Partida Rol por web

 Fuerza-----------------5

Luis no tuvo una infancia especialmente traumática. Su vida en familia fue feliz y más allá de haber nacido en España por pura coincidencia nadie lo diferenciaba del resto de niños en México.

Bueno quizá sí ya que su padre era arqueólogo y uno bastante conocido, dentro de lo conocido que pueda llegar a ser un arqueólogo claro. México es un buen país para dicha profesión, el patrimonio dejado por las culturas precolombinas es realmente impresionante. Aunque su padre no se dedicaba a buscar en las pirámides aztecas por todos conocidas. Sus investigaciones eran reales y había hecho ya más de un descubrimiento cuando menos interesante.

El padre de Luis se ausentaba de casa a menudo pero también volvía con frecuencia ya que la mayor parte de sus investigaciones se localizaban dentro de México. Pasó entonces cuando Luis contaba unos 8 años que su padre volvía a casa y les contaba la buena nueva.

-Hemos descubierto unos importantes yacimientos que están sorprendentemente cerca de aquí y creo que podría llevar a Luis.

Y eso hicieron, el lugar se encontraba a una distancia de hora y media y había sido descubierto hace poco por unos agricultores.

-Ya estamos apuntito de llegar. –Dijo el padre de Luis cuando se encontraban ya cerca de la excavación.

 -y que es está vez papá, ¿una campana de oro como la de Jalapa, o una escultura como la de comalcalco?

-Pues de hecho no es un objeto si no un templo entero. Bueno a decir verdad es un templo un poco pequeño, más parecido a una pequeña ermita pero lo interesante es que está dedicado a una deidad muy poco conocida pero de la que hemos ido encontrando datos en multitud de ruinas. Bueno ahora lo veras cuando nos acerquemos. Por cierto como se nota que eres hijo de arqueólogo, hay que ver lo que sabes.

Se acercaron con el coche a una zona precintada. Podían ver mientras estacionaban el auto a dos arqueólogos más que investigaban la zona alrededor de un agujero.

Cuando se acercaron ya andando ambos arqueólogos saludaron al padre de Luis con efusividad y dedicaron comentarios amistosos al pequeño. Después de una breve charla se decidieron a entrar en el agujero.

Visto de cerca el agujero parecía que se hubiera excavado recientemente aunque la verdad es que se había re-excavado recientemente. Se adentraban hacia la oscuridad unos escalones labrados en roca. El padre de Luis cogió una linterna especial que solían usar los arqueólogos y dijo.

-Dentro está un poco oscuro y los escalones resbalan ve con cuidado, aunque no te preocupes, el lugar no es demasiado grande.

 No te acuerdas que eso me lo contaste la otra vez, sobre como a veces se encuentran cosas interesantes en lugares extraños.

Continuo caminando con mi padre hacia la escavacion, los arqueólogos y ayudantes me saludan, tan pocos somos y tanto nos hemos visto que ya casi somos de la familia.

Mientras mi papa platica con los dos señores. Me dirijo hacia donde esta Humberto, un joven Tzetzal que trabajaba para uno de los arqueólogos  y que gusta contar historias de su etnia;nos ponemos a platicar, hasta que Humberto me señala hacia la escavacion donde mi papa y los arqueólogos se están adentrando. Salgo corriendo y me adentro en las ruinas.

A pesar de la poca luz y de lo inestable de los escalones el pequeño Luis bajo con soltura incluso yendo por delante de su padre. De todas formas, como había dicho su progenitor, solo eran unos 7 u 8 escalones lo que separaban la entrada del pequeño recinto que constituía el templo.

La habitación no debía de ser mayor de 3x3 metros y no había en ella más que un pequeño altar. Pero lo que impresionaba de aquel recinto eran las paredes, estaban labradas de arriba abajo al igual que el techo. Algunos dibujos representaban a los típicos dioses aztecas, pero en este caso la gran mayoría representaban a un ser con aspecto humano en general salvo por una cabeza con aspecto insectoide. El ser era bastante más grande que las imágenes humanas que lo rodeaban.

La habitación, al contrario que muchos otros hallazgos aztecas, no parecía estar dedicada a ningún tipo de sacrificio. Tu padre se acercó a uno de las mayores representaciones del extraño ser.

