LORD RHYS
Toda tu vida has sabido que un día asumirías el liderazgo de tu casa: te has entrenado para hacerlo desde que eras lo suficiente mayor como para andar. Simplemente que nunca deseaste que fuera tan pronto. A pesar de que sólo tienes quince años eres <<lord Rhys>> y tu padre lleva quince años muerto y enterrado.
Tu padre fue un caballero sin tierras él sirvió fielmente a la casa en cuestión hasta su desenlace en la gran guerra, como recompensa se le concede Espino del Río y el cargo de Lord de esas tierras.
Espino del Río es otorgada a tu padre y a su muerte heredas las tierras y su cargo como lord.
Fue en la Guerra del Usurpador: Gracias a sus hazañas en la guerra se le otorgó Espino del Río. Una gran batalla donde fue herido de muerte junto al resonar de afiladas espadas. Murió debido a la cantidad de heridas sufridas en el campo de batalla, la caída desde la silla de montar después de recibir numerosas y graves heridas. Estuvo postrado durante casi dos semanas, fuera de sí, forzado a comer agua y miel para mantener el hilo cada vez más fino de su vida. Hacia el final llegaron las fiebres, los ataques y los gritos en la noche sobre enemigos que le atacaban, las equivocaciones sobre qué año era y con quién hablaba hasta que la muerte fue una piadosa liberación de su sufrimiento.
Desde entonces, has hecho todo lo que ha sido necesario, has intentado ser valiente para tu casa y tu familia. Para tu madre Alanna la muerte de tu padre fue especialmente dura, y se refugió en su fe, dejándote a ti al cargo de tus hermanos menores: tu hermano Kellin, de sólo 10 años, y tu hermana Brianna, "Bree", que acaba de cumplir siete.
Estás muy agradecido por la ayuda de tus consejeros más cercanos, que eran también los hombres de tu padre. Tu tío, ser Merik, es un caballero veterano que luchó al lado de tu padre en los tiempo de guerra y que era su leal banderizo. Su sensatez y su presencia te dan confianza. El maestre Rudolphus, que ha sido tu profesor desde la niñez, es la voz de la razón y de la comprensión, ofreciéndote sabios consejos. Hubo un tiempo en que pensabas que no había nada que no supiera, pero cambiaste de opinión cuando no pudo salvar la vida de tu padre. No fue culpa suya, tu madre dijo que los Siete decidieron llamar a tu padre con ellos, y no sería justo albergar ningún resentimiento contra tu amado profesor, a pesar de lo cual te lo tienes que recordar de cuando en cuando.
Ahora tu séquito y tú estáis de camino a la legendaria ciudad de Desembarco del Rey, un camino que esperabas recorrer algún día al lado de tu padre. Vas tú sólo, para proclamar tu derecho a liderar tu casa ante el rey Robert y para honrar la memoria de tu padre y de tus antepasados. Sabes que te está observando, y por eso no puedes fallar.
SER MERIK
Tu hermano mayor Nolan ha sido siempre el heredero de tu casa, y das gracias por ello; nunca aspiraste a tener título señorial o la fidelidad de los vasallos. Siempre te has sentido más cómodo entre hombres más sencillos: guerreros, artesanos y el pueblo llano de las tierras de tu casa. Incluso cuando eras un niño, hiciste más amigos entre los hijos de los vasallos de tu padre y los mercaderes del castillo que entre los hijos de los iguales a tu padre. Nolan siempre era el que tenía labia, el que sabía lo que era correcto decir y hacer, y te sientes agradecido y orgulloso por apoyarle en su legítimo mandato.
De hecho, la única cosa que alguna vez envidiaste de tu hermano fue la mano de la bella Alanna, su mujer. Aunque Nolan era el cerebro y la mano dura del castillo, Alanna ha sido durante mucho tiempo su corazón y su alma. Trajo alegría y color y risas a sus salas, y le encantaban la música y las fiestas. Nunca le confesaste tu amor, era la prometida de tu hermano, pero juraste defenderla con tu vida, si fuese necesario. Desde la muerte de Nolan, has deseado acercarte a Alanna para confortarla, pero el decoro ha contenido tu mano y ahogado tus palabras. En cualquier caso, parece que ha encontrado su paz en el septo, rezando a los dioses.
