Partida Rol por web

Sales tarde de clase. Ya ha oscurecido y es invierno, Barcelona es una ciudad preciosa, pero lo es mas de noche, por lo que decides, ya que está cerca, ir a casa andando.

Empiezas a caminar y perderte por la magia de las calles, disfrutando de la preciosa noche que hace. Ya has hecho otras veces el mismo camino, por lo que caminas medio distraída con las fachadas y los "paisajes" que te deleitan.

La clase acabó tarde y había oscurecido, hacía un frío de mil demonios, aunque iba bastante abrigada para lo que normalmente es mi atuendo, y pese a todo, decidí ir a casa andando en vez de con el metro, pues al mirar al cielo, vi la hermosa luna, más grande que de costumbre y las estrellas, que normalmente no se veían debido a la contaminación, brillaban más que usualmente.

Me apeteció ir de forma tranquila, sin prisas, pues quería disfrutar tanto del paisaje en el cielo como de las calles principales de Barna iluminadas "Esta ciudad cada día es más bonita" pensaba para mis adentros, pues aunque me había criado en ella, me seguía enamorando su gente, su arquitectura, su olor...

Andaba distraída, pero me daba igual, pues había realizado ese camino otras miles de veces yo sola, total, no tenía por qué pasarme nada malo.

Vas caminando y apenas encuentras a gente por la calle, cosa que es en parte habitual, por el frío que hace, pero por otro lado no, pues es una zona muy concurrida. Solamente te has cruzado, en lo que llevas de trayecto que debe ser poco menos de la mitad con un par de personas, una paseando a su perro y el otro, parecía que al igual que tu, había salido tarde por la prisa que llevaba.

Giras a la siguiente calle y te fijas que está oscura, las luces parecen fundidas, solo hay un par que parpadean, como si fuera una discoteca, y aunque da un poco de cosa pasar es el único camino de vuelta a casa.

La calle estaba inusualmente vacía, hacía mucho frío y era normal que la gente se quedara en casa, pero tampoco la había visto nunca tan despoblada, normalmente me cruzaba con varias caras y esta vez como mucho recordaba haber contado dos.

Giré la esquina y me topé con que la callejuela estaba sin luz, solo la tenue luz de dos bombillas parpadeantes iluminaba la zona "Joder, vaya chasco" pensé, no me hacía mucha gracia pasar por ahí estando tan oscuro y sola, pero era tarde, quería llegar a casa, cenar y relajarme, así que me apresuré en cruzar la calle rápido y llegar cuanto antes a casa.

Empiezas a caminar por la calle, la verdad que da algo de miedo. Te recuerda a una película de terror, de esas en las que salé algo o alguien de entre las sombras y acaba matando a la joven que camina sola por la calle, en ese momento... -Disculpa niña tendrías unas monedas para este viejo- dice una voz algo ronca y longeva.

"Joder, qué canguelo da esto así" pensaba, mientras avanzaba por la maldita calle que parecía sacada de alguna película tétrica de los 80, aquellas tan sangrientas que gustaban ahora solo a los entendidos en cine o a los friquis (si más no, yo me incluía entre ellos) pero en ese momento no me estaba agradando nada.

Una voz me distrajo de mis pensamientos "Ostia!" Del susto casi me muero, pues el hombre daba grima y miedo a la vez y además me pedía dinero -L-l-lo siento...- le dije con un hilillo de voz -Llego tarde y no llevo nada encima-

Intenté apresurarme, para dejarlo rápido atrás y salir de allí lo más rápido posible.

Mientras te deshaces del mendigo e intentas huir de golpe te topas con algo, o mas bien, con alguien. Alzas la vista, pues es mas alto que tu, y puedes ver un hombre, algo pálido, con pelo muy alborotado y te sonríe -Perdona S...Señorita- ríe débilmente y sigue su camino. Ahora que te fijas, las luces de la calle están encendidas y no hay ningún mendigo, tan solo el hombre con el que te topaste. 

