Minutos más tarde...
El variopinto grupo de supervivientes se encuentra en una sala amplia, decorada en colores cálidos y amueblada con diversos sofás y algunas mesas de juego. Un amplio ventanal muestra el vacío espacio exterior. Los viajeros se encuentran en el lado contrario al de la Icaro, por lo que no ven ni rastro de su vieja nave.
-Solo queda esperar....
dice Mexar sentado en lo alto de un sofa en una postura parecida a las antiguas artes del yoga.
-¿Realmente cree que es posible que haya algo de eso en el Ícaro, padre?.
Kuklo se acerca también:
- ¿Y lo del peligro todavía activo? ¿No se acabó con la vida de las dos amenazas?
El gannok, después de tanto tiempo en tensión, se dedica a estirar sus músculos con fruición. Mira alrededor, mientras espera la respuesta de Meixar: le gusta la nave.
Calmidorian fue uno de los primeros en tomar asiento, alejado del resto pues, no parecia importarles que el olor del Ukar o la rata peluda se pegara a sus ropas, pero el pretendia ser mas precabido que ellos a pesar de haber tenido que compartir una vez mas habitacion.
No parecia observarles, no al menos de momento, solo buscaba los puntos muertos de la habitacion asi como analizaba con la mirada cada pared y esquina, pero la realidad era bien distinta pues sus orejas eran mas curiosas que sus habidos ojos.
-Cuanto tiempo mas debemos perder en una habitacion como supuestos invitados... maldita sea, espero que este viaje meresca la pena. No, si es cierto el informe, sin duda merecera la pena.-Luchaba con su mente una vez mas, mientras agarraba con brusquedad su brazo derecho tal y como podia adivinarse por las fuertes arrugas de su capa.
Meixar abre los ojos al ver que el piloto y el gannok se preocupan por saber algo más de lo que pasa o ha pasado en la nave
-No lo creo Justin, lo afirmo...yo mismo lo he sentido en mis propias carnes, de dónde crees que ha salido la cicatriz que tengo en la cara...ni el preso ni el simbionte hacen esto.
El peligro sigue activo, el preso y el simbionte fueron meras distracciones, y el problema será desactivar ese peligro...es algo a lo que un hombre por sus propios medios no puede enfrentarse, se debe luchar de otros modos. Pero antes de eso debemos investigar bien en el origen de todo....Tormenta Azúl.
Debemos estar bien preparados, porque no sabemos qué nos podemos encontrar allí.... Hay que ser precavidos.
-Bueno,...yo de estas cosas no entiendo mucho, la verdad y suelo ser escéptico cuando me hablan de...fant...cosas que no entiendo, pero veniendo de un sacerdote, tengo que creerle.
El grupo permanece a la espera, cada cual meditando sus propias conclusiones.
Repentinamente la nave se pone en marcha. El movimiento es sutil, lento, casi imperceptible si no fuera porque a través de la critalera puede comprobarse como van cambiando de posición las estrellas.
La puerta de la sala de descanso se abre. El capitán Lucius entra en la sala con rostro tranquilo:
- Bien. El equipo ha regresado sin que haya sucedido ningún incidente remarcable.- comenta - Han localizado tres artefactos explosivos, el cadaver del simbionte y los restos de sangre en la zona de carga inferior, supongo que se corresponderán con el ADN del preso.
Guarda silencio unos segundos:
- Tal y como ustedes han confirmado no hay ningún rastro de los demás pasajeros. Ni siquiera el cadaver del marine al que mató el preso. Es como si sencillamente se hubieran desvanecido en el aire. No soy una persona supersticiosa pero ya había escuchado a otros compañeros contarme casos similares. Esperaba, sinceramente, no toparme nunca con uno. Salvo que tengan alguna otra cosa que añadir ahora solo nos queda aguardar a llegar a Tormenta Azul.
-Es exactamente lo que debemos hacer, capitan
Calmidorian no menciono palabra, simplemente asintio con la cabeza, deseaba llegar cuanto antes a Tormenta Azul.
-Espero que nuestras pertenencias sean devueltas pronto y termine esta larga y absurda espera.
El capitán asiente y, sin decir nada más, sale de la habitación dejando al grupo a solas.