Partida Rol por web

El pulso atrajo la atención de toda la mesa, pues la fuerza desplegada en aquel pulso era considerable. Aunque al principio muchos apostaban por Ulf de Fuerte Terror, el aguante del cazador de Bosquespeso logra equilibrar bastante las apuestas. No se ve un ganador claro, pues ambos han estado próximos a la derrota y al triunfo en aquel juego...sólo queda confiar en la suerte, o la fuerza de sus músculos.

Editalo si acaso para que cuadre, u omite esa parte.

Karlon cogió aire una última vez y con toda el alma apretó, su brazo rígido estaba hinchado, no podía dejar pasar la ocasión, aunque temeroso sabía que si fallaba ahora no le quedarían fuerzas para ganar a aquella rata de Fuerte Terror.

Fue girando poco a poco la muñeca y contó para todos...uno, dos....tres... y tumbó el brazo de Ulf, el cual se estrelló con fuerza contra la mesa.

Todos aplaudieron sorprendidos de la victoria del cazador, pero este, en vez de alegrarse se mantuvo impasible ofreciéndole la mano a su contricante.

- Per..don..a mis pal..a.bras, mis..resp..etos a los Bol..ton y a sus hom...bres -dijo con dificultad- eres...jo..ven to..davía, a..pren..de a res..pe..tar a los más...ma..yores y a los que vi..ven en es..te cas..tillo- tomó aire mientras esperaba su reacción, había intentando ser conciliador, al fin y al cabo estaban en una fiesta.

Tomó el dinero que había ganado con las apuestas sonriente.

El maestro de caza alzó el cuerno repleto de cerveza y propuso varios brindis por el Norte y la casa Stark. Miró a su señor Harald, esperando que este tal vez, no se hubiera tomado aquella competición como una afrenta.

Aún a pesar de las felicitaciones, Karlon se encontraba algo mareado, aquel salón con el ambiente tan cargado unido a varias cervezas le invitaron a tomar algo de aire fresco.

Después de algunas palabras se levantó y se marchó del gran salón hacía el exterior, todavía quedaban un par de horas de banquete y no quería quedarse dormido o algo peor.

En el patio, me encargo de ver a mis hombres y ver si están bien provistos y preparados. Además de ello, aprovecho para dar un vistazo a los demás hombres y darme de una idea de como se encuentran y cuál es su preparación. Necesito mover el cuerpo y despejar la mente. El aire de un salón de banquetes, a veces es demasiado pesado para alguien como yo.

Durante la inspección nocturna poco puedes apreciar al margen de lo habitual, al menos en las cercanías a la fortaleza. Desde allí puedes observar a los hombres junto a las hogueras y las tiendas de campaña realizando labores propias de la campaña, como remendar calzado y vestimentas estropeadas por la marcha o vigilando austeros guisos realizados con las pocas viandas que les entregan los encargados del suministro. Nada fuera de lo habitual.

En el cielo reina la oscuridad, pues una densa capa de nubes tapa la bóveda celeste por completo. No cuesta imaginar que se avecina mal tiempo, quizá lluvia o si los Antiguos lo disponen una nevada. 

De su observancia puede sacar a Arlan la llegada apresurada de un jinete al galope, con ropajes que le identifican como poseedor de cierto rango. Intercambia rápidas y graves palabras con el centinela de la puerta y, tras desmontar, entra a toda prisa en el salón...

Finalmente, el corpulento hombre de Fuerte Terror cae ante el recio brazo del cazador. Al desfallecer su brazo, este hunde la cabeza en la mesa, derrotado en fuerza por el empuje de su rival y en ánimo por los vítores que se alzan a favor del ganador. Finalmente, accede a la mano que le tiende Karlon, pues ha ganado limpiamente. Parece que a los suyos les toca rascarse el bolsillo y entregar el dinero de sus apuestas al caballero sureño.

— Has ganado esta vez, pero tenemos toda una guerra por delante — Advierte en un último atisbo de fanfarronería, ofreciendo una plausible revancha más adelante. Pese a ello, no parece haber mayor alboroto y el ambiente retorna a la normalidad, especialmente al servirse una nueva remesa de bebidas.

Karlon se dispone a abandonar el salón, pero antes de que pueda hacerlo se abre de súbito la puerta del mismo y empujada con fuerza por el viento golpea la pared. Un hombre joven con nobles ropajes pero castigados entra rápidamente, apartando de su paso al cazador con un poco sutil empujón.

— Puedo oler las malas noticias — Asevera Lonnel Nieve ante la impetuosa entrada del joven, tras lo cual se encamina hacia la mesa principal.

Parece que, en efecto, porta noticias de suma gravedad, pues le siguen un par de guardias de los Glover sin impedirle el paso. Los locales de Bosquespeso podéis reconocerles, son Ellard y Harron, dos de los soldados que esa noche hacían guardia junto a la puerta.

Me muevo entre los diferentes grupos de hombres con pequeños gruñidos y gestos de aprobación ante las diferentes tareas que se encuentran realizando. Señalando a algunos de los más jóvenes y novatos los errores que están cometiendo, y felicitando a quienes destacan por su habilidad en la labor. -No hay nada más molesto que un calzado roto. Miren hacia el cielo. La noche está nublada. Eso significa maltiempo. Lluvia, nieve... o en el peor de los casos. Ambos. Si quieren congelarse los dedos o terminar con las piernas entumidas y negras. Dejen eso como está. Si no, a rehacerlo de nuevo.- Me distrae el sonido de un galope y me retiro de allí hacia mis hombres, sin quitar de vista al jinete. Con un par de gestos rápidos y algunas palabras los divido en tres grupos. Uno para que se encargue de la cosas y dos más para que se dispersen y apoyen a los centinelas en su labor. Y sigo inmediatamente al jinte.

El caballero volvió a incitar a los hombres para que entraran en apuestas en el último momento pero ya casi estaba decidida la competición. Tras unos cuantos vaivenes el cazador venció a su enemigo. Ellys comenzó a aplaudir y brindar en alto mientras recogía con entusiasmo el dinero apostado. - Gracias, gracias, otro día os dejaré hacer la revancha para que intentéis ganarme. Quién sabe, tal vez la siguiente salgáis mejor parados. - Dicho esto se acerca al cazador tras haber sido empujado a un lado. - Toma, te lo has ganado, seguro que te sirve para conseguir una buena moza en un lupanar amigo mío. - Contento como estaba le dio un venado de plata a su compañero.