La precipitada huída del salón principal se produce justo a tiempo, pues apenas tomáis el corredor cuando a vuestras espaldas distinguís las figuras de varios hombres cruzando el umbral de la puerta. — ¡Tienen que ser esas! — Escucháis en una voz ronca y agresiva, con un acento diferente al de vuestra gente.
El maestre no pierde el tiempo y cierra la puerta del corredor, atrancándola con un cerrojo de madera. — Esto nos dará algo de tiempo — Comenta agitado, apremiandoos para que avancéis rápido por el pasillo. No tardáis en escuchar ruido al otro lado, primero golpes e intentos por abrir la puerta, después otros más fuertes que hacen temblar esta. Probablemente estén usando un hacha para abrirse paso.
La percepción de Gilliane le alerta instantes previos de abrir la siguiente puerta del pasillo, la que accede a las dependencias del servicio. Parece que hay alguien al otro lado, pues en la luz que se filtra al otro lado por el bajo de la puerta se distinguen dos sombras que no pueden ser sino los pies de una persona.
Marya se sorprende ante la entrada de aquellos hombres de acento foráneo, y no tarda mucho en seguir a los demás para huir antes de que las alcancen, está claro que van a por ellas. Se detiene tras que Robert atranque la puerta, pero los golpes en esta hacen que la joven dude de cuanto aguantará esa traba de madera, mas cuando empieza a ser golpeada con una fuerza sobrehumana. Se muerde el labio inferior, mirando al maestre y su madre, y aquella puerta…¿Qué podía haber mas allá? ¿Enemigo o aliado?.
-Enemigo o aliado.- Dijo en un murmuro quedó, sin dejar de mirar atrás, esperando ver la cara de un hombre asomar por la madera astillada de una puerta de un momento a otro.
El Maestre Robert parecía tener más recursos de los que aparentaba por su juventud y su habitual temple y Gillian agradeció que todo aquello estuviera pasando con él a su lado. Corriendo por los pasillos, la dama se afanaba en recoger el bajo de su vestido pues lo último que quería era tropezar y echar al traste con su improvisado plan. Un fallo en ese sentido solo los condenaría a todos.
Sin embargo, su única salida parecía estar interceptada por alguien más. Al escuchar el susurro de Marya dijo con la voz entrecortada por la carrera:
—Tenemos que arriesgarnos, no podemos volver atrás... Maestre, estad preparado para usar ese atizador.
Quizá sorprendiendo tanto al maestre como a su hija, extrajo una pequeña daga del bolsillo de la falda de su vestido para después abrir aquella puerta y enfrentarse a quien estuviera al otro lado.
Abrir la puerta con decisión permite a Gilliane tomar desapercibido al hombre que aguarda al otro lado, quien de hecho se encuentra de espaldas. Apenas tiene tiempo de girarse cuando esta se abre por completo, pudiendo apreciar su gesto sorprendido.
— ¡Por los Antiguos! — Exclama, siendo evidente que le habéis dado un susto de muerte. A juzgar por sus ropas y el viejo bordado sobre su armadura acolchada se trata de uno de los guardias del castillo. De hecho, su cara os resulta vagamente familiar. Quizá no sea uno de los soldados más icónicos de la milicia de los Glover, de ser así estaría en la batalla, pero está claro que al menos se trata de un paisano.
El hombre, aunque no es especialmente imponente por su aspecto simplón, sí que posee cierta corpulencia y sostiene en su mano un hacha de guerra. — Mi...mi señora. Me han dicho que vigile esta puerta y...eso hacía — Comenta apresuradamente.
— El resto se han marchado y...sólo quedo yo aquí — Se excusa, como si fuera culpable de ello. Aún no habéis deducido si se trata de una deserción o de que han ido a un lugar donde eran más necesarios cuando un crujido se escucha al fondo del corredor. El guardia estira el cuello por encima de vosotros para ver de qué se trata. Parece que la puerta está cediendo.
Marya se detuvo tras su madre, observando al hombre. Les era vagamente familiar, y aunque tenía cierta desconfianza por…bueno, ¿qué hacia el aquí solo guardando una puerta?, le miró y se aventuró a acercarse a él, impulsada por el ruido tras ellos. Cuantos más cuerpos pusiera entre ella y los hombres del hierro, mejor, pensó.-Hay que salir de aquí.-Era su tren de pensamiento, y poco tardó en convertirse en palabras en su dulce voz.
