Francisco no se permitió relajarse hasta que estuvieron todos a resguardo en la base.
Al final, sorprendentemente y contra todo pronóstico, el asalto a la base de armamento de la mafia china se había saldado cumpliendo todos los objetivos sin que siquiera uno de los Ases hubiera recibido una herida. Y encima con nuevo armamento pesado que les iría maravillosamente para futuras misiones. Sin duda, pese algunos pocos peros, aquello era todo un éxito para el equipo.
Bajando del furgón, se aproximó al niño y su padre, quitándose la máscara de guerra se arrodilló poniéndose a su altura, permitiéndose incluso una sonrisa tranquilizadora.
- Tranquilo, todo está en orden.- Le dijo al padre.- Gracias a la información que nos dió hemos logrado eliminar el peligro que suponían esos explosivos.- Prosiguió con tono tranquilo pero serio.- Cuando os encuentreís mejor nos aseguraremos de poneros a salvo y lejos del alcance de los Tong. Ahora debería descansar y recuperarse. Por la mañana tendremos mucho que hacer.-
Bajé detrás de Francisco, y miré el vehículo —¡joder! ¡joder! Me va a llevar un huevo de tiempo arreglarlo —pasé la mano por alguno de los agujeros que habían hecho los disparos.
—Vamos a descargar las armas ases —sin esperar ayuda me puse a bajarlas del vehículo.
Finalmente, tras haber estado perdiendo el tiempo con discusiones, sacaron de allí a los pobres desgraciados que estaban encerrados en el sótano, haciendo que abandonasen el polígono y abandonándolo nosotros tras ellos, dejando atrás un buen número de muertos y gran cantidad de explosivos a punto de detonar… algo que hicieron cuando nos alejábamos por la carretera. Entre eso y la policía que debía estar llegando al lugar, los chinos iban a tener más que difícil recuperarse.
Cuando, tras esquivar patrullas y posibles perseguidores, llegaron finalmente a la base, el niño se encontraba ya dormido junto a su padre herido.
De eso nada…- le dije a Marc cuando dijo que empezásemos a descargar la furgoneta -Al menos tú, Foxtrot- le dije a Francisco -A saber cómo tienes las heridas de esta tarde* tras todo lo de hoy…- le dije, refiriéndome a todo lo que se había tenido que mover en el asalto al polígono -¿Cómo ha pasado la noche?- le preguntó al niño -Deja que le revise- añadí.
*Digo cuando nos atacaron en el encuentro conel chino, que recibiste de lo lindo
Xavier había llegado un par de minutos antes a la base, con suficiente tiempo para quitarse casco y chaleco, dejando las armas en su lugar en la armería. Tras ello se acercó a la nevera y abrió una de las cervezas. Las manos le temblaban aún ligeramente por efecto de la adrenalina, pero tras un par de sorbos los temblores desaparecieron.
Al llegar, saludó con una inclinación de cabeza al resto de los miembros del grupo y a los dos recién llegados. Les tendió un par de mantas, preparando café para el padre y sacando un refresco sin cafeína para el niño. Podéis quedaron aquí un tiempo, hasta que consigamos una manera de sacaros de manera segura.
Luego se giró a sus compañeros. No ha estado mal, sobre todo teniendo en cuenta el poco tiempo que hemos tenido para planificarlo. Creo que hemos mandado el mensaje adecuado.
Deja que te eche una mano con eso, Marc prosiguió ayudándole a descargar parte de las armas. Así podré echar un vistazo a lo que habéis conseguido.
El contacto respiraba con algo de dificultad, pero estaba tranquilo. Cuando Xavier le habló, asintió entendiéndole más o menos.
Ellos volver. No hoy ni semana después... pero volver con furia de tigre. Si ayudar escapar... yo explicar todo lo que sabel.
Tecnovirus hace recopilación de toda la información que han ido recopilando en los golpes contra los chinos y se la presenta en el ordenador, mapas con las localizaciones incluidos.
-Dinos, donde está la cabeza de la serpiente, donde están sus almacenes y qué significa todo esto. Podemos garantizar que desaparezcáis del radar de los cabrones estos, como hicimos con Saray, pero antes tenéis que hacer que nos compense.
Descargué la moto de la furgoneta y la llevé junto a las demás. Me quité el casco, pero dejé el pasamontañas que había debajo. A pesar del calor, no tenía muchas ganas de enseñar mi rostro a nadie fuera del grupo sin estar completamente segura de su lealtad. Aún no entiendo por qué hemos traído aquí a esta gente en vez de llevarlos a uno de los pisos francos de la ciudad.
Me encogí de hombros al escuchar a Xavier diciendo que no había estado mal. Habría preferido que Lázaro encontrase otra forma de neutralizar los explosivos que no fuera volar el almacén por lo aires. En el comunicado que escribamos a la prensa esta vez vamos a tener que cargarle la explosión a la mafia, porque, a pesar de haber rescatado a todos los civiles que encontramos, no puedo asegurar que no haya habido heridos.
Agotada tras la bajada de adrenalina, me siento y me llevo las manos a la cabeza, pensativa. Nunca me han gustado los explosivos y la clase de destrucción descontrolada que generan. Veneno, una buena pistola, cualquier cosa que te permita acabar con alguien de forma selectiva... eso son buenas armas. Pero aún ahora no sabemos qué hemos hecho saltar por los aires en ese polígono. Por lo que pude ver que estaban sacando del almacén, seguro que había dinero e información, aunque aún sigo temiendo lo peor.
