Partida Rol por web

AMBIENTACIÓN

El principio...

En el año 1444 de la antigua era, un Mal surgió de lo profundo del abismo. El sur de Solder se torno cenizas, y el fuego lo arrasó todo. Del interior de la tierra, surgió el gran Mal, que asoló todo lo que se encontró a su paso. Los humanos que tuvieron la desgracia de verlo lo llamaron Bahalmuth, Señor del CAOS, El gran demonio, El alma negra.  Junto con él, legiones de criaturas surgidas del averno se desparramaron por toda la tierra. Sus ejércitos conquistaron y arrasaron todos los confines de Solder. Las antiguas razas no pudieron hacer nada frente al mal que procedía del sur, y que lo engullía todo a su paso.

Cuando la desesperación había hundido el corazón de los hombres, de lo alto del majestuoso e inalcanzable monte de Isharam surgió de nuevo la esperanza para todas las razas libres. Como una bendición, llego un caballero, se hacía llamar Isgar. Montaba un negro corcel como el azabache, su armadura brillaba con los rayos del Gran Fuego, y su espada refulgía cual luz celestial. Se presento ante los grandes generales humanos, y estos al observar su majestuosidad, se rindieron a sus pies. Su mera presencia llenaba de esperanza los corazones y su cálida voz reconfortaba el espíritu. El mensaje que traía era de esperanza, los dioses se habían cansado de ver sufrir a sus hijos, y enviaban a Isgar para que la luz volviera a brillar en el mundo.

Isgar derrotó a Bahalmuth junto a 9 grandes héroes, dotados todos de poderosos dones. Tras la muerte del demonio, Isgar desapareció de la tierra, sin dejar rastro alguno. Sus armas y posesiones fueron custodiadas por los grandes héroes que sobrevivieron a la terrible batalla. Las reliquias se perdieron en el tiempo, y solo unos pocos elegidos sabían de su paradero.

200 años pasaron desde que Isgar, junto a sus caballeros derrotaran al mal. Pero Bahalmuth regresó, y esta vez solo un puñado de héroes pudieron hacerle frente. Las armas del antiguo héroe Isgar fueron de nuevo empuñadas, y el mal fue vencido de nuevo. Pero esta vez, su semilla permaneció en Solder. Los bosques oscurecieron, las tierras se marchitaron, y los muertos surgieron de sus tumbas.

150 años más tarde, todo está corrupto. Los elfos se encierran en sus bosques, y los enanos se ocultan en profundas cuevas. La humanidad peligra, y sus muertos son su mayor mal. Nada escapa al ejercito de no muertos. Nada escapa al mal de Bahalmuth.

Nuestra era.

Año 1794. 150 años han pasado desde que el demonio Bahalmuth fue devuelto a las profundidades del abismo por segunda vez. Más la semilla de este mal, permaneció sobre Solder. Con el paso de los años, y casi imperceptiblemente, la tierra, antaño fértil y verde, fue marchitándose. Las enfermedades se multiplicaron y un gran mal devastó ciudades enteras.

Los reinos se debilitaron, combatieron entre ellos por poder y honor, y los orcos y goblins invadieron las montañas de donde antes habían sido expulsados.

Pero lo que realmente quebró la sociedad que había sido prospera, fue la muerte andante. Los muertos se levantaron de sus tumbas, se multiplicaban con cada aldea que asaltaban, y nunca se detenían. Nunca estaban saciados.

Una época de oscurantismo asoló el mundo, las supersticiones y el miedo, se abrieron paso en los corazones de las gentes de Solder. Campesinos y aldeanos, fueron abandonando las viejas religiones. Aunque todavía se rinde culto a antiguas deidades.

La estirpe de Garland.

Garland III fue un digno sucesor de sus antepasados. Descendiente de Garland I, que luchó junto a Isgar contra el demonio Bahalmuth en 1446.

