Partida Rol por web

Antes de que le dé tiempo a responder sobre si podía acoger a la joven Molly, su nueva socia empieza a demostrar sus dones sociales y organizadores. De repente se siente convencida de haber tomado una buena decisión.

- ¿Estás segura, querida? - pregunta, con un poco de remordimiento por no haberla acogido mejor - Es decir... no tengo muchas camas libres, la verdad... Pero si necesitas cualquier otra cosa...

Se gira hacia la joven china y le coge la mano con afecto.

- Muchas gracias por ayudar en esta situación tan... enrevesada. Vuelva pronto, tendré listo su pedido y un buen té para lo que nos queda por comentar - dice con una sonrisa.

 Bing, no te preocupes, nos llevaremos muy bien. digo con una sonrisa y asiento a las palabras de Marianne. Volvere pronto en cuanto prepare tambien eso. 

Cojo mi petate de sabanas. Molly tendremos que darte otra ropa, esa que llevas esta un poco sucia, un buen baño y dormir hoy en una cama caliente, te aseguro que mañana estaras como nueva

Patrick se despide de las señoritas y se gira hacia Marianne. - Yoooo... no se que decir, la verdad, ha sido toda una sorpresa. Ya disculpará el embrollo, comprenderá que no era mi intención. Ahora volvamos al trabajo... lamento que se haya visto envuelta en esta situación.

Molly y Bing vuelven a la tienda, donde siguen Patrick y Marianne. Ya no llevan las sábanas.

Observa a Patrick disculparse y aunque está con loa brazos en jarra su cara es más compasiva que dura.

- No se preocupe, entiendo que no lo ha hecho a proposito...

Antes de que pueda aclararse la mente y decidir por dónde empezar los encargos del día se vuelve a encontrar con Molly y la joven Bing en la tienda.

- ¡Bienvenidas de nuevo! - dice con una sonrisa, aunque un poco desconcertada - ¿Ha ido bien el primer trabajo? - pregunta a la joven pelirroja - ¿Se han dejado algo?

 Bastante bien, pero... me callo. hablaremos mejor mas tarde a ultima hora en la lavanderia..

Sonrio y pense que querria despedirse antes de irnos a la lavanderia para uqe pueda verla cuando quiera...

- Ajá... todo ha ido de perlas. - apostilló la joven con una sonrisa enorme en los labios. El encuentro con el dueño del saloon había sio cuanto menos curioso. Deacuerdo con que aquel vaquero se jactaba de ser desagradable, pero ahora veía en Bing ya no sólo una jefa, sino tambien una posible confidente y, por qué no, amiga. No había dudado un segundo en salir en su defensa cuando Molly lo necesitó.

- Bueno... nosotras continuamos con la tarea. Nos vemos luego.

Patrick está familiarizándose con la tienda y el material cuando entran Bing y Molly. Cuando las escucha, se gira sorprendido. - Euuu... Si. Claro. Luego nos vemos... si.

Cuando se marchan, Patrick se rasca la cabeza pensativo. Es una sensacion tan extraña la de quedarse sin palabras... tanto como la de ser padre.

A medida que se entra la tarde, la tienda se anima más. Mientras que las clientas se reparten más a lo largo del día, los hombres van a comprar al volver de trabajar, y sin ser mareante la clientela es numerosa. En cuanto al negocio "de la trastienda"... La gente desconfía del opio, y en general prefieren evadirse con un buen trago en el saloon.

Según avanza el día, Marianne va haciendo pequeñas escapadas al almacén para preparar el material para su nueva socia. La verdad era que no tenía abundancia de nada en particular, había sólo unas pequeñas palas y material de jardinería más pensado para jóvenes damas que arreglan sus rosales que para otra cosa. Probablemente debería pedir a su proveedor los abonos y otros enseres más especiales, o intentar conseguirlos en la otra tienda del pueblo. En uno de los momentos en los que se quedó la tienda vacía se acerca a Patrick, pensativa.

- Creo que faltan materiales que pueden ser vitales en nuestro nuevo negocio... ¿Sería tan amable de acercarse a la tienda de ultramarinos y preguntar si los tienen? Preferiría no involucrar a mi proveedor todavía, seguro que busca alguna excusa para cobrarme de más.

Patrick, que estaba pensando en sus cosas un tanto ausente ante la falta de clientela en ese momento, hace un pequeño movimiento con la cabeza para mirár a Marianne cuando se dirige a él. - Oh, por supuesto. Seguro que podré conseguir lo necesario para cultivar un buen jardín... - dice con una gran sonrisa, antes de añadir por lo bajo - ... sea lo que sea que haga falta para ello

Patrick deja el delantal y sale por la puerta silbando mientras se pone su sombrero y piensa que puede hacer falta, ya que no tiene mucha idea de que puede ser necesario más allá de semillas, un par de cubos para regarlas y tal vez una azada o algun apero de labor

Antes de que salga por la puerta, agarra a Patrick y le alcanza un papel. -Pero hombre, espere. Aquí tiene una lista de lo que necesitamos. ¡Regatee lo que haga falta! - añade con una sonrisa pícara.