Por una vez, dejo que sean mis compañeros quienes tratan con el hombre y su hijo, sin involucrarme demasiado. Parece que el objetivo es claro, el mismo que tuvimos con Saray: conseguir que nos den toda la información posible antes de hacerles desaparecer en la otra punta del mundo. Frunzo el ceño al escuchar de Tecno el nombre de la chica, que sería conveniente no mencionar demasiado, pero mantengo las distancias sin decir nada.
Mientras escucho, descargo el rifle y lo llevo a la armería. Luego, saco mis pistolas y empiezo a limpiarlas antes de rellenar los cargadores y devolverlas a su funda.
El soplón mira a Tecnovirus mientras acaricia a su hijo.
Jefes en china. Jefes más pequeños en Francia. Otros más pequeños en Madrid, y los de Chengbao, jefes de Cataluña. Muchos jefes, como ramas de árbol, todos obedecel a jefes más grandes.
Yo leo todo lo que tenéis, no ploblema con eso. Contal nombles, sitios almacén y cosas que hacel en balcelona. Y vosotlos sacalnos de aquí lejos. ¿Sí?
Exacto, tú dinos todo lo que sepas y nosotros te sacaremos de aquí- le dije al chino antes de ponerme a revisar las heridas de Francisco -Nos ocuparemos de que no puedan encontraros para que podáis empezar de nuevo- añadí.Tal vez el chino no mereciese tantas molestias por nuestra parte… al fin y al cabo, nadie le había obligado a entrar en la mafia. Pero el crio no tenía la culpa de las malas decisiones que había tomado su padre.
Francisco permaneció pensativo mientras dejaba que Ángel le curase las heridas e interpelase al soplón.
La verdad es que aunque no le gustase, aquel tipo era muy útil para la causa de los Ases. Con Saray, habían podido destrozar gran parte de la economía de Chengbao y joderles en parte de sus acciones criminales, ahora gracias a aquel hombre y su hijo, podrían atacar directamente al cuello de la organización. Eliminar sus estructuras de poder, cargarse a sus jefes y dejar a los chinos sin líderes y en desbandada. Como todo en esta vida, la mafia china era un negocio y todo negocio era susceptible de hacerse inviable. ¿Cuantos jefes serían necesarios matar? ¿Cuantos almacenes tendrían que arrasar para hacer que los Tong se decidieran a que las perdidas eran demasiado grandes como para permitirse mantener sus asquerosos negocios en España?
Él no lo sabía, pero sin duda iba a disfrutar descubriéndolo.
- Como te prometí, si nos das esa información os ayudaremos a desaparecer y manteneros lejos del alcance de tus antiguos camaradas.- Intercedió en apoyo a las palabras de Ángel.- De hecho, no tendrás que preocuparte por tus jefes durante mucho tiempo. Si lo que nos cuentes es de utilidad, muy pronto estarán demasiado muertos como para buscaros a ti y a tu hijo.-
Parecía que aquel chino iba a hablar. Busqué entre la estantería una grabadora y la puse al lado del chino, le di a grabar, –habla –le indiqué mientras me sentaba al lado suyo.
El contacto se pasa horas traduciendo la cantidad de información recuperada gracias a Saray, pero que estaba en chino y no pudisteis traducir, además de la encontrada en teléfonos móviles de jefes y cosas por el estilo.
Añadiéndole la información que sí conoce por su propia experiencia, puede decir que la mayor parte de los bazares y restaurantes trabajan como forma de blanquear dinero (Lo cual tampoco era un gran secreto) así como mayoristas, textiles y demás, y que algunas de sus principales actividades eran la prostitución, tráfico de droga y venta de armas.
Muchos policías, funcionarios y empresarios están 'untados' por la mafia para hacer la vista gorda sobre el contrabando, y el tráfico de armas, personas y drogas, aunque no están normalmente al tanto de sus acuerdos con Terra Lliure, a quien venden mucho armamento. Es muy probable que el arsenal que voló por los aires fuera destinado a esa banda terrorista.
En cuanto a los canales de entrada, principalmente el puerto cuando se trata de contrabando de mercancías o armas, aunque la droga suele llegar por carretera desde el sur (Marruecos, etc) y desde Madrid (Que recibe también desde Galicia). Las chicas no sabe exactamente por qué canal las traen, pero sospecha que en los barcos que traen mercancías de China. Las armas eran un tema más peliagudo, pero cree que desde Francia, ya que escuchó un comentario de un transportista que los gendarmes le habían puesto una multa cuando llevaba el furgón cargado de municiones y no le pillaron por los pelos.
Obviamente, la jefatura de la policía Nacional estaba en el ajo, untada o amenazada (o ambas, como Salamanca), y mandos intermedios y superiores tanto de la Guardia Urbana como de los Mossos, también. En Concejal de Urbanismo se encarga de que no se toquen las zonas que la mafia quiere mantener como solares, o pisos francos, etcétera.
Seguramente me dejo algo en el tintero. Lo que se os ocurra, preguntad.
Francisco escuchó atento a toda la explicación del chino. Algunas de las cosas ya las sabían o podían imaginárselas, pero la a verdad es que toda aquella información les podía resultar especialmente útil. Con ella podrían controlar las rutas de transporte usadas por los tong y destruir su base de dinero, algo que sin duda les dolería incluso más que la pérdida de personal.
Pero aun así, no estaría de más sacar información de la cúpula de la mafia china.
- ¿Y tus jefes? ¿Qué puedes contarnos de ellos?- Preguntó al tipo mientras lo miraba con pose seria.