Garland III reinó sobre Solder con poder y justicia, y participó de forma activa, comandando sus ejércitos en el segundo advenimiento de Bahalmuth. Derrotando al mal en el año 1647.

El rey murió en 1678, a la edad de 52 años, tras ser emboscado por una partida de orcos durante una cacería.

Su hijo menor Richard, rebautizado como  Garland IV tomó posesión del trono ese mismo año, a la edad de 30 años.

Reinó con prudencia durante 20 años, hasta su muerte en el 1698. Tuvo una hija, Marian, y dos varones, Luís y Guillermo. Una extraña enfermedad asoló su mente y su cuerpo, y los clérigos y sanadores nada pudieron hacer.

El reino se dividió, pues dos bandos reclamaban el trono, los partidarios de Luís, que contaba con tan solo 14 años, y los de la hija mayor, Marian, de 26 años de edad.

La lucha fraticida fue tan cruenta que las defensas del reino se olvidaron, y en el año 1704 los goblins y orcos retomaron sus antiguas tierras en las colinas y montañas. Asolando la región, y empobreciendo a los campesinos.

En 1709, Luís, que por aquel entonces ya tenía 25 años, logró vencer ante las tropas de su hermana. Este, por temor a futuros enfrentamientos, le hizo ejecutar a ella, y a todos sus descendientes.

Durante todo el conflicto fraticida, Guillermo, el hijo menor de Garland IV, fue ocultado y llevado lejos por los sacerdotes de St. Cuber. Aunque su hermano lo buscó una vez terminado el conflicto, nunca consiguió dar con su paradero.

Luís se autoproclamó Garland V, y fue un rey tirano y mezquino. Olvido los preceptos de sus antepasados, y se dedicó a enriquecerse. Murió en 1730, a sus 46 años. Su hijo Marcua, tomo el trono a la edad de 27 años, y siguió el camino de su padre. Menospreciando las antiguas alianzas y las defensas fronterizas. Fue sucedido tras su muerte, por su hijo Maldred en el año 1761. Maldred, muy dado al lujo y la pomposidad, consiguió empobrecer de manera alarmante las arcas del reino. Su dejadez política y militar, otorgó grandes poderes a los condes y barones del reino.

En 1777, la peste asoló todo Solder. Los muertos se apilaban en las calles de aldeas y ciudades. El problema fue, a parte de la mortandad, que aquellos muertos, se levantaron de sus tumbas, y devoraron todo lo que se ponía a su paso. Aquel acontecimiento que marcó para siempre la historia de Solder, fue conocido como la peste viva.

Maldred no estaba preparado para enfrentar una crisis de semejante magnitud. Reunió a su ejército para combatir a los muertos vivientes en el año 1778. La derrota fue brutal. Los caminantes no morían, y los hombres de Maldred engrosaron las filas de los no muertos, levantándose para comerse a sus antiguos compañeros.

En 1779, Maldred, no pudiendo soportar la presión de reinar en esas condiciones, se suicidó, dejando a su hijo Patric, de 35 años, al cargo del reino. Patric tomó el nombre de Garland VI, e intentó organizar el reino para protegerse del mal que andaba sobre sus tierras. Pues era un hombre valiente, sabio y versado en la guerra. Su intención era retomar las antiguas alianzas con los hombres del norte y con los elfos. Más sus intenciones quedaron en eso, pues 2 años más tarde, en 1781 Garland VI murió sin descendencia, a manos de los muertos. 

Baltran Donar, consejero y general de Garland VI, fue nombrado regente, ya que no había heredero al trono. En 1791, su hijo Baltran II Donar le sucedió en el cargo.

La regencia de estos hombres, no contaba con el apoyo mayoritario de los nobles y terratenientes, lo que causó que el reino se fragmentara en pequeños condados. Cada uno intentaba combatir el mal que asolaba sus tierras como mejor podía. Pero los no muertos no se rendían, y nunca descansaban.

