Aun que mis amigas se quedan con caras de sorpresa mientras yo intento llamar la atención de Marius, creo que no es el momento de explicarles de que lo conozco. Si mi plan sale bien me lo agradecerán y yo podre contarles toda la historia.
Al ver que Marius esta buscando a quien lo ha llamado pero parece que no me ve, decido acercarme hacia el mientras muevo la mano hacia un lado y hacia el otro en forma de saludo, esperando que así le sea mas fácil que se de cuenta de que soy yo la que lo ha llamado.
Marius al fin se percata de que eres tu y sale de nuevo pasando por el guardia -Vaya, menuda sorpresa verte aquí- te dice tras saludarte con un par de besos -¿Quieres entrar? Pues siento decirte que no puedo hacer nada, estamos llenos- te mira de forma seria y sincera, por un momento llegas a creerlo pero su expresión cambia a una menos sincera y con una sonrisa en su rostro, como si solo bromeara -¿Donde están tus amigas? ¿Las que me dijiste antes? Diles que vengan y os hago pasar- se gira hacia el portero y le indica que te deje pasar junto a tus amigas -Me adelanto, tengo que resolver algunas cosas de la discoteca, la responsabilidad de ser el dueño- te dice dandole poca o ninguna importancia a su posición.
-Que casualidad. La primera discoteca a la que vamos y coincidimos, sonrei sonrojandome un poco. Afirme con la cabeza cuando me pregunto si quería entrar. Me sentó como un jarro de agua fría cuando no dijo que no podía hacer nada, me había echo ilusiones para segundos después quitármelas. Mi cara en este momento tuvo que ser un poema, de la sonrisa de oreja a oreja a la incertidumbre, no sabia donde meterme en ese momento. De repente el gesto de su cara cambio y pude respirar aliviada con lo que escuche, que bromista es este Marius, pensé.
-Allí están, señale hacia la cola, mas o menos donde estaban mis amigas. Probablemente ni las viera ya que había mucha gente.
-Ahora nos vemos, me sorprendio que fuera el dueño de la discoteca, no me lo imaginaba para nada. No debía extrañarme tampoco sabia nada de su vida, solo sabia que habia salvado la mia.
Les hice a mis amigas un gesto con las manos para que se acercaran. Cuando ya llegaron donde estaba yo les dije:-Venga chicas vamos hacia dentro que conozco al dueño
Tras algunas sorpresas de tus amigas como...
¿Y de que lo conoces? ¿Es guapo? ¿Es tu novio? ¿Me lo presentas? ¿Es famoso?
Mientras entráis te agobian un poco, pero es uno de los Staff que están en la puerta quien te libra de esa carga, pues te pide le acompañes, pues Marius quiere verte en su despacho.
Que amigas mas pesadas tengo y que cotilas son, yo ahora quiero disfrutar de la noche bailando y no sometida a un tercer grado, entiendo que tengan curiosidad pero que pesadas son.
-Es un conocido y no es mi novio, fue lo que me dio tiempo a contarles antes que el tipo del staff me dijera que Marius queria verme, fue mi salvacion.
-Ahora nos vuelvo chicas, les dije y me fui siguiendo al tipo del staff.
Toque a la puerta del despacho de Marius antes de entrar, ya se que me esperaba pero por educacion toque y espere unos segundo para entrar.
-Me han dicho que querias verme.
El hombre del Staff te lleva a trabes de una puerta en la que se lee Solo personal autorizado referido a la gente del local. Mientras la puerta permanece abierta la música de la discoteca se oye como si estuvieras en la misma sala, al cerrarse, se hace el silencio. El hombre te acompaña hasta el final, tras subir unas escaleras hasta una sala de espera muy cálida y acogedora -Tras esa puerta está Marius- y tras eso se marcha.
Asiente con la cabeza cuando te escucha -Si, quería charlar un rato contigo, disfrutar un poco los dos solos de la noche, si te apetece- de fondo suena una música diferente a la de la discoteca, en está suena house y dance mientras Marius en su despacho tiene música clásica, acaba la canción y salta a una de Metal, un cambio algo raro, aunque no deja de ser un buen grupo. Marius está apoyado en una pared mientras habla contigo.
Tarde unos segundos en contestar. Pensé en mis amigas, hacia tiempo que no nos juntábamos para salir de fiesta y me apetecía estar con ellas pero por otro lado me apetecía estar y conocer mas a Marius.
-No se que les parecerá a mis amigas, pero... podemos hablar un rato ya me volveré a unir con ellas que la noche es larga, sonreí
Tras tu respuesta Marius abre un pequeño mueble, te sirve una copa y te la ofrece. Empezáis a charlar de temas banales, gustos que tenéis, a que te dedicas, etc... cuando empiezas a sentirte algo mareada, raudo te ofrece una silla donde acabas sentada, la habitación cada vez te da mas vueltas hasta que pierdes el sentido.
-FIN-