Partida Rol por web

Cuando la compuerta se cierra tras ellos el equipo no puede evitar una cierta sensación de pánico. Incluso los más versados en situaciones similares, Calmidorian y Seth, notan la misma sensación que podría tener alguien en el fondo de un oceano cuando sabe que han cortado el túnel hacia la superficie. Y sin embargo la compuerta - cerrada - sigue estando ahí.

Ante ellos el túnel se adentra en la oscuridad. Hay algo raro en el ambiente, quizás provocado por la escasa luz, pero que transmite la sensación de haber pasado a un lugar muerto. Como si en lugar de estar en el medio de una estación llena de vida ahora estuviesen en un pecio espacial abandonado.

En silencio pese a que los trajes tienen intercomunicadores - otra utilidad adicional - el grupo avanza lentamente por el pasillo. Las armas prestas, los sentidos atentos...

Justin enciende los focos de su traje y avanza con cautela situándose a la cabeza del grupo con la pistola apuntando al frente.

Kuklo, al lado de Justin, comprueba con sus largos dedos el estado de su arma. A pesar de estar nervioso, se nota claramente que sabe manejarla, y no parece la facilidad propia con los mecanismos que caracteriza a su raza. Apunta hacia la oscuridad y, quizá sólo a un paso a la izquierda de Chambers, comienza a andar.

Seth observa la oscuridad, negra como sus propios ojos, e igual de fría. Más antigua, quizá, con lo que vence el supuesto duelo, y el ukar descubre los dientes en una arcaica amenaza poco práctica.

Prepara su arma y apunta a la oscuridad para ofrecer una amenaza más real. Nota entonces una extraña atracción, como siempre que algo espera ser desentrañado, el reto, el enigma, y se adentra un paso antes que los demás. Parpadea incómodo ante el foco que Justin enciende, y le mira de refilón, serio y silencioso. En su mente hay una canción olvidada por los suyos, de la que sólo queda un estribillo corto: ta-tariiiirú...ta-tariiiiiiiiii...

En otro hueco de su mente compartimentada, la frase última del ingeniero: "No se preocupe"...fuera de contexto no deja de tener su gracia...ahora que la oscuridad los arropa como un abrigo engañoso...

Kuklo se ha colocado a su lado, y Seth intenta situarse delante del foco de Justin para que éste no le deslumbre, y para recordar así el agobio adictivo de saberse atrapado, sin posible retirada ante la adversidad. Él y el problema...

La mente de Meixar desde el incidente del Icaro no es la misma, sus expontaneos delirios han disminuido en exceso.
Una tensión psiquica aborda su mente.

al contrario que sus compañero no lleva el arma en las manos, lo lleva a la espalda, el sigue tras Seth a la comitiva. lleva sus luces del traje encendidas, y las manos en disposición de cualquier ritual eskatónico.
Espera el momento ideoneo para intectar contactar con su mentor.

El Hermano de Batalla siente un frio que en verdad es solo recuerdo, un recuerdo tan oscuro y borroso que siente punzadas en su espalda a cada paso que da.
A dejado que todos fueran delante de el mientras, con los focos de su traje ilumina al Ukar para observar sus movimientos asi como su reaccion, ahora que va armado.

Su arma sujeta firmemente, denota una ligera pasion por usarla y mas sabiendo de la compañia que lleva sufriendo durante todo el viaje, pero sus necesidades son banales comparadas con la mision que a de cumplir.

Piensa cada nuevo paso que da, siempre con la mirada al frente nunca a los lados o a sus compañeros, pues aun esta esperando ver a las criaturas que se esconde en este oscuro tunel dispuestos a devorar sus sueños.

El grupo avanza silenciosamente por el pasillo. Casi se podría cortar la tensión con un cuchillo. A todos les recorre una sensación de frío por el espinazo. No frío físico - los trajes aislarían los elementos - sino frío espiritual...

Finalmente el pasillo se abre en una cámara enorme, de un tamaño que rivalizaría con la plaza principal de cualquier ciudad. El espectáculo es siniestro. El techo abobedado de la cámara es de cristal... ¡Y tiene fracturas! Sin embargo los indicadores de los trajes no muestran efecto alguno de falta de oxígeno o descomprensión, lo cual es imposible. Una extraña luz rojiza lo ilumina todo, aunque no se puede determinar claramente de donde procede. Pero lo más extraño sin duda es el efecto que tiene la visión del vacío más allá del cristal: no se ve nada. Oscuridad absoluta como en una noche de tormenta.

El interior de la cámara está repleto de vehículos calcinados. Vehículos miltares de varias tamaños se apilan unos contra otros en las posturas más extrañas, como si hubieran estado sometidos a un bombardeo. Los ojos de los visitantes recorren nerviosamente las estructuras de metal destrozadas: hay mil lugares donde algo puede ocultarse. Pero todo está siniestramente silencioso. Esparcidos entre algunos de los vehículos se ven los restos de los combatientes: armaduras completas en diversas posiciones... Es difícil saber si hay algo dentro de esas armaduras. Y armas: fusiles, lanzagranadas oxidados... Parece que aquí hubo una terrible batalla hace mucho tiempo. Pero ¿donde es aquí? Es evidente para todos que esto no parece formar parte de Tormenta Azul.

Al otro lado de la cámara hay un enorme portón de colosales dimensiones (unos doce metros de ancho por seis de alto) cerrado.

-Que es aquel portón vayamos allí....

-Debe haber un campo de fuerza o algo que mantiene esta zona estanca, si no con esas grietas...un momrnto.

Justin avanza hacia la armadura o el vehiculo más cercano buscando algun tipo de enseña o algún otro dato que le permita reconocer a quien pertenecían las tropas y donde y cuando tuvo lugar esta batalla.