En la actualidad, 1794, en regente BaltranII intenta gobernar lo que queda del poderoso reino de Solder, y a la vez luchar contra el mal. Los sabios aun mantiene la esperanza que el auténtico heredero de Garland vuelva, como en las antiguas leyendas Isgar regresó para salvar el mundo.

Los seguidores de Razia

En el año 1643, la ciudad de Khorant fue invadida y casi derruida por el ejército negro de Bahalmuth, comandada por el dragón de fuego, Yarius el viejo. Los paladines de la diosa Razia, protectores de dicha ciudad, fueron casi borrados por completo.

La orden de Razia casi cayó en el olvido, pues su nombre fue proscrito por la familia que reconstruyó la nueva Khorant de entre las ruinas.

El poderoso ejercito de Garland, junto a su lugar teniente Olafson, llegaron tarde para salvar a los desesperados defensores de la ciudadela. Cuando la ciudad las ruinas de la ciudad fueron liberadas del mal, ya no quedaba señores, ni paladines de renombre para gobernar la ciudad. Así que el Rey Garland nombró regente de Khorant a Vito Causo, maestre y señor de los gremios de Khorant.

En el año 1650, la familia Vito expulsó a los pocos seguidores de Razia que aun quedaban en la ciudad, expropiando todos los objetos de valor. Más la fe en la poderosa Razia no cayó en el olvido y un grupo de valerosos siervos pudo rescatar lo escritos sagrados, así como las mayores reliquias de la orden. Preservando su memoria y culto.

En los tiempos que nos ocupan, la orden de paladines de Razia, vuelve a surgir de entre las cenizas. Sus seguidores se levantan orgullos para luchar contra el mal que azota la humanidad. Y aunque son minoría y poco numerosos, las plegarias a la diosa vuelven a oírse en Solder

La Orden del Tridente.

En el año 1446, tras la victoria de Isgar sobre Bahalmuth, y la desaparición del héroe. Los caballeros y leales a Isgar ocultaron sus armas y pertenencias, dedicaron el resto de su vida a protegerlas. Formando así, una secreta orden, que se autodenominaron, La Orden del Tridente.

Se levantó un templo oculto, en las lejanas tierras del sur. Para vigilar el retorno de  Bahalmuth.

Durante generaciones el secreto de su paradero fue transmitido de padres a hijos, y tras la muerte de los caballeros originarios, sus descendientes ocuparon su lugar. La leyenda creció entorno a las sagradas armas, y aunque algunas de las reliquias se perdieron con el paso del tiempo, las más poderosas fueron celosamente custodiadas. Más el paradero exacto de cada reliquia era conocido por muy pocos.  

En el año 1646, un grupo de joven héroes fueron los encargados de volver a reunir las armas del poderoso héroe. La leyenda contaba, que una vez reunidas de nuevo, Isgar aparecería para derrotar de nuevo al Mal, si este regresaba.

Después del segundo regreso de Isgar, las reliquias volvieron a ser custodiadas por la Orden del Tridente.

Con la muerte de Garland III, líder aglutinador de la orden, su cometido final fue diluyéndose. Sin un líder poderoso, los adeptos a la orden empezaron a torcer los preceptos iniciales.

Tras la segunda venida de Isgar, y la muerte de Garland III la orden creció en importancia y seguidores, dejando de ser una orden secreta, para convertirse en un importante culto a la figura de Isgar.

El poder de sus líderes fue en aumento, llegando a convertirse en la religión mayoritaria de Solder. Los antiguos dioses fueron marginados, y en ocasiones perseguidos. Pero no fue hasta la Peste en Vida, cuando la Orden del Tridente consiguió su mayor poder. La Orden reclamaba para si el honor de ser la única que seguía al verdadero Dios. Utilizaron la memoria del poderoso héroe para dominar los corazones de nobles y campesinos. Infundiendo el miedo y el castigo para quien no seguía la Fe verdadera. Se convirtió, en relativo poco tiempo en una poderosa organización eclesiástica, con el derecho de juzgar la fe y actos de los hombre. Promulgando la promesa a los hombres, de que Isgar regresará para salvarlos, si son buenos y siguen sus dogmas.

