Tras un par de días encerrados en las mazmorras, con el único sustento de agua y pan, junto con algunos trozos que podrían ser de carne, las puertas de las celdas se abren:
¡Levántate perro!, ¡el conde quiere verte! Os dicen los soldados, obligandoos a poneros en pie y conduciendoos desatados pero superados ampliamente en número a través de oscuros túneles hasta llegar a una cancela.
Al atravesarla, el súbito cambio os deja largamente asombrados. Los fríos y oscuros pasajes dan lugar a una acogedora y cálida sala, en la que arde una gran chimenea y está lujosamente decorada con estandartes, cuadros, tapices y alfombras de gran calidad. La luz entra por una única ventana, pero lo suficientemente grande para poder iluminar toda la estancia sin problemas. Una mirada alrededor os hace reconocer que sois 6 personas en la sala, a parte de los soldados:
-Un varón de unos 20 años y con una complexión física media. Aparentemente no parece demasiado fuerte ni llama la atención por su atractivo. Mide aproximadamente 1'70 y su peso no supera los 70 kilogramos.Gusta de llevar el pelo rapado. Su rostro, así como su cuerpo bronceado por el sol, muestran pequeñas cicatrices y ojos oscuros, similares a pozos sin fondo. Viste de colores oscuros, con ropas austeras y ajustadas.
-Un hombre de mediana estatura, bajo el ojo izquierdo tiene una cicatriz que afea su anodino semblante, esta cicatriz le llega a la oreja izquierda, una pulgada mas arriba y se podria haber quedado tuerto. El pelo largo, lo lleva recogido en una coleta. Tiene tambien algo de bello facial, una barba de 2 semanas.
Su musculatura y cicatrices demuestran que ha combatido, y sus atuendos que es un hombre santo. Una tunica amplia y blanca le cubre, a veces se asoman por debajo un par de botas, se ven demacradas por el uso.Suele llevar una cinta azul en el pelo, sujetandole la melena.
-Un varón con una altura 1,78m y peso aproximado 82kg, tiene una complexion sencilla, no muy musculada. El color de la piel es el característico de los humanos pero un poco más oscura. . El pelo largo, como media melena, generalmente desaliñado y poco cuidado. En la cara conjunto de perilla y bigote, poco cuidado también. Los ojos son de color negro azabache y la nariz pequeña pero no chata. Las orejas a penas se ven por el pelo pero no son muy grandes.Viste con muda de montaraz, pantalon y camisa con un chaleco por encima de la misma además de botas de montaña, capa con capucha y guantes. La ropa tiene un aspecto de viejo y usado con algun remiendo hecho. No lleva joyeria ni bisuteria.
- Un varon cercano a la treintena. Bajo para ser humano, pues no alcanzará el metro setenta, y es regordete. Su cabeza oculta bajo una capucha. Posee numerosos piercings y una barba no muy espesa Sus ojos son negros como el carbón . No parece muy musculoso. Viste ropajes amplios de color rojo, con ribetes amarillos.
-Otro varón más con pelo corto y rubio en su mayoría, algo de perilla, piel morena. Viste una camisa gris, pantalones marrones con algún que otro símbolo que no llegais a entender, botas de cuero marrón, brazales de cuero del mismo color, cinturón y cintas negras.
-Por último otro varón: unos 30 años, moreno con el pelo corto y barba de dos días. Tiene una cara dura con un pequeña cicatriz que le atraviesa la ceja derecha, mide cerca del 1,85 , fuerte pero fibrado.
Tras examinar uno a uno a tus acompañantes, te ves interrumpido por la entrada de una persona con ropajes suntuosos, parece ser de mediana edad. Se acerca a una mesa que había pasado desapercibida ante vuestra mirada, más preocupada en observar a vuestros acompañantes. Se sienta y comienza a escribir, sin haceros el menor de los casos. Aguantais durante unos minutos en silencio, tras lo cual se levanta y dirigiéndose a vosotros os dice:
Vaya, parece que ya están aquí los bribones, mirad bien la habitación porque será la última vez que os acercáis a objetos tan valiosos, ladrones. Os hallaron con el bolso de la condesa, y ese es un hecho irrefutable. ¡El robo a un noble se castiga con la muerte!. El conde tiene una mirada hipnótica que deja indefenso a cualquiera que la cruce con él, por lo que cada vez que os mira fijamente a los ojos, no podeis si no agachar la mirada. Continua hablando mientras coge un papel sobre su escritorio: Habéis sido encontrados culpables de robo y asesinato, sin embargo puedo sentirme magnánimo y devolveros la libertad si realizáis la misión que deseo encomendaros. Después de prepararos partiréis inmediatamente hacia el castillo de Parcesstar. En algún lugar dentro de sus ruinas se oculta una gema muy valiosa, se la conoce como la Joya de las Almas, y resplandece con luz propia. Quiero esa joya para mí. Y vosotros me la traeréis.
