Partida Rol por web

"Vamos allá", piensa el Gannok. Esta es su vida, el don que le ha llevado hasta esa situación, si no arregla los desperfectos de la nave no volverá a usar nunca más sus herramientas.

Con gran seguridad coge las tijeras laser para cortar los cable, desenrosca un par de tornillos que sujetan una pequeña placa, por último agarra el soldador... "manos a la obra".

Tras ponerse el traje de vacío Seth se sitúa entre un par de cajas dejando aparte el walkie con un cable que encontró entre el material de la bodega. Allí apostado se pone el traje de vacío por el que escucha el ruido característico de la respiración del gannok: corto y contenido. Seth sonríe: la concentración típica de alguien que está reparando algo.

Mientras tanto permanece atento a lo que sucede en el exterior. Acechante. Hay varios cazadores en esta nave y uno de ellos es el propio Ukar. Un sonido lo alerta.

Tlink... Tlank.. Tlink... Tlank...

Algo se mueve por los conductos de ventilación. Los músuculos de Seth se tensan.

Tlink... Tlank... Tlink...

Detención. Cerca. Lo que quiera que se mueva se ha detenido muy cerca de esta sala. El sonido lo ha delatado. ¿Nota la presencia de Seth?

Tlink... Tlank...

Se mueve. ¿Hacia donde? Los ojos del Ur-Ukar buscan las posibles rendijas del aire acondicionado. Hay más de media docena en esta enorme cámara... Podría estar en cualquiera....

Tlink... Tlank...

Sigue moviéndose.

Completamente dedicado a ello, el Gannok continua cortando y ensamblando cables.

"Ahí estás, maldito. Seas quien seas...", pensó Seth.

El ukar concentra sus pensamientos, se ha detenido a observar. Se arriesgará a volver a mover el walkie mientras expande sus sentidos más allá de lo evidente, y deja que su percepción lo inunde...

No tendrá muchas opciones contra un enemigo instintivo. En cuanto revele su posición, se lanzará con el vibrocuchillo para atravesar la plancha y lo que haya detrás.

Seth se abalanza como una furia sobre la criatura, intentando esquivar las púas que recubren la espalda del monstruo. Aprovechando que no es esperado su ataque lanza un tajo contra lo que supone puede ser el estómago. El vibrocuchillo alcanza su objetivo pero la piel de la cosa es realmente dura... Parte del impacto es frenado por su piel quintinosa, aunque un ligero chorro de sangre verdosa recompensa el ataque de Seth...

La criatura se retuerce furiosa y dos de sus garras intentan alcanzar el cuello del misterioso oponente que ha surgido a sus espaldas. Lo que parecía una presa fácil se ha convertido en la trampa de un odioso depredador oculto. Las garras se clavan en Seth, atravesando su piel y los músculos, mientras las púas se erizan para rasgar su pecho. Retorciéndose por el suelo el UrUkar renuncia al dolor mientras, abrazado a la bestia, sigue alzando su vibrocuchillo con la esperanza de alcanzar alguna parte vital... Seth aulla de dolor al sentir como se desgarra algún músculo de su zona abdominal...

"El grito de dolor debería oírse por el comunicador", piensa Seth, antes de sumirse en un estado primitivo de supervivencia. Bestia contra bestia, el ukar desata toda la rabia de su raza, su odio genético, su natural impulsividad. Busca atacar al rostro de su oponente, si su piel es tan dura, quizá los ojos no lo sean.

Pero no puede perder la cabeza, en ese combate el simbionte es claramente superior en lo físico, sólo si es más listo que él logrará tener alguna opción. No puede perder tiempo pidiendo ayuda, ahora su opción es confiar es esperar que desde el walkie escuchen algo, que el gannok le haya oído aullar, que el doctor vuelva de su shock...que el cuchillo y su furia hagan algo mejor esta vez.

La cosa ya no dependía de Seth, sino del destino. Escucha la voz del gannok a lo lejos. Espera que esté bien, curiosamente, espera que esté bien.

Pero los ukar no se arrastran al olvido sin más, sin rabia, sin pelea.

Ya sólo queda una oportunidad...ve a Justin. Si el humano dispara, distraerá al simbionte. Si lo distrae, él podrá clavarle el cuchillo dentro de su puta boca abierta, o en los ojos, lo que permanezca más expuesto, con todas sus flaqueantes fuerzas.

Justin espera hasta obtener un blanco preciso y finalmente abre fuego sobre la criatura.

Justin apunta a la criatura y descarga un disparo de su blaster sobre el mismo... La criatura lanza un aullido de dolor cuando la carne se requema debido al impacto del arma energética. El monstruo lanza un terrible aullido y de un salto se encarama nuevamente al tubo de ventilación, por el que desaparece con sorprendente rapidez, dejando al herido Seth en el suelo, con el arma todavía aferrada en su puño...

-¡¿Preocuparme?!, con esos ruidos gritos y gemidos por poco se me escapa el maldito soldador. Espero que estéis todos bien. Aquí me quedan unos 20 minutos tranquilo por el traje, no creo que tenga problemas en terminar.

-De acuerdo, yo a lo mio. Pero intenta inventarte bonitos detalles de lo que acaba de ocurrir, no quiero aburrirme cuando me lo cuentes, kok, kok.

Ya más tranquilo el Gannok vuelve al trabajo.

"Bien, el último cable, espero que esto funcione".

EL Gannok nota como su sudor, esa sustancia que los hace tan especiales a las narices desacostumbradas, se mueve entre sus capilares. Le falta poco para dejar atrás la ingravidez, tan maravillosa y a la vez tan molesta.

Mientras hablan Justin mira los conductos del aire y como atraviesan por la zona del techo la zona que separa la maquinaria de la bodega de carga. Maldita sea... Son tantos y han tenido tantos apaños en todos estos años que difícilmente podría uno hacerse idea de por donde se escabulliría el bicho... Aunque desde luego no se oye ningún ruido, o al menos ninguno como el que hizo al escaparse. ¿Habrá descendido de nivel? ¿Estará agazapado entre la maquinaria?

Justin espera impaciente noticias de sus compañeros. Llevan un buen rato en silencio.
Repentinamente una luz roja se enciende: hay una fuga de presión en una de las tuberías principales de la nave. Nada peligroso: una rotura interna que seguramente produzca una nube de vapor en la zona de maquinaria, pero nada más... Los motores no parecen dañados. O al menos eso no se ve reflejado en los paneles. Parece más una rotura interna.
Los ojos del auriga recorren los paneles. Maldita sea... En los cazas no hay tanto lío de controles de fugas, motores adicionales y supletorios... Tiene localizada la avería pero no sabe como podría detener la fuga. Al menos, se dice Justin para consolarse, no parece grave...

-De acuerdo, por aquí todo está tranquilo. Meixar parece que se va recuperando. Podemos encerrar al preso en una de las zonas que tenemos controladas.

-Es posible que el simbionte se lo haya llevado. Kuklo, la nave de rescate está a punto de llegar. Será mejor que volvais al puente de mando.

Pasan unos minutos antes de que la puerta de la sala de navegación se abra y por ella aparezcan Calmidorian, Seth y Kuklo. Todos tienen rostros serios y taciturnos.