Partida Rol por web

Su cara refleja que la emoción de la pelea lo embriaga. Te mira y te dice:

- Vamos Howard que no se diga que los nosferatus somos débiles...arranquemos unos cuantos brazos...

"- ¡Ja jaaa! Más vale nene, más vale...- contesto a mi compañero que parece igual de emocionado que yo".

Mi pecho se ensancha y contrae rápidamente. La mueca en mi rostro que asemeja una grotesca sonrisa, se expande cada vez más.

Miro para un lado y para otro, dejando caer mi lengua entre mis labios. Observo al vampiro que tengo más cerca y doy un paso hacia él.

"- ¡Te toca!- le grito y dejo ver relucientes mis colmillos".

Mi mano se mueve con fuerza hacia atrás y la llevo con velocidad hasta la cara del vástago para, con posterioridad, estrellarla contra la pared.

 León levanta la pierna y golpea en el pecho con una patada frontal a uno de los vampiros desplazándolo varios metros.

- Chúpate esta... - dice alegremente

Mira para ti y sonríe mientras te dice:

- Ten cuidado con la pared a ver si nos la van hacer pagar...

Los dos vampiros que se os enfrentaron están bastante tocados, uno de ellos le cuesta andar y seguramente Howard le ha roto muchos huesos al golpearlo contra la pared. Parece que su cráneo está dañado y parte de su columna. 

Los dos que esperaban detrás se marchan corriendo siguiendo a sus compañeros, los que quedan tendidos en el suelo esperando seguramente que los rematéis aunque siempre podéis interrogarlos.

Hago sonar mis manos, me muestro agitado y alegre a la misma vez. Miro a León después que él me habla.

"- Cualquier cosa le diré que me anote los daños en tu cuenta, je je- contesto".

Observo a los dos vampiros, que aún no hemos atacado, alejarse con pavor tras sus amigos. "Malditos maricones... ¿estos son los esbirros de Thomas?".

Me acerco con rapidez al que recientemente he golpeado y lo tomo del cuello, colándome por detrás de él al momento. Vuelvo a dejar al aire libre mis colmillos, opacados sólo por la trémula sombra del vástago cobarde que tengo ante mí.

"- Bueno, habla ahora o muere para siempre... Estamos buscando a ciertos individuos que ya sabes quienes son... dime dónde están, y también dónde tu jefe, y tendremos mas misericordia- le digo al oído, llevando, con posterioridad, mis colmillos a su cuello y apretando un poco".

Con un bufido terrorífico muestras tu verdadero rostro y el pobre vampiro palidece todavía más, es como si su vitae dejará el cuerpo. Se queda quieto sin moverse como petrificado al ver a un verdadero monstruo. 

León remata el anterior dándole una soberana paliza y lo deja tirado en el suelo por si necesitáis interrogarlos.

- Bueno amigo...tocará que nos guíen hasta donde tienen a mis amigas y de paso que nos digan donde carajo está su líder... - dice mientras golpea otra vez al vampiro y este se queja debido al dolor.

Mira al ascensor y te dice:

- ¿Subimos?...lleva al espantapájaros ese como escudo por si acaso...

Acto seguido se monta en el ascensor llevando a rastras al pobre vampiro que usa de saco de boxeo.

- Creo que las chicas están en la azotea...o eso murmuró este antes de que lo magullara un poco... - te comenta mientras pulsa el último piso.

"- See... eso será lo mejor- le contesto a mi compañero".

Tomo del cuello al vampiro que sostengo y lo pongo frente a mí. Con una burlona sonrisa, me le acerco y saco mi lengua haciéndola bailar, casi tocándolo con ella.

"- Vamos nene... ahora nos subimos en la caja y nos decís para donde ir... si cometés un error, tan sólo uno, voy a morderte y a dejarte seco en instantes- le esputo".

Presiono la garganta del vástago y lo lanzo en dirección al ascensor para que se mueva rápido. Le hago una seña a León para que subamos.

Una vez adentro, me pongo a la espalda del que hacía instantes tenía apresado y lo sujeto del pelo, tironeándole un poco.

"- Apurate, no tenemos toda la noche- le ordeno con gravedad".

 Subís en el ascensor hasta la azotea, cuando se abren las puertas no veis absolutamente a nadie. La azotea está desierta. Salís a comprobarla adecuadamente y veis signos de lucha. Cerca del ascensor está una puerta abierta por el cartel que tiene encima de ella son las escaleras.

Seguramente vuestras amigas han bajado por las escaleras en lugar del ascensor. No debe haber sido hace mucho ya que los vampiros acababan de bajar al sótano. Seguramente si os dais prisa lograréis alcanzarlas. Aunque con un vampiro a cuestas será un poco más difícil.

Al llegar a la azotea nos encontramos ante el espectáculo de una pasada lucha, una que sin lugar a dudas ha tenido como partícipe a las jóvenes...

Doy unos pasos dentro del lugar y lanzo al suelo al vampiro que llevaba conmigo. Me doy la vuelta, observando a León.

"- Me cago en tus amigas... te dije que tomáramos las escaleras. Ahora tendremos que bajar con el idiota este... a menos que...- menciono".

Me acerco al vástago y lo tomo del cuello, levantándolo un poco.

"- Niña bonita, llegó el momento de que me digas dónde se esconde Thomas. Es eso o vas a ayudar a terminar de pintar de rojo este lugar. ¡Escupí, idiota!- le ordeno bruscamente".

 Tras cargarte al vástago, el cual no te dijo el paradero de su jefe, ves como se convierte en cenizas al pisotearle la cabeza. El daño que le has causado es superior a su cuerpo no muerto y muere.

Bajáis por las escaleras pero llegáis tarde, en cuanto pisáis el suelo de la acera podéis ver como las chicas están circulando con su moto a toda velocidad.

 - Mierda... - masculla - ...habrá que pillar un coche...

Saca el móvil y llama a Josh. 

- Josh...trae la furgoneta rápido...

Tras decir eso cuelga y espera a que aparezca el mekhet con la furgoneta y la bomba.

Quince minutos más tarde aparece Josh y aparca la furgoneta mientras le dice a León:

- La próxima vez dime en qué parte del edificio estáis...di la vuelta a la manzana a ver si os lograba ver...

León pone cara de "Ups..." 

- Por suerte se a donde fueron las chicas, Hillary me lo acaba de llamar diciendo que estaban en mi local. Iremos para allí ya mismo...tenemos mucho que hablar...

Arranca la furgoneta y salís en dirección al Haven, la discoteca de moda de la ciudad.

CAMBIO DE ESCENA

LA HORA DE LA VERDAD