Partida Rol por web

Intento curar a Alain pero nunca fui muy versado en hacerlo, las heridas que antes había tratado con su ayuda se había vuelto a abrir y a pesar de que yo nunca lo había atacado con el filo, se que mis golpes contundentes ayudaron a eso.

Sintiendo como su vida se me escapa de las manos no puedo hacer más que lamentar mi accionar y quedarme con la cabeza baja conteniendo las lágrimas, para luego lanzar un grito furioso de dolor e impotencia ante la perdida de lo más cercano a un amigo que alguna vez tuve.

Alain expira su último aliento pese a los esfuerzos de Ed por intentar salvarle la vida. Lysana, Mediacara y sus hombres se van del lugar tan rápido como les permiten sus piernas y finalmente, Ed se queda solo junto al inconsciente, pero fuera de peligro, Hollan. Los cuerpos de los orcos, los bandidos, Loto y Alain yacen en el suelo inmóviles. El silencio se hace en la sala de torturas, tan solo roto por la respiración de los que aún quedan vivos. 

Al notar que no tenía forma de llevarme el cuerpo de Alain en las condiciones en las que yo estaba decidí comenzar a volver por donde había venido.

El sacerdote orco también había perdido a dos de sus mejores guerreros y todo había sido en vano, pero tal vez pudiera curarme para poder darle una digna sepultura a todos, o quizás quisiera tomar mi vida como retribución, me daba igual.

Apoyando la espada en el suelo comencé a moverme hacía la escalera volviendo sobre mis pasos.

Ed se encuentra con el chamán antes de llegar a abandonar la sala. El orco camina y respira con dificultad, apoyándose en un bastón decorado con pequeños huesos de animales. La pena lo invade por completo al contemplar a sus camaradas muertos. También se fija en los bandidos, en Alain, en Loto... el orco suspira, desanimado y agotado, y se deja caer sobre sus rodillas  - Mediacara también perdonar tu vida, humano? - pregunta el orco a Ed - Deuda de sangre solo traer más sangre. Nosotros derrotados. Honor manchado. Espíritu quebrado...

Me dejo caer cuándo veo al chamán orco ser el que se acercara al grupo o lo que quedaba del mismo.

-Ya no soy el mismo y ahora entiendo que un vínculo nos une- dije al anciano - Mediacara nos ha marcado como le hicieron a él pero en algo mucho más interno, en el alma y en el honor, no tengo fuerzas para detenerle, ni siquiera para vengarme, ni medios ni poder para llegar hasta él, no soy nada ahora y ni siquiera fui capaz de salvar la vida de quienes se me encomendaron proteger...el hechicero aún esta vivo- dije mirando hacía Hollan - pero fue por su propia suerte, no porque pude hacer algo-

El chamán asiente a las palabras de Ed, mirando al paladín con cierto respeto. Pese a que se le ve cansado, le quedan fuerzas suficiente para ejercer su magia curativa una última vez y sanar las heridas más graves de Hollan para que éste pueda recuperar la conciencia y salir de aquél lugar por su propio pie.

- Mi camino ahora incierto - os dice el chamán cuando Hollan ya ha despertado - Mi clan aplastado. Yo comunicar con espíritus de tierra para encontrar camino nuevo. 

Me quedé pensativo sin decir nada, viendo como el chamán curaba a Hollan, al menos el chico viviría un día más.

-Se que has hecho mucho y sufrido aún más sabio chamán, pero acaso esos espíritus pueden comunicarse con cualquiera?- pregunté mirándolo, quizás aún hubiera una esperanza para mi.

Me siento debilitado... mis fuerzas apenas me permiten mantenerme en pie, no obstante, la mención de Ed acerca de preguntar a los espíritus me da una idea.

- Sólo es necesario saber comunicarse para poder hablar con un espíritu, Ed. Aunque los de la tierra no son los únicos que podemos encontrar aqui... - digo al tiempo que dirijo mi mirada hacia los cadáveres de los bandidos abatidos...

- Espíritus de tierra comunican de continuo con nosotros - responde el chamán con voz cansada y frágil - Solo hace falta saber escuchar, joven humano.

El orco parece escuchar la voz de insinuación de Hollan y suspira, negando con la cabeza. Sin añadir nada más el orco finalmente abandona aquél lugar a paso lento, cansado, apoyándose en su bastón de huesos...

Noto como el orco comienza a alejarse y dejo que se vaya, sentándome en una roca buscando descansar.

Alain se merecía un buen entierro pero no tenía fuerzas para cargarlo y sacarlo de allí, primero debería de curarme.

-No se cual era tu misión hechicero, pero que harás ahora?-

La luz del sol os resulta molesta cuando por fin salís de las mazmorras de aquél bastión en ruinas. Vuestras heridas, aunque son severas, os permiten regresar hasta el pueblo más cercano, Villa Fluvial, donde os estaba esperando Lilly. Tras darle las duras noticias de la muerte de Loto y de no haber podido encontrar a su amigo, la mujer felina os da las gracias por haberle comunicado el destino de su amado bardo. 

Tras varios días de reposo y con la ayuda de los remedios naturales de Lilly vuestras heridas por fin cicatrizaron y os permitieron salir de aquella pequeña y apartada villa.
Ed regresaría a casa, a la ciudad de Figaro, donde su padre adoptivo Lucius "Mano de Hierro" aguardaría su llegada como un rayo de luz y esperanza en medio de una noche oscura puesto que hasta sus oídos habían llegado malas noticias. Lucius se había enterado de que el carro que su hijo escoltaba había sido asaltado y tan solo se encontró el cuerpo sin vida del hermano Jullian Corv...
Por su parte, Hollan acompañaría a Ed hasta Figaro, una ciudad lo suficientemente grande como para pasar desapercibido y lo suficientemente alejada de Barataria como para que los Buscadores tuvieran difícil dar con el joven hechicero, mientras decidía cual sería su siguiente movimiento. Tarde o temprano alguien en la escuela de magia echaría en falta el libro que Hollan atesoraba y repararían en la ausencia extremadamente larga del joven aprendiz, por lo que no tardarían mucho en atar cabos...