Estuviste casado, pero durante poco tiempo. Su nombre era Shawna, y era una muchacha joven y apocada; la hija de una casa que quería agasajar a tu padre con la unión. Falleció menos de un año después de la boda, al dar a luz a un niño que murió con ella. Nunca te volviste a casar, aunque has tenido tus coqueteos y distracciones de vez en cuando. En su lugar, prefieres centrar tu tiempo y tu atención en servir a tu casa, primero a tu hermano y ahora a su hijo, Rhys. Aunque el niño tiene cualidades, y se parece mucho a su padre, sabes que te necesitará en los años venideros si quiere convertirse en el líder fuerte y el señor que sabes que puede ser.
Ahora ha llegado esta invitación al torneo en Desembarco del Rey. Normalmente darías la bienvenida a una oportunidad como ésta: batirse en justa y probar tu valía contra los mejores caballeros de los Siete Reinos, pero ahora tienes otras preocupaciones y debes cuidar de tu joven señor y de la dama, esto es, la septa Alanna, que ha decidido acompañaros.
MAESTRE RUDOLPHUS
Aunque las armas y el acero puedan reinar en los Siete Reinos, siempre has pensado que la razón y el conocimiento son los medios para reinar sabia y correctamente. Quizás crees eso porque nunca has tenido ninguna aptitud para las armas o el combate, un hecho que te inculcaron desde pequeño, pero siempre fuiste inteligente y un aprendiz rápido cuando se trataba de libros y estudiar. Así fuiste capaz de ganarte un sitio en la Ciudadela, para entrenarte como maestre. Todavía recuerdas con cariño tus días allí, cuando se abría ante ti una perspectiva ilimitada de conocimientos y te encontrabas en compañía de intelectos similares al tuyo. Recuerdas con melancolía las largas noches debatiendo sobre historia y filosofía mientras bebías copas de vino especiado. Eran días felices, sin duda.
Nada que ver con los días oscuros de la Rebelión de Robert, cuando la guerra dividió los Siete Reinos y fueron de nuevo las armas y el acero los que decidieron el futuro. Tu propia familia tuvo que pagar cara la victoria de Robert: tu padre y tus hermanos fallecieron en el campo de batalla, tu casa ha desaparecido salvo de nombre, tu hermana se casó con algún banderizo de Robert, tus tierras se unieron a las del banderizo (si es que tenía alguna) y su hijo las gobierna ahora.
En cualquier caso, eso ya no te incumbe. Entraste al servicio de una casa noble y de un señor que, aunque no ve sentido a convertirse en erudito, si busca que sus hijos tengan conocimientos. Te convertiste en el tutor del joven Rhys, y más tarde de Kellin e incluso de la joven Brianna, y en silencio juraste que les enseñarías a apreciar la historia, la filosofía, todas las artes y las ciencias, además de la fuerza y la habilidad con las armas. Era la forma de cambiar el mundo a mejor, o por lo menos tu pequeña contribución.
Siempre has pensado que Rhys era un pupilo con aptitudes, mucho más dispuesto a aprender que su padre o su tío. No tienes ninguna queja de ser Merik, aparte del hecho de que piensa que un joven puede aprender todo lo que necesita en el patio de armas, los establos y el burdel.
No obstante, Merik es un hombre leal y honorable, aunque quizás un poco lento y cabezota. De igual manera, normalmente puedes contar con Alanna como aliada en tu misión de educar a tus hijos. El único punto negro ha sido siempre su fe incuestionable, mientras que tú eres un hombre de razón. En tu experiencia, los dioses, sean cuales sean su nombres o semblantes, tienen poco que ver con los asuntos del mundo.
NICHOLAS RÍOS
Aunque creciste en los salones y los patios de un castillo, siempre te has sentido más cómodo en las zonas salvajes más allá de sus muros. La serenidad del bosque te llama, así como la euforia de cabalgar a todo galope o la excitación de la caza y la persecución. Lo único que mancha esta experiencia es la muerte de lord Nolan, un buen señor y un hombre que has conocido y respetado desde que eras niño. Siempre te trató con amabilidad, aunque nunca supiste por qué hasta hace poco.