Apretando la pequeña daga entre los dedos, Gillian reconoció al hombre que estaba al otro lado, uno de los guardias habituales que rondaban los aposentos de los Glover. No le gustaron sus palabras ni tampoco le agradó saber exactamente quién le había ordenado vigilar esa puerta y para qué pero el crujido a sus espaldas no les dejaba otra opción. Se aseguró una vez más de que Marya estaba a su lado y ordenó a todos:
—¡Vamos! Hay que salir de aquí —y dirigiéndose al guardia, agregó con cierta suspicacia en sus ojos—: Tú irás delante.
Motivo: Persuasión
Dificultad: 0
Tirada (7): 5, 4, 6, 5, 1, 4, 3
Guardados (6): 6, 5, 5, 4, 4, 3
Total: 27, Éxito asombroso
Lanzo Persuasión con Intimidar al guardia, que no me fío (?
La orden de Gilliane arrastra la suficiente autoridad como para que el hombre obedezca sin pestañear. De hecho, se apresura a abrir el camino, a fin de cuentas, el exterior quizá ofrezca más posibilidades que el incierto número de enemigos que tratan de echar abajo la puerta.
— Sí, pero antes... — El maestre interviene, intentando arrastrar un pesado mueble de madera en el que el servicio guarda vajilla. Cuando el soldado se afana en ayudarle, logran moverlo, provocando que las portezuelas del mueble se abran y dejen caer algunas piezas de cerámica al suelo. Tras bloquear apresuradamente la puerta, el grupo se dirige al exterior.
La puerta secundaria permite salir sin llamar demasiado la atención, lo cual os da unos instantes de ventaja para evaluar lo que alí fuera ocurre. Aunque no tenéis una visión total de lo que ocurre, es evidente que hay gritos, humo y pequeños focos de incendio en el edificio más próximo. Pese a ello, el fuego no resulta peligroso en comparación con los enemigos que por poco os dan alcance dentro del torreón. Junto a la esquina del callejón que lleva al patio central, se encuentra el conocido cadáver de uno de los guardias cubierto de sangre.
Una joven criada aparece corriendo en la boca del callejón, pero es alcanzada por un hombre que rápidamente tira de sus cabellos, arrojándola al suelo. El aspecto de este hombre no se asemeja con el de un norteño. Su altura es algo menor y su cabello es negro, sus ropajes grises son diferentes a los empleados por los hombres de vuestra tierra. Está claro que se trata de uno de los invasores.
Las intenciones del hombre son evidentes, pero es pronto detenido por otro. — ¡Oye tú! ¡Hay que largarse de aquí! — Advierte con grave voz. Este se anticipa a la decisión de su compañero y empuja con brusquedad a la criada al suelo. — ¡¿Con las manos vacías?! — Protesta el primero al verse privado de su botín, visiblemente crispado e incluso dispuesto a pelear. Aparece un tercero, si bien su figura es mucho menos corpulenta que la de ambos hombres.
— ¡Idiotas os he dado una orden! ¡Fuera de aquí ya! — Por el timbre de su voz, es incuestionable que se trata de una mujer, pese a que su yelmo oculte sus facciones.
Entretanto, un apenas perceptible sonido se escucha a espaldas de Marya y pronto siente cómo una mano cae con fuerza sobre ella.
Tirada de agilidad para Marya, dif 9
Marya tuvo que taparse los oídos ante la cacharrera que caía del pesado mueble, al menos, serviría para escapar del lugar sin que los hombres que rompían la puerta les alcanzaran, o eso esperaba. Salir fuera no parecía tampoco nada halagüeño…El caos estaba por las calles, pero parecía que solo habían hecho el fuego justo para espantar a la gente menos valiente; y había funcionado con ellas, desde luego.
Por el rabillo del ojo a la joven le pareció notar algo, pero sus reflejos no estaban entrenados para ataques por la espalda, y notó algo caer sobre ella, con cierto horror en su mirada, y el cuerpo tensándose ante lo que podía ser un golpe fatal, o una presa mortal.
Motivo: Agilidad
Dificultad: 9
Tirada (3): 1, 4, 2
Guardados (3): 4, 2, 1
Total: 7, Fallo insignificante
En una de las esquinas del callejón lográis diferenciar a otra mujer guerrera. Sin embargo, esta no es enemiga, pues se trata de Jonelle Nieve haciendo gestos de advertencia. Sin embargo, estos llegan tarde.
A espaldas de Marya aparece un hombre que aunque no sea demasiado grande, sí ha logrado abalanzarse sobre ella y pretende capturarla. Los reflejos de la joven no logran anticiparse al agarre del saqueador, quien logra echarle mano antes de que pueda zafarse. Pese a ello, la muchacha tiene cierto margen para reaccionar e intentar librarse del agarre.