-Mira, por lo que hemos podido descubrir hasta ahora, este es una especie de dios de las ideas, lo llaman El Dador de Imágenes Nocturnas o algo parecido, aún no hemos tenido mucho tiempo para traducir todo lo que ahi aquí. ¿No es increíble?

-huao... ¿sera por visiones, o por sueños?

En lo que mi papa me responde me pongo a dar vueltas y observar, aun que sintiendo me grande, anoto y dibujo en mi "libretita de arqueólogo" lo que me paresca interesante

 La vida de Luis había sido…normal. Aunque el término normal no es adecuado para definir nada, se podría decir que no había sido especialmente interesante.

Fue un niño del montón, pero no porque fuera igual al resto, si no porque no destacaba especialmente. Pero él no era como el resto, la curiosidad común a todos los chavales en él se elevaba increíblemente. Tal vez le viniera de familia pero resultó ser, desde muy temprana edad, un enamorado de las historias, leyendas y folklore. Acabo siendo todo un entendido en materia de historia mexicana y podía entenderse con casi cualquier tipo de mitología.

Desde luego nadie se extraño cuando comenzó a escribir. Y no lo hacía mal, nada mal. Su progresión fue poco a poco, ganando un concurso de literatura, quedando segundo en uno de poesía. Al final ha alcanzado cierto reconocimiento a nivel nacional y su colaboración en varios periódicos y publicaciones le proporcionan suficiente ganancias como para vivir cómodamente aunque sin demasiados lujos.

Y ahora ha sido invitado a un evento literario en España, por coincidencias del destino, a su ciudad natal. No era extraño para él recibir invitaciones así pero para fuera del país no era algo normal. Ahora se preparaba para pasar varios días en la península ibérica.

 Acomodo mis cosas, y salgo tranquilamente hacia el aeropuerto de la Ciudad de Villahermosa Tabasco. Para tomar un vuelo a la ciudad de México, y de allí a Madrid. En el viaje empiezo a escribir pequeñas notas sobre el nuevo (o nuevos) cuento(s) que ha estado dando vueltas en mi cabeza sin dejarse de atrapar.

Viajar en avión suele ser una experiencia cansada, plagada de retrasos y por tanto de esperas. Pero en el viaje realizado por Luis, por extraño que parezca, todo salió y llegó a su hora, e incluso la maleta llego donde tenía que llegar.

Al aterrizar en la capital española pidió un taxi, que pagaría la organización del evento que lo llevaría a la estación de tren y en este último medio llegó a la ciudad donde se celebraría el Salón.

En total una enorme cantidad de horas, más de medio día viajando. Pero gracias a la extraña puntualidad de los medios ahora disponía de un día y pico, para dormir, visitar la ciudad o encontrarse con su familía lejana. Aunque lo primero era dejar la maleta y ver su habitación.

El Hotel donde estaba alojado erá lujoso pero sin ostentación. Le atendieron muy amablemente y le llevaron a su habitación, esta no era excesivamente grande pero si poseía todas las comodidades.

El viaje había sido perfecto, excepto por dos cosas. La primera era que, mientras dormitaba en el avión, le habían azotado extraños sueños, en ellos sujetaba un hacha de aspectos antiguo y luchaba contra unas personas que eran claramente sus enemigos. Luego no recordaba mucho detalles, salvo la sensación tan real del peso del hacha en su brazo.

La segunda era una extraña sensación puzante en la nuca, como si estubiera siendo observado.

Extrañado por lo  ocurrido empiezo a relatar en tinta mis sueños, todo, mis enemigos, mis sueños, la sensación al despertar. MI escrito cobra una forma sinuosas y continuo en el. Ahora recuerdo como me desperté y lo anoto, reviso un par de veces mas el texto para pulir los detalles, y escribo aparte lo que a mi mente vuelva. Ahora recuerdo lo que hice antes del dormir. También lo anoto.

Cagado de papeles mi estomago rugue, no soy muy amigo del servicio a la habitación, pero la situación lo demanda. Una llamada y empiezo de nuevo a redactar el sueño-cuento.