La jugada de Karlos sale mejor de lo pensado. A pesar de que no rompió ninguna botella que derramase su líquido inflamable, el suelo estaba impregnado en vino y cerveza (como en toda buena taberna) y el fuego prendió pronto. Varias de las mandrágoras empezaron a arder, y pese a que aullaban de dolor, seguían luchando. A Karlos le dío tiempo a ver como una de las mandrágoras caía inerte, no sin antes llevarse por delante a uno de los soldados. Estos, intentando aprovechar la situación para acabar con tales seres, se lanzaron a rematar a las criaturas arbóreas, sin darse cuenta de la huida de Karlos al piso superior.
Bien Karlos, pues estás en el piso superior, todas las puertas están cerradas excepto la de la habitación de Ramiro. Si entras en ella (que deduzco que lo harás) puedes ver un reguero de sangre desde la puerta a la ventana, un trozo de tela ensangrentado en el suelo, y la cama vacía... la cabeza de la mandrágora cachorro no está.
Si Karlos entra en la habitación, te lo encuentras de frente. Esperemos a ver que hace.
¿Qué habrá pasado aquí? -pensé entrando en la habitación de Ramiro.
Acto seguido, cogí el trozo de tela. Miré su color (el original, no las manchas de sangre si las tuviera), e intenté recordar quién llevaba puesta alguna prenda de ese mismo color en la subasta de la mandrágora minutos atrás.
Finalmente, me agaché, y en cuclillas me acerqué a la ventana. No quería que nadie me viera estar alli. En esos momentos, asomé más arriba mi cabeza, para ver si alguien había allí, en el jardín de fuera.
Tenía la sospecha que alguien se llevó la cabeza, y, quizás, estaba herido.
No se si tengo que tirar algo para recordar acerca del trozo de tela, para otear a alguien por la ventana o para deducir un poco qué ocurrió en esa habitación.
Antes de salir de la habitación, oyó unos pasos que corrían hacia el piso superior. No podía creerse su suerte. Observó de reojo a Koldo, que dudaba si entrar en la habitación, y que aún parecía no haberla visto. Se había lanzado a sus brazos como la mosca a la tela de araña
Se agazapó entre las sombras, preparada para atacar. Si su corazón hubiera latido, ahora se encontraría bombeando sangre a un ritmo trepidante
Decenas de años se concentraban en un solo momento. Cara o cruz. Vive o muere
Me escondo un poco. En caso de que entre, me lanzo a por él, intentando dejarle inconsciente con un golpe en la cabeza. Gasto lo que me queda de suerte (y todo lo que pueda gastarme, vaya)
Si veo que no entra, voy a correr detrás de él, intentando dejarle inconsciente también
Diox, estoy que no puedo con esta partida, no puedo apartarme del ordenador. Necesito que Koldo postee YA XD
El trapo que encuentras corresponde al otro pujante, el tal Leví. Según entras en la habitación te das cuenta de que algo va mal. Te quedas en el Umbral de la puerta, y ves de refilón a una mujer escondida, tras la puerta. Tiene unos colmillos tremendamente largos, y parece estarte esperando.
Tirada: 1d100
Motivo: Percepción x4
Dificultad: 60-
Resultado: 4 (Exito)
PD: revísate los conjuros anda...puede que alguno te vaya ser útil. He hecho la tirada por ti, para agilizar.
Koldo ya ha posteado, pero ha puesto cosas que no puedes saber. De momento se ha quedado en el Umbral de la puerta, fijándose en la habitación, parece tranquilo. No obstante, miras hacia donde él mira, y puedes ver un harapo cubierto de sangre, y un pequeño rastro de gotas hasta la ventana.
Toca esperar, ha hecho una tirada exitosa que le da ventaja sobre ti (aún usando tu suerte para perjudicar su tirada)
Koldo, mira bien donde pisas... no erres ahora...
Todo apuntaba, desde cualquier entendimiento racional (despues de ver aquellos entes demoníacos por lo menos), que si alguien me acechaba escondida es probable que hubiera acabado con Leví...
Tranquilo, los reviso. Podría salir volando y ya está, o cruzar la taberna ardiendo, pero... no tiene pinta de ser un animal salvaje para tranquilizarlo, ¿no?
