Amaya y Eric llegáis a la guarida, tras una noche algo movida, aun no sabéis bien bien que es lo que ha ocurrido con los tipos del bar, a donde se ha ido Jordi...
Salen a recibiros Marta encabezando el grupo, seguida a su derecha por Dominik y algo más atrasados Eva, Taña, Marius y William junto con algunos guardias entre los que se encuentra Edgar.
Dominik da un paso al frente y con un tono calmado pregunta -¿Que ha sucedido? ¿Donde están los demás?- por lo poco que lo conocéis sabéis que vuestras palabras deben ser bien escogidas, pues no querríais enfadarlo.
Por otro lado, Marta con una voz muy calmada, como ella siempre es lo detiene -Tranquilo Dom, ya habrá tiempo para eso, ahora mejor pasar a dentro, está a punto de amanecer y estos "jóvenes"...- dice con un tono algo sarcástico -... estarán cansados. ¿No es así?- dice mirando al grupo.
Podéis notar como a Dom no le gustan demasiado esas palabras, pero es su superior y obedece sin rechistar.
Marta ordena a todos que vayan a descansar y mañana os presentéis ante ella, incluido Edgar, dado que presiente el grupo ha sufrido algunas bajas y deberán ser repuestas.
Nada más subir al coche, tras de ti sube ella.
El vehículo se pone en marcha, la mujer abre una nevera y saca una botella de cristal con un liquido que te resulta familiar, sangre.
-¿Quieres una copa?- dice con una picara sonrisa en sus labios mientras ella se sirve una.
-Aun no me has dicho tu nombre. Le digo sonriéndole y aceptando su invitación.
-Y ya que estamos ¿por qué el numerito de los matones y el coche?
-Julia- dice de forma desinteresada, da un trago a su copa -No es ningún numerito, y te aconsejo que no seas tan curioso, ya sabes lo que dicen- dice sin desdibujar de su rostro esa sonrisa.
-Oh, por si tienes dudas, no estás retenido, eres mi "invitado"- dice con algo de sarcasmo -y las preguntas las hago yo- da otro sorbo y hace su primera pregunta -¿Que hacías en ese club? Preferiría que no me mintieses, solo sería hacerme perder el tiempo- sus palabras son muy confiadas y su mirada seria e inquisidora ahora que pregunta.
-Pues a mí me ha parecido bastante numerito. Si querías que te acompañara solo tenías que pedírmelo.
-Aunque me gusta esto. digo mirando al interior del coche la nevera y luego a la chica de arriba a abajo. - Si me gusta mucho.
-Estaba con “El Lumas”. Me viste con él cuándo nos conocimos. Parece que ahora pincha en ese local.
-Mira...- ha cambiado todo su rostro y se puede ver con gran facilidad -...o me dices lo que quiero saber o... ya sabes lo que suele pasar en las películas en estos casos ¿No? Solo que esto es la vida real- dice mientras saca de su bolso un cuchillo y lame su hoja.
Te explico como está la cosa por si se te pasa por la cabeza hacer algo. Está el chofer, uno de los gorilas delante con el y el otro a tu lado. Tu enfrente de ella (Que en las limusinas hay doble asiento, vamos que tu irías de espaldas a la dirección en la que vais)
Sin saber nada de lo que había pasado, ni dónde se llevaban aquellos hombres a Jordi. Veo a Dominik, que nos habla y nos pregunta qué ha pasado y donde está el resto del equipo.
Quise contestar pero callé a que este terminara al igual que su compañera Marta, que intentaba relajar a Dominik. Sabía que no podía tontear con aquel tipo, por lo que mediría mi tono y mis palabras hacia ambos.
No sé qué ha pasado. Soló sé que nos tuvimos que separar en grupos porque algunos no pudimos entrar al local que ustedes nos mandaron.
Yo me quede con las damas y mi compañero y allí nos vinieron a nosotros los matones del local donde consiguieron entrar Jordi y el resto.
Después de la pelea, solo pude ver a Jordi montar en una limusina. Supongo que habrá conseguido localizar al tipo que vamos buscando...
Dije tranquilo y sereno, mientras miraba a un nuevo hombre en el grupo. Me acerqué a él cuando nos mandaron a descansar.
¡Hola! soy Eric ¿y tú qué haces aquí?
Contemplo de nuevo el aura de la joven Julia buscando las manchas negras que la revelarían como diablolista o más bien como supongo por su comportamiento como un assamita.
-Deberías saber que es de muy mala educación amenazar a los invitados.
-¿Que quieres saber? Te he dicho que estaba con “El Lumas” y no te he mentido.
-Si me lo preguntas amablemente te diré lo que quieras saber, si no tendré que reusar tu invitación.
Desvió la mirada un segundo hacia la luna trasera a espaldas de la joven mirando al coche que no siga.
-Faltaría más, no es una amenaza, es una advertencia- sonríe de forma picara con lo que sabes que te ha entendido.
Por lo que puedes apreciar mientras hablas con ella no os sigue ningún coche, vuelve a dar otro sorbo y repite su pregunta -¿Para quien trabajas? No me repitas lo de "El Lumas" ese o será la ultima tontería que digas- ves como se pone seria de verdad y mantiene su mirada fría sobre ti.
