Partida Rol por web

Dos enemigos consiguieron verle. Wistie se maldijo a si mismo, podría haberlo hecho bastante mejor, pero ahora eso no importaba. Su primer insinto fue lanzarse al ataque, llevó su mano a la empuñadura de su espada y la empezó a desenfundar... pero entonces se contuvo recordando la insistencia de Kanuth y su maestra de evitar enfrentamientos innecesarios. Se preguntó como podría evitar perder tiempo con ese, como evitarlo... pero solo apareció en su cabeza la idea de acabar con ellos lo más rápido posible.

Wistie desenfundó su larga espada de metal forjada por él mismo y esta produjo un sonido motorizado, parecido a un gruñido grave. Pero Wistie antes de hacer nada se concentró unos segundos, enfocandose en Kanuth, intentó percibirlo rápidamente a través de la Fuerza... pero en ese momento, y a las apuradas, le fallaron sus habilidades.

— ¡Gruñidora, calla! — Espetó Wistie, y la espada enmudeció.

Acto seguido el pequeño ewok corrió hacia los soldados, buscando trabarse en combate cuerpo a cuerpo con ambos a la vez.

A Kanuth le pilló desprevenido que los descubrieran tan pronto, a sabiendas de lo sigiloso que podría ser Wistie. Si estaban esperando en el pasillo, no había más opción que plantarles cara. Su compañero saltó contra ellos, pero él prefirió analizarlos desde la distancia. Había estudiado las armaduras de los soldados de asalto del Imperio desde que los enfrentara por primera vez, y sabía que podía recordar sus puntos débiles.

Sena activó su sable y un destello blanco atravesó a uno de los soldados que cayó de rodillas atravesado por el pecho, mientras la chiss mantenía encendido el sable sin saber muy bien que hacer.

De pronto las manos comenzaron a temblar al comprender que era su primera víctima. Había matado a aquélla persona.

El soldado de asalto que quedaba reculó lo que pudo ante los ataques y disparó sin apenas apuntar. El haz láser impactó a Kanuth provocándole un quemazón en un costado. 

—¡Ah! —el dolor del haz de láser no era nada a lo que pudiera comparar, y le pilló tan por sorpresa que dio un traspié y se golpeó contra la pared, acrecentando el daño en el costado. ¡Y eso que había tenido suerte y sólo le había dado superficialmente! Estaba claro que esos soldados de asalto tenían su fama bien justificada.

Pero no podía recular. Aún rodeado por sus compañeros, estaba claro que podía ser peligroso. Encendiendo su sable de luz, corrió a apoyarles.

Wistie vio muy de cerca como su compañera, de una simple estocada bien dada, atravezó el pecho de uno de los soldados. Wistie también se detuvo un momento a contemplar aquello... sin duda era una escena impresionante, pero el ewok no se mostró consternado... después de todo, no era la primera vez que veía muerte. Entonces unos disparos le hacen reaccionar, de un solo sacudón de su cabeza se quitó la impresión que lo distrajo por unos segundos y se enfocó en el otro soldado.

Wistie, sin apartar la vista del soldado, describe un arco con su larga y pesada espada para entonces hacerla caer en un corte. Pero manipularla en un combate real era más complicado que en las practicas.

El sable de Sena salió del pecho del otro soldado con un giro en forma de molinete. El impulso hizo que el soldado intentara cubrirse del ataque con su brazo, pero este fue amputado limpiamente por el sable de luz de la padawan, cortando también parte de su costado.

-Espero que nadie haya oído la refriega.- Comentó vuestra compañera mientras apagaba el blanco sable.

Al final Sena se había deshecho de ambos soldados con una efectividad implacable, pero Kanuth estaba demasiado dolorido como para reparar en que su compañera había asesinado a dos personas a sangre fría por primera vez. Eso iba a requerir una charla entre ellos más adelante. Pero eso sería después, cuando cumplieran su misión y escaparan de ese siniestro lugar.

—Vamos —cabeceó para que Wistie volviera a dirigir al grupo por los pasillos. Se tocó el lateral e inmediatamente ahogó un quejido. Debimos traer botiquines, espero que la maestra tenga en la nave.

Wistie vio como el soldado esquivó sin mucho esfuerzo su espada y ya estaba aprovechando el impulso del ataque fallido para elevar la hoja de su espada para atacar en un nuevo arco... pero la luz blanca de Sena golpeó primero.