Eres un bastardo. Tu madre, Elen, trabajaba como sirvienta en el castillo. Tuvo la oportunidad de conocer a un hombre joven en un festival y se quedó embarazada de él, aunque no lo volvió a ver. Así que crió a Nicholas ella sola, ayudada por sus amigos y parientes. Lord Nolan fue tan amable como para asegurarse de que no perdía su trabajo en el castillo y de que se cuidase a su hijo y, cuando llegó el momento, de que se le diese un trabajo en los establos con el jefe de caballos, ya que a él mismo le gustaba trabajar con los caballos. No fue hasta que tu madre yacía en su lecho de muerte debido a una enfermedad cuando te confesó a ti, y sólo a ti, que tu padre era ____, un escarceo antes de que se casase. Tenías la esperanza de quizás algún día hablar con tu padre pero él también falleció y quizás nunca supo que tú lo sabías.
En lo que a ti respecta, estás contento con lo que te ha tocado en el mundo. No tienes ningún interés_____________ Prefieres el cielo abierto, el patio de un establo, y un caballo entre tus piernas. Esperas que te nombren nuevo consejero de caballos un día, bajo el mando de __________. De vez en cuando este secreto te atormenta, dudando si deberías contárselo a alguien más pero entonces te preguntas: ¿para qué zarandear la barca? Dejemos que el pasado se quede en el pasado.
ESCUDERO JONAH
Nunca en tu vida has estado tan excitado y tan nervioso como en este viaje a Desembarco del Rey. Sólo en tus sueños más salvajes te atreviste una vez a esperar viajar a un Torneo del Rey como el escudero de un caballero noble y experimentado, para ver a los caballeros y las personalidades más importantes de los Siete Reinos reunirse para una demostración de valor, armas, y proezas. Aquellos que te conocen lo toman como la fantasía de un pasmado chico de campo, pero no saben, nadie sabe ______
SEPTA ALANNA
"Los dioses son misteriosos, en ocasiones amables, en ocasiones crueles, y no dan explicaciones de sus actos a los mortales, de forma similar a como los reyes y los caminos de los reyes y señores son misteriosos para el pueblo llano".
Aprendiste esto cuando sólo eras una niña y tu madre murió a causa de unas fiebres. Te criaron unas amables septas al servicio de tu padre, y te educaron para ser una señorita decente, enseñándote todas las habilidades que necesitarías un día cuando dirigieses tu propia casa. Aunque de pequeña te asustaban las caras de los Siete, aprendiste a comprender que te amaban y que deseaban que llevases una vida apropiada y correcta, agradable a su vista.
Cómo te sonrieron cuando escogieron a Nolan como tu marido: un hombre elegante y valiente, sabio, amable y agradable contigo. A pesar de que tu matrimonio fue concertado, te enamoraste de él desde el primer momento en que viste su hermoso rostro y sentiste su mano sobre la tuya mientras se la acercaba a los labios. Los años siguientes de matrimonio fueron años de gran satisfacción. Creaste un buen hogar para tu esposo y le diste tres hijos maravillosos, incluyendo un hijo varón y heredero, tu primer retoño, Rhys. Qué raro se te antoja mirar ahora al hombrecito de cara seria que cabalga a lomos de un corcel vestido con su armadura, recordando al bebé que mamó de tu pecho.
Ahora Rhys es un hombre, y tú una viuda. La casa es suya y pasará por derecho a su heredero cuando llegue el momento. Los Siete dan, y después quitan.
Tras la muerte de Nolan has estado desconsolada durante mucho tiempo. Todavía sientes dolor, de alguna forma, y probablemente lo sentirás siempre, pero ya no anhelas seguirle en el abrazo de la muerte. Ese momento llegará pronto, como sucede a todas las criaturas mortales. Por ahora, tus hijos te necesitan, y los dioses te han pedido un tipo diferente de servicio. Aunque todavía eres joven, has recibido el abrazo de la Madre y oído la llamada de la Vieja.