Tienes la aguja.
Brío dificultad 6 para hacer daño significativo.
-¡Ah!.-La joven mueve sus delicados brazos para intentar que el hombre no la consiga apresar por completo, finalmente de entre sus ropas saca la aguja, tratando de clavarla en algún hueco del casco o en la mano del hombre, a ver si el dolor hace que suelte su vestido, aunque parece que está complicado para una muchacha más acostumbrada a los libros que a la actividad fisica.
Motivo: Brio
Dificultad: 6
Tirada (2): 4, 1
Guardados (2): 4, 1
Total: 5, Fallo insignificante
Jajaja, no sé porque me lo esperaba
Aunque no logra detener el agarre del hombre, la aguja se clava en la mano de este y lanza un grito de dolor. No obstante, la herida no podría considerarse de gravedad. Las intenciones del enemigo son claras, pretende tomar como rehén a Marya y mientras se impone en el forcejeo, trata de extraer un cuchillo de su cinturón. ¡Alguien debe hacer algo!
Marya está ya "sometida". Puede patalear y tal, pero necesitará ayuda.
Cualquier intento, dificultad 9, pues el enemigo está a otra cosa.
Todo sucedió demasiado rápido y antes de que Gillian se diera cuenta de lo que pasaba, un tipo gris y sucio estaba atacando a su hija. Apretando los dientes, se abalanzó sobre él esgrimiendo la daga que ocultaba en la falda.
Motivo: Cuerpo a cuerpo
Dificultad: 9
Tirada (2): 6, 3
Guardados (2): 6, 3
Total: 9, Éxito insignificante
La situación no pintaba bien, por un lado un tipo cogía por la espalda a la niña, la cual intentó liberarse de su abrazo y atacarle, sin éxito, estaba claro que la joven no estaba entrenada para defenderse y aunque lo estuviera, aquellos eran tipos rudos, sabían lo que hacían, de hecho a ella misma le habían causado problemas. El peor inconveniente es que la joven había chillado, si su voz advertía a los otros tres enemigos, podían darse por muertas o capturadas.
La madre intentó defender a su hija, pero Jonelle no le prestó atención, se fijó en los otros tres enemigos, estaban aún lo suficientemente cerca como para percatarse de que allí estaban las mujeres Glover, si éstos las veían entonces Jonelle buscaría la manera de atacarles por la espalda para sacarles ventaja. Y si se marchaban, los dioses así lo quisieran, podría ir al encuentro y liberarlas de ese varón que las cogía, el cual solo intentaría manosearlas un poquito antes de meterles la polla, nada a lo que una mujer no se acostumbrara en épocas de guerra.
Jonelle no hizo nada más que guardar silencio y acechar desde su posición a los tres guerreros que tenía casi al lado, según los movimientos de éstos, así actuaría ella. Debía ser calmada y no actuar a lo loco corriendo hacia las dos féminas, estaba herida y había comprobado de primera mano las habilidades de esas gentes, cuatro soldados en total eran demasiados para ella. Un ataque por la espalda podía provocar que al menos cayera uno.
La señora de Bosquespeso arremete con éxito contra el atacante que trata de capturar a su hija, logrando hundir su cuchillo en el cuerpo del enemigo. Aunque carece de la fuerza como para herirle de gravedad a través de su ligera armadura, el ataque de ambas mujeres logra hacer que suelte a Marya. Desafortunadamente, ello provoca un cambio de intenciones en el hombre. Sin embargo, da el tiempo necesario al maestre y al guardia para que se abalancen sobre él y de inicio un desigual combate. Superado en número, el asaltante no aguantará demasiado.
Los gritos y el ajetreo del forcejeo atraen la atención del resto de enemigos. — ¡Coged a las mujeres, matad a los otros! — ordena con premura la mujer que parece estar al mando.
Para Jonelle se presenta la oportunidad de atacar por la espalda al enemigo. Hay tres posibles objetivos. La mujer, que va armada con casco, espada y una cota de anillas, y los dos hombres, ataviados con ligeras armaduras acolchadas y hachas.
Necesaria una tirada de Discreción para Jonelle. Dificultad 9. De modo testimonial pondremos una tirada de combate de dificultad 6 (más que nada para calcular el daño extra).
Por ahora, Marya y Gilliane únicamente pueden confiar en que sus acompañantes las defiendan. Combatir contra enemigos mejor armados o tratar de huir con aparatosos vestidos probablemente acabe en fracaso.
