras cada vez se hacen más secundarias y ya no veis tantos vehículos, aunque sí muchos excursionistas disfrutando del bello día. Al ascender por la montaña os dais cuenta que está prohibido el paso allí donde os va señalando el GPS pero parece que nadie os para. El permiso en el parabrisas parece ser importante. La última vista antes de dejar la carretera os propicia una imagen del bello lago en el pico Algonquin. 

Los tumbos en el camino de tierra hacen quejarse de dolor a Nelkhael y despiertan a Esguince. Luther, que no es tan diestro conductor como Reno, mete un par de veces la rueda en las zanjas, y en una ocasión Kwanda y Sigrid tiene que bajarse para empujar. 

Finalmente, en un paraje hermoso y recóndito, donde se escucha el sonido de una cascada llegáis a vuestro destino. 
Es una cabaña bastante primitiva, de las que usaron hace un par de siglos los antiguos moradores de esta tierra, los Mohawk y los colonizadores. Pero, al parecer, esta aún no la han abandonado los indios

Queréis pensar que el sonido de los coches irrumpiendo en la quietud del lugar fue quien hizo a aquel anciano indio acercarse. Pero Jacob ya lo vio allí, erguido, con un rifle apoyado en una vieja furgoneta, nada más divisar el lugar. 

Os estaba esperando

El anciano no se mueve cuando empezáis a salir de los coches. Cuando Esguince camina hacia él tampoco dice nada, pero luego se funde en un abrazo con él. 

- Supe que llegabas hace una hora, Esguince. También que estás herido y necesitas descansar. Lo que no me dijo el viento es que vinieras tan acompañado y con un plumífero. 

- Son... la tercera generación... amigo. Necesitamos curarnos aquí y refugiarnos un par de días hasta que pueda hablar con el Consejo. 

- Así se hará-  Y emitiendo un silbido hace salir a un chico de unos quince años de dentro de la casa- ¿recuerdas a mi nieto Jim? Él me ayudará con el alojamiento

Esguince y Jim pasan al interior de la cabaña. El indio os mira serio, escudriñando con la mirada a aquella comitiva. 

- Soy Castor de Aire. Esta es mi casa. Es segura. Pasad

El interior corrobora la sencillez primitiva de la cabaña. Sólo dos estancias y un cobertizo anexo. La más grande tiene una chimenea apagada y algún utensilio de cocina. Hay un olor extraño, a tierra mojada y a alguna especia exótica. 

- Aquí dormiréis todos. Hay mantas en aquella alacena. 

La otra estancia tiene una cama grande, donde el indio ha tumbado a Esguince. También, hay un pequeño aseo, fruto de alguna remodelación hace ochenta años por el aspecto del váter. 

- El malakita... también está muy herido... Sólo tú puedes curar a un ángel, viejo.

El indio escupe en el suelo arcilloso y mirando a Nelkhael dice

- Tú también dormirás aquí. Así, tumbado del otro lado. Jim y yo lo haremos en el porche, por si acaso hay que hacer guardia. Pero ahora será mejor que Jim vaya a comprar comida para la cena y yo empiece a prepararme para el ritual de curación. El resto podéis descansar. No os alejéis mucho de la cabaña. 

Cuando cierra la habitación, Jacob, Reno, Luther, Sigrid, Diamond, Eva y Kwanda se miran incrédulos durante un minuto de silencio incómodo. ¿Qué están haciendo allí? 

Se largan, no me lo puedo creer. Bueno, al menos hay techo y nos han dejado mantas. Pero yo sigo obsesionado con una cosa: silenciador, silenciador, silenciador. Lo único que quiero es quitarmelo, y luego ya que se haga lo que sea.

- Chicos, y chicas. ¿Cómo os quitasteis los Silenciadores en aquel sótano? ¿Me lo podéis quitar ahora?

MODO AUTOMÁTICO

- Es cierto, Kwanda. Parece que nos hemos olvidado lo úrgente que era quitarnos esas cosas. Aunque, os digo por experiencia propia, que el resultado es cuanto menos escalofriante- dijo frotándose la venda de su hombro.

Después llamo a la puerta que me acaban de cerrar

- Disculpe señor Castor, no sé si cuando hiciera el ritual podría también sacar unos dispositivos de los hombros de algunos de nosotros

El indio entornó la mirada y volvió a cerrar la puerta en las narices de Sigrid. Unos minutos después volvió a abrirla, en su mano tenía un machete que daba todo menos tranquilidad y unas gasas con un cubo de agua.

- Vuestro protector está de acuerdo. Pero lo haremos ahora. Precisamente los engendros esos que tenéis anularían quitaroslo con magia. Hay que hacerlo al metodo mohawk.

Encendiendo la chimenea, arrimando el cubo al fuego y sin siquiera miraros os dice

- ¿Quién se pone el primero?

Durante la segunda parte del viaje hago que se apoye en mi para que duerma. Llegamos a la reserva y me encuentro bastante confuso, pido a mi padrino que me informe cuando pueda.

Finalmente nos mandan a una sola habitación a 7 personas..... esto parece una comuna de inmigrantes mejicanos en la frontera con Estados Unidos...... Kwanda Reno nos los quito en una operación en ese sótano mientras intentaban matarnos.....

Entro en la cabaña cansado de conducir y con los hombros cargados, nunca más lejos el confort no es precisamente el punto fuerte del sitio en el que estamos:

- Joder, no esperaba un mirador, pero esto... 

Luego escucho la conversación de Kwanda y los demás, al oír la respuesta del indio digo:

- Lo que dice Jacob es cierto, gracias a mí ahora no tienen esas cosas, y si me permites me gustaría pasar a mi primero para que me quiten lo que sea que tenga ya que lo intenté por mis propios métodos y no dio resultado, como puedes ver la herida es ostentosa y me gustaría recuperar el hombro cuánto antes mejor.