Si tienes conocimiento de animales o psicología tira lo que tengas mas alto, si no tira cultura o percepción, lo que tengas mas alto.
Tirada: 1d100
Motivo: Psicologia
Dificultad: 60-
Resultado: 99 (Fracaso)
Jooooooder!!!! JAJAJAJAJAJAJAJA. Puedo llorar???
Tu caballo recela de ser atado, debe ser por el frío, estos animales no aguantan nada. La próxima vez quizá deberías hacerle un hechizo de invulnerabilidad al frío.
No es que puedas llorar, es que deberías!!! xD
El judío, notando el nerviosismo de su bestia, se acerca hacia ella para tratar de calmarla acariciándola y hablándola en susurros, mientras en un vistazo rápido intenta ver si hay algún mozo en la cuadra.
Jajajajajaja, de todos modos, soy un gafe con los dados, ya lo verás ya. xDDDD
Echas un vistazo, pero no hay nadie en la cuadra, sin embargo está todo preparado para que solo haya que atar el caballo. El forraje y un barrilete con agua abundante están dispuestos para que el caballo coma desde cualquier poste de los que hay para atarlo. Quizá dentro puedas solicitar algún mozo que atienda tu caballo.
para desgracia de Leví, la cuadra se encontraba vacía, asi que intentó de nuevo tras pasar unos minutos con su caballo, atarlo de nuevo y acercarle algo de comida.
Sin mayor problema, atas tu caballo al poste y el mismo se acerca al forraje para empezar a comer. Tu caballo parece algo mas calmado mientras come.
Tras asegurarse de que todo está en orden, se encamina hacia la puerta de la posada, cotilleando el interior de la misma a través de alguna de las ventanas que se encontrasen en su camino.
En la misma puerta de entrada ves a un paisano esperando en un carro viejo tirado por un caballo enfermizo. Desde fuera de la taberna puedes ver un par de mesas ocupadas, un caballero de calatrava que charla con dos peregrinos y dos jóvenes de buena cuna (un hombre con espada de buena talla y una jovenzuela de muy buen ver). Desde las ventanas no logras ver si hay alguien mas. Quizás al entrar veas partes ocultas desde tu posición actual.
Leví se acercó hacia a entrada ojeando el carro que aguardaba allí mismo, se detuvo unos instantes comprobando la zona, estaba muy nervioso y si quien le había citado a la reunión decía la verdad, podría salvar su vida. Tras unos minutos, abrió la puerta de la posada y se quedó en la entrada hasta que sus ojos se acostumbraron a la luz del interior del local.