- Aspachss - murmura Seth, arrastrando de forma sibilante el vocablo más parecido a "joder" que tiene la lengua ukar. Por un momento se olvida de la pequeña molestia que le aguijonea continuamente desde que empezaron el trayecto.

¿Fracturas en el cristal? ¿Dónde abismos se encuentran? Debe ser parte del discontinuo, de la zona perdida en una paradoja espacio-temporal, antes de alcanzar el núcleo.

- Justin. Si va uno, que vayamos todos, y estemos aquí el menor tiempo posible. Si esto es un lugar espaciotemporalmente inestable, quién sabe si no acabaremos a mil años y diez parsecs de distancia, en otro universo, por dar un paso más largo que otro entre nosotros.

Las palabras le recordaron el aguijón, y ya puestos, se vuelve hacia el hermano de batalla, dejando sólo un filo en su mirada al ser invadido por la luz de sus focos.

- Estoy seguro de que no confiarás en mí nunca...y tanto me da, yo tampoco confío en ti. Pero te aseguro que deslumbrarme con esas luces por todo el camino es la manera más segura de que en un mal momento acabe pegando un tiro sin saber a dónde va, y que por la tontería de enchufarme con el foco acabes como tanto pareces temer. Hoy hay cosas peores que yo en la oscuridad, tanto si me crees como si no...Harías bien en prestarles atención.

La mirada de Kuklo se mueve desde la bóveda agrietada hacia los cuerpos y vehículos destrozados que se encuentran en la gigantesca cámara. Intenta encontrar el punto donde se encuentran lo que sabe de tecnología con aquello que cae dentro del campo de la magia y de la religión. ¿Hay un campo de fuerza? ¿Qué es la oscuridad que espera tras la cuarteada bóveda?

Los restos de la batalla antigua también llaman su atención. ¿Había dos bandos? ¿O quizá -y esa posibilidad le inquieta- las bajas fueron causadas por algo que pudo quedar detrás del gigantesco portón?

Kuklo no baja el arma y no se separa del grupo.

La vision de aquel final de batalla, le recordo viejas heridas, y por un instante olvido donde y con quien se encontraba.

La hereje voz del barbaro parecio traerle de nuevo a esa extraña realidad y detubo su caminar. Ni siquiera eligio escucharle pues, toda su atencion se centro en los cuerpos y vehiculos desgastados hace tanto tiempo, o al menos parecian suficientemente viejos como para llevar alli años.

No siguio adelante, pero esta vez lo que alumbro fueron aquellos escombros, mas incitado por la curiosidad de saber el bando caido, que por dar ayuda a Justin, que parecia acercarse peligrosamente, a ese, ya acabado campo de batalla.

Justin se aproxima a la figura más cercana. Examina su emblema y constata que no lo reconoce. ¿Una casa menor de los Mundos Conocidos? Es extraño: la forma de una serpiente enroscada en lo que parece una espada de fuego. El aproximarse a la figura también le da más información: el cadaver del soldado está dentro, extrañamente momificado. A través de las rendijas del casco facial puede ver el rostro helado - humano - arrugado y rígido. Sus ojos - pues todavía los conserva - están abiertos de par en par en una mirada de horror total.

Calmdorian alumbra el cuerpo y los que están cerca. Seth comprueba que la mayoría de las heridas han sido producida por armas de filo... O garras... ¿Qué demonios puede acercarse tanto a una unidad con armas de fuego y destrozarla? Ni en las leyendas Ukar sobre Vorox enfurecidos había escuchado nada similar.

Kuklo, por su parte, no aparta la vista del techo. No hay campo de contención. No hay maquinaria activa. No hay efecto de vacío... Si alguien le preguntase su respuesta, de no ser absurda, sería que están en un planeta con atmósfera y gravedad. Pero ¿donde están en realidad?

Por su parte Meixar observa el enorme portón al otro lado de la sala. Permanece cerrado, como si esperase la llegada de los viajeros.

Estas han sido victimas de Demonios, sin duda alguna. No debeeríamos permanecer mucho tiempo aqui.....no es seguro.

-De acuerdo, como persona ignorante en estos temas, prefiero dejarle a usted la decisión de hacia donde debemos ir. Por cierto, ¿han visto esos emblemas?, no pertenecen a ninguna de las casas conocidas, ni siquiera a ninguna de la vieja república. Será mejor hacer caso a Seth y mantenernos juntos siempre que sea posible.

Los viajeros miran en derredor. Parece que la única salida obvia de esta enorme cámara es el portón del fondo.

Calmidorian se acerco asta el lugar donde estaba Justin, señalando el emblema de uno de los cadaveras aparentemente momificados guardando esa imagen en su retina.
-Una serpiente enroscada en lo que parece una espada de fuego... tiene razon... pero...

Alzo la mirada al escuchar las palabras del sacerdote y simplemente asintio con la cabeza.
-No se si habran sido demonios o algun tipo de depredador inmune a nuestras armas, pero lo que si esta claro es que debemos avanzar como bien dice Meixar, caminar hasta la entrada, yo guardare vuestras espaldas.

Comento siempre mirando al gran porton, sin llegar a mirar o referirse a nadie en especial

La salida parece obvia, aunque no por eso tranquilizadora. El gran portón se yergue delante del grupo. ¿Cómo se abrirá?

Kuklo no se aleja de sus compañeros, pero intenta averiguar la manera de abrirlo. No quiere pensar en lo que puede encontrar detrás. Tampoco en lo que tiene arriba, o en lo que tiene abajo. Agarra más fuertemente su arma y busca la forma de avanzar.

-Tiene que haber alguna manera de abrir ese portón.

Meixar observa detenidamente la manera de poder abrirlo.