Estabas con "El lumas" si, pero te ha dicho que para quien trabajas, no con quien estabas xD, puedes usar disciplinas y tal si quieres, aunque te arriesgas a...
-No trabajo para nadie. Nadie me paga, ni debo nada a nadie, solo trato de sobrevivir.
Miro por la ventana como distraído fijándome en las calles que cruzamos.
- Me entere de que ese local estaba dirigido por un pez gordo, solo quería conocer gente y parece que así ha sido. No esperaba un recibiendo tan acogedor.
-No me quejo, pero estoy intrigado en saber qué queréis de mí. No tengo respuestas solo preguntas.
Me habia preguntado ¿Que hacías en ese club? no ¿para quien trabajas.? ahora si jejeje
Usar auspex no se nota es "super-vision" como la de superman
¿En que parte de la ciudad estamos y hacia donde vamos?
Amaya sonríe durante todo el camino a la guarida, con aquella sonrisa inocente tan poco habitual en los de su especie. Las manos se mantienen tras su espalda y no deja de hacer preguntas e incluso tararear alguna cancioncilla infantil, sin dejar de balancear los pies.
Aquella actitud confiada e infantil cambia en cuanto su mirada encuentra la de Dominik. Su sonrisa desaparece y agacha el rostro, ocultándolo tras su espeso cabello negro. En tan sólo un instante, la joven parece haberse quedado muda. Ni siquiera la voz de Marta consigue que se pueda relajar, y continúa mirando a Dominik a hurtadillas.
Su silencio no es tan sólo por la impresión que le causa el vampiro sino que, además, tampoco tenía ni idea de lo que había ocurrido. Ella tan sólo había entrado en el local con Duty y había intentado ayudar al grupo de neofitos tal y como le habían ordenado. Pero no tenía ni idea de qué hacían allí, cual había sido el problema o cómo habían caído las bajas. Así que con un pequeño y casi imperceptible pasito, se coloca detrás de Eric, con las manos tras la espalda, intentando hacerse invisible.
Qué suerte tiene Duty...
Sentí como el ensimismamiento que nos rodeaba esa noche, desaparecía. La tranquilidad cotidiana de estos días cargados de soledad al hacer las guardias, se había roto por fin con la llegada de más gente, parecía que por fin iba a haber algo de acción por allí.
Mis ojos curiosos observaron directamente a los recién llegados, sobretodo en la chica que parecía muy salvaje, muy llamativa. Sonreí al escuchar que yo también debía acompañar a los llegados... era extraño... entonces el chico se dirigió a mi.
- Hola, yo soy Edgar soy un guardia aquí.- Dije estrechándole la mano.- Encantado.
Mientras camino hacia donde nos habían mandado a descansar, estrecho la mano de Edgar y le sigo comentando.
Encantado tío, hmm...dices que eres un guardián...¿dónde estabas cuando te necesitábamos? dije en plan broma y entre risas al acordarme de la situación vivida en el aquel bar.
Os vais a descansar, cada uno en su habitación asignada.
A la noche siguiente os levantáis, como siempre y...
Quitaros un punto de sangre. El que tenga 4 o menos que me lo diga y haga una tirada de autocontrol en oculto en un mensaje de solo al director.
Tras descansar toda la noche en aquella habitación que nos habían habilitado. Y tras estar toda la noche dándole vueltas a mi cabeza sobre donde estaba Jorge y si estaría bien...
Me levanto de ese incómodo ataúd, al que aún no me había acostumbrado. Como tampoco me había acostumbrado a las extraña sensación de querer sangre.
Puse mis pies en el suelo y salí de allí.
Mis obligaciones siempre me hacían despertarme al acaecer la noche, sentí como el letargo me abandonaba y volvía a la existencia de la no vida. Desperté en la oscuridad del habitáculo en el que dormía y ya conociéndolo de memoria salí del él. Tenía que ocuparme de mis asuntos, al menos por regla general hubiera sido hacer la ronda y después marcharme a mi bar... sin embargo hoy mis asuntos eran otros, usé la sangre de mi cuerpo para despertarme completamente y una vez estuve en pleno uso de mis capacidades me dirigí con premura a presentarme ante Marta pues parecía requerir mis servicios.
Una vez llegué ante ella, hinqué la rodilla y agaché la cabeza del modo tradicional mientras mi mirada se quedaba en el suelo, esperando que me diera la orden de poder levantarme.
- Mi señora...
Amaya es despertada, como siempre, por el ronroneo de su gata Perla cerca de su oído.
- Buenas noches, pequeña... -Murmura, acariciando suavemente su cabeza antes siquiera de abrir los ojos.
No tarda en levantarse, ponerse una camiseta de tirantes y unos tejanos ajustados, y salir por la puerta con ella en brazos. No solía preocuparse demasiado por las cosas, ni darle demasiadas vueltas a nada, y aunque no sabía exactamente qué es lo que había pasado la noche anterior, tampoco se esforzaría en intentar entenderlo.