En el año 1794 el Ministro Supremo es Pio III, de 61 años de edad, gozoso de ejercer de vara moral de todo el mundo, y sediento de poder.

 Aun con todo, entre las filas de la Orden del Tridente, hay gente verdaderamente creyente que entrega su vida a la memoria de Isgar, sirviendo a los ideales que su fe promueve.

Sobre Elfos y Enanos.

Los Elfos.

Los elfos habitaban en los bosques de Solder desde tiempos inmemoriales. Una raza orgullosa que amaba la naturaleza, y adoraba a sus propios dioses.

Durante el mandato de Garland I, el Rey Elfo Erthan pactó una alianza de amistad y ayuda. Pues ambos eran hombres de honor.

Erthan fue, junto Garland I uno de los nueve caballeros que acompañaron, en 1466, a Isgar a destruir al demonio Bahalmuth. Junto a los caballeros que sobrevivieron a la cruenta batalla, fundó la Orden del Tridente.

200 años pasaron, y los elfos y humanos prosperaron gracias a su alianza. Los humanos respetaban el hábitat de los Elfos, así como sus costumbres, y estos ayudaban en la protección de sus fronteras.

Cuando Bahalmuth regresó por segunda vez, Erthan y Garland III, trazaron un plan para recuperar las reliquias del poderoso héroe Isgar, y proteger a su vez todo lo que amaban. Garland III se encargó de reunir un ejército para combatir el mal, mientras Erthan protegía las fronteras, y ayudaba a un valeroso grupo de héroes para reunir de nuevo las sagradas reliquias.

Los Elfos sangraron y murieron en la gran batalla donde el demonio fue desterrado por segunda vez. Tras un tiempo de regocijo, la muerte de Garland III, causó la ruptura, de la fuerte alianza que había habido hasta ese momento entre elfos y humanos.

Erthan abandonó La Orden del Tridente, cuando estos, perdieron el norte, y dejaron de lado el verdadero propósito de la Orden.

La Peste en Vida asoló las tierras de los elfos, y estos dieron la espalda a los hombres, que se habían vuelto sedientos de poder y ya no respetaban las viejas promesa.

La semilla del demonio, afectó de forma considerable los bosques donde habitaban los elfos, los árboles, antaño verdes y frescos, se tornaron viejos y decrépitos, amargados por el mismo mal que fluía por debajo de la tierra.

Los elfos se encerraron en sus bosques, e intentaron protegerlos de la plaga de los no muertos. El poder de Erthan no fue suficiente para controlar la plaga, si bien la enfermedad no afectaba con tanta rapidez a los elfos, la mera visión en lo que se podían convertir, hacía que muchos se marchitaran antes de que llegara su hora. Pues la plaga tardaba mucho más en desarrollarse entre los habitantes del bosque, pero lo inevitable acababa llegando.

En el corazón del rey elfo, y por extensión en casi toda su gente, habita y crece la decepción por la raza humana.

Pocos elfos se aventuran lejos de los profundos bosques, pero entre ellos, aun hay la esperanza que el heredero de Garland regrese para comandar a lo humanos, y volver a forjar las antiguas alianzas.

Enanos.

Los enanos que habitan Solder no se inmiscuyeron en los asuntos de humanos y elfos. Lucharon en sus túneles y palacios subterráneos contra los ejércitos del mal que los asolaban. Solo durante la primera aparición de Bahalmuth lucharon al lado de los pueblos libres.

Después de eso, pocos enanos abandonaron sus montañas, sino era para comerciar con sus vecinos.