Es una mujer... con colmillos... yo creo que cae de cajón xD
La suerte iba a gastarla para el ataque. Y... ¿Me ha visto? ¿Por qué dices eso de la ventaja? O_o Miedo me das...
Por cierto, si hay algo romo para golpearle en la cabeza, mejor que mejor ;)
No he gastado tu suerte, lo he planteado como un supuesto, vamos, que aun sumando o restando tu suerte, hubiese pasado la tirada. Una manera de decirte que sacó un criticazo xD. Y lo que pasa....ya lo verás ya.
Acto seguido, intenté fingir que no había visto a aquella mujer, pero sus dientes afilados me espantaron demasiado como para actuar. Sin más dilación, y tal y como llevaba bien atado la sábana con los "ingredientes" de mandrágora que necesitaba, me dispuse a saltar por la ventana, incluso soportando el dolor de los cristales rotos; justo después saldría volando de allí utilizando mi magia. Tan sólo esperaba que aquel contratiempo no retrasase mi partida.
Espero que no sea un vampiro xD. Bueno, tu dirás si lanzo antes el sortilegio de volar y cómo hacerlo. Saludos.
El hechizo se activa de la siguiente manera. Durante semanas has preparado un líquido que te permite volar. Has de empaparte con ese líquido y tirarte al vacío, luego pronunciar una palabra clave de tu elección, y volarás hacía el punto donde estén mirando tus ojos. Al primer canto de gallo desaparecerán los efectos.
A efectos de la partida has de romperte el tarro con el líquido sobre ti, tirarte por la ventana y gritan una palabra que tu hayas escogido para "enlazar" ese hechizo, es decir, invéntatela y la escribes cuando te tires por la ventana.
Haz una tirada de suerte (40%) y de agilidadx5. A la nocheo posteo el final de la partida.
Haz una tirada de suerte y otra de agilidad x4.
Después de eso descríbeme en una frase tus planes para Koldo en caso de atraparlo.
A la noche posteo el final de la partida.
Chan-chan chan-chan chan-chan....ta-chan!!!!!! Que nervios, que nervios....
Una tirada enfrentada decidirá el final de la partida.....
Allí estaba, contemplando a la bestia, o lo que quiera que fuera. Estaba decidido a saltar por la ventana, mirar al frente y echar a volar. No podía dejar que me atrapasen, esa vez no. Una vez ya me descubrieron, por lo cual me hicieron venir aquí. Sin embargo, ahora me enfrentaba a un peligro mayor. Esta vez no había incertidumbre o fluctuación en mis decisiones, sino que lo tenía claro: escapar o morir. Fuera lo que fuera aquello que me acechaba, no podía dejar que me atrapase.
La taberna ahora olía mucho, el humo comenzaba ya a subir. Abajo debía estar ennegrecido, y sin duda, cualquier superviviente de la matanza con espadas y puños habría caído fruto de la intoxicación o el fuego "purificador": Ja.
Desde la llegada de Julian, había estado fingiendo ser quien no era: me llamaba Koldo, no Karlos. Era un mago perseguido por la Inquisición y la fe, no un indigente recogido por un ser altruísta, y de todos los libros que siempre tuve en mi mano, siempre hubo dos que me llamaron la atención: uno era la Biblia, otro era un ejemplar de la obra ocultista "Ave Satani". Sin duda, al comienzo de mi vida era un ser practicante, y me decantaba por el primero; sin embargo, cuando el segundo me fue legado, obtuve sus enseñanzas y consejos para hacer el bien, aunque la prácticas no fueran del agrado de la Iglesia...
Ahora toda mi vida pasaba por mi mente. La suerte estaba echada.
Acto seguido cogí bajo mi camisa un pequeño frasco que había traído desde mi hogar; lo miré. Finalmente, lo elevé sobre mi cabeza y apreté tan fuerte que se estalló, y me empapó completamente la misma. Luego, las gotas sobrantes las esparcí por el resto de mi cuerpo, en cuestión de segundos.
Sin volver a mirar la bestia que estaba oculta en ese sitio, lancé el bote al suelo y corrí hacia la ventana. Corrí tan rápido como pude. Sin más dilación, levanté el brazo derecho, y mi codo se elevó haciendo de ariete de todo mi cuerpo para con la ventana. En esos momentos, me empotré contra el cristal, el cual se quebró frágilmente y pude atravesar la ventana. En esos momentos, las palabras mágicas eran...: "¡¡Ave-Satani!!" -grité extenuadamente en el momento del salto.