Bajó sus brazos, permitiendose descansar un momento dejando la punta de su espada tocar el suelo metalico de la nave, y contempló un momento a su compañera. Kanuth parecía estar impresionado también. Wistie recordó entrenamientos pasados, que durante años habían tenido, y como Sena nunca se quedó atrás con la espada... siendo un punto intermedio entre la cautela de Kanuth y la impulsividad de Wistie. 
Él estaba al tanto de que su espada era inferior a un sable de luz y sus habilidades aun no bastaban para compensarlo. Su espada era lo que él había decidido, y no dudaba de esa elección y lo que representaba, pero ahora que estaban atravezando su primera experiencia real... Wistie se empezó a preguntar si la diferencia en cuanto a tecnología era demasiada como para no quedarse atrás de sus compañeros.

Le lanzó una mirada al rostro de Kanuth cuando este les apremió con un "vamos", intentando atisbar si él lo estaba juzgando internamente.
Enfundó su larga espada y abrió sus ropas para dejar a la vista que en el lado interno de estas tenía colgado algo que parecía plegado... Wistie lo tomó y rápidamente lo desplegó para tener en sus manos una especie de arco corto, arregló sus ropas y abrió un estuche que llevaba al cinto en el lado opuesto a donde estaba la funda con su espada, en este estuche ahora se podían ver varias flechas cortas. Wistie entonces tomó una flecha y cargó su pequeño arco para acto seguido apresurarse a volver a tomar la delantera en la continuación de la marcha.

El pasillo continuaba veinte metros y después torcía a mano izquierda, tal como os mostraba el plano. Wistie se acercó en silencio hasta la esquina equipado con un arcaico arco. Tras mirar y comprobar que estaba despejado, solo unos pocos metros os separaban de una puerta grande, que cortaba el pasillo a la mitad.

Pero justo cuando estaba a punto de abrirla le detuvisteis. Una sensación incómoda os recorrió la espalda cuando notásteis una perturbación en la fuerza. Un discípulo del lado oscuro estaba cerca. Muy cerca. Puede que fuera al otro lado de la puerta o debajo de vosotros en algún pasillo de la nave, pero para saberlo tendríais que localizarlo.

Kanuth buscó con la mirada inconscientemente durante unos segundos, pero no encontró más que aquellas lisas paredes de metal a su alrededor. Recuerda, se obligó a pensar, mira con los ojos de la Fuerza. Pero era una sensación demasiado abrumadora para concentrarse. No sólo era la tensión de haberse infiltrado en una nave Imperial, sino saberse cerca de un usuario del lado tenebroso. Inevitablemente, eso recordaba el peor suceso de su infancia.

Miró a sus compañeros a ver si ellos ubicaban al usuario. Si no, sólo restaba seguir avanzando.

Sena estaba asustada. No quería que sus compañeros se dieran cuenta, pero esa sensación... No quería volver a tocarla desde aquella vez hacía tanto tiempo. 

Cerró los ojos en un intento de no parecer débil y un escalofrío recorrió su espalda.

Cuando sus compañeros lo detuvieron, Wistie vio en sus rostros de repentina preocupación lo que instantes después él mismo percibió: una sensación inquietante... y familiar.
Wistie intentó concentrarse en la sensación, discernir de donde provenía, pero tan repentinamente como la sintió... dejó de percibirla.

De pronto vio con el rabillo del ojo la mirada de Kanuth escrutandolo a él y a Sena.

— Hay que tratar de seguir sin ser vistos. Hacerlo por Umi. — Pero entonces Wistie realizó el gesto con su mano de tres dedos abierta estirando el brazo hacia sus compañeros y moviendolo describiendo un arco. — Pero nosotros tenemos que estar listos para atacar.

La sensación os esquivaba. Parecía también querer esconderse, difuminarse con el entorno y al final desapareció completamente. Fuera lo que fuera, no estaba allí y teníais que completar una misión.

Wistie abrió la puerta cuando estabais preparados para cualquier cosa. Sin embargo el siguiente tramo de la nave permanecía vacío. Casi hacía pensar en que fuera una trampa, pero el inconfundible sonido de las pisadas de soldados de asalto os borró esa idea de la cabeza. 

Casi se sintió aliviado por no encontrarse a un usuario del reverso tenebroso al otro lado de la puerta. Casi. Porque eso significaba que podía aparecer en cualquier momento, cuando menos se lo esperaban. Un flash con imágenes de la matanza de la Academia vino a su mente, el cual retiró rápidamente al escuchar las pisadas que se aproximaban.

Extendió su conciencia y calculó el número de enemigos. Si eran pocos, podían emboscarlos. Pero si eran demasiados... Bueno, aún le escocía el costado por aquel disparo.

Wistie corre hacia el armario y le hace señas a Kanuth y Sena para que lo acompañen.

Alzando cuatro dedos y la dirección de la que venían, Kanuth hizo caso a Wistie.