La Peste en Vida azotó a los enanos de distinta forma que a los demás habitantes de Solder, pues el mal surgía de las grietas y grutas que ellos habían excavado tan profundamente. Los no muertos de cinturas viles como orcos y goblins asedian los reinos enanos, junto con terribles criaturas demoníacas.

Algunos enanos abandonan las profundidades de las montañas para explorar el mundo exterior, y poder llevar noticias de este a su regreso.

Los Hombres Rata.

La tribu de hombres rata o rátidos, habitan en las tierras al sur de Solder, pasada la muralla de espinos que antaño protegía las fronteras del reino de incursiones de criaturas malignas.

Las tierras de los rátidos son como un oasis en medio de un desierto. En medio de un profundo valle, se alzan un bosque, llamado el Bosque Perenne, pues sus árboles, grandes y altos, nunca pierden las hojas. Se dice que hay en él una aura mágica, que todo aquel que entra nunca vuelve a salir, pues parece que los árboles se mueven y es inevitable perderse, solo los rátidos son capaces de guiarse, pues su comunión con estos ancestrales árboles es tal, que podría parecer que los árboles protegen a los hombreas rata. Cuentas los sabios de la tribu, que los elfos les enseñaron a coexistir con el bosque, pero solo son leyendas muy antiguas, que se transmiten de boca a boca.

Pocos humanos han traspasado las fronteras de las tierras de los rátidos. Isgar, en su primer advenimiento, encontró el pueblo de los hombres ratas, un poderoso aliado en el momento decisivo de la batalla contra Bahalmuth. Cuando el mal fue expulsado, Erthan, señor de los elfos, les otorgó el honor de custodiar una de las reliquias más sagradas de Isgar.

200 Años más tarde, un grupo de valientes aventureros, se adentraron en sus tierras en busca de dicha reliquia. Fuero recibidos calurosamente, y les ayudaron a cumplir su misión, pues esperaban que Iagar regresara para volver a destruir al regresado demonio.

El pueblo rátido ha luchado desde siempre contra las bestias del mal que moran en las tierras colindantes a su reino, y el Bosque Perenne nunca ha sido invadido. Tanto gracias al poder mágico del mismo, como en la numerosa cantidad de rátidos que lo habitan.

Estos últimos años, la Peste Viva, poco ha afectado a la forma de vivir de los hombres rata. Las criaturas no-muertas que han intentado irrumpir en el bosque, han sido rechazadas. Pero el creciente mal que parece pudrir toda la tierra, parece debilitar a los ancestrales árboles que pueblan todo su reino. Si los árboles se marchitan, los rátido corren peligro de desaparecer.

De los rátidos y sus costumbres.

Un rátido común, mide alrededor de 1’20. Son ágiles y diestros, y poseen una comunión innata con el mundo natural que les rodea. Suelen vivir unos 30 años, llegando a la madurez alrededor de los 9 años de vida. Su constitución les hace ser enormemente resistentes a las enfermedades. Su apariencia, podría parecer extraña, pues caminan a dos patas, y tienen una enorme cola, que les proporciona un extraordinario equilibrio para moverse entre los árboles. Utilizan herramientas rudimentarias, y son diestros con ciertas armas, aunque sus dientes son también peligrosos. Son, por general alegres y confiados, tolerantes, y poco dados a juzgar a los demás.

Sin embargo, sus peculiares costumbres son extravagantes e incluso molestas a ojos de los hombres. Viven en comunas, y su reproducción y fertilidad es tal, que hay ciclos en los que tienen que combatir entre ellos para reducir su número, o agotarían el alimento. Estas guerras, no son por territorio ni por poder, así que los ráitos no las viven con dolor ni rabia.

Los rátidos, suelen honrar a sus muertos, comiéndose sus cadáveres en un gran banquete. Esta tradición no tiene sentido para los demás pueblos, pero para ellos, es una forma de no mancillar la tierra donde viven, ya que les está permitido cortar ningún árbol para hacer una pira, ni horadar la tierra para hacer túmulos, pues su número ingente, pronto les obligaría a despejar zonas del bosque para ello.