Acto seguido, cuando comencé a estar en el aire, extendí mis brazos horizontalmente, al igual que mis piertas. Mi mirada estaba puesta al camino por donde había venido, en la misma dirección que la población de Etxarri-Atananz, mi hogar, al cual, debía dirigirme volando, con la misión cumplida.
Tirada: 1d100
Motivo: Suerte
Dificultad: 40-
Resultado: 31 (Exito)
Tirada: 1d100
Motivo: Agilidad x5
Dificultad: 50-
Resultado: 78 (Fracaso)
Tirada: 1d100
Motivo: Suerte (venga vamos...)
Dificultad: 40-
Resultado: 59 (Fracaso)
Tirada: 1d100
Motivo: Agilidad (esta sí...)
Dificultad: 60-
Resultado: 74 (Fracaso)
Joder, vaya tiradas de... XD
Igualmente, ya te digo que voy a gastar toda la suerte que me queda en la tirada de combate contra Koldo... Sea cual sea
En fin, te dejo un planning con lo que haría en un caso u otro:
1. Si logro dejar inconsciente a Koldo sin problemas ---> Bajaré por la ventana, y huiré del lugar con él a cuestas
2. Si no logro dejarle inconsciente, y sale huyendo ----> Le perseguiré como una loca, gritando frases tales como "¿Me recuerdas, Koldo? ¡Helena de Montemayor ha vuelto a por ti!", "¡No sabes cuanto tiempo he esperado esto!", o "¡Tu pasado ha vuelto para que pagues por tus actos! ¡Ha llegado la hora de enfrentarte con tus demonios!". Así hasta darle caza
3. Si no logro dejarle inconsciente, y la pelea no pinta bien (Koldo es un enemigo más fuerte de lo que Helena creía) ----> Intentará herirle y matarle, mientras grita las mismas frases que en la persecución (durante la pelea)
4. Si es herida y lleva las de perder ----> Escapará. No vengarse de Koldo para vivir un día más siempre es mejor que acabar carbonizada por una estupidez
En el punto 1 y punto 2, te pido por favor que me dejes hacer un último post antes de cerrar la partida. Llevo mucho tiempo pensando en como iba a interpretar la tortura de Koldo en caso de atraparle, y te aseguro que será uno de mis mejores posts en esta partida ;)
Si no le atrapo (que, con mis tiradas, no me extrañaría), pues... Nada XD
Edito: De hecho, pensándolo mejor, te pido que me dejes un último post pase lo que pase. Tampoco me importa narrar la muerte o la huida de Helena, fíjate lo que te digo ;)
Las últimas horas han sido muy intensas, incluso para alguien como tu. Estabas a unos pasos de conseguir tus objetivos, mas aún así tenías una traba, alguien estaba esperándote, y por sus rasgos sabías que era una Lamia, una mujer vampiro. Habías hecho muchos enemigos entre los seres oscuros en tu tiempo de mago-inquisidor. De echo, lo poco que pudiste ver del rostro de aquella mujer-monstruo, te recordó a un viejo y fuerte enemigo, Helena de montemayor, una importante noble, que resultó ser una vampiresa, pero no podía ser. Habían declarado su muerte, tu habías ayudado a ello...habías participado en el asedio a su casa.
Poco importaba quien fuese la Lamia ahora, apretaste tu frasco de vuelo y te lo esparciste, y te echaste decidido en una carrera para tirarte al vacío. Mas la Lamia salio corriendo detrás tuya, justo cuando apoyaste tu pierna para tirarte por la ventana, intentó agarrarte, pero viendo que te escapabas, te clavo sus dagas en el costado, haciéndote realmnte mucho daño. calló contigo al vacío, mas pronto gritaste tus palabras mágicas "ave satani". Y sin que la Lamia se lo esperase, echaste a volar, callendo ella al suelo y elevándote tu hacia las nubes.
Pudiste oír desde el suelo algunas frases: "Tu pasado ha vuelto para que pagues por tus actos! ¡Ha llegado la hora de enfrentarte con tus demonios!"
Estabas huyendo, y tenías la mandrágora...una sonrisa iluminó tu cara, mas al reírte un punzante dolor en el costado te recordó que no habías salido indemne, y que necesitarías bastante suerte para que esa herida te dejase llegar vivo a casa...