"Pero qué..." No me dió mucho tiempo a pensar nada, pues me había topado con algo en mi apresurada huida de aquel lugar. Miré hacia arriba, era un hombre con una pintada que parecía sacada de un cómic de terror. Estaba empezando a asustarme de verdad y ni tiempo me dio a contestarle que se marchó entre carcajadas.

Cuando quise darme cuenta, las luces habían vuelto a la calle y no quedaba ni rastro del mendigo, tan solo el señor raro.

"Estoy alucinando...Será mejor que me vaya cagando leches"

Acabas llegando a casa algo agotada y medio asustada, pues lo que te ha ocurrido no es muy normal, aunque el cansancio que llevas puede ser, y piensas que seguro sea el motivo  por el que has tenido esa especie de alucinación o lo que sea que haya sido. Cierras la puerta con llave y te diriges al dormitorio para ponerte cómoda.

Llegué a casa con el rabo entre las piernas, lo que había ocurrido era raro y digno de contar una de esas noches en las que festejábamos halloween, porque vaya tela. Cerré la puerta asegurándome con la llave y respiré algo tranquila, más rejalada, aunque estaba cansada también, quizá por el ajetreo.

Decidí no darle más vueltas e irme a la habitación a cambiarme. Mi casa no era gran cosa, el típico piso de estudiante, algo revuelto, pero sin ser sucio. Un dormitorio, una pequeña cocina, el baño, el comedor y un balconcito decorado con algunas plantas para darle un toque de alegría. De las paredes, colgaban pósters de Bettie Page y Dita Von Teese, dos reinas del pin-up y el burlesque, y algunos cuadros de Marilyn Monroe y otros retro. Fotos de la familia, con amigos, algunas figuras decorativas, libros...lo típico.

Me quité la chaqueta y los tacones "Aaaahh si" pensé, al notar cómo mis pies agradecían el quitarme los zapatos. Pensé en darme un baño, para quitarme la mierda de la cabeza, relajarme, cenar e irme a dormir. Fuí al baño y empecé a llenar la bañera, tenía algunas sales guardadas en el armariete así que las eché también. Me quité la ropa y cuando el agua estaba caliente, entré dentro de la bañera -Joder, esto es vida- Me dije, mientras me tumbaba y dejaba al descubierto algunos de mis tatuajes.

Tenía algunos deberes que acabar de la escuela, pero tan solo me apetecía desconectar y perderme en el calor de la bañera.

Tras llegar a casa y ponerte cómoda te preparas un baño, sigues arreglando un par de cosas y hacerte la cena. Cuando acabas de todo, mientras estás en la bañera, hay algo raro, aunque no sabrías decir el que.

"Siento...como algo extraño"

Alcé un poco la cabeza, para intentar agudizar el oido, pero no escuché nada, solo el silencio.

"Serán imaginaciones mías"

Acabé de lavarme, me sequé y me puse el albornoz. Aún no tenía sueño, así que decidí ir a sentarme un rato en el sofá mientras encendía la televisión para ver qué echaban. Nunca veía la televisión, pero no tenía ganas de ponerme a ensayar, estaba cansada.

El baño me estaba sentando fenomenal. Necesitaba algo de descanso después del día tan raro que había tenido "Estas cosas solo me pasan a mí" pensé, soltando una media sonrisa.

De golpe, noté como algo raro en el ambiente. El olor. Olor a quemado. "Quemado? Qué narices..." Caí de golpe, cuando me acordé de que probablemente no habría acabado de apagar bien el fogón de la cocina después de haberme hecho la cena "Maldita sea! En qué estaría yo pensando?"

Me levanté y me sequé como buenamente pude, me coloqué el albornoz velozmente y me dirigí como un rayo hacia la cocina a apagarlo.

Sales rauda del baño solo con el albornoz por encima y algo mojada todavía. Vas a un paso acelerado evitando los obstáculos que tienes por medio, algo de ropa, alguna silla, etc... pero llegas a la cocina y no hay nada, Que extraño es lo que piensas, te das media vuelta y de repente ves todo el salón en llamas. Empiezas a ponerte nerviosa y de repente notas alguien a tu espalda, te das la vuelta y antes de poder ver quien es tu agresor quedas inconsciente.

-FIN-