Alzo la voz en la sala para comentar lo siguiente:
Creo que ha habido un error, mi compañero, miro a Togarini, y yo no hemos hecho tal cosa por la que se nos acusa y castiga con la muerte. No hemos tenido oportunidad de defendernos, ni se nos ha juzgado como es debido.
Un poco nervioso por la situación en la que nos encontramos digo en un tono algo alterado:
Además, a caso, ¿no sabe que es lo que ha ocurrido en Nemlom?
Mientras sigo aqui, los asesinos de mis padres siguen vivos y eso no me lo puedo permitir.
El bolso que encontré con Iriel, quien se lo quedó ¿ella o yo?
Imagino que quién lo encontró: Iriel. Puesto que no se mencionó quién lo llevaba.
¡¿Acaso osas insinuar que mis hombres mienten?! Sus ojos se inyectan en sangre y pronuncia dichas palabras a voz en grito.
¿No os basta con asesinar a mi gente si no que encima osais tomarme el pelo? Tened cuidado con vuestras palabras, asesino. Os doy la oportunidad de redimiros y así me lo pagáis. ¿Insultando a mis hombres? El hombre parece fuera de sí.
¿Nemlom? ¿Qué narices es Nemlom? Dejad de inventar y medid vuestras palabras. Parece que esto último lo dice más calmado. Sin embargo se nota la excitación en sus palabras.
Tirada oculta
Tirada: 1d20(+10)
Motivo: engañar
Resultado: 18(+10)=28
Tirada oculta
Tirada: 6d20
Motivo: detectar intenciones
Dificultad: 28+
Resultados: 6, 8, 19, 19, 12, 15
Exitos: 0
¡Genial! Nuestras vidas dependen de un tipo que está chalado. Pienso mientras echo un vistazo al resto de los prisioneros. Parece que, menos el que ha hablado, están todos bastante amedrentados. Voy a tantearle un poco...
Carraspeo y me dirijo al noble: ¿no conoce Nemlom? ¿Y Aünder, le suena de algo?
Aprovechando que uno de los reunidos en la sala esta preguntando algo en voz alta intento susurrarle en bajo a Laundry: Esta claro que esto es una encerrona; siguele la corriente.
Dicho esto espero a que el conde responda a la pregunta del hombre.
No, no esta esa opcion. A Laundry este.
El conde se gira hacia el que acaba de hablar. Mira intensamente a los ojos a su interlocutor. Vuestras historias para no dormir no me interesan. Se os ha encontrado culpables de diferentes acusaciones. Dad gracias de mi benevolencia y de que os ofrezca redimiros. En vuestra mano está vuestro destino. O la muerte o la salvación.
Diciendo esto da por concluida la avalancha de preguntas y retirándose hacia el fondo de la sala se sienta sobre una silla, esperando una respuesta por parte de los asistentes.
os recuerdo que cuando querais decir algo a uno o dos nada mas sin que los demás se enteren, postead solo al director y yo modifico los destinatarios para que les llegue solo a ellos. Lo digo por que creo que no teneis opcion de escribir a destinatarios concretos o si?
Me dirijo a Togarini y le digo en voz baja:
¿Que te parece todo esto? Yo no acabo de entender lo que esta sucediendonos y ¿quienes son el resto de prisioneros?
Va dirigido a Togarini pero si alguien lo consigue escuchar pues tampoco pasa nada
Parece ser que el susodicho noble no tiene intencion de escucharnos ni de intentar conocer la verdad. Por lo que decido permanecer en silencio. Escuchando las conversaciones y esperando el resultado de la misma. Parece ser que no hay opción. ¿Y este es el que habla de benevolencia? ¿para que tanto espectaculo si finalmente no tendremos mas opciones?
Permanezco en silencio a la espera de las conclusiones de los demas, aunque tengo clara mi respuesta. Prefiero vivir que morir. Al menos por el momento.
Viendo que la pequeña charla puede atraer la atencion del conde si se alarga demasiado digo dirijiendome hacia el conde: Yo acepto vuestra oferta, digo mientras le hago un guiño a Laundry, aunque solo puedo hablar por mi. Prefiero no morir en las manos de un idiota presuntuoso, y menos cuando aun tengo algo por hacer aun por delante.
Despues del paso adelante que hace Togarini, comentando que acepta la oferta. Respondo yo:
Si no hay otra solucion posible a nuestra situación, entonces pues acepto la oferta. Al menos nos servira para salir fuera de aqui, que hace tiempo que casi no veo la luz
A regañadientes y con semblante serio digo en voz alta. Yo también iré.
Veamos en que acaba todo esto........