Partida finalizada para ti.
Espero que hayas disfrutado con ella, con todos sus fallos y con todos los errores del director. No obstante, te pediría que siguieras atento a esta partida, pues quiero abrir una escena para que comentéis vuestras experiencias.
Un saludo!
PD: también abriré una escena para explicaros todo el berengenal, quien era quien y que objetivo tenía.
Estaba ahí, justo en el umbral de la puerta, quieto, examinando la habitación. Te mentalizaste...en cuanto ponga un pie dentro, voy a por el. Más de repente, todo tomó un ritmo frenético, Koldo se rompió un frasco en la cabeza y echó a correr hacia la ventana.
No escapará, pensaste, y te lanzaste tras el. Koldo te había visto y estaba intentando algo muy desesperado: tirarse por la ventana. Tu eras mucho mas...inmortal que el, así que te tiraste a por el, y en plena caída lo agarraste, y le clavaste tus garras en el costado, para asegurarte de que no se te escapaba. Sonreiste, y tu bestia te pedía que le incaras el diente. E ibas a hacerlo, cuando de repente, Koldo grito "AVE SATANIS" y un golpe brusco te separó de él. Tu seguiste tu caída, iendo a parar tu culo en el polvoriento suelo, mientras que Koldo se elevaba hacia las nubes, reiste histéricamente, y le gritaste bien alto: Tu pasado ha vuelto para que pagues por tus actos! ¡Ha llegado la hora de enfrentarte con tus demonios!.
Algo te goteo la cara, varias veces seguidas, lamiste ese líquido, y te diste cuenta de que habías herido de gravedad a Koldo, probablemente le hubieses perforado algún órgano interno, esa sangre tan espesa te lo indicada. Puede que no hubieras cazado a Koldo, pero por lo menos habías probado su sangre.
Pero a Helena, eso no le bastaba... (y a partir de aquí, es donde puedes empezar a narrar tu último post)
Partida finalizada para ti. Lamento muchísimo que no hayas podido pillar a Koldo, enserio, has sido el jugador mas constante, y realmente quería que lo pillases, pero aún usando suerte, las últimas tiradas (las decisivas) fueron favorables a Koldo.
Espero que hayas disfrutado con ella, con todos sus fallos y con todos los errores del director. No obstante, te pediría que siguieras atento a esta partida., pues quiero abrir una escena para que comentéis vuestras experiencias.
Un saludo!
PD: también abriré una escena para explicaros todo el berengenal, quien era quien y que objetivo tenía.
PD2: escribe tu último post, y cerraré ya la partida.
Miró a Koldo, mientras este se elevaba en los cielos, como un ave nocturna que escapara, herida, de su cazador. Y rugió. Rugió de rabia, rugió de frustración. Pero, al mismo tiempo, también rugió de satisfacción, de puro placer. Esos sentimientos encontrados causaron que su control desapareciera del todo, y, mientras aquel al que odiaba desaparecía en medio de la oscuridad, alzó su garras hacia el cielo. Y en su boca aparecieron palabras: Una maldición, tan negra como su alma, tan eterna como el mismo tiempo, que quedó escrita a sangre y fuego en medio de aquella matanza, de aquella locura
¡Huye, ponte a resguardo! ¿Crees que estás a salvo? ¿Crees que ha acabado? ¡Recuerda mi nombre, hechicero! ¡Helena de Montemayor!
Koldo ya estaba lejos, pero a Helena no le importó. Anduvo hasta el camino, colocándose frente a la taberna en llamas. Ni delante de todo ese infierno, ni siquiera debido a su pánico natural hacia el fuego purificador, se inmutó. Su mente no la pertenecía. Solo quedaba odio. A pesar de que dudaba que Koldo la siguiera escuchando, continuó con sus maldiciones
¡Soy la parca, soy la devoradora de niños, el pozo de la inocencia! ¡Soy el fin de tus días, tu ejecutora! He probado tu sangre...