Algo insólito es, que la infección de la Peste Viva, no afecta a los rátidos después que mueran. Si un rátido es infectado, puede convertirse en un no-muerto, pero al volver a morir, no propaga el virus entre sus iguales, si su cuerpo es consumido. Tal vez se deba su constitución, o una inmunidad desarrollada por este pueblo después de tantas generaciones comiéndose a sus muertos.

Viven en los árboles, construyendo cómodas cabañas aprovechando las ramas más grandes como vigas principales.

Los hombres ratas, adoran a la naturaleza, no tienen un Dios único, simplemente veneran a la madre la naturaleza.

Tienen un dialecto propio, muy parecido a la lengua común de los humanos. Su escritura se basa en caracteres rúnicos, pero pocos lo utilizan, solo el sabio de la tribu, y sus aprendices, ya que el conocimiento se transmite de forma oral.

EL sabio y sus aprendices, son considerados chamanes, y guías. Estos pueden llegar a dominar un cierto tipo de magia muy parecida a la que practican los pueblos de los hombres y de los elfos.

Pocos rátidos han abandonado las fronteras de su reino. El más famoso fue, Tarat, poderoso guerrero que guió a Isgar hacia el interior del templo de Bahalmuth. Cuentan que consiguió herir al demonio son su lanza, llamada “Espina”.

Otro destacado rátido fue Nart, aprendiz del chamán, que gustaba de salir al mundo exterior a explorar. Cuentan las historias que desapareció una noche, entre una brillante luz blanca.

Si algún rátido se aventura en tierras de los humanos, no es de extrañar que lo miren raro y con sorpresa, pues los rátidos son solo leyendas que se cuentas a los niños, y pocos hay que crean en su existencia.

La peste viva.

En 1777, la peste asoló todo Solder. Lo que en un principio se consideró una peste “normal”, pronto desencadenó acontecimientos desoladores para Solder. La semilla que el demonio Bahalmuth había conseguido dejar presente en toda la tierra, pareció, de repente, florecer. No pareció que ninguna causa concreta desencadenara la extraña infección. Pero de la noche a la mañana, los muertos se levantaron de sus tumbas. Estos engendros llevaban el mal en sus venas, y pronto extendieron la infección a los humanos vivos, pues enfermaban, y tras su muerte, retornaban a la vida como bestias sedientas de sangre.

Después de los primeros años, los habitantes de Solder que sobrevivieron a la gran oleada, aprendieron a defenderse de los no muertos. Las aldeas y pueblos se convirtieron en pequeñas fortalezas. Los campos de cultivo eran recogidos por las aldeas en pleno, formando grupos de vigilancia, por si los cadáveres les asaltaban. Los caminos eran peligrosos, y aunque grupos de hombres armados a caballo solían recorrerlos, para proteger a los pocos viajeros, al caer la noche, se refugiaban en los puestos amurallados que se disponían estratégicamente  a lo largo de estos.

La mayor concentración de muertos vivientes, siempre se situaba donde antes había habido una gran ciudad o pueblo. Las ruinas de estos eran en extremo peligrosas.

Se descubrió que lo s zombies no necesitaban comer ni alimentarse, pero cuando detectaban la presencia de hombres vivos, un sentido se activaba, y parecían sentir la necesidad de devorar la carne viva.

Los animales rehuían las zonas infectadas, y los bosques y prados quedaron casi desérticos. El reino de Solder, hoy en día, es casi un páramo fangoso y lóbrego, donde la muerte azota cualquier rincón.    

Laúd medieval

http://www.youtube.com/watch?v=YWO2UWOrV2o&feature=related

http://www.youtube.com/watch?v=7goe9JYZJS8

escribiendo "&version=1" después del código