La señora Glover ataca al hombre que sujeta a su hija, una defensa natural que surge a toda madre cuando ve peligrar su sangre. Aunque estaba claro que las mujeres de Bosquespeso no tenían potencialidad para vencer a su asaltante, era de estúpidos no enseñar a las mujeres pelear, cada vez lo tenía más claro la guerrera. Siendo una verdadera suerte que al lado de ellas hubiera un guardia protector, así Jonelle podría permanecer al acecho un momento más antes de que tuviera oportunidad de actuar sobre los otros tres enemigos.
La mujer era quien estaba al mando y quien ejecutaba las órdenes militares. La guerrera Mormont sabía que ella debía ser su objetivo, sin nadie para guiar al resto de la tropa muchos huirían, dándoles una oportunidad de sobrevivir aunque fuese un día más.
El enemigo avanza y tres espaldas le son expuestas, era el momento de coger su hacha y clavarla sobre la parte descubierta que tuviera la fémina, lo ideal sería cortarle la pierna, justo donde la cota de anillas no le protegía, de esta forma no podría huir y moriría desangrada. Además por su aspecto sabía que era la más difícil de matar, así que sin lugar a dudas seleccionó a su víctima, iría por ella.
Jonelle se lanzó al ataque.
Motivo: Discreción
Dificultad: 9
Tirada (5): 5, 4, 4, 1, 6
Guardados (4): 6, 5, 4, 4
Total: 19, Éxito increible
Motivo: Ataque espalda
Dificultad: 6
Tirada (6): 1, 2, 4, 4, 6, 2
Guardados (6): 6, 4, 4, 2, 2, 1
Total: 19, Éxito increible
El ataque se realiza con total eficacia. Más preocupados por alcanzar a sus posibles víctimas, los hombres del hierro no se percatan del acercamiento de Jonelle hasta que la mujer que los encabeza lanza un grito de dolor. Debido a su herida, esta cae al suelo del patio. La sorpresa que toma desapercibidos a estos brinda tiempo suficiente al guardia y al maestre, que ha conseguido un arma mejor del primer enemigo, para lanzarse contra los otros dos.
Viendo a quien parecía estar al mando fuera de combate y con las tornas vueltas en su contra, aprovechan un descuido para huir rápidamente, uniéndose a los otros que huyen. La guarnición ha logrado reagruparse y trata de darlos caza por los interiores de Bosquespeso, algunos logran saltar la empalizada, pero otros no tienen tanta suerte y son capturados o muertos en su huida.
Por el momento, podéis respirar tranquilas.
Motivo: Discreción
Dificultad: 9
Modificador: -1
Tirada (4): 5, 6, 5, 3
Guardados (3): 6, 5, 5
Total: 16-1 =15, Éxito considerable
Motivo: Ataque
Dificultad: 6
Modificador: -1
Tirada (6): 4, 5, 2, 5, 2, 5
Guardados (4): 5, 5, 5, 4
Total: 19-1 =18, Éxito increible
Jonelle, ten en cuenta tus heridas: Herida Grave -1D, Herida Leve -1 tiradas. Para no ralentizar repetiré yo la tirada.
Daño: 3x3=9-4 armadura = 5
Suficiente para inflingir una buena herida
Estaba claro que muerto el perro se acababa la rabia. La líder guerrera tras caer hizo que los otros luchadores huyeran para salvaguardar sus penosas vidas. Jonelle remató a la mujer rebanando su cabeza, una vez la tuvo separada del cuerpo limpió su hacha en las ropas del cadáver y avanzó hacia las mujeres Glover, si en algún momento la bastarda hubiera tenido y mínimo de feminidad, lo había perdido en la contienda.
- ¿Se encuentran en buen estado?.... - miró a ambas mujeres, no parecía que tuvieran herida alguna. Ella sin embargo sangraba tras haber peleado por causa que le era ajena -... Su esposo debería haber mandado exploradores por la zona antes de embarcarse en la guerra, estaban esperado que el ejército se marchara para asediarles, si esta chusma hubiera apostado unos guerreros más vos ahora mismo seríais una rehén... Y de las valiosas... - mira al maestre y al guardia -... Deberían ponerse a salvo, ¿está ardiendo el torreón?... ¿o no han llegado a quemarlo?.....
Se apretó las heridas, dolían demasiado, pero no iba a dar muestra de debilidad, era demasiado orgullosa como para ello.
Discúlpame, me lío con las tiradas, si ves que hago desastre pues lo dejo todo en tus manos ^^