Bajó la voz, mientras se relamía los labios. Tras el forcejeo, sus vestidos habían acabado por romperse, y la sangre que caía por sus labios y sus manos le daba un aspecto irreal, demoníaco. Perfilada contra la luz de las llamas, con los rubios cabellos enrojecidos por el reflejo de aquel infierno, comenzó a convulsionarse. Y entonces, estalló en carcajadas
Entre risas y chillidos de placer, cayó al suelo de rodillas, mientras las vigas de madera comenzaban a desplomarse, levantando una nube de cenizas y polvo a su alrededor. Lágrimas que creía que nunca volverían a poblar sus ojos, aparecieron por sus mejillas, derramando su melancólica sinfonía por la pálida piel de la Lamia. Y solo cuando recuperó el control, volvió a hablar, esta vez más para sí misma que para Koldo, el cual ya debía encontrarse lejos
He probado tu sangre... Repitió Ya solo es cuestión de tiempo. Vive, vive lo que puedas. Disfruta de lo poco que te queda en el mundo. Goza de la compañía de una mujer, paladea los manjares que te ofrezcan como si fuera la última vez. Porque ya no me ata nada, Koldo. Ya nada me impide atraparte. Volveré a ser un animal, si es lo que quieres. Volveré a arrastrarme por el fango, a sudar lágrimas y llorar sangre, si es menester
¿Quieres un demonio? Lo tendrás. Hace tiempo que perdí mi alma. Hace tiempo que dejé de ser otra como vosotros. No me conoces, infeliz. Crees conocerme, pero no tienes ni la más remota idea de mi naturaleza. Soy una depredadora, y ahora tengo una presa. Y la caza... No ha hecho más que empezar
Se levantó, y, casi como un espíritu errante, desapareció entre las sombras del bosque, dejando tras de sí lo poco que le quedaba de aquel lugar maldito
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Había pasado ya un año desde aquel día. La nieve caía sobre los campos de Galicia, algo inusual en aquella época del año, tan pronto. Una figura se deslizaba solitaria, vagando por las calles de Pobra Do Caramiñal, un pueblo dejado de la mano de Dios, lejano a todo núcleo urbano relevante. La capucha que cubría su rostro estaba cubierta de nieve, pero aquella figura no parecía inmutarse, como si el frío que reinaba en aquel lugar le fuera del todo indiferente. Sus huellas se borraban al pasar, como si no fuera más que un espectro, un eco de vidas pasadas. Un pecado buscando a su dueño
Allí, a lo lejos, las luces de la taberna estaban encendidas. Dentro se oían voces y risas, probablemente de los aldeanos que, al no poder trabajar ese día, habían decidido gastar su poco dinero en emborracharse como buenos patanes. De vez en cuando se intuían algunos amagos de comenzar un par de canciones, aunque, por lo que parecía, no tenían bastante acogida entre los allí presentes. Quizás no iban tan borrachos, al fin y al cabo. Aún
Helena suspiró. Su pelo, grisáceo y desteñido, había cambiado desde la última vez. Su rostro era diferente: Más inhumano, más frío y cruel. Todo rastro de humanidad que hubiera podido quedar en ella había desaparecido. La venganza y el odio habían consumido lo poco que le quedaba de humana. Ahora, no era más que una sombra: Una sombra decidida a buscar por cualquier lugar, hasta los mismísimos confines del mundo, para reencontrarse con su destino
Según lo último que había oído, en aquel lugar había un hombre, Medardo Carmona, que podía proporcionarle información sobre el paradero de Koldo. Habían quedado en verse en la puerta de la taberna, aquella noche. Hasta entonces, tendría que matar el tiempo. Por suerte, ya solo quedaban un par de horas para el anochecer. Lo suficiente como para saciar su sed con algún infante descuidado que decidiera salir a jugar con la nieve. Sí, podía olerlo en el aire: Los niños no debían de andar muy lejos. Y el Cuco había llegado a sus hogares
Mientras desaparecía entre la nieve, dispuesta a acechar a su nueva víctima, no pudo volver a rememorar, con ironía, como un simple humano había acabado por convertirse en su obsesión, en su razón de vivir. Durante aquel año, le habían asaltado más de una vez las dudas de que haría cuando acabara todo ¿Podría volver a su antigua vida? ¿O se consagraría en cuerpo y alma a las sombras, como la criatura que era?
Despejó su mente. En aquellos momentos, todo eso no importaba. Se quedó unos segundos mirando la blanca nieve que cubría el suelo
Dentro de poco, para bien o para